domingo, 27 de diciembre de 2020

Mao Tse Tung (Un aprendizaje para la crítica y la rectificación de los errores)

 

Perseverar en el estilo de vida sencilla y lucha dura y mantener estrecha ligazón con las masas

El Viejo Topo/ 26.12.2020


I

Ahora nuestro Partido se prepara para abrir una campaña de rectificación. La rectificación es un método para resolver las contradicciones dentro del Partido a través de la crítica y autocrítica y es, asimismo, un método para resolver las contradicciones entre el Partido y el pueblo. La campaña que vamos a realizar se dirigirá contra tres lacras: el burocratismo, el sectarismo y el subjetivismo.

Por medio de la rectificación debemos poner en pleno juego la tradición de vida sencilla y lucha dura de nuestro Partido. Con el triunfo de la revolución, la voluntad revolucionaria de una parte de nuestros camaradas se ha aflojado, su ardor revolucionario se ha entibiado, ha decaído su disposición de servir al pueblo de todo corazón y ha flaqueado el espíritu de reto a la muerte mostrado durante la guerra contra el enemigo. En cambio, van en aumento cosas como la búsqueda de posiciones y fama, la excesiva preocupación por el comer y el vestir, la confrontación de la categoría salarial propia con la de otros y la disputa por honores y beneficios.

He oído decir que el año pasado, cuando se procedió a la recategorización, algunas personas no tuvieron inconveniente en armar un gran jaleo, llorando a moco tendido. El hombre tiene dos ojos, ¿verdad? En los ojos hay un agua que se llama lágrimas. Cuando esa gente vio que la recategorización no colmaba sus deseos, dos corrientes de lágrimas rodaron por sus mejillas. No les salió una sola lágrima en la guerra contra Chiang Kai-shek, ni en la Guerra de Resistencia a la Agresión Norteamericana y en Ayuda a Corea, ni en la reforma agraria, ni en el movimiento de represión a los contrarrevolucionarios, ni cuando emprendimos la construcción del socialismo. No obstante, una vez que vieron afectados sus intereses personales, se desataron en llanto.

Me he enterado de que alguien incluso se negó a comer durante tres días. Pienso que a uno no le pasa nada si deja de comer tres días, pero sería un poco peligroso si esto se dilatara por una semana. En fin de cuentas, se ha presentado una tendencia, la de procurar fama y posiciones y disputar por sueldos más altos, mejor comida, mejor ropa y mayores comodidades. Declararse en huelga de hambre y derramar lágrimas por intereses personales podría contarse como una contradicción en el seno del pueblo.

Hay una pieza de ópera titulada Lin Chung huye en la noche[1], en que se  canta: «Los varones no vierten lágrimas por naderías, y sólo lo hacen cuando la tristeza les traspasa el corazón.» Varones son también estos camaradas nuestros (quizá haya damas), que, sin haber nunca vertido lágrimas por naderías, sólo vinieron a hacerlo en el momento de la recategorización. ¿No es acaso necesario rectificar esta tendencia? Está bien que uno no vierta lágrimas por naderías. Pero, ¿cuándo es que la tristeza traspasa el corazón? Cuando la clase obrera y las amplias masas trabajadoras se hallan en una situación peligrosa, una situación de vida o muerte. Entonces sí se justifica derramar unas cuantas lágrimas.

Suponiendo que contigo se haya cometido una injusticia en la recategorización, debes tragarte esa injusticia y, en vez de dejar que las lágrimas salgan al exterior, retenerlas en su fuente. En el mundo hay muchas cosas que son injustas. Puede ser que a ti se te haya fijado incorrectamente la categoría salarial; pero, aun así, no hay razón para que armes alborotos, pues eso no traerá graves consecuencias. Basta con que tengas qué comer. Somos revolucionarios y, por tanto, lo único que necesitamos es tener lo suficiente para no morir de hambre. Mientras uno no muera de hambre, debe proseguir el trabajo revolucionario y la lucha esforzada. Luchar esforzadamente seguirá siendo imprescindible incluso al cabo de diez mil años. Un comunista debe luchar duro y servir al pueblo de todo corazón, y no con la mitad o dos tercios del corazón. Aquellos cuya voluntad revolucionaria haya decaído, deben rehacerse a través de la campaña de rectificación.

II

Debemos mantener aquel ímpetu, aquel ardor revolucionario y aquel espíritu de reto a la muerte que nos animaron en los años de las guerras revolucionarias, y llevar hasta el fin el trabajo revolucionario. ¿Qué significa el reto a la muerte? En la novela A la orilla del agua, hay un personaje que se llama Shi Siu, el Retador de la Muerte. Un espíritu como el suyo es el que tenemos en mientes. Fue con ese espíritu con el que hicimos la revolución en el pasado. Cada uno tiene una vida, que puede durar sesenta, setenta, ochenta o noventa años. Mientras tenga capacidad para trabajar, debe hacer todo el trabajo que le sea posible. Y en el trabajo, mantener el ardor revolucionario y el espíritu de reto a la muerte de que hemos hablado. Algunos camaradas han perdido ese ardor y ese espíritu y se hallan estancados. Eso no es bueno; hay que impartirles educación.

Todo el Partido debe fortalecer el trabajo político e ideológico. Muchos de los camaradas presentes en la reunión de hoy son del Ejército. ¿Cómo andan las cosas en el Ejército? ¿Se diferencia en algo el trabajo político en tiempos de paz del trabajo político en tiempos de guerra? En los tiempos de guerra, era preciso mantener una estrecha ligazón con las masas, era necesario que los oficiales se fundieran con los soldados y el ejército con el pueblo. Por ese entonces, el pueblo se mostraba comprensivo ante tal o cual defecto nuestro. Ahora, cuando nos encontramos en tiempos de paz, cuando no hay batallas y nos dedicamos al entrenamiento, será difícil, lógicamente, que las masas perdonen nuestros defectos si no persistimos en mantener una estrecha ligazón con ellas.

Aunque ahora rigen en el Ejército el sistema de grados militares[2] y algunos otros sistemas, los oficiales de rango superior deben seguir fundiéndose con los de rango inferior y los oficiales con los soldados. Al igual que antes, se debe permitir que los de rango inferior critiquen a sus superiores y los soldados, a los oficiales. Hacerlo, por ejemplo, celebrando conferencias de representantes del Partido para brindar a los camaradas esa oportunidad.

En el curso de la campaña contra los «tres males», el camarada Chen Yi dijo, con toda razón: «Si estuvo bien que dictáramos órdenes durante tantos años, ¿será justo o no dejar ahora que los subordinados nos critiquen por un tiempo, digamos por una semana?» Con estas palabras él quería decir que era justo. Yo comparto su idea, es decir, estoy de acuerdo con que los subordinados nos critiquen durante esa semana. Antes de que comience la crítica masiva, hay que hacer ciertos preparativos y dar un informe en que se examine los defectos propios, que seguramente no pasarán de uno, dos, tres o cuatro. Luego, que hablen los camaradas para señalar algunos más y hacer críticas. Las masas son justas y no olvidarán nuestra trayectoria.

Los jefes de compañía y de pelotón también deben ofrecer a los soldados la oportunidad de criticarlos, celebrando reuniones con ese propósito, preferentemente una vez al año y cada vez durante varios días. Esta forma de democracia ya la practicamos antes en el ejército, y resultó provechosa. No debemos permitir que el sistema de grados militares y algunos otros sistemas perjudiquen la estrecha ligazón entre superiores y subordinados, oficiales y soldados, ejército y pueblo, así como entre las tropas y las autoridades civiles locales. No cabe ninguna duda de que las relaciones entre superiores y subordinados deben ser estrechas y de camaradería. Los oficiales deben estrechar sus relaciones con los soldados y hacerse uno con ellos. Asimismo, deben ser estrechos los vínculos del ejército con el pueblo y con los organismos locales del Partido y el gobierno.

Nuestros camaradas deben tener presente que no es bueno vivir a costa de su calidad de funcionarios, de su jerarquía oficial, de la antigüedad de sus hojas de servicios. En cuanto a la antigüedad, los largos años que hemos dedicado a la revolución son, ciertamente, algo que inspira confianza, pero no está bien que vivamos a costa de ella. Tú tienes, es verdad, una hoja de servicios de varios decenios. No obstante, el pueblo no te perdonará si alguna vez haces tonterías o profieres absurdos. Por muchos que sean los servicios que prestaste y muy alta tu posición, el pueblo no te perdonará si en el presente perjudicas sus intereses al no trabajar bien o tratar desacertadamente los problemas.

Por eso, nuestros camaradas no deben vivir a expensas de la antigüedad de sus hojas de servicios, sino, más bien, preocuparse de resolver correctamente los problemas. En lo que uno debe sustentarse es en la solución correcta de los problemas y no en la antigüedad. Siendo imposible vivir a costa de la antigüedad, es mejor que te desprendas lisa y llanamente de ella, como si nunca hubieras sido funcionario; en otras palabras, que dejes de darte aires de señor, de burócrata, que te guardes todos esos aires y vayas a verte con el pueblo y con tus subordinados. Este punto merece la atención de nuestros cuadros y, en especial, de los veteranos. Los cuadros nuevos generalmente no cargan con tales lastres y por eso se comportan con más libertad. Es preciso que los cuadros veteranos traten en pie de igualdad a los nuevos cuadros. En muchos aspectos, los primeros no pueden equipararse con los últimos, razón por la cual deben aprender de ellos.

 

Notas

[1] Escena de Historia de una espada, pieza de la ópera kunqu, compuesta en tiempos de la dinastía Ming.

[2] El sistema de grados militares fue instituido en septiembre de 1955 y suprimido en mayo de 1965.

* La primera parte de este trabajo es un fragmento del discurso pronunciado por Mao Tsetung el 18 de marzo de 1957 en una reunión de cuadros del Partido en Chinán; la segunda parte, un fragmento de otro discurso, que pronunció el 19 de marzo de 1957 en una reunión de cuadros del Partido en Nankín.

Fuente: Obras Escogidas de Mao Tse-tung.

*++

 

Pensiones que no solo son pensiones para los jubilados, sino pensiones para los zagaletes y zagaletas que ahora tienen 20 o 30 años y que creen que la cosa no va con ellos. Nos podríamos desgañitar diciendo que este gobierno, aquel y aquellos otros, son unos sinvergüenzas (ciertamente de vergüenza no andan muy sobrados), pero eso no arreglaría ni va a arreglar el problema (que son unos sinvergüenzas ya lo saben ellos desde hace días). El problema no es de gobierno, sino de sistema político que asegura que el gobierno, este, aquel y aquellos, manejen los asuntos que afectan a la vida de las personas sin conocimiento y sin ningún control de estas sobre los “manejadores” (lo de representantes es tan mal chiste como otro cualquiera). Eso sí, el Rey ha dicho no sé que sobre no sé quién y además que esto y lo otro, o sea, que muy bien. Que los jubilados salgan a la calle para protestar es vital, porque de momento no hay otro modo real de protestar. Pero salir a la calle no es suficiente, únicamente el primer paso. Hay que buscar el medio o los medios para informar, a los troncos, tromquis, colegas guay que te cagas, tío, también, de que no estamos en un jueguecillo de mire usted que bien, sino en un asunto que es determinante para nuestras vidas, la de los trabajadores, con el propósito de buscar nuevas formas de organización social y política capaces de defender los derechos de los trabajadores, que somos ni más ni menos que la inmensa mayoría de la sociedad, al margen de todas aquellas organizaciones políticas, sindicales y otras de chichiribailes que son las que nos han conducido a esta situación y todavía se empeñan en empeorar más. Y todo lo que no sea esto será: que María Cristina me quiere gobernar, y yo le sigo, le sigo la corriente hasta le próxima reforma laboral, y después, hasta la siguiente, y después la otra siguiente hasta la reforma laboral total.

 

Ataque a las pensiones: el Gobierno PSOE-Unidas Podemos comienza a aplicar la agenda de recortes que exige Bruselas


Por Juan Carlos Arias

KAOSENLARED

 27 Dic, 2020

Según un documento elaborado por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, el Gobierno de coalición va a enviar a Bruselas una propuesta de reforma para ampliar el período del cómputo del cálculo de la pensión de jubilación de 25 a 35 años.

Esta medida, sin embargo, es solo una parte de la reaccionaria agenda de recortes en políticas estructurales que se avecina y que será avalada por el “Gobierno más progresista de la historia”- la nueva contrarreforma laboral será otra-, como condicionalidad para recibir los 140 mil millones del fondo de recuperación anti-covid19 destinado al Estado español.

El Ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y la parte socialista del Gobierno de coalición, tenían reservada una amarga sorpresa para su socio de coalición Unidas Podemos, respecto a la política de un tema tan delicado socialmente como son las pensiones. Nada menos que un recorte en las futuras pensiones de entre un 5,5% y un 6,3%, por la ampliación en 10 años del período de cómputo para el cálculo, que pasaría de 25 a 35 años.

Pedro Sánchez rememora así la reforma de Zapatero de 2011, que amplió de 15 a 25 años, todavía en proceso, el período de cómputo. Algo que es solo la antesala de la extensión del cómputo a toda la vida laboral, y de facto es ya prácticamente eso, ante la dificultad que está suponiendo actualmente tener carreras profesionales de más de 35 años para las y los trabajadores del Estado español. Todo, por fuera del Pacto de Toledo y después de haber aprobado ya duras reformas en pensiones, estás sí consensuadas con su socio de Gobierno y los sindicatos burocratizados de CCOO y UGT, en el marco del Pacto y el acuerdo parlamentario. La excusa son las exigencias en reformas estructurales impuestas de la UE para recibir el ingente fondo anti covid-19, que pasan por un fuerte recorte de las pensiones y la profundización de la contrarreforma laboral, además de solventar problemas de homogeneización del mercado interno.

Así, entre bambalinas se ha movido Sánchez y sus ministros, devolviendo el golpe a Pablo Iglesias de algunos movimientos en la sombra de éste, como la presentación pública de una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado acordados entre ellos previamente, para presentar una enmienda contra los desahucios y los cortes de suministros a familias vulnerables. O, la insistencia pública de la subida, aunque escasa, del salario mínimo, por ejemplo. Un golpe difícil de encajar para Unidas Podemos dada la sensibilidad de gran parte de su electorado y de su base social hacia las políticas de recortes de pensiones -incluido un amplio movimiento de pensionistas, que hay que ver cómo va a reaccionar-, pero también de la propia base del PSOE.

CCOO y UGT se han declarado contrarios a esta ampliación. Sin embargo, recordemos que la reforma de Zapatero ya contó con su beneplácito en la misma dirección, por lo que está por ver si su oposición no pasa de ser meramente formal por el hecho de haber planteado la reforma sin pasar previamente por la mesa de diálogo social, o si plantean acciones de lucha.

El Pacto de Toledo queda tocado

En realidad, y como se ha señalado, todo empezó con la pantomima de la aprobación del documento del Pacto de Toledo sobre la reforma de las pensiones en el Congreso de los diputados, hace apenas unas semanas. Aunque lo acordado, con el refrendo de una gran mayoría parlamentaria, ya implicaba importantes ataques a las pensiones al retrasar la edad de jubilación, acercándola lo más posible a los 67 años, evitando a toda costa las jubilaciones anticipadas. Y abriendo, además, un proceso de privatizaciones muy peligroso, al imponer la creación de fondos de pensiones públicos bajo gestión privada, para gestionar privadamente los aportes de las y los trabajadores surgidos de la negociación colectiva y a costa de parte de las futuras subidas salariales, y todo para complementar las pensiones públicas.

La ampliación del período lleva a un cómputo que abarca en la práctica la vida laboral total de gran parte de las y los trabajadores, puesto que pocos podrán alcanzar este número de años dada la fragilidad del mercado laboral español, con índices de desempleo históricos que difícilmente bajan del 15% de la población activa. Además de condenar a las futuras generaciones que si por algo se caracterizan es, precisamente, por la precariedad laboral y el desempleo, a recibir pensiones de miseria. Será, pues, un golpe duro para amplias capas de las y los trabajadores jóvenes y mujeres, consecuencia de los pocos años de cotización efectiva de media que podrían llegar a tener, y con muy bajos salarios, que es, y todo apunta será, la realidad fundamental en sus dificultosas y complicadas carreras laborales hasta su jubilación.

El ataque y la consecuente rebaja de las pensiones, por lo tanto, será muy importante para los derechos sociales de las y los trabajadores que verán así amenazados gravemente sus ingresos después de años y años de trabajo y explotación. Es un ataque directo a un derecho esencial que debería permitir una vejez en condiciones de vida digna, algo que como se ve el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos por muy de izquierdas y progresista que se declare, como gestores del capitalismo, son incapaces de garantizar. Lo cierto es que en cuanto ese derecho se universaliza y comienza a alcanzar prestaciones un poco más cuantiosas, enseguida es estigmatizado y valorado como insostenible para las arcas públicas.

La mayoría de los 140.000 millones irán para aumentar los enormes beneficios de las grandes empresas

Los fondos europeos que se van a recibir y van a ser la razón justificativa de los recortes estructurales, que van a sufrir la clase trabajadora y las clases populares, como consecuencia de las exigencias de Bruselas. Y no solo en las pensiones sino también en la profundización de las contrarreformas laborales de Zapatero y Rajoy, van a dirigirse en su gran mayoría a garantizar los negocios y los beneficios de las grandes empresas españolas.

Sobre todo, respecto de los 72.000 millones a fondo perdido que va a recibir el Estado español y que es la parte más jugosa, al tratarse de ayudas directas, para las grandes corporaciones empresariales. Solo en 2021 se espera que lleguen unos 27.000 millones, según los presupuestos recientemente aprobados.

El Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos ha preparado todo un procedimiento administrativo que va a garantizar que esos fondos lleguen encauzados hacia grandes proyectos que van a encabezar sociedades mixtas público-privadas, bajo un paraguas jurídico que han denominado PERTE (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica). En esos proyectos que van a ser de gran magnitud para garantiza un gasto potente y rápido de los recursos, van a jugar el papel de locomotora las grandes empresas asociadas con el Estado, que realmente será quien corra con todos los riesgos, la inversión de los capitalistas va a estar plenamente asegurada.

El Gobierno de coalición va a confiar la ejecución de esos recursos, en definitiva, a la gran empresa porque solo así se pondrán en marcha “proyectos de gran envergadura, que no acaben enfangados en problemas de ejecución, e incluso, que haya menos resquicios para la corrupción” (sic), según señalaban hace algunos días fuentes de la Administración.

Bajos salarios y bajos impuestos para las empresas y las grandes fortunas son el corolario del déficit de las pensiones

Mientras la crisis generada por la pandemia golpea duramente los ingresos fiscales del Estado y las continuas ayudas a las empresas rebajando cotizaciones, facilitando moratorias y exenciones a la seguridad social de las empresas, profundizan el déficit de la seguridad social, el Gobierno de coalición no se ha planteado en ningún momento aumentar significativamente los ingresos atacando los beneficios de las grandes empresas, las entidades financieras y los grandes capitalistas.

Venimos de un sistema fiscal que ha ido incrementando desde la crisis de 2008 los ingresos recaudados por impuestos indirectos, los más injustos socialmente hablando. Durante el último período tras la crisis de 2008, se recuperaron también los ingresos por IRPF, sin embargo, el impuesto de sociedades, el que pagan las empresas más grandes, se ha reducido a la mitad. Esto contrasta con el hecho de que los beneficios de las grandes empresas del IBEX 35 crecieron durante los últimos años, mientras los salarios sufrieron fuertes devaluaciones.

Así, las empresas del IBEX 35 han ganado un 11,3% más desde 2008, mientras los salarios han disminuido de media un 4,2%, según un estudio de Oxfam Intermon. Las bajadas salariales, además tienen picos muy superiores en algunos casos, para los más precarizados que pueden llegar al 20%. Para hacernos una idea del volumen de beneficios de las empresas del IBEX 35, tenemos que señalar que en 2017 alcanzaron los 40.238,98 millones de euros, mientras en 2018 fueron de 39.187 millones, un 2,6% menos. En 2019, ya con la desaceleración económica bajaron hasta los 27.792 millones de euros. Sin embargo, es evidente que el volumen de beneficios es enorme. Pues bien, pese a eso se han incrementado la recaudación por IRPF, mientras el Impuesto de Sociedades como se ha comentado se ha reducido a la mitad.

Frente a esta situación el Gobierno “más progresista de la historia” ha planteado únicamente reformas fiscales epidérmicas para aumentar la recaudación en apenas 9.000 millones entre 2021 y 2022, según las estimaciones más optimistas. Limitándose en el impuesto de Sociedades a limitar algunas exenciones por dividendos y plusvalías aplicadas a las participaciones de las empresas españolas en filiales extranjeras. Bajándolas del 100% actual al 95%. Dejando abandonada la idea de un tipo fijo mínimo del 15%, para evitar que las empresas sometidas a un nominal del 25%, acaben pagando cifras ridículas incluso por debajo del 10%.

Mientras en el IRPF solo se han incrementado dos puntos sobre las rentas salariales de más de 300.000 euros únicamente, en lugar de los dos puntos para los de más de 130.000 euros y más de cuatro para los de más de 300.000 euros que era lo acordado originalmente entre PSOE y Unidas Podemos. Por no hablar del impuesto sobre el Patrimonio sobre las grandes fortunas que prácticamente está bloqueado por muchas comunidades autónomas, son las que lo gestionan, que solo subiría un punto del 2,5% al 3,5%. Las Socimis también han visto incrementar sus obligaciones tributarias pasando a ser del 15%.

En definitiva, la ampliación del tiempo de cómputo para el cálculo de la pensión, de llevarse a cabo, será un ataque directo a los derechos esenciales de la clase trabajadora y las clases populares por parte del Gobierno que se autocalifica como “el más progresista de la historia” pero que beneficia a las grandes empresas mientras ataca derechos esenciales de los trabajadores. Por ello, hay que llamar a la movilización unitaria, impulsando asambleas democráticas en los centros de trabajo y enseñanza, para forzar un calendario de luchas que desborde a las burocracias sindicales y lograr así doblar el brazo al Gobierno para garantizar unas pensiones dignas.

http://www.izquierdadiario.es/Ataque-a-las-pensiones-el-Gobierno-PSOE-Unidas-Podemos-comienza-a-aplicar-la-agenda-de-recortes-que

*++