Los refugiados
sirios y la mano negra de la CIA
Rebelión
Sputnik
09.09.2015
El éxodo de
miles de personas no sólo cruza ya el Mediterráneo en barcos ruinosos, botes
inseguros y balsas rudimentarias sino que además, en los dos últimos meses, ha
comenzado a llegar desde Turquía a través del continente en una ruta marcada
por la desesperación.
© REUTERS/
MARKO DJURICA
Los inmigrantes
forzados tienen que cruzar cinco países —Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y
Austria- hasta alcanzar la anhelada Alemania. La enorme mayoría de ellos
procede de Siria, pero también hay oriundos de Irak, Eritrea o Afganistán. El
flujo es incesante. Estremecedor. En ocasiones mortífero. La afluencia a las
islas griegas del Mar Egeo contiguas a las costas turcas ha sido un 327% mayor
que en 2014, según los datos de la policía de Grecia. Sólo en el mes de julio,
el número de inmigrantes que han cruzado las fronteras de la Unión Europea ha
llegado a los 107.500, triplicando la cifra que se produjo el año pasado. En
junio ya fueron 70.000 y se espera que en agosto se alcance un nuevo récord
alarmante.
Pero, ¿por qué
se ha acelerado precisamente ahora este proceso migratorio? ¿Por qué no se ha
dado antes, meses atrás, por ejemplo en primavera, teniendo en cuenta que la
guerra civil siria cumple cinco años? ¿Qué circunstancias han confluido para
que ocurriera este desastre? ¿Acaso no es una crisis inducida desde el
exterior? ¿Qué papel está jugando la Unión Europea? ¿Y Estados Unidos?
Este caos
migratorio no es nada casual. Es fruto de un contexto geopolítico muy concreto.
Veamos cuál es.
© REUTERS/ UMIT
BEKTAS
Turquía da
cobijo a 1,9 millones de refugiados sirios, de los 4 millones que han
abandonado su patria desde que empezó el conflicto armado en marzo de 2011.
Desde entonces el Gobierno de Ankara se ha gastado 4.000 millones de dólares en
atender sus necesidades básicas. Más de 250.000 de esos refugiados viven en 23
campamentos mantenidos por las autoridades. El resto vive fuera de esos campos,
en comunidades que se extienden a lo largo de la frontera turco-siria. En la región,
1,1 millones de refugiados se encuentran en Líbano, 629.000 en Jordania,
249.000 en Irak y 132.000 en Egipto.
Hasta junio los
desplazados empleaban preferentemente la ruta marítima. Se embarcaban en Libia
o en Túnez e intentaban cruzar los kilómetros de mar que les separan de la isla
italiana de Lampedusa. Pero esa tendencia ha cambiado. Ahora los que huyen del
horror y el hambre son capaces de llegar hasta Bodrum, en el oeste de Turquía,
y pasar a Kos, ya en territorio de Grecia. Es decir, disfrutan de mayor
libertad de movimientos gracias a las organizaciones criminales que trafican a
personas y que actúan en connivencia con guardias de fronteras y policías
corruptos.
© AP PHOTO/
ALEXANDER ZEMLIANICHENKO
¿Qué ocurrió en
julio? Pues que, después de meses de presiones ejercidas por Estados Unidos,
Turquía decidió tomar un papel mucho más activo en la lucha contra los radicales del Estado
Islámico (EI) que combaten al presidente sirio Bashar Asad. En
concreto, aceptó que el Pentágono pueda utilizar la estratégica base militar de
Incirlik para bombardear objetivos de los yihadistas. A principios de agosto
hasta allí se desplegaron seis cazas F-16 de la USAF, la Fuerza Aérea
norteamericana. En julio también se produjo la primera ofensiva aérea de los
propios turcos que empiezan a ver amenazada su seguridad e integridad
territoriales. Paralelamente, la cercanía de los combates a varias aldeas
fronterizas provocó nuevas oleadas de refugiados.
Tema: Guerra en Siria
© REUTERS/
YANNIS BEHRAKIS
¿Quién es el
responsable directo de este inusual fenómeno migratorio hacia Europa? Algunos
apuntan a la CIA y sus filiales. La última voz ha sido un miembro anónimo de
los servicios de información austriacos que desveló a la revista austriaca
Direkt que organizaciones estadounidenses pagan a los grupos mafiosos para que
transporten al día a miles de inmigrantes rumbo al Viejo Continente.
Sin desvelar su
identidad, la publicación dio la palabra a un agente del Abwehramt (AbwA), los
servicios secretos militares de Austria, quien explicó que los traficantes de
personas piden de media entre los 7.000 y los 14.000 euros para organizar los
viajes ilegales. Poco les importa que a veces terminen de forma trágica como
demuestra el hecho de que recientemente se encontrara un camión frigorífico con
70 cadáveres en su interior, abandonado en una autopista de Austria.
"Disponemos
de indicaciones que demuestran que organizaciones de Estados Unidos han creado
un sistema de cofinanciación y contribuyen de forma sustancial a pagar los
gastos del viaje. La mayoría de los candidatos refugiados pagarían 11.000 euros
en especie. ¿Nadie se pregunta de dónde viene el dinero?", declaró el
agente, para quien la estrategia consiste en inundar Europa de inmigrantes.
La CIA, que
entrena y arma a los rebeldes sirios, ya nos tiene acostumbrados a emplear ONG
de aspecto inocente para llevar a cabo sus operaciones encubiertas o
clandestinas. El caso más claro tiene nombre y apellidos: la Fundación Nacional
para la Democracia o National Endowment for Democracy (NED), nacida en la era
de Ronald Reagan y cuyos tentáculos se extienden por América Latina y Europa
del Este.
¿Y cuál ha sido
la respuesta de Europa? Lenta y desunida. Como casi siempre.
© REUTERS/ UMIT
BEKTAS
La Unión
Europea ha estado mirando durante mucho tiempo para otro lado en lo que se
refiere a la tragedia siria. Y su pasividad ha sido otro factor desencadenante.
La crisis migratoria ha motivado que Alemania y Francia busquen la entrada en
vigor cuanto antes de un sistema europeo unificado de derecho de asilo que
restrinja los criterios de entrada; quieren que Italia y Grecia abran de
inmediato los centros de refugiados; y reclaman que el resto de los países
europeos, especialmente Reino Unido, asuman su parte de responsabilidad en la
acogida de refugiados. La cuestión no está nada madura pues plantea una cuota
de refugiados dependiendo de la capacidad de cada país, y eso no gusta a varios
gobiernos. La idea necesitará sin duda la aprobación en un Consejo Europeo
extraordinario que ya ha sido convocado de forma implícita por la canciller
germana Angela Merkel.
La magnitud de
la crisis migratoria ha tenido su colofón a mediados de mes cuando Macedonia
declaró el estado de emergencia y cerró su frontera meridional durante dos
días. La policía y el Ejército utilizaron armas de fuego para impedir la
entrada de refugiados. En Serbia se produjeron malos tratos, devoluciones
"en caliente" y detenciones ilegales. En Hungría, que forma parte del
espacio Schengen (sin fronteras interiores) y está terminando una valla de 175
kilómetros a lo largo de la frontera con Serbia, ha aumentado la xenofobia
reinante. Igual que en Alemania, que sufre la peor ola de racismo desde su
reunificación en 1991.
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