viernes, 27 de diciembre de 2024

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Canal de Panamá. Un poco de historia

 

La declaración de Trump sobre los reclamos estadounidenses sobre el Canal de Panamá: Una prueba más de que, después de más de doscientos años, la Doctrina Monroe está más viva que nunca.

Canal de Panamá. Un poco de historia

 

Alessio Turchi

El Viejo Topo

27 diciembre, 2024



La declaración de Trump sobre los reclamos estadounidenses sobre el Canal de Panamá nos ofrece la oportunidad de volver sobre los acontecimientos que llevaron a la creación de esta vía fluvial fundamental para el comercio marítimo.

La idea de crear un paso que evitara circunnavegar Sudamérica, permitiendo a los barcos ahorrarse un mes de navegación y cruzar el Estrecho de Magallanes o el Pasaje de Drake, ambos muy peligrosos, fue propuesta a Carlos V por el famoso conquistador español Hernán Cortés, ya en 1534. Posteriormente, Felipe II lanzó una misión exploratoria, pero con malos resultados.

La cosa no empezó a tomar importancia hasta 1881, cuando una empresa francesa se hizo cargo de las obras, beneficiándose, entre otras cosas, de la colaboración de Ferdinand de Lesseps, creador del Canal de Suez.

Sin embargo, en medio de obstáculos técnicos y escándalos financieros, la empresa quebró en 1889.

Entonces entró en escena Estados Unidos, en la persona del presidente Theodore Roosevelt, que en 1901 pagó 40 millones de dólares para hacerse cargo del proyecto francés.

Sin embargo, había un problema: Colombia no tenía intención de confiar la gestión exclusiva del canal a Estados Unidos. No escribimos Colombia por casualidad, porque en ese momento Panamá no existía como estado, sino que era parte de Colombia.

Sin embargo, se necesitaba mucho más para desanimar a Teddy Roosevelt: fiel a su lema «habla en voz baja y sostiene un gran palo en la mano» , al darse cuenta de que las dulces palabras ya no eran suficientes, pasó a medidas más concretas: envió buques de guerra a apoyo a un movimiento independentista que «casualmente» surgió en Panamá en esos días, amenazó a Colombia con la guerra si obstaculizaba a los insurgentes y el 18 de noviembre de 1903, dos semanas después de la proclamación de la independencia panameña, obtuvo la ansiada gestión exclusiva del Canal con el Tratado Hay-Bunau Varilla.

Así, libres de trampas y trampas, Estados Unidos podría por fin empezar a trabajar. Gracias a innovadoras soluciones de ingeniería y a pesar de los elevados costes económicos y humanos de la obra, el Canal quedó terminado el 3 de agosto de 1914.

La soberanía estadounidense sobre el Canal era cada vez menos tolerada por los panameños. En cambio, tras la Segunda Guerra Mundial, en plena descolonización, Washington no causó gran impresión al mantener esa zona extraterritorial. Una cosa eran los golpes de Estado ordenados periódicamente por generales con gafas oscuras y otra muy distinta exponerse personalmente.

Esto dio lugar al Acuerdo Torrijos-Carter de 1977, que estableció la devolución de la soberanía de la Zona del Canal a Panamá a partir de 1999. Sin embargo, en el tratado de 1977 hay una cláusula que da a Estados Unidos el derecho de intervenir para salvaguardar la neutralidad del canal si se ve amenazado y es a esto a lo que Trump se aferra, de manera completamente engañosa por supuesto.

Una prueba más de que, después de más de doscientos años, la Doctrina Monroe está más viva que nunca.

Parafraseando a Porfirio Díaz, América Latina pobre, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.

Fuente: giubberossenews

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