miércoles, 1 de abril de 2020

PUBLICADO EN LA REVISTA DE ZARAGOZA, ESPAÑA, EL POLLO URBANO, ABRIL. 2020

República Dominicana: El Coronavirus.




Por Manuel Sogas

    La República Dominicana en el momento de redactar estas líneas cuenta  con dos indeseados galardones. Uno, que es, casi con toda seguridad, el primer Estado en que se ha producido la primera victima mortal de un bebé de seis meses. Dos, que es el primer Estado de Latinoamérica con el número más afectado por el coronavirus. Dos acontecimientos que acaban de ser confirmados.


Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en la República Dominicana

       En algunas provincias empieza a escasear el agua potable, circunstancia que ha podido ser comprobada por este corresponsal que, evidentemente, puede contribuir al agravamiento de la situación y a la que ya ha contribuido la noticia no confirmada, por lo que de momento no puede darse por buena, que se refería a la extensión del estado de sitio por un plazo de tiempo indefinido, que no coincide con la postura que mantiene la Junta Central Electoral de la celebración de elecciones a la Presidencia y al Congreso para el próximo 17 de mayo, pero que también podría tener visos de realidad si se tiene en cuenta la solicitud del Presidente del Colegio de Médicos Dominicano a la presidencia del gobierno para que el toque de queda que actualmente hoy es de cinco de la tarde a seis de la mañana se modifique para que sea absoluto.
     Cierta o no esta noticia que no hemos podido confirmar ha tenido efectos inmediatos, al romperse  el confinamiento que se mantenía para formar grandes colas en los establecimientos comerciales a fin de proveerse de alimentos, al igual que otras grandes colas ante los bancos para disponer de dinero en efectivo, hasta el punto que, al menos en Mao, una de las poblaciones significativas de la República, las dos entidades financieras del Banco de  Reservas (estatal) no han podido atender al gran número de personas que permanecían en su puertas a la espera de poder sacar dinero. Los avispados comerciantes no ha tardado en aparecer para subir el precio de sus mercancías.
 El foco inicial el coronavirus apareció en San Pedro de Macoris, la cuarta población de país, con una población aproximada de 300 mil personas, donde se reconocieron 718 infestados de los cuales murieron 28 personas que representaban el 42% del total de fallecidos. A los que hay que añadir la muerte de un joven a manos de la policía por arma de fuego al respetar el toque de queda, versión que no coincide del todo con la que dieron algunos de los testigos. 

    Esta población fue una de las pocas que fueron aisladas completamente cortando todos sus accesos por el ejército y la policía, accediendo a ella únicamente los servicios sanitarios y de socorro social; proveedores de alimentos y gas y los de medicamentos, así como la prensa de los diferentes medios.
   La capital, Santo Domingo, donde reside casi la mitad de la población dominicana, con una alta densidad poblacional, donde existe una gran pobreza y familias que vive en hacinamiento es donde se dan los mayores porcentajes tanto de infestados como de muerte, dándose la paradoja de que en Dajabón, una de las provincias más pobres  del Estado, que limita con Haití, no se conoce ningún caso de coronavirus.
 Las informaciones oficiales más recientes (de hace escasos momentos) señalan que el número de afectados se incrementa en toda la República Dominicana, y las necesidades cifradas en camas necesarias hasta mediados de abril es la de casi 4.000. 

    Los medios sanitarios materiales de los dispuestos para hacer frente a la pandemia son los hospitales públicos, incluidos el del Ejercito y de la Policía y las clínicas privadas, que por muchos y muy buenos que fueran son a todas luces insuficientes. Como ayudas sociales el gobierno ha dispuesto la donación de 5.000 pesos, unos 90 euros, para los más necesitados que no son pocos, a las que se suman los donativos voluntarios de algunas empresas; particulares de diversas profesiones; las oraciones religiosas y, la propuesta concreta del candidato al Senado Vinicio A. Castillo Seman, que ha propuesto al gobierno que suspenda el pago 21.000 millones de pesos dominicanos a la empresa Odebrecht, implicada en diversos casos de corrupción que se hallan en los tribunales, para dedicarlos a la lucha contra el coronavirus.

   No es menester acudir a ningún planteamiento rebuscado para calificar la situación de grave y preocupante, y si se quiere con algunos matices, no muy diferentes a las que se dan en este mismo aspecto en Italia y España,  a pesar de sus muchos teóricos medios materiales (porque en la práctica no se han visto a juzgar por los hechos), espejo en el que se miraban muchos latinoamericanos, pero si se pretende valorar completamente el hecho del coronavirus es preciso examinar el marco general económico, político e ideológico que tiene como trasfondo mundial donde aparece el coronavirus, de cuyo marco ha surgido como proceso, no metafísicamente, sin causa alguna, a pesar de que su origen se sitúe en un lugar concreto, cosa que por otra parte empieza a ser cuestionada por algunos autores, porque lo que no se puede esperar es que el problema lo solucione quien lo crea y no por mala voluntad, maldad, error o fallo, sino por la propia dinámica de funcionamiento interno del sistema del que parte. Y, ello, por simple lógica elemental.

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SOBRE TODO HAY QUE TENER MIEDO, PORQUE SI TIENES MIEDO EL MONARCAVIRUS NO TE PICA

(TERCEREAINFORAMCIÓN)

ACERCA DEL MONARCAVIRUS; LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVAVIRUS Y LA SINVERGONZONERÍAVIRUS DE LOS GOBIERNOSVIRUS QUE SE VIRUS DENOMINAN DE IZQUIERDAVIRUS: PRIVATIZAR QUIERE DECIR: QUE MIRA, IGNORANTE, ESTO QUE ES TUYO, QUE DURANTE GENERACIONES DE TRABAJADORES HAS IDO JUNTANDO, ME LO VOY A QUEDAR YO POR EL ALMA LA ABUELA Y ADEMÁS, LOS GASTOS LOS VAS A PAGAR TÚ, QUE COMO NO SABES POR DÓNDE TE DA EL AIRE A TÍ QUE MÁS TE DA. UN EJEMPLO, EL ARTÍCULO QUE SIGUE:



CCOO y UGT, los primeros enemigos de los trabajadores en Correos.

Diario octubre / 01.04.2020



El pasado día 29 de marzo, los Secretarios Generales de CCOO y de UGT en Correos entregaron una carta al Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en nombre de ambos sindicatos. 

En dicha carta, estos dos sindicatos consideran el papel relevante de Correos como un servicio público para los ciudadanos, de tal modo que puedan vivir el confinamiento en las mejores condiciones posibles, al igual que la sanidad, los transportes o los bomberos. Estos dos sindicatos se quejan al ministro de la imposición sin negociación con ellos de la implementación de lo recogido en el RD de Alarma aprobado el 14 de marzo, señalando esa razón como el motivo del “caos organizativo mayúsculo” al que se ha sumido “al conjunto de la compañía pública”, denunciando en dicha carta que ello implicó que “se obligó a miles de trabajadores/as a trabajar sin EPI y protección suficiente desde la noche del día 15 de marzo, lo cual ha llevado a que en Correos haya una altísima curva de contagios y cuarentenas, solo explicable por la excesiva exposición al contagio a la que se ha obligado a la plantilla”.

Por ello, tras la aprobación de las nuevas medidas adoptadas por el Consejo de Ministros contenidas en el Real decreto de 29 de marzo, esos sindicatos quieren que, esta vez, la Dirección de la empresa les tenga en consideración a la hora de “delimitar las actividades que Correos debe prestar, tanto las esenciales recogidas en el RD de 14 de marzo (y su posterior modificación en el RD de 17 de marzo), como aquéllas incluidas en el Servicio Postal Universal”.

Mientras la semana pasada los trabajadores de Correos realizaron las actividades contempladas en el Servicio Postal Universal, y ante la intención del Gobierno de hacer más fuerte el confinamiento, estas dos centrales sindicales que llevan décadas traicionando a los trabajadores, de Correos en particular y del conjunto del Estado español, en general, señalan al ministro que aparte de las que ya realizaban, pueden además, realizar “notificaciones administrativas” o, lo más vergonzoso, “paquetería de venta por internet, telefónica o correspondencia” y es que, claro está, a CCOO y UGT le importa mucho más que el negocio de empresas como Amazon vaya bien a que los trabajadores de Correos realicen el confinamiento.

Y hay que tener muy poca vergüenza para apelar en estos momentos al carácter público de Correos cuando están haciendo lo posible y lo indecible por privatizar dicha Empresa. Son esos sindicatos, CCOO y UGT, los primeros que animan a los funcionarios que todavía persisten en Correos a que pidan traslados a otros cuerpos del Estado, como por ejemplo la Seguridad Social, ante la posibilidad clara de privatización de la Empresa Estatal.

Dicen en la carta “CCOO y UGT consideramos que Correos puede y debe ser un servicio público central del Estado”. Sin embargo, esos dos sindicatos han colaborado y siguen colaborando con el Estado en los pasos necesarios para que Correos, finalmente, deje de ser pública, es decir, están colaborando con los sucesivos Gobiernos del Capital para la privatización de Correos. Proceso privatizador que se inicia en el año 1991 cuando Correos se transforma en un Organismo Autónomo de carácter comercial, cuando siempre había sido una Dirección General. En el año 1998 se da un salto cualitativo en el proceso de privatización de Correos con la aprobación por parte de las Cortes Generales de la Ley 24/1998, también llamada Ley de Servicio Postal Universal y de la Liberalización de los Servicios Postales, que era una transposición de la directiva postal de la Unión Europea 97/67/CE para la privatización de los Servicios Postales. Dicha ley generó un rechazo considerable en Correos, se convocaron varias huelgas en contra de lo que señalaban como la muerte del servicio público. Sin embargo, esas huelgas, que tuvieron en principio un carácter unitario, fueron desactivadas por el Gobierno alcanzando un acuerdo con CCOO y la Intersindical Gallega, donde ese sindicato que hoy, sin pudor ni vergüenza, reivindica a Correos como servicio público, no tuvo reparo en tragar que operadores privados acapararan servicios postales más rentables económicamente, debiéndose hacer cargo el operador público – CORREOS – del servicio público más deficitario. En el año 2000 se produjo otro paso decisivo, tanto para la privatización de Correos, como para dividir a los trabajadores de Correos en dos: el personal laboral, por un lado, y los funcionarios por el otro, ya que por la Ley 14/2000 de 29 de diciembre de medidas fiscales en su artículo 58, Correos pasa a constituirse como Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima. Es decir, Correos se estructura como una Sociedad Anónima.

Y a partir de aquí, la división de la plantilla en dos: Personal laboral adscritos a un Convenio de Empresa regido por el marco del Estatuto de los Trabajadores, y otra norma para el personal funcionario. También se empiezan a generar las bolsas de trabajo, es decir, la precariedad y la temporalidad tocan a la puerta de Correos. Una precariedad patente cuando se aprecia la nómina de un cartero, los cuales no pueden enfermar porque gran parte de su salario viene ligado al no absentismo, contemplándose como absentismo el enfermar. Llegando a la situación en la que se está hoy, donde en Correos cada vez hay menos funcionarios, más personal laboral y más personal de la bolsa, es decir, se han precarizado las condiciones laborales. Y no sólo eso, sino que los trabajadores de Correos cada vez tienen que lindear más, es decir, tienen que cubrir una zona mayor como consecuencia del éxodo de funcionarios y una reposición de trabajadores insuficiente. Así, Correos hoy está conformado en torno a un 25% de funcionarios y de un 75% de personal laboral.

Este marco laboral ha sido definido no sólo por unos Gobiernos enemigos de lo público, títeres de los monopolios y de la UE que no dudan en robar al pueblo por la vía de la privatización para entregárselo a sus amos, los grandes empresarios, sino también por los dos sindicatos que firman esa carta al ministro del pasado 29 de marzo y que, sin vergüenza alguna, reivindican a Correos como servicio público cuando han colaborado, y siguen haciéndolo, en la privatización de Correos y su deterioro, el cual se acentúa desde finales de 2010 con la aprobación de la Ley del Servicio Postal Universal.

¡Vergüenza le debería dar a CCOO y UGT en Correos preocuparse más de los intereses de los monopolios que de que los trabajadores de Correos puedan hacer el confinamiento! ¡Vergüenza le debería dar a CCOO y UGT los convenios que firman que son auténticos actos de traición a la plantilla de CORREOS! ¡Vergüenza les debería dar preocuparse más en ser Dirección de Empresa que en ser sindicatos que defiendan los intereses de los trabajadores y los organicen contra las agresiones que han perpetrado los sucesivos Gobiernos! Pero no les da vergüenza porque para ello hay que tener vergüenza, cosa de la que adolecen estos sindicatos desde hace mucho tiempo ya.

El capitalismo monopolista de Estado y sus nocivas políticas han llevado al desmantelamiento de la sanidad pública, han precarizado cada vez más la educación pública, en definitiva, han liquidado los servicios públicos al objeto de entregárselos regalados a los empresarios, en lo que es un robo a los trabajadores y una transferencia de riqueza hacia los empresarios. Esa política, dictada por los monopolios y su Gobierno europeo, la UE, que ha sido ejecutada por los Gobiernos entregados al Capital de PP y PSOE, no sólo ha llevado a la clase obrera a la indigencia material, sino que nos muestra que el capitalismo monopolista ya no se sostiene, como tampoco la UE que se ha desenmascarado tal y como es, una organización nacida para expoliar a los pueblos de Europa y del mundo y satisfacer los intereses de los monopolios alemanes, fundamentalmente. Y dentro de toda esa podredumbre, de ese capitalismo putrefacto que tanto daño hace a los trabajadores, tienen que incluirse los sindicatos entregados al capital, que no son más que extensiones del Estado capitalista y de los monopolios, como son CCOO y UGT.

Los trabajadores nos enfrentamos a momentos decisivos en los que, con un Estado absolutamente quebrado ya, la patronal va a intentar una nueva reforma laboral que “flexibilice el empleo” todavía más, es decir, que permita a los empresarios pagar menos y explotar mucho más a los trabajadores. Asimismo, van a tratar de saquear lo poco que quede, continuando por la senda de las privatizaciones. La burguesía se halla en guerra abierta contra los trabajadores, guerra sin cuartel en el terreno de la ideología a través de sus medios de comunicación, medios de manipulación de masas, y de sus caballos de Troya dentro del movimiento obrero, como son CCOO y UGT, los cuales pretenden conducir a los trabajadores por la vía del interclasismo, que no es más que el sometimiento y la subordinación de la clase obrera, y sus intereses, a la burguesía y los intereses de ésta.

Los trabajadores debemos ahora más que nunca rebelarnos ante esta situación de miseria que vivimos hoy y que se agudizará aún más, y pronto. La clase obrera debe caminar junto con el resto de las capas populares afectadas por el capitalismo, que es el auténtico mal que hay que combatir. Y la lucha debemos darla en un Frente Único del Pueblo que aglutine la política del pueblo trabajador, de los campesinos, de los estudiantes, de los parados, etc… y que permita la superación del criminal sistema capitalista y la construcción del Socialismo, máxima aspiración de la clase trabajadora, que le permita vivir con la dignidad que se merece.

¡Contra las privatizaciones, socialización de todas las empresas!

¡Por la unidad de la clase obrera, por la construcción del Frente Único del Pueblo!
¡Socialismo o Barbarie! 

Madrid, 31 de marzo de 2020

Secretaría de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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CORANOVIRUS: NI HÉROES NI SOLDADOS, SINO ALGO MUCHO MÁS NOBLE, NECESARIO Y ÚTIL A LA SOCIEDD QUE TODOS LOS HÉROES Y SOLDADOS JUNTOS: TRABAJADORES, LOS ÚNICOS DE LOS QUE NO PUEDE PRESCINDIR LA SOCIEDAD. SIN TRABAJO NO PUEDE EXISTIR LA SOCIEDAD



En la lucha contra el SARS-CoV-2

No queremos ser ni héroes ni soldados



Movimiento Asambleario de Trabajares de la Sanidad (MATS) 
vientosur
31.03.2020 

A nuestras/os compañeras/os de la sanidad y de las residencias.

A toda la sociedad.

No somos héroes ni soldados, somos trabajadoras y trabajadores de la sanidad y de las residencias de Madrid que estamos cumpliendo con nuestras obligaciones. Los discursos que oímos en estos días en boca de gobiernos y mandos militares son simple adulación. En boca de la ciudadanía es un gesto sincero que agradecemos.

Antes de esta crisis éramos lo que todo trabajador es en esta sociedad: una Mercancía en un mundo de mercancías. Un mundo mercantilizado porque se rige por un sistema (capitalismo), cuyo único objetivo es la creación de Valor en forma de ganancias y beneficios obscenos para unas minorías, a costa de la inmensa mayoría de la población.

Ahora que este sistema económico muestra su vulnerabilidad por la pandemia del SARS-C0V-2, descubren que no solo somos personas, sino buenas personas. Muchos están descubriendo que este sistema que se creía indestructible; por encima de los seres humanos, ajeno al trabajo humano y a la fuerza de trabajo explotada de millones de personas.... no lo es. Han descubierto que este sistema (capitalismo), solo puede funcionar y reproducirse con el trabajo humano; que por muchos avances tecnológicos, robots e inteligencia artificial.... la palanca que mueve el mundo es el ser humano; que la única Mercancía (dentro de los millones de unidades que se mueven en cada segundo) capaz de agregar Valor a cualquier producto o servicio es nuestra fuerza de trabajo.

Nosotros y nosotras que estábamos dormidos y alienados, también hemos comenzado a despertar. Ahora nos descubrimos unas a otras, entre balcones y ventanas, en la distancia que guardamos en el metro o autobús, o esperando en la cola del pan. Ahora que mientras trabajamos y atendemos pacientes en nuestros hospitales y residencias sentimos que todas estamos hechas de la misma materia humana frágil y delicada. Capaz de contagiarnos unas a otras y también de curarnos. Ahora que las cajeras del Super, los conductores de la EMT, las limpiadoras de las calles, los repartidores.... todos ellos y ellas, tenemos las mismas cosas en común: la naturaleza humana y la condición de clases trabajadoras.

Por eso no queremos que las autoridades nos traten como unos superhéroes o soldados. Porque lo que somos en realidad es la Comunidad del Trabajo que forma parte de una comunidad más amplia de seres humanos y no de mercancías. Una gran comunidad que debe, si quiere hacer frente a lo que inevitablemente se nos vendrá encima tras el coronavirus, romper con nuestras cadenas mentales y físicas: la alienación, el individualismo y el consumismo idiota. Tendremos que recomponer lazos desde abajo hacia arriba, empezando por aquellos que comparten intereses con nosotras (trabajadores/as) y siguiendo por aquellos que viven al lado, en el mismo barrio o ciudad.

Cuando el tsunami macabro pase de una vez, vendrán -por enésima vez- los profetas del capitalismo, los mismos que hoy nos llaman héroes y soldados, a pedirnos un sacrificio tras otro. ¿No lo hicieron ya en la gran recesión de 2007-2010? Rescataron los Bancos y Cajas de Ahorro a costa de nuestros salarios e impuestos. Nos convirtieron en pobres y precarios, mientras ellos se enriquecieron impúdicamente. Para esta nueva situación es para la que hay que prepararse; desde la conciencia colectiva de clase hasta la autoorganización barrial o ciudadana. Tenemos que construir una nueva comunidad de intereses de las clases populares en defensa de Un Programa de Emergencia social que aborde la reconstrucción económica de nuestro país desde contenidos solidarios: el fortalecimiento del sistema sanitario público, las residencias públicas, los cuidados; la renta mínima, el derecho a una vivienda, una educación o pensiones dignas, transporte público gratuito para los más necesitados. La reconstrucción que necesitaremos solo podrá hacerse desde abajo y con los de abajo. Nosotras te convocamos desde nuestras experiencias como trabajadoras de hospitales, centros y residencias; desde el apoyo mutuo entre millones de ciudadanos/as de este país.

¡¡¡¡Ayúdanos a difundir esta carta!!!! Muchas gracias.

Firman en representación del MATS:

Guillén del Barrio, Miguel Salas (Hospital Universitario de La Paz)
Eduardo Fernández (Hospital Infanta Sofía)
Sara Aboutayeb, Antonio Diaz, Jesús Jaén (Hospital Universitario de La Princesa)
Rosa María González (Residencia Vistalegre)
Elena Romero , Esther Fernández (Residencia Alcorcón)
Pedro Luna (Residencia Villaviciosa de Odón)
Luis López, Jose María Gracia, Lucía García Pilar Gómez (Hospital Universitario 12 de Octubre)
Mari Angeles Martín, Santiago Zarapauz, Elena Varela (Hospital Universitario Clínico San Carlos)
Diana Llorens, Mar Coloma, Javier Cordón (Hospital Universitario Ramón y Cajal)
Angel García (Hospital de El Escorial)
Rubén Herrera, Sergio Luis Hupa (Hospital Universitario Príncipe de Asturias)
Rafa Rubio (Hospital Universitario de Móstoles)
Carmen San José (Atención Primaria)
Inmaculada Mármol, Carmen Llorente (Hospital Universitario Puerta de Hierro)
Ana Merino,, Leda Llorente (Hospital de Villalba)
Wanda Castilla (Hospital Rey Juan Carlos)
Charo Alonso, Olga Alvarez, Ana Martínez (Hospital Universitario Gregorio Marañón)
Ivan Mozo (Hospital de Henares)

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SOBRE EL CORONAVIRUS



«Que la pandemia no entiende de clases solo se puede afirmar desde la clase acomodada»

Rebelión
01.04.2020


 Fuentes: Rebelión

Alfredo Caro Madonado es biólogo, máster y curso de doctorado en inmunología, doctorado en muerte celular, postdoctoral en inmunología y metabolismo, y segundo postdoctoral en cáncer. Desde hace algo más de tres años lleva la plataforma de divulgación científica Ciencia mundana

Fechemos la entrevista si te parece: 29 de marzo. El Congreso de los Diputados español aprobó el pasado jueves (de madrugada) la prolongación 15 días más del Estado de alarma. Desde tu punto de vista, como científico, ¿te parece razonable esa medida? ¿No queda otra? ¿Hay que seguir en casa?

Hay un meme circulando que dice “Ha llegado el capitán a posteriori”. 


No, no quiero ser ese capitán. No voy a criticar a posteriori lo que tendría que haberse hecho en momentos donde no había suficiente información y era difícil prever la propagación del virus. Sin embargo, tenemos que hacer un análisis político de las cosas que sí se podrían haber previsto. 

Sí, las circunstancias actuales exigen una prolongación del estado de alarma porque:
– Un Estado como el nuestro tendría que haber sido capaz de diagnosticar a toda la población en riesgo para así aislar con garantías a todas las personas positivas. 

– Un Estado como el nuestro tendría que haber preparado infraestructuras (incluidos hospitales privados y hoteles), camas, respiradores y EPIs (Equipo de protección individual) pensando en el peor de los escenarios.

– Un Estado como el nuestro tendría que haber paralizado todos los sectores productivos no imprescindibles garantizando el sustento y el empleo en el futuro de esos trabajadores con una renta básica universal, por ejemplo, para no ahondar en las diferencias en salud por los condicionantes sociales. 

Como todo eso no es posible, porque nuestro estado social ha sido parcialmente desmantelado y privatizado en la última década, y donde lo productivo prima sobre la vida, nos encontramos en una situación en la que la única salida es la coercitiva. 

Ha circulado estos días por la red y canales afines una entrevista a Miquel Porta. Se manifiesta en ella contra el simplismo y señala la complejidad de las decisiones en el ámbito de la salud pública. ¿Algún comentario sobre lo que Porta defiende en esa conversación (https://www.cronicapopular.es/2020/03/miquel-porta-los-intentos-del-secesionismo-de-aprovecharse-de-la-pandemia-son-indecentes-y-muy-daninos/)?

Estoy bastante de acuerdo con él en esto: “Una cosa es ser un buen albañil o una buena arquitecta, un buen trabajador o trabajadora de la construcción, y otra cosa distinta es gestionar el urbanismo de una ciudad”. Más allá de que ninguna labor es más importante que la otra, ni está por encima, y que no comparto el concepto de gestor, la labor de la figura política que tiene que gestionar el urbanismo es tener una visión general aunque no sepa poner un ladrillo. 

Esta crisis ha sacado al epidemiólogo que todas las personas llevan dentro. Hasta los entrenadores de fútbol sabían lo que tenía que hacer el Gobierno. En el caso de España, Fernando Simón ha hecho una labor muy difícil. Es un orfebre que tenía un barro de malísima calidad: ¿qué medidas tomar que sean compatibles con el liberalismo? Es imposible, hay que tomar medidas antiliberales. Han tardado un mes, y siendo muy cuidadosos en no tocar lo más mínimo al gran capital. Mientras escribo estas líneas, Sánchez anuncia que van a cerrar toda actividad productiva “no esencial”. 

Sin embargo, parece que Fernando Simón vive en una burbuja, alejado de la realidad, o que sus directivas no llegan, o no sé. Porque dice ayer mismo: «Cuando hay un profesional sanitario afectado, todos los profesionales que hay a su alrededor son testados y se identifica a los que son positivos» Pero los profesionales se le han echado encima porque eso no es cierto. ¿Miente? ¿No conoce la realidad? ¿Es un querer pero no poder?

Por otro lado, cualquier medida sanitaria, sea farmacéutica o no, tiene consecuencias individuales y sociales. En el caso de las medidas contra la pandemia, en un contexto liberal y empleocentrista, tiene primero unas consecuencias fortísimas sobre el empleo. Después, prevenir la expansión del virus mediante confinamiento tiene consecuencias potencialmente serias sobre la salud de la sociedad, desde los derivados del mayor sedentarismo a la ansiedad u otros síntomas y problemas psicológicos, sin olvidar cuestiones como el posible agravamiento de situaciones de violencia de genero. 

Además, está la derivación de recursos de Atención Primaria (AP) hacia los hospitales: están cerrando centros de salud para abrir hospitales de campaña. Esto en parte es comprensible porque la situación es extrema, pero en parte viene de que el sistema es poco robusto (por los recortes previos) y tiende a minusvalorar el rol de la AP (con mas potencial de estar “pegada” a la comunidad). 

Así que los que deciden tomar medidas coercitivas tienen que ser capaces de ver la salud en su conjunto, no únicamente desde el punto de vista de la expansión del virus. Como gestionar el urbanismo de una ciudad. 

¿Cómo ves la situación de la pandemia en estos momentos en España? ¿No sorprende que seamos uno de los países del mundo con más fallecidos y con más contagiados controlados? Y hablo en términos absolutos, no en términos relativos a la población.

Como siempre, muchos grises. 

Por un lado, el modo en que se están presentando las estadísticas por parte de los medios es erróneo, y no sé si intencionalmente, por sensacionalismo. En este hilo de Twitter (sí, hay gente muy buena que por desgracia no escribe artículos sino “hilos de Twitter”), se explica bien. Si visualizamos el número de contagiados y muertos diarios, pues la conclusión es negativa, es casi dramática. Pero si lo mostramos en forma de tasas de incremento, las medidas de confinamiento están teniendo efecto. Aquí dos ejemplos de hace unos días de España e Italia:





¿Por qué? 

Buena pregunta: ¿por qué?

Porque lo importante en una epidemia es cuántos nuevos enfermos hay por enfermo existente, y no de manera total. 

O sea, estas medidas coercitivas, fruto, como decía antes, de un estado social y sanitario parcialmente fallido están teniendo resultado. Tenemos que bajar de 1 en ese eje, o sea, que haya menos de un contagiado nuevo por uno ya existente, la única manera de que baje el número de contagiados.

Durante semanas se ha seguido yendo a trabajar en sectores productivos no imprescindibles. 

Con respecto al número de muertos hay varias hipótesis en circulación. Nuestros mayores han estado muy expuestos. Se han cerrado los colegios antes del confinamiento. ¿quién se ha ocupado de esos niños? Nuestros mayores han ido a comprar, han estado más en contacto con sus hijos e hijas que volvían del trabajo, del transporte público, etc. El Estado no se ha hecho cargo. En Madrid, ya se ha dicho, faltan muchísimas camas. Hay una relación clara entre falta de camas y mortalidad. Tenemos una población más envejecida que China. 

Y como decíamos el otro día, el denominador está mal, existen algunas fuentes que dicen que en realidad hay diez veces más de contagiados que los declarados. El mismo Fernando Simón ha dicho que solo conoceremos el verdadero alcance del virus cuando en el futuro se hagan pruebas serológicas masivas, si es que alguna vez se hacen. 

¿Pruebas serológicas masivas? ¿Qué es eso?

Básicamente: cuando antes hablaba de la memoria de nuestro sistema inmune frente a un agente infeccioso concreto, esas células encargadas de ese agente producen durante el resto de la vida moléculas específicas, los anticuerpos. Con esas pruebas serológicas sabremos si hemos estado en contacto con el virus y además si hace más o menos de una semana. 

Insisto en un punto doloroso. La gente está muy alarmada por lo que ocurre en las residencias españolas. ¿Qué está pasando allí? ¿Lo sucedido se explica básicamente porque los mayores son un grupo de riesgo?

Buena parte de mi familia se dedica al cuidado de mayores en residencias catalanas. Las condiciones son lamentables desde siempre. Malos tratos, sarna, soledad, precariedad y falta de medios en residencias concertadas. En los últimos años se ha llegado a despedir a trabajadoras por denunciar malos tratos a los ancianos. Siendo así, ¿qué podíamos esperar de una situación como la actual? Pues que las trabajadoras, con todo el derecho y tras haber soportado la carga de semejante sistema, se dan de baja ante la presión y/o el contagio. Y que los ancianos mueran y pasen un par de días ya fallecidos hasta que alguien pase a retirar sus cuerpos. El Gobierno, especialmente la coalición de izquierdas, tendría que reconocer que solo en un Estado fallido el ejército tiene que ocuparse de los cuerpos de aquellos que dieron su vida trabajando por nuestro bienestar. Los ancianos (pobres) son un grupo de riesgo, pero no sólo desde el punto de vista inmunológico. 

Hemos externalizado a los mayores. Los hemos convertido en un negocio privado cuya prioridad son los beneficios y no el bienestar. 

En el momento en que te pregunto, Alemania tiene unos 40.000 contagiados pero apenas han fallecido 150 personas. ¿Cómo se explica un dato así? 

Aquí hay tema y polémica. Como siempre, son varias las hipótesis. 

Me llegan testimonios de sanitarios españoles trabajando en Colonia, que dicen que no se están contabilizando muchos posibles fallecidos por SARS-COV-2 porque no se están haciendo las pruebas. Por ejemplo: en el caso de una persona anciana muerta por insuficiencia respiratoria, a toda la familia le hicieron la prueba y dieron positivo, a ella no. 

En Alemania existe el sistema de copago, mucha gente está muriendo en casa o en residencias y no se le está haciendo la prueba. 

Por otro lado, y aparentemente contradictorio, en este artículo de la BBC (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51980118), se describen dos motivos: su capacidad de diagnóstico (o sea, el denominador del que hablábamos) y el número de camas (8 en Alemania, unas 3 en España, por 1.000 habitantes según el propio artículo de la BBC. 


Lo que se cae por su peso es la hipótesis genética, que es básicamente racista.
Pero esas diferencias no se dan únicamente entre países o incluso regiones, sino entre barrios. La idea de que la crisis del SARS-cov-2 no entiende de clases como decía la ministra portavoz solo se puede decir desde la clase acomodada. En Barcelona hay más acumulación de casos en los barrios populares. 

En muchos países de América Latina, al menos hasta el momento, el número de personas contagiadas es muy inferior. ¿Por qué? ¿Por el Atlántico?

Esto hay que verlo en un par de semanas, llevan un retraso con el contagio. Además, su capacidad de diagnóstico es aún peor que el nuestro y su población mucho más joven. 

Anthony Fauci, el responsable del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., advirtió hace unos días de que el covid-19 podría reaparecer en «ciclos» anuales. ¿Y eso qué significa exactamente? ¿Está anunciando más pandemias?

No me gustan mucho esas previsiones. Lo que parece más probable es que este virus ha venido para quedarse. Pero aún no tenemos datos sobre inmunogenicidad, o sea, no sabemos la memoria poblacional, la inmunidad de grupo. No sabemos si esos supuestos casos de reinfecciones son anecdóticos o no. 

Por otro lado, la capacidad de mutación de un virus también depende de su morbilidad. O sea, se necesitan muchos contagios para que se produzcan mutaciones que lo hagan más letal o contagioso. Si acaso, lo que suele suceder es lo contrario, una adaptación entre nuestro sistema inmune (y sanitario) y la letalidad del virus. 

Así que siendo razonadamente optimistas, tendremos una vacuna de eficacia y distribución desconocidas y cierta inmunidad de grupo, que hará que el virus sea estacional pero no pandémico o tan letal como en la actualidad. 

En una reciente entrevista, un virólogo español que trabaja en Estados Unidos, Adolfo García Sastre, señalaba que los gobiernos deben gastar en prevenir pandemias lo mismo que en Defensa. Desde un punto de vista científico, sin entrar en polémicas políticas, ¿te parece razonable esa afirmación o es una exageración formulada para llamar la atención? 

Yo opto más por los análisis cualitativos que cuantitativos. ¿A qué se refiere con prevenir? ¿Se refiere a revertir la disminución de la biodiversidad para así reducir las probabilidades de los saltos de los virus entre animales y seres humanos? ¿Se refiere a tener, como venimos hablando, una capacidad de aislamiento y diagnóstico suficiente? ¿O se refiere, sin embargo a “biotecnificar” la prevención, o sea, a invertir masivamente en la industria biomédica para que su capacidad de producir medicamentos y vacunas sea mayor?

No creo que se trate de una cuestión únicamente de inversión sino de un cambio estructural de la sanidad desde el punto de vista preventivo, poniendo el foco en los determinantes sociales y en salud pública. Porque el problema no es únicamente que haya disminuido mucho el gasto general en sanidad, sino que donde más ha disminuido ha sido en los ámbitos poco tecnológicos como salud pública y AP (atención primaria). De hecho en la Comunidad de Madrid, la más afectada y con grandes diferencias en mortalidad con Euskadi, se eliminó la dirección general de salud pública porque se pensó que no era necesaria, y esta dirección general habría sido la responsable de prever, coordinar y dar protocolos frente a la epidemia, evitando así toda la improvisación existente. 

En esa misma entrevista García Sastre afirmaba que, aún consiguiendo una vacuna, no se podrá erradicar completamente el coronavirus. ¿Por qué? ¿No existe entonces una solución definitiva?

Aquí estoy más de acuerdo. Y ojalá nos equivoquemos. Tenemos vacunas decentes frente a enfermedades como la polio o el sarampión y hemos sido incapaces de erradicarlas. Por diversas razones, pero sobre todo, de nuevo, los determinantes sociales. Así que veo difícil que podamos erradicar el SARS-Cov-2.

Me permito insistir en algo que ya has comentado. En un artículo del pasado jueves (https://rafaelpoch.com/2020/03/26/aforismos-del-coronavirus/#more-446), Rafael Poch de Feliu contaba lo siguiente: “’Tendremos el número de afectados que queramos’, dice un funcionario gubernamental extranjero a un amigo que le telefonea para interesarse por el estado de la pandemia en su país. La confesión resume una vieja certeza: en situaciones de crisis como la que nos encontramos, la estadística es una decisión de Estado. Según como cuentes te salen unos números u otros. Manda la razón de Estado”. ¿Es así? ¿No hay que fiarse de los números? ¿Las estadísticas están amañadas? ¿La razón de Estado lo confunde todo?

Espero que sea una metáfora. Estoy de acuerdo con Poch en que centrarse en lo nacional y en el patriotismo es absurdo en una crisis global. No hablemos de la falta de solidaridad intraeuropea. Pero sería un tiro al pie no hacer bien las estadísticas. Confío en que no se están haciendo bien por falta de recursos, pero en el futuro se tendrían que hacer de manera retroactiva con un objetivo científico: cuánta gente se ha contagiado, cómo se ha transmitido, para ver si las medidas de contención han funcionado y cómo. Esas cosas sí dependen de factores locales y no pueden ser extrapoladas desde China, por ejemplo. Estos datos, de calidad, son tan importantes como una vacuna. 

Pero como no quiero dar una respuesta sin su explicación contradictoria, como creo que toca en estas circunstancias, Íñigo Ugarte publica unas estadísticas que plantean que España es el 2º país del mundo que más tests realiza, algo que es muy criticado en las redes por no ser datos ciertos. Si eso fuese cierto, que yo no lo creo, qué explicaría entonces nuestra altísima mortalidad si no es la infravaloración del total de contagios. Y más paradojas, mira esta gráfica:


La mortalidad total es bastante mayor. Y con el tiempo veremos que la epidemia aumentará la mortalidad total, no sólo por aquellas no diagnosticadas correctamente sino porque cuando ponemos al sistema sanitario patas arriba para priorizar al SARS-cov-2, dejamos el resto de enfermedades descubiertas. Esta epidemia no ha eliminado al resto de enfermos.

Miguel Barajas, investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra, señalaba que la idea central del equipo de investigación que dirige era “estimular al sistema inmunitario preparándolo para el ataque del coronavirus». ¿Te parece razonable? ¿Cómo se consigue esa estimulación?

Antes decía que centrar las diferencias de mortalidad en una cuestión poblacional, de “etnia”, era un disparate. Pero habría que matizarlo. Se sabe que determinados perfiles genéticos en unos genes llamados HLA son fruto de variabilidad en la respuesta a una infección. Pero la “eficiencia” en el sistema inmune no es solo una cuestión de “estímulo”, también de contención. Me explico. 

Adelante con la explicación

Parece que hay personas jóvenes sin otras patologías que enferman fuertemente de neumonía y esto es debido no a un sistema inmune no estimulado, sino precisamente a una respuesta inmune excesiva. Esta mañana leía este artículo de uno de los inmunólogos más relevantes de Italia, en el ojo del huracán, con el que tengo contacto, donde plantean que el problema de este virus es la respuesta inmune exagerada, la “tormenta de citoquinas por la sepsis viral” como lo llama. Y que curiosamente los sistemas inmunes “inmaduros” como lo de los niños protegen contra el virus. O sea, nuestras defensas reaccionan ante ese agente desconocido de manera desproporcionada, lo que lleva a mayor inflamación y neumonía. 

Lo que plantea Miguel Barajas, en mi opinión, no tiene ningún sentido inmunológico. Y a lo mejor me faltan detalles de su propuesta que no aparecen en la entrevista y estoy metiendo la pata. 

El sistema inmune tiene dos modos de defenderse de una infección: la respuesta innata y la adaptativa. La primera es inespecífica, pero es necesaria para que exista la segunda. O sea, los componentes moleculares del agente infeccioso despiertan una respuesta inmune que permite que se genere la memoria específica contra la infección. De ahí que haya que usar adyuvantes en las vacunas que provoquen esa respuesta innata imitando sus componente moleculares. Cuando en el futuro el agente infeccioso vuelve a aparecer, tenemos una serie de células que reconocen específicamente ese agente y reaccionarán de manera muy eficiente y evitarán que ocurra de nuevo la enfermedad. Además de que los anticuerpos a menudo también impiden que el virus se pegue a la célula a infectar. 

En el caso del SARS-cov-2, hacer un cóctel de vacunas estimulará durante unos pocos días, menos de una semana, al sistema inmune (por la mezcla de antígenos conocidos y los adyuvantes), pero a la semana ese posible efecto protector pasará. Y no habrá respuesta. 

Entonces, en mi opinión, la única estrategia farmacológica con sentido ahora mismo son los interferones y los antiretrovirales, más los paliativos (antiinflamatorios y fármacos contra la neumonía), claro. 

Disculpa que me haya puesto demasiado técnico, pero se alargaría demasiado esta respuesta si lo explicara de manera más sencilla. 

Nada de qué disculparte, más bien lo contrario. Gracias,

Permíteme que copie el paso inicial de un artículo reciente (“Un cataclismo previsto” https://elpais.com/elpais/2020/03/21/opinion/1584787828_176852.html) de Juan Luis Cebrián, nada sospechoso de izquierdismo. Dice así:

En septiembre del año pasado un informe de las Naciones Unidas y el Banco Mundial avisaba del serio peligro de una pandemia que, además de cercenar vidas humanas, destruiría las economías y provocaría un caos social. Llamaba a prepararse para lo peor: una epidemia planetaria de una gripe especialmente letal transmitida por vía respiratoria. Señalaba que un germen patógeno de esas características podía tanto originarse de forma natural como ser diseñado y creado en un laboratorio, a fin de producir un arma biológica. Y hacía un llamamiento a los Estados e instituciones internacionales para que tomaran medidas a fin de conjurar lo que ya se describía como una acechanza cierta. La presidenta del grupo que firmaba el informe, Gro Harlem Brundtland, antigua primera ministra de Noruega y exdirectora de la Organización Mundial de la Salud, denunció que un brote de enfermedad a gran escala era una perspectiva tan alarmante como absolutamente realista y podía encaminarnos hacia el equivalente en el siglo XXI de la “gripe española” de 1918, que mató a cerca de 50 millones de personas. Denunció además que ningún Gobierno estaba preparado para ello, ni había implementado el Reglamento Sanitario Internacional al respecto, aunque todos lo habían aceptado. “No sorprende” —dijo— “que el mundo esté tan mal provisto ante una pandemia de avance rápido transmitida por el aire”.

¿Es así? ¿Exagera Cebrián? ¿Tenía razón Gro Harlem Brundtland, si fue así, cuando afirmaba que ningún gobierno estaba preparado ni tampoco había implementado el Reglamento Sanitario Internacional al respecto (que yo desconozco)? ¿Por qué no hubo, si fue el caso, oídos receptores del mensaje?

El riesgo de pandemia se viene estudiando, sí, desde hace décadas. Por la disminución de la biodiversidad, el aumento de la densidad demográfica, los movimientos humanos (migratorios, turismo, transporte de mercancías, etc.) y la disminución de la capacidad de los sistemas sanitarios. 

Aquí no soy ni de lejos un experto. Pero sí estoy leyendo a estos. Según salubristas como Javier Padilla, no hay ningún sistema en ningún país que estuviera bien preparado. Solo los países que ya habían pasado por algo parecido (China, Japón, Singapur…) han tenido una respuesta algo más eficaz. Perdona que insista, pero políticas liberales y salud pública se ha visto que son bastante opuestas. 

¿Quieres añadir algo más? Por mi parte no te extrañe que vuelva a molestarte la semana que viene.

Mejor no, mejor no añado, que me ha quedado un poco largo. Solo recomendar muchísimo este debate organizado por Anticapitalistas donde participan tres sanitarias: https://youtu.be/xCrR8jNJI3Y

Gracias, muchas gracias. Hasta la próxima.

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