domingo, 28 de junio de 2020

Y después del coronavirus qué?, esto es lo que responden otros que no son del PCE. Tan sólo restaría ya saber si los trabajadores nos enteramos o nos dejamos de enterar, si queremos seguir siendo juguetillos en manos de unos pilulis para enriquecer a otros o tomamos conciencia que de quien crea la riqueza es el trabajador pero en cambio es el que menos la disfruta


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El postmodernismo, el eurocomunismo y la bajada de pantalones

Diario Octubre / junio 27, 2020



Juan Luís Corbacho.— Decía Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”

Está claro que el eurocomunismo, el revisionismo y el reformismo han llevado al PCE a flirtear con la social democracia. Nada extraño. Pero es que incluso entre la socialdemocracia hay posturas tradicionales y hay posturas postmodernas.

El PCE se alineó primero con el eurocomunismo, abandonó la lucha obrera para ocupar el espacio que el PSOE (partido neo liberal donde los haya) había dejado y después abrazó el postmodernismo neoliberal, las tesis capitalistas y la desorganización, eso sí, haciendo guiños al marxismo leninismo como caladero de votos. Oír a su secretario general alabar a John Maynard Keynes, incluso regalándole un libro a Rajoy, nos da las pistas de adónde iba el PCE.

No es sólo el abandono de una economía planificada y socialista, es la aceptación del capitalismo al que ellos llaman “bueno”.

Pero la vuelta de tuerca que da el órgano de prensa en su edición del 22 de junio es el colmo. Sólo les ha faltado pedir financiación a Rockefeller (si no la tienen ya).

El Mundo Obrero publica “El teletrabajo como emancipación”, ¡toma ya! Sin anestesia, sin vaselina acaso. Si Franco levantara la cabeza se frotaría las manos, si la levantara Stalin, le faltarían piolets.

El planteamiento no puede ser más infantil, el abrazo a la tecnología liberadora, pero al estilo Bill Gates, que seguro que también les ayuda en algo. El alma de cántaro no tiene otra idea que mezclar teletrabajo, emancipación y emigrantes, y se queda tan tranquilo, o sea que la mejor manera es que la gente no emigre y trabaje desde sus casas. Un digno aprendiz de Armesillas.

Pero ojo, que le añade un pincelazo ecologista, las ciudades quedarían más descongestionadas de tráfico y después añade “conseguir que el teletrabajo sea considerado un derecho laboral”.

En fin, el PCE se olvida que el teletrabajo ya existe, en forma de explotación hacia los pobres (ahí están los call center caseros) y que existe la regulación laboral del teletrabajo. Se olvida de absolutamente todo, incluso de que la solución a la emancipación obrera se llama sociedad socialista.

Este abrazo postmodernista olvida que el teletrabajo es una forma de esclavitud. El trabajador pone los medios de producción, no hay horarios, no hay representación sindical, no hay interactuación con el resto de trabajadores. También se olvida que el teletrabajo se puede dar en una sociedad que vive de la explotación del resto del mundo. Sí, es duro oírlo, pero es una realidad: Europa y EEUU dejaron de ser productores de nada, para ser “gestores” del trabajo esclavo en Africa, America Latina y Africa. Así, resulta muy bonito el teletrabajo, gestiono mis fábricas en Asia desde mi casita en Galapagar (se me ha escapado, perdón). Podemos fijar en nuestra retina al obrero de la construcción llevándose la hormigonera a casa….

El genio, o el infantil izquierdista, plantea que el teletrabajo es una forma de dar oportunidades laborales a personas de países en vías de desarrollo. Ahí va, y yo que pensaba que era la oportunidad de los gestores europeos y norteamericanos de gestionar sus “nuevas colonias” y resulta que no, que es favorecer el trabajo mediante una conexión de banda ancha en una aldea de Burundi. Pero si allí todos trabajan ya, produciendo mascarillas para Inditex y cobrando una miseria….

Hemos llegado a tal punto de alienación obrera que los revisionistas prefieren trabajar solos en casa, muy del estilo de quienes asaltando los cielos se van a vivir a los sitios pijos, que los pobres y los obreros huelen mal.

Es verdad que ahorramos tiempo de desplazamiento y el aliento del jefe en el cogote, pero eso es sustituido por cargas de trabajo más grandes, salarios más pequeños y “el aliento de la cámara y las reuniones online”. Eso sí, todo muy pijo, con muchos términos en inglés.

El párrafo final no tiene desperdicio. Si lo sacas del Mundo Obrero, podría publicarse en Expansión, Intereconomía o en el foro de Davos:

“En resumen, el sector tecnológico, a pesar de las crisis económicas y de las reticencias, sigue siendo una fuente de empleo en todo el mundo y lo seguirá siendo en el futuro. Nos ofrece nuevas posibilidades de mejorar nuestras vidas. Si se le da la importancia necesaria, el enfoque y la práctica postcapitalista, las posibilidades son inmensas.”

Afortunadamente, hay comunistas, que en los años 80, vieron la deriva y salieron del PCE. Seguro que aún hay muchos camaradas que abrazados a las siglas históricas no ven en qué se convirtió el PCE. Ya le quitaron la estrella, después se la pusieron, se quitaron los monos de trabajo y se pusieron las chaquetas, se pusieron las mascarillas y se bajaron los pantalones.

Se olvidaron de todo, humillando la memoria de Pepe Díaz o la Pasionaria, y a todos aquellos camaradas que dieron su vida por el socialismo, ya fuera en las trincheras de Teruel o en las de Sebastopol o en el maquis francés.

Se olvidaron de que sólo el Pueblo organizado salva al pueblo, se olvidaron de que esto es una cuestión de Socialismo o muerte. Se olvidaron de que existe el marxismo leninismo y se olvidaron que desde el PCPE seguimos luchando por la clase trabajadora.


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Y después del coronavirus qué?: esto es lo que responde el Partido Comunista de España



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Movilización popular y frente institucional para un debate sobre la reconstrucción económica y social que no ha hecho más que empezar

tercerainformación
26/06/2020



La Comisión de Reconstrucción del Congreso de los Diputados culmina hoy su primera fase con la elaboración de los borradores que cada uno de los cuatro Grupos de Trabajo aprobarán como ponencias y, tras el correspondiente trámite de enmiendas, se llevarán al debate en el plenario del Congreso.

Acabamos el primer semestre de la experiencia del cogobierno en nuestro país con la gestión de una pandemia mundial con un impacto sin precedentes en España y en el mundo. Los ambiciosos retos políticos con los que Unidas Podemos entraba en el Gobierno al inicio de la legislatura, se convirtieron en más urgentes y necesarios a medida que evolucionaba la crisis del COVID-19.

Desde el primer momento nuestro objetivo ha sido era claro: en esta nueva crisis el Gobierno no le daría la espalda a nuestro pueblo, no se podían repetir los errores que marcaron la gestión de la crisis a partir de 2008, en la que se rescataron a los bancos y dejaron caer a las familias trabajadoras.

En los últimos meses Unidas Podemos, con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas que forman parte de esta convergencia política, hemos impulsado numerosas medidas para levantar el denominado “Escudo Social” para que nadie se quedara atrás en esta crisis. La aprobación de medidas para la protección de los trabajadores evitando los despidos a través de ERTEs y la intensificación de las inspecciones de trabajo, el impulso de ayudas directas e indirectas a pequeños y medianos empresarios, autónomos y empleadas de hogar, la prohibición de cortes de suministros básicos, despidos objetivos por el COVID, la suspensión de desahucios o la aprobación del Ingreso Mínimo Vital son solo algunos de los ejemplos de políticas –podemos afirmarlo con rotundidad- que sin la presencia de Unidas Podemos en este gobierno sin duda que no se habrían aprobado.

Esta crisis también ha puesto a España y, sobre todo, a sus servicios públicos, delante de un espejo. Décadas de privatización y desmantelamiento de los servicios públicos y de transferencia de capital público al sector financiero han tenido consecuencias dramáticas para la población. No podremos evitar la repetición de pandemias globales, pero sí debemos preparar a nuestro país, sus instituciones y su economía, para que no vuelvan a repetirse situaciones como las que hemos vivido. Para eso necesitamos un debate sobre la reconstrucción de nuestro país, que no ha hecho más que empezar.

La convocatoria de una Comisión de Reconstrucción en el Congreso es un primer paso para la consecución del objetivo anterior, pero no puede ni debe ser el único, porque tal y como hemos venido repitiendo en diversos documentos del PCE y de IU no se podía dejar exclusivamente en el ámbito institucional la elaboración del Plan de Reconstrucción que necesita nuestro país.

En esta Comisión Parlamentaria, los borradores de ponencias que ahora se cierran como fruto del debate del último mes, pasan ahora al debate parlamentario.

Estos borradores presentados no contienen todas las conclusiones que nos hubiera gustado que figuraran en las ponencias aprobadas para su debate. No se contemplan medidas que en nuestra opinión son necesarias para que la gestión de la crisis actual y de la que viene no se cargue sobre las espaldas de las familias trabajadoras de nuestro país. Hemos defendido públicamente que es necesario implementar medidas audaces en materia industrial, económica y fiscal para, garantizar la creación de riqueza y su justa redistribución, de forma que avancemos en cambiar las bases de nuestro modelo económico.

Somos conscientes de que la disputa sobre la reconstrucción no ha acabado, en realidad, no ha hecho más que empezar. Es tiempo de impulsar un proceso de acción política y social para avanzar hasta conseguir la victoria del bloque democrático -que se articuló en torno a la investidura- sobre el bloque autoritario que solo busca desestabilizar al Gobierno.

En ese momento político, es positivo llegar al más amplio consenso del mayor número posible de fuerzas políticas de nuestro país en torno a las propuestas del Gobierno, bajando la crispación que ha difundido la extrema derecha, y ello es factible una vez retirado VOX de todo lo relacionado con el proceso de Reconstrucción.

Pero ese consenso no puede ser la excusa para una salida gatopardiana de cambiarlo todo para que nada cambie, para ello como venimos repitiendo la cuestión clave es que este debate no se resuelva en términos exclusivamente institucionales, sino que requiere de la movilización social y política en torno a nuestros objetivos de reconstrucción. Por ello, debemos seguir reforzando los siguientes ejes de trabajo para los próximos meses:
  • Para nosotros el pacto programático del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos es irrenunciable y sigue vigente en todos sus términos, no quedando sin efecto por un hipotético acuerdo de reconstrucción que no contemple objetivos incluido en el anterior acuerdo programático.
  • En el borrador de conclusiones de la Comisión de Reconstrucción acordado entre UP y el PSOE se incluye el fortalecimiento de los servicios públicos y la puesta en marcha de una fiscalidad progresiva equiparable al contexto europeo.
  • El debate en las próximas semanas es fundamental para consolidar el bloque democrático que hizo posible el actual Gobierno de coalición, en el que no tienen cabida las expresiones políticas de la ultraderecha y sus aliados. Nuestra tarea ahora es utilizar el debate parlamentario sobre las conclusiones del proceso de Reconstrucción como alternativa a un posible “pacto de Estado” en el que Partido Popular y Ciudadanos estarían más cómodos.
  • En fundamental conjugar el trabajo político con la movilización social y política, ya que solo es posible aumentar el peso político de nuestros 35 diputados con una fuerza sostenida de movilización en la calle, empujando para la consecución de aquellos acuerdos que beneficien a la mayoría de gente trabajadora de nuestro país. El manifiesto y as convocatorias impulsadas por los sindicatos este fin de semana son imprescindibles y deben tener nuestra máxima implicación, pero no suficientes para este empeño, por lo que corresponde que desde el espacio de Unidas podemos se trabaje intensamente por incrementar la movilización social y política en torno a la campaña sobre la reconstrucción iniciada hace dos semanas.
  • Seguiremos defendiendo las propuestas que creemos que son imprescindibles para reconstruir el país: recuperar la soberanía productiva y energética para una reindustrialización verde y sostenible; fortalecer el sector público para que nadie se quede atrás en esta crisis; subordinar toda la riqueza del país al interés general; todos los recursos del país al servicio de la reconstrucción; todos los derechos para todas, defender la universalidad de los derechos humanos; un sistema nacional público de cuidados profesionalizado; no a la UE del capital y las oligarquías nacionales, pero para que esta defensa no sea meramente testimonial, debemos tener claro que sin una presión social y política no será posible mejorar la correlación de fuerzas que existe en el Parlamento, máxime cuando las fuerzas nacionalistas de la izquierda catalana no están ayudando.
Es por tanto el momento de que el Partido, sus organizaciones, su militancia, sea capaz de estar a la altura que el momento histórico nos demanda siendo capaces de ser un Partido de movilización, de propuesta y de influencia en la aplicación de medidas de gobierno para conseguir el mejor resultado para la clase obrera, las capas populares y el futuro del país.


La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación

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Si es que son la leche estos vecinos del Barrio de San Fermín de Madrid. Sin el mamporreo de la bobi hojarasca de palabras vacias; postureo fotomagnético comunicacional de la Escuela Sociológica de haber si cuela de mira que bien me ha quedado la pose, ¡si es que hasta parece que siento de verdad lo que digo -y no empecemos a joder con la marrana, que yo de lo que hago no digo nada, que no me conviene, ya saben-!; sin la barrila del cascabeleo patrio prótico del patriotismo fónico, y sin la responsabilidad de Estado, de ojú chabó, que responsabilidad más guay, tal que asistentes al Congreso o el Senado. Y que nadie me vaya a torcer el morro por esto. Que sólo es un ejemplo. Que también pasa en los parlamentos autonómicos y en más de diez, veinte, cuarenta u ochenta ayuntamientos. Van y se me ponen estos vecinos a ejercer de políticos de verdad. Vamos, a políticos de pura cepa, o sea, que en un plis plas se me ponen a solucionar problemas (Óle vuestros cojones/ovarios/vecinos/vecinas) que es en lo que consiste la política. Para mí que vamos a tener que empezar a mirar lo que hacen estos vecinos para emularlos. Y que no se me vaya a mal interpretar, que yo no he dicho que estos vecinos sean unos héroes o primos del primo de Zumosol, sino gente con conciencia de sí mismos y del prójimo. Nada más, que yo no he dicho otra cosa. Que si hubiera querido decir que no hay mayor héroe que un trabajador con conciencia de sí mismo lo habría dicho.



APOYO MUTUO EN LOS BARRIOS

La despensa de San Fermín: “El barrio ha tenido una capacidad de reacción brutal”
  • Cuando cerraron los colegios en Madrid, muchos niños se quedaron sin la comida más importante del día y sin acceso educativo
  • Los vecinos del barrio de San Fermín se organizaron por Whatsapp y lograron poner en marcha una despensa que provee a decenas de vecinos
  • Advierten a la administración para que se reponsabilice: "No podemos pagar ni crisis ni la alimentación de todas estas familias otras personas trabajadoras"
CUARTO PODER.ES
El domingo, 28 de junio de 2020

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Mural frente a la Asociación de Vecinos de San Fermín. / S.M.

El pasado 11 de marzo, se cerraron todos los colegios de Madrid. La medida se tomaba para proteger la vida ante el avance de la covid-19, que iniciaba su escalada en la curva de contagios y muertos. Pero la decisión sumió a padres y madres en el caos. Sus trabajos continuaban (a veces en casa), los abuelos se habían convertido en “población de riesgo” y los comedores escolares dejaron de servir a muchos niños la comida más completa de su día. Donde la pandemia puso caos, los vecinos del barrio de San Fermín, en distrito madrileño de Usera, reconstruyeron orden. Activaron las redes vecinales y han creado en tiempo récord una despensa donde, además de comida, reparten pañales, leche infantil o compresas. Eso sí, demandan ya a la administración que ataje las necesidades mientras ellos siguen construyendo apoyo mutuo en los barrios: "No podemos pagar ni crisis ni la alimentación de todas estas familias otras personas trabajadoras que estamos en un nivel coyunturalmente mejor”.

A las 20 de la tarde va cayendo el sol en el distrito de Usera. Mientras algunos vecinos pasean por los soportales de la calle Dora, en el número 1 unas diez personas intercambian opinión, apuntan ideas en un papel y distribuyen tareas. Se están preparando para la “nueva normalidad”, que en el caso de su barrio temen que se traduzca en hambre y una mayor brecha educativa. Cuando llegó el coronavirus, las redes de Usera se activaron en todos los barrios. La rueda empezó a girar empujada por la Asociación Vecinal Barrio de San Fermín, el AMPA del Colegio Público República de Brasil, el grupo de "San Fermín se queda en casa" y otros muchos voluntarios. También ha contribuido el huerto urbano del barrio ayudando a abastecer de alimentos y los comercios locales.

En realidad, el cierre de los colegios funcionó como un dominó. Los vecinos empezaron a plantearse qué podrían hacer padres y madres con trabajo, sin cole y sin abuelos. Ahí afloraron una serie de demandas que no siempre pudieron satisfacerse. Organizar los cuidados fue “imposible”, pero pronto salieron nuevas necesidades: “Nos encontramos con cifras muy elevadas. Se quedaron unos 250 niños y niñas sin menú escolar. No hablamos solo de los que cobran la Renta Mínima de Inserción (REMI), sino también aquellos que estaban becados" explica Mónica, una de las voluntarias. Lo primero fue cubrir los alimentos de los niños, pero el proyecto se fue ampliando hasta consolidar la despensa. 

Con la movilidad restringida bajo amenaza de multa y las estrictas medidas sanitarias que exigía la emergencia, los inconvenientes que se han encontrado han sido muchos: cómo coordinar a los voluntarios sin juntarse en un espacio, cómo conseguir recursos, cómo trasladarse de una zona a otra o gestionar las ayudas sin salir de casa durante el estado de alarma han sido algunos. Aún así, estos vecinos de Usera han ido más rápido que la administración. “Todo ha sido virtual y por Whatsapp. Hay un chat donde se empezaron a mezclar iniciativas del distrito de Usera. Nos dimos cuenta de que había que trabajar en lo local porque incluso para desplazarte al barrio de al lado había dificultades”, recuerda Amaya, el AMPA del Colegio Público República de Brasil. La primera letra de su historia de apoyo mutuo empezó con un Whatsapp a una compañera del barrio de Almendrales.  

Ahora en la despensa de San Fermín se amontonan lentejas, garbanzos, maíz o arroz. También hay productos de bebé porque son conscientes de que hay muchas familias que se han quedado por el camino. Cuando comenzaron a organizar necesidades y recursos llamaron también a los colegios concertados de la zona y a las escuelas: “Hemos recibido tanto por donaciones privadas de gente del barrio como de personas con otra posición económica mejor que se lo han pasado pipa comprando pañales”, explica Mónica. Han recibido desde donaciones que van desde cinco euros hasta lotes de productos de comercios del barrio. 

Sin embargo, Mónica recuerda que estas situaciones de crisis en realidad "ponen en evidencia las brechas sociales que ya existían". Como ejemplo, la educación. Muchas familias del barrio no tiene un ordenador para seguir las clases, ni sus padres tienen tiempo o conocimientos para explicarles las materias: "No puede ser que la proyección de los chicos sea diferente dependiendo del cole del que salen".

No es caridad, es apoyo mutuo

Una de las claves de esta red es que desde la primera semana del estado de alarma se han ido tejiendo complicidades entre diferentes grupos del distrito para ordenar las necesidades y la recepción y distribución de productos: “Lo que ha demostrado esta situación es que el barrio ha tenido una capacidad de reacción brutal”, apunta Mónica. Los vecinos comenzaron cosiendo equipos de protección para el personal del Hospital 12 de Octubre y ahora ellos le hacen donaciones. También desde la despensa han hecho envíos a residencias y ahora buscan potenciar el huerto urbano, que se ha mostrado muy útil para proveer alimentos: “Cuanto más rico y nutrido de labor esté ese huerto hay mucha más gente que puede aprender métodos de subsistencia”, explica Ángel. 

Reunión en la Asociación de Vecinos de San Fermín

Este voluntario apuesta por la “pedagogía continuada” entre los vecinos y por el intercambio de experiencias con otros grupos de otros barrios. “No queremos hacerlo desde la caridad o el asistencialismo porque quien da y quien recibe no están al mismo nivel. Pedir ayuda no debe dar vergüenza ni ser una cuestión moral. Quienes hoy ayudamos mañana nos podemos ver en la misma situación”, explica. 

Muchos vecinos no habían tenido experiencias colectivas antes, otros sí, aunque en espacios muy distintos. El movimiento 15M dejó un poso organizativo que se ha sumado a las décadas de experiencia de las asociaciones vecinales. A nivel estructural, han sido fundamentales: “Los barrios que tienen amplias redes colectivas estamos más preparados para dar cobertura a estas emergencias sociales”, sentencia tras estas semanas de trabajo. 

La hora de lo público

Las redes vecinales han funcionado con rapidez, pero estos vecinos no quieren que su labor sirva de excusa a la Administración, en el este caso el Ayuntamiento de Madrid, para hacer dejación en sus funciones. “No podemos pagar ni crisis ni la alimentación de todas estas familias otras personas trabajadoras que estamos en un nivel coyunturalmente mejor”. 

Durante los días de pandemia, estos vecinos han intentado institucionalizar todos los casos que han podido, pero con escaso éxito. Conforme la iniciativas crecían se encontraron con un efecto bola de nieve. “Entendemos que la realidad va más rápido de la burocracia, pero hay que asumirlo. Nosotros hemos intentado hacer contacto para que la administración se responsabilice”.

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