miércoles, 9 de septiembre de 2015

REFUGIADOS; NO DEBEMOS LEGITIMAR CON NUESTRO VOTO A NINGÚN GOBIERNO NI A JEFES DE PARTIDOS POLÍTICOS CRIMINALES


Los gobiernos europeos y la dictadura siria de Al Assad son responsables de las muertes de miles de refugiados, como el niño Aylan Kurdi

UIT-CI
Rebelión
09.09.2015

Comunicado de Unidad Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional


El mundo entero quedó consternado con la foto del niño sirio llamado Aylan Kurdi, de tan solo 3 años, el pequeño murió al lado de su hermano y de su madre, el único superviviente de la familia fue su padre. Ellos venían de la ciudad de Kobane y huían de las atrocidades del régimen de Bashar Al Assad de Siria, de los bombardeos de la OTAN y del reaccionario ISIS, que surgió como otra fuerza en Siria para destruir la lucha del pueblo sirio y kurdo.

La familia estaba intentando llegar a Canadá, donde tenían familiares. Habían intentado varias veces el asilo en este país, lo que le fue negado. Lo mismo ocurre con los gobiernos imperialistas de Europa. Lo ocurrido con el niño Aylan es parte del drama cotidiano de miles de inmigrantes y refugiados que mueren o arriesgan sus vidas cruzando el Mediterráneo.

Los gobiernos europeos levantan muros, vallas y "blindan" sus fronteras con policías, militares, patrulleras, expulsiones y leyes de extranjería. Mientras dejan correr, de hecho, a la dictadura de Al Assad que es una de las causas de que miles de sirios escapen de sus bombardeos masivos y ataques químicos. El cinismo de los gobiernos de la Unión Europea(UE), de Merkel u Hollande, no tiene límites. Se acuerdan de la guerra cuando las consecuencias les llega a Europa. Son los mismos gobiernos de la OTAN que hoy cierran sus fronteras los que apoyan directa o indirectamente al dictador Bashar Al Assad y sus masacres que ya suman 300.000 víctimas. Los refugiados provienen de Siria y, en menor medida, de Afganistán, Irak, Eritrea y otros países africanos. Se tratan de miles y miles de jóvenes, trabajadores, familias que huyen de la violencia, la persecución o la miseria que le imponen la crisis económica y social del sistema capitalista-imperialista.

Para la UE sólo se trata de levantar muros, de abordar la inmigración como un problema de orden público. Cada muro que se levanta en Europa abre un nuevo negocio para las mafias, que se lucran de la desesperación. Su "mercado" es inagotable. La mejor manera de luchar contra los traficantes es abrir las puertas a la entrada legal de los refugiados y acabar con el tratado de Schengen y las leyes de extranjería, es poner fin al expolio, es dejar de avalar y armar a los tiranos.

Los pueblos europeos, a diferencia de sus gobiernos, están dando una demostración de solidaridad con los refugiados. La población de Islandia ofrece asilo en sus casas a los refugiados, el pueblo serbio da solidaridad abierta en Belgrado o la movilización de 30 mil personas en Viena (Austria) expresando su solidaridad y disposición a que se abran las fronteras a los inmigrantes. Es urgente abrir todas las fronteras de Europa permitiendo y facilitando la libre circulación de los miles de refugiados, otorgando asilo, vivienda y trabajo a cada uno. Se les debe prestar asistencia para escapar de sus países de origen y que no mueran en el intento. Esta exigencia es extensiva a los gobiernos del mundo, cesando inmediatamente el apoyo a las dictaduras como la de Siria y las intervenciones imperialistas y del reaccionario ISIS. Por todo esto debemos denunciar a los gobernantes de Europa y de Estados Unidos que vienen condenando a muerte a miles y miles de refugiados y dar apoyo a los refugiados y a la lucha del pueblo sirio. Llamamos a la movilización de los pueblos, de los trabajadores y la juventud del mundo, a las organizaciones de trabajadores y solidaria con los refugiados, a enfrentar las políticas de extranjería de los gobiernos y contra el régimen de Al Assad y el ISIS, en solidaridad con el pueblo sirio.

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RESPONDERÁ DE ESTAS MISERIAS Y SUFRIMIENTOS ALGÚN POLÍTICO, BANQUERO, RICACHO, PETROLERO, FABRICANTE DE ARMAS O EL MINISTRO DE ARMADO ESPAÑOL SEÑOR MORENÉS?


Los refugiados sirios y la mano negra de la CIA

Rebelión
Sputnik
09.09.2015


El éxodo de miles de personas no sólo cruza ya el Mediterráneo en barcos ruinosos, botes inseguros y balsas rudimentarias sino que además, en los dos últimos meses, ha comenzado a llegar desde Turquía a través del continente en una ruta marcada por la desesperación.

© REUTERS/ MARKO DJURICA


Los inmigrantes forzados tienen que cruzar cinco países —Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Austria- hasta alcanzar la anhelada Alemania. La enorme mayoría de ellos procede de Siria, pero también hay oriundos de Irak, Eritrea o Afganistán. El flujo es incesante. Estremecedor. En ocasiones mortífero. La afluencia a las islas griegas del Mar Egeo contiguas a las costas turcas ha sido un 327% mayor que en 2014, según los datos de la policía de Grecia. Sólo en el mes de julio, el número de inmigrantes que han cruzado las fronteras de la Unión Europea ha llegado a los 107.500, triplicando la cifra que se produjo el año pasado. En junio ya fueron 70.000 y se espera que en agosto se alcance un nuevo récord alarmante.

Pero, ¿por qué se ha acelerado precisamente ahora este proceso migratorio? ¿Por qué no se ha dado antes, meses atrás, por ejemplo en primavera, teniendo en cuenta que la guerra civil siria cumple cinco años? ¿Qué circunstancias han confluido para que ocurriera este desastre? ¿Acaso no es una crisis inducida desde el exterior? ¿Qué papel está jugando la Unión Europea? ¿Y Estados Unidos?

Este caos migratorio no es nada casual. Es fruto de un contexto geopolítico muy concreto. Veamos cuál es.


© REUTERS/ UMIT BEKTAS


Turquía da cobijo a 1,9 millones de refugiados sirios, de los 4 millones que han abandonado su patria desde que empezó el conflicto armado en marzo de 2011. Desde entonces el Gobierno de Ankara se ha gastado 4.000 millones de dólares en atender sus necesidades básicas. Más de 250.000 de esos refugiados viven en 23 campamentos mantenidos por las autoridades. El resto vive fuera de esos campos, en comunidades que se extienden a lo largo de la frontera turco-siria. En la región, 1,1 millones de refugiados se encuentran en Líbano, 629.000 en Jordania, 249.000 en Irak y 132.000 en Egipto.

Hasta junio los desplazados empleaban preferentemente la ruta marítima. Se embarcaban en Libia o en Túnez e intentaban cruzar los kilómetros de mar que les separan de la isla italiana de Lampedusa. Pero esa tendencia ha cambiado. Ahora los que huyen del horror y el hambre son capaces de llegar hasta Bodrum, en el oeste de Turquía, y pasar a Kos, ya en territorio de Grecia. Es decir, disfrutan de mayor libertad de movimientos gracias a las organizaciones criminales que trafican a personas y que actúan en connivencia con guardias de fronteras y policías corruptos.

 © AP PHOTO/ ALEXANDER ZEMLIANICHENKO


¿Qué ocurrió en julio? Pues que, después de meses de presiones ejercidas por Estados Unidos, Turquía decidió tomar un papel mucho más activo en la lucha contra los radicales del Estado Islámico (EI) que combaten al presidente sirio Bashar Asad. En concreto, aceptó que el Pentágono pueda utilizar la estratégica base militar de Incirlik para bombardear objetivos de los yihadistas. A principios de agosto hasta allí se desplegaron seis cazas F-16 de la USAF, la Fuerza Aérea norteamericana. En julio también se produjo la primera ofensiva aérea de los propios turcos que empiezan a ver amenazada su seguridad e integridad territoriales. Paralelamente, la cercanía de los combates a varias aldeas fronterizas provocó nuevas oleadas de refugiados.



© REUTERS/ YANNIS BEHRAKIS


¿Quién es el responsable directo de este inusual fenómeno migratorio hacia Europa? Algunos apuntan a la CIA y sus filiales. La última voz ha sido un miembro anónimo de los servicios de información austriacos que desveló a la revista austriaca Direkt que organizaciones estadounidenses pagan a los grupos mafiosos para que transporten al día a miles de inmigrantes rumbo al Viejo Continente.

Sin desvelar su identidad, la publicación dio la palabra a un agente del Abwehramt (AbwA), los servicios secretos militares de Austria, quien explicó que los traficantes de personas piden de media entre los 7.000 y los 14.000 euros para organizar los viajes ilegales. Poco les importa que a veces terminen de forma trágica como demuestra el hecho de que recientemente se encontrara un camión frigorífico con 70 cadáveres en su interior, abandonado en una autopista de Austria.

"Disponemos de indicaciones que demuestran que organizaciones de Estados Unidos han creado un sistema de cofinanciación y contribuyen de forma sustancial a pagar los gastos del viaje. La mayoría de los candidatos refugiados pagarían 11.000 euros en especie. ¿Nadie se pregunta de dónde viene el dinero?", declaró el agente, para quien la estrategia consiste en inundar Europa de inmigrantes.

La CIA, que entrena y arma a los rebeldes sirios, ya nos tiene acostumbrados a emplear ONG de aspecto inocente para llevar a cabo sus operaciones encubiertas o clandestinas. El caso más claro tiene nombre y apellidos: la Fundación Nacional para la Democracia o National Endowment for Democracy (NED), nacida en la era de Ronald Reagan y cuyos tentáculos se extienden por América Latina y Europa del Este.

¿Y cuál ha sido la respuesta de Europa? Lenta y desunida. Como casi siempre.


© REUTERS/ UMIT BEKTAS


La Unión Europea ha estado mirando durante mucho tiempo para otro lado en lo que se refiere a la tragedia siria. Y su pasividad ha sido otro factor desencadenante. La crisis migratoria ha motivado que Alemania y Francia busquen la entrada en vigor cuanto antes de un sistema europeo unificado de derecho de asilo que restrinja los criterios de entrada; quieren que Italia y Grecia abran de inmediato los centros de refugiados; y reclaman que el resto de los países europeos, especialmente Reino Unido, asuman su parte de responsabilidad en la acogida de refugiados. La cuestión no está nada madura pues plantea una cuota de refugiados dependiendo de la capacidad de cada país, y eso no gusta a varios gobiernos. La idea necesitará sin duda la aprobación en un Consejo Europeo extraordinario que ya ha sido convocado de forma implícita por la canciller germana Angela Merkel.

La magnitud de la crisis migratoria ha tenido su colofón a mediados de mes cuando Macedonia declaró el estado de emergencia y cerró su frontera meridional durante dos días. La policía y el Ejército utilizaron armas de fuego para impedir la entrada de refugiados. En Serbia se produjeron malos tratos, devoluciones "en caliente" y detenciones ilegales. En Hungría, que forma parte del espacio Schengen (sin fronteras interiores) y está terminando una valla de 175 kilómetros a lo largo de la frontera con Serbia, ha aumentado la xenofobia reinante. Igual que en Alemania, que sufre la peor ola de racismo desde su reunificación en 1991.
 




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MARIANO RAJOY. A MI ME ATERRORIZA USTED Y SUS AMOS DE A, ANTE, BAJO,CON Y CONTRA QUE LE MANDAN LA FORMA EN CÓMO Y QUÉ HA DE ROBARNOS

La falseada cuestión de los “migrantes” y refugiados que llegan a la UE

Rebelión
Alainet
09.09.2015

Las reacciones que las olas migratorias de refugiados provenientes del Oriente Medio, de Siria y otros países, están causando en los países de la Unión Europea (UE) confirma que las elites europeas nada aprendieron de su propia historia pasada y reciente, y que por esa razón son incapaces de pensar y proponer soluciones a problemas cruciales que afligen y afligirán a esa región. 

Nada aprendieron estas elites de las consecuencias de las políticas coloniales e imperiales en los pueblos de los otros continentes, ni en sus propios pueblos. 

La rigidez del “patrón oro” y el liberalismo a ultranza que lanzó una rebatiña imperial y condujo a la Gran Depresión, al fascismo y a la segunda Guerra Mundial es reproducida en el euro, que está provocando depresiones económicas y disolución social en Grecia y otros países de la UE con deudas impagables. 

Tampoco aprendieron las lecciones del pasado de que no hay que coquetear con el fascismo, como muestra el apoyo (sin problema de consciencia) al régimen oligárquico-fascista en Ucrania que está llevando a cabo la política anti-rusa de Washington. 

Porque nada aprenden, para seguir la misma política, es que no quieren ver que los flujos de refugiados que llegan a las costas de Grecia o Italia, después de haber dejado una espantosa estela de náufragos y muertos en el Mediterráneo, son el producto directo de las políticas de países de la UE y de Estados Unidos (EEUU), de la creación de extremistas y fanáticos religiosos para luchar contra la Unión Soviética en Afganistán y luego en Chechenia, y muy particularmente de las agresiones militares que destruyeron a los regímenes seculares en Irak y Libia, y que están desestabilizando y destruyendo la economía y la sociedad secular en Siria. 

Tampoco estas elites neoliberales quieren recordar que histórica y repetidamente las grandes potencias europeas y EEUU han impedido, en beneficio de sus empresas monopolistas y de sus objetivos geopolíticos, que hubiera un desarrollo socioeconómico autóctono en los países del Oriente Medio, de África y Nuestra América, como desde los años 60 y 70 los países reclamaban los países No-Alineados al proponer en la ONU la creación de un Nuevo Orden Económico Mundial. 

Los países del imperio, porque así debemos llamarlos, siguen sin cambiar sus políticas, como se ha visto recientemente en las abstenciones y oposiciones en la ONU, a partir de la propuesta argentina, para crear un marco internacional destinado a una más justa y segura renegociación de las deudas soberanas (1). 

De nuestro lado, en los países de América, sí conocemos muy bien las causas de los flujos de migrantes porque desde hace ya dos siglos hemos estado del lado “receptor” de esas migraciones que trajeron a nuestros países a millones y millones de europeos huyendo del hambre, de las guerras y las persecuciones políticas, de las periódicas y destructivas crisis económicas del capitalismo. 

Y antes de esas migraciones bien definidas de los siglos 19 y 20 fueron las potencias coloniales europeas que trajeron a nuestro Continente a millones de africanos esclavizados para que trabajaran como bestias en las plantaciones (si no trabajo me matan, y si trabajo me matan, como decía Nicolás Guillen), y eso tampoco parece formar parte de la consciencia europea cuando se habla de movimientos masivos de población, de migraciones forzadas, prefiriendo en muchos casos seguir viendo esa sanguinaria etapa que marca la historia de África como la época en que el “hombre blanco” europeo “llevaba sobre sus espaldas la pesada carga de la civilización al Continente africano”. 

Y no hablemos de la era colonial en la cual las potencias europeas y EEUU causaron tanto daño y destrucción social en los países de América, en particular en las sociedades de los pueblos originarios. Ni mencionemos lo que esas políticas neocoloniales e imperiales siguen causando en nuestros pueblos, en las heridas nunca cicatrizadas que aun tenemos, desde Las Malvinas hasta Puerto Rico. 

Y a pesar de eso, o quizás por todo eso, la hermandad de los pueblos forjada durante las luchas por la independencia nos enseño a evitar las guerras entre nuestros pueblos, y las que hubo (preguntemos a los paraguayos) fueron bien preparadas por los intereses extranjeros y llevadas a cabo por los cipayos criollos, que aun no hemos erradicado. 

Y aunque todavía tampoco hemos erradicado el racismo y los políticos racistas de nuestros países, es el masivo mestizaje y el despertar de los pueblos originarios lo que caracteriza la historia reciente de muchos países de Nuestra América.

La revolución dirigida por Fidel Castro que creó la actual sociedad cubana nos mostró la dirección para estar en la vanguardia de una humanidad que se proclama pacifista, que busca resolver los problemas mediante el diálogo y no las armas, que brega por el progreso sin exclusión social, que lucha contra el racismo. 

Las elites políticas e intelectuales del imperio capitalista deben asumir el pasado de toda una historia que, desde hace cientos de años, estuvo basada en imponer el capitalismo mediante guerras, invasiones, colonización, esclavización y destrucción de pueblos en varios continentes. 

Lo que tampoco quieren ver, las elites del imperio, es que las migraciones forzadas, de refugiados por los conflictos militares o la falta de medios de subsistencia que llegan a las costas europeas o a la frontera sur de EEUU, seguirán existiendo e irán aumentando a menos de que se ponga fin a las actuales políticas económicas y militares. 

Pero, y esto lo sabemos, la naturaleza del sistema capitalista actual no admite cambios. En lugar de solucionar los problemas los irán agravando, en el exterior y hasta en sus propias sociedades, como ocurre en las etapas finales de las decadencias imperiales. 

A la vista de todos, la UE practica ahora la rapiña colonialista en el interior de sus fronteras, como muestra el caso de Grecia. En este contexto y recordando que el imperialismo todo lo resuelve bombardeando, es difícil anticipar cambios reales, pacíficos y destinados a hacer que nadie, en el Oriente Medio o en África, tenga que arriesgar la vida para migrar o pedir refugio.

A nadie le gusta emigrar si vive en una sociedad pacífica, organizada, con una cultura incluyente y una economía al servicio de los intereses generales de la población. Esa verdad la escuchamos de las bocas de nuestros abuelos que venían de Italia, de España, de Alemania, Polonia y demás países europeos, y que llegaban a Nuestra América expulsados por la pobreza, las crisis económicas, las guerras y persecuciones religiosas, étnicas y nacionales que han jalonado la historia europea. 

Alberto Rabilotta es periodista argentino-canadiense.


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