martes, 28 de febrero de 2023

Los Planes de Pensiones de Empleo no podrán ser rechazados por las personas trabajadoras por cuenta ajena

 



Los Planes de Pensiones de Empleo no podrán ser rechazados por las personas trabajadoras por cuenta ajena


Publicado el 28 de febrero de 2023 / Por Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE)

 

 KAOSENLARED

Conviene recordar que los Planes de Pensiones de Empleo, son en realidad Planes de pensiones privados e individualizados, aunque se generen por las aportaciones empresariales, por cuenta del trabajador/a. Son un “caballo de Troya” para el sistema público de pensiones, ya que, si se generalizan, se reducirán los ingresos por cotizaciones debido a descuentos en las cuotas; así como disminuirá la recaudación en el Impuesto de Sociedades e IRPF por los incentivos aplicados a quienes los suscriban.

Los Planes de Pensiones de Empleo serán, en la práctica, de obligada suscripción para el colectivo de trabajadores/as por cuenta ajena. Esto lo sabemos en COESPE por la contestación oficial del gobierno a una pregunta parlamentaria presentada por el diputado J. Baldoví, de COMPROMÍS, en las Cortes a iniciativa nuestra.

En síntesis, preguntábamos cómo estaba reglamentado el poder renunciar individualmente a un Plan de Pensiones de Empleo acordado en Convenio Colectivo y, si dado el caso de la renuncia, el importe mensual no ingresado por la empresa sería incorporado en la nómina del trabajador/a. Y esto porque nos alarmaba que en el Reglamento que desarrolla dichos Planes no se recoge ninguno de estos aspectos.

La respuesta gubernamental nos lo ha dejado meridianamente claro. Tanto el poder renunciar (siempre por escrito) al Plan como poder cobrar lo no ingresado por la empresa ha de estar acordado por trabajadores y empresarios en el Convenio Colectivo de referencia que lo haya promovido. Es decir, será la voluntad de empresarios y sindicatos más representativos que negocian los Convenios y que están de acuerdo con el desarrollo de estos planes, la que se impondrá sobre el derecho unipersonal de suscribirlos o no.

La consecuencia es evidente: si el trabajador/a no puede ingresar en su nómina lo que la empresa deja de aportar al Plan de Pensiones, no es libre para decidir suscribirlo o no, porque eso solo beneficiaría a la empresa y no se incrementaría su nómina. Además, incluso recogiéndose esta posibilidad, deberá renunciar por “escrito”. Sin embargo, lo normal sería lo contrario; que, por defecto, no se le adscribiera y tuviera que solicitar hacerlo. Así, su decisión personal, se verá condicionada por ser contraria a la voluntad de empresas y sindicatos que han firmado el Convenio.

Conviene recordar que los Planes de Pensiones de Empleo, son en realidad Planes de pensiones privados e individualizados, aunque se generen por las aportaciones empresariales, por cuenta del trabajador/a. Son un “caballo de Troya” para el sistema público de pensiones, ya que, si se generalizan, se reducirán los ingresos por cotizaciones debido a descuentos en las cuotas; así como disminuirá la recaudación en el Impuesto de Sociedades e IRPF por los incentivos aplicados a quienes los suscriban. Beneficio para unos cuantos que sufragaremos entre todos y todas. Además, no están garantizados por el  Estado y han sido un fracaso en países como Reino Unido o Chile. De hecho, en el último año, todos los fondos de pensiones que ya existen en España han perdido dinero, una media de casi el 10%, desplomándose casi un 60%, tras el recorte de sus controvertidos incentivos fiscales.

Lo que piensa y cómo actúa el gran empresariado, es conocido: hacer negocio con la gestión y privatización de una parte o todo el sistema de pensiones. La gran responsabilidad próxima respecto de la generalización de las Pensiones Públicas de Empleo recaerá, sin duda, en el gobierno (que puede y debe eliminar beneficios fiscales) y los sindicatos mayoritarios presentes en la negociación de los Convenios Colectivos. En sus manos está que los trabajadores/as que no quieran suscribir un Plan de Empleo puedan hacerlo e incorporar a su nómina la cuantía acordada como aportación.

COESPE ya se ha posicionado en contra de los Planes de Pensiones de Empleo y sus efectos negativos en el Sistema Público de Pensiones y ha descubierto cómo, en la práctica, se puede forzar la libre voluntad del trabajador/a para suscribirlos. Toca mover ficha al gobierno y a los dirigentes sindicales. Es su responsabilidad, y su decisión será analizada por el conjunto social, los trabajadores/as y todos los movimientos pensionistas. Máxime en este año electoral.

COESPE COMISION DE PORTAVOCIA Y DE ORGANIZACIÓN. febrero de 2023.

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No a las bases, ni a las guerras, ni a los que las premian

 

No a las bases, ni a las guerras, ni a los que las premian

 

 Equipo de edición

Portaldeandalucia.org -

27 febrero, 2023


Portada de Carlos Azagra de "Sin ninguna base", de Juan José Téllez. Ed. Atrapasueños.


Desde el Consejo Editorial de Portal de Andalucía apoyamos y difundimos el presente comunicado con origen en diversos colectivos de Morón de la Frontera.

«Los colectivos que firmamos el presente documento, manifestamos nuestra sorpresa ante la concesión, por parte del Ayuntamiento, de la Medalla de Oro a la Base Aérea de Morón.


En una coyuntura como la actual, en la que la escalada bélica mundial parece abocarnos a un futuro incierto, consideramos imprescindible apostar decididamente por la cultura de la desmilitarización y la paz. Pero podría interpretarse que, al premiar a la Base Aérea como institución, el Ayuntamiento está premiando al complejo militar industrial en su conjunto, y, por ende, al aparato que crea y sostiene las guerras. Y una guerra nunca merecerá distinción alguna, porque cualquier guerra, todas las guerras escenifican el peor de nuestros fracasos como sociedad.

Por ello, esta medalla, como símbolo, se nos antoja un gesto preocupante, más aún si tenemos en cuenta que ha sido concedida por un gobierno autoproclamado progresista. Respetamos a los trabajadores y trabajadoras de la Base, así como la
labor —más propia de un cuerpo civil que militar— que desempeñan ciertos colectivos (como, por ejemplo, la U.M.E.), pero no podemos olvidar el uso que se le ha dado y se le sigue dando a la Base, durante los diferentes conflictos armados.


Un uso, en muchos casos y como mínimo, éticamente cuestionable. Partiendo, además, de un hecho anómalo para la soberanía de cualquier país: la presencia militar estadounidense en Andalucía (Rota y Morón) es la evidente expresión de las políticas expansionistas e imperialistas, es decir, la política de la guerra, nuevamente.

Es la sociedad civil la que, históricamente, ha protagonizado los mayores avances y la que construye las democracias. Ningún pueblo elige la guerra ni celebra sus infraestructuras. Más bien, al contrario: todos los pueblos, sin excepción, la sufren. La guerra solo le interesa a una minoría que la promueve, para defender sus ambiciones económicas, políticas y militares. Por eso, al tiempo que cuestionamos la idoneidad de este reconocimiento, proponemos la reconversión de las instalaciones de la Base, así como todos sus puestos de trabajo, en un proyecto de carácter social, al servicio de la comunidad y con la finalidad de impulsar la cultura de la convivencia, la cooperación y la democracia.

No a las bases, ni a las guerras, ni a los que las premian.»

Contacto: colectivomoduloazul@gmail.com

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Los imperialismos

 

La palabra paz ha empezado a sonar en algunos ámbitos, pero todavía en tono muy bajo. Muy lejos de nosotros los días en que reclamábamos la paz en Yugoslavia. Ahora contemplamos cómo los grandes poderes del mundo se arañan unos a otros, mientras crecen los muertos.


Los imperialismos


Boaventura de Sousa Santos

El Viejo Topo

28 febrero, 2023 

 

Desde el principio condené enérgicamente la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero desde ese momento subrayé que ha habido una fuerte provocación estadounidense para que esto sucediera con el objetivo de debilitar a Rusia y detener a China. En la Guerra de Ucrania, el imperialismo estadounidense, el imperialismo ruso y el imperialismo chino se enfrentan. Estoy en contra de todo imperialismo y admito que en el futuro el imperialismo ruso o el imperialismo chino pueden ser los más peligrosos, pero no tengo ninguna duda de que en este momento el imperialismo más peligroso es el de Estados Unidos. Saca ventaja en dos áreas, la militar y la financiera. Nada de esto garantiza la longevidad de este imperialismo. De hecho, he argumentado que está en declive, pero la decadencia en sí misma puede ser uno de los factores que explica la mayor peligrosidad de hoy.

La dinámica del imperialismo estadounidense parece imparable, siempre alimentada por la creencia de que la destrucción que provoca o incita tendrá lugar lejos de sus fronteras protegidas por dos vastos océanos. Por lo tanto, tienen un desprecio casi genético por otros pueblos. Estados Unidos siempre dice que interviene por el bien de la democracia y solo deja destrucción y dictadura o caos tras su paso.

La última y quizás más extrema manifestación de esta ideología se puede leer en el último libro del neoconservador Robert Kagan (casado con la neoconservadora, Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos del gobierno del presidente Joe Biden), The Ghost at the Feast: America and the Collapse of World Order, 1900-1941 (Nueva York, Alfred Knopf, 2022). La idea central de este libro es que Estados Unidos es un país único en el mundo en su deseo de hacer a las personas más felices, más libres y ricas, luchando contra la corrupción y la tiranía dondequiera que existan. Son tan maravillosamente poderosos que habrían evitado la Segunda Guerra Mundial si hubieran intervenido militar y financieramente a tiempo para obligar a Alemania, Italia, Japón, Francia y Gran Bretaña a seguir el nuevo orden mundial dictado por Estados Unidos.

Todas las intervenciones estadounidenses en el extranjero han sido altruistas, por el bien de los pueblos intervenidos. Según Kagan, desde las primeras intervenciones militares en el extranjero —la guerra hispanoamericana de 1898 (con el propósito de dominar Cuba desde entonces hasta hoy), y la guerra filipino-estadounidense de 1899-1902 (contra la autodeterminación de Filipinas y que resultó en más de 200.000 muertos)— Estados Unidos siempre ha intervenido con fines altruistas y por el bien de los pueblos.

Este monumento a la hipocresía y el ocultamiento de verdades incómodas ni siquiera considera la trágica realidad de los pueblos indígenas y la población negra de Estados Unidos sometidos al exterminio y la discriminación más violentos en el momento de estas intervenciones supuestamente liberadoras en el extranjero. El registro histórico revela la crueldad de esta mistificación. Invariablemente, las intervenciones han sido dictadas por los intereses geopolíticos y económicos de Estados Unidos, en los que, además, Estados Unidos no son una excepción. Por el contrario, este siempre ha sido el caso para todos los imperios (ver la invasión de Rusia por Napoleón y Hitler).

Los registros históricos muestran que la prevalencia de los intereses imperiales de Estados Unidos a menudo ha llevado a borrar las aspiraciones de autodeterminación, libertad y democracia y a apoyar a los dictadores sedientos de sangre que resultó en devastación y muerte, la Guerra del Plátano en Nicaragua (1912), el apoyo al dictador cubano Fulgencio Batista y la operación militar en Bahía Cochinos de 1961, el apoyo al golpe militar en Brasil en 1964 y la caída de Salvador Allende en Chile (1973); del golpe contra el presidente Mohammad Mossaddegh, democráticamente elegido de Irán, (1953) al golpe de Estado contra Jacobo Árbenz, también democráticamente elegido, de Guatemala (1954); de la invasión a Vietnam para poner fin a la amenaza comunista (1965) a la invasión de Afganistán (2001), supuestamente para defenderse de los terroristas (que no eran afganos) que atacaron las Torres Gemelas de Nueva York,  después de haber apoyado en los veinte años anteriores a los muyahidines contra el gobierno comunista respaldado por la Unión Soviética; de la invasión de Irak en 2003 para eliminar a Saddam Hussein y sus armas de destrucción masiva (que no existían), a la intervención en Siria para defender a los rebeldes que eran en su mayoría (y son) islamistas radicales; de la intervención, a través de la OTAN, en los Balcanes sin autorización de la ONU (1995), a la destrucción de Libia (2011).

Siempre hubo «razones benevolentes» para estas intervenciones, que siempre tuvieron cómplices y aliados locales. ¿Qué quedará de la mártir Ucrania cuando termine la guerra (todas las guerras acaban algún día)? ¿En qué situación quedarán los otros países de Europa, especialmente Alemania y Francia, todavía dominados por la falsa idea de que el Plan Marshall fue la expresión de la filantropía desinteresada de Estados Unidos, a la que deben infinita gratitud y solidaridad incondicional? ¿Cómo quedará Rusia? ¿Qué equilibrio se puede hacer más allá de la muerte y la destrucción que la guerra siempre causa? ¿Por qué no hay un fuerte movimiento en Europa por una paz justa y duradera? Aunque la guerra se está librando en Europa, ¿están los europeos esperando que surja un movimiento contra la guerra en Estados Unidos para enlistarse en él con buena conciencia y sin riesgo de ser considerados amigos de Putin o comunistas?

Traducción de Bryan Vargas Reyes

Fuente: https://www.other-news.info/noticias/los-imperialismos/

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