viernes, 8 de febrero de 2008

URGE CAMBIAR EL CODIGO PENAL

(1)
En la derecha política que unos denominan extrema, y otros eufemísticamente “moderada” o “moderna” o “europea,” están por un aparte Esperanza Aguirre y por otra Ruiz Gallardón, ambos dirigentes políticos del mismo partido. El Partido Popular. Ambos son madrileños y ambos con poder real y suficiente para empeorar cada vez más las condiciones de vida de todos los madrileños, le voten o no. Desde la Presidencia del Gobierno autónomo la una y desde la Alcaldía el otro.
Unos encajonan a Esperanza Aguirre en la extrema derecha, con lo que estoy de acuerdo, y otros a Ruiz Gallardón como hombre moderado de derechas o representante de una derecha “civilizada” o “europea,” con lo que no estoy de acuerdo, dado que los dos pertenecen al mismo partido, cuyo partido persigue un único fin: favorecer la acumulación y concentración de capitales a favor de una minoría y en contra de los intereses de la inmensa mayoría que es la que con su trabajo personal produce cuanta riqueza existe.
La encarnizada lucha política que ambos mantienen no responde a la distinta visión que cada uno de ellos pudiera tener para hacer que los madrileños mejoren sus condiciones de vida, sino para situarse en la mejor posición política posible dentro del partido, una vez que Rajoy deje el mando del mismo, y desde esa posición política alcanzada poder realizar cada uno de ellos las correspondientes políticas económicas en función de los intereses de las distintas facciones del capitalismo que apoyan a una y otro.
Haríamos mal en tomar partido por una u otro, dado que sus fines son los mismos: empeoramiento paulatino de las condiciones de vida de los que viven de su trabajo para favorecer los intereses de una exigua minoría, si bien con procedimientos distintos, de donde no deberíamos deducir que uno de ellos es bueno y otro malo (de cuyos procedimientos no queda excluido el PSOE oficial que hoy conocemos)
No se trata de elegir el método a través del cual uno prefiere ser atracado: si por los bandoleros de Sierra Morena o por el señor atracador al que le llevas el dinero todos las mañanas a su casa y que ni siquiera se digna recibirte en persona, porque te manda al criado al que voluntariamente le tienes que entregar la suma de dinero atracado.
Se trata de no dejarse atracar.
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