miércoles, 16 de septiembre de 2020

Pues vuelta la burra al trigo. Otra vez el mangui mango de las pensiones. Y que no se cansan, oyes. Es tan pertinaz la toledana del Pacto de las pensiones como lo era la sequía con Franco, hasta que se lio la manta a la cabeza y patada que le daba a una piedra pantano que amanecía, a pesar de ello, las sequías no desaparecían del todo y, al menos en el Pirineo Aragonés, los pantanos no gustaban ni pizca. Que el señor Banco de España haga estudios, re estudios, cálculos y más cálculos siempre será cosa de agradecer por los pensionistas y trabajadores, porque cuanto más estudios, cálculos e intentos de robarnos las pensiones haga mejor para nosotros, porque mejor le vemos el plumero puesto que se deja el culo al descubierto cantidubi dubidá. La mochileta austriaca-toledana aprobada en el Pacto de Toledo debe ser tética monja para los jubilados y trabajadores, pero por venir la propuesta de quien viene, mejor será que se la aplique el señor Banco de España y los que hayan votado a su favor, entre otros, parece ser que Podemos, por error, eso sí, pero para errar en nombre de los pensionistas y trabajadores y metérsela hasta las cachas, mejor es una buena dimisión después de ser expulsado del partido y quedamos tan amigos. No nos dicen los partidarios de la mochila gris austriaca-toledana, y hacen muy bien en no decírnoslo, porque se comprende que si nos quieren engañar no nos van a decir la verdad, que los fondos de pensiones, la mágica formula que nos proponen para los pájaros volando que piensan darnos, pensionablemente hablando, en el primer trimestre de 2020 han perdido 7.474 millones de euros, es decir, que los futuros pensionistas, antes de empezar a hablar ya han perdido 7.474 millones de euros, pero no se apure nadie que no hay mal que por bien no venga, porque siendo verdad que los futuros pensionistas de los fondos de pensiones privados han perdió esa cantidad no es menos verdad que la misma cantidad de dinero ha tenido que aparecer en los bolsillos de algún no pensionistas, dado que los pajaritos, ¡pio, pio, pio!, son los que tienen alas y no los billetes de euros. Son cosas que pasan en esto de la furufalla del juego financiero. Sin ir muy lejos, a la banca, madre priora de todos los fondos de inversión, ya nos hizo perder a los trabajadores españoles casi 60 mil millones de euros para asegurar su rentabilidad, y sin ir nada lejos, ayer mismo, como quien dice, nos hizo perder nuevamente a los mismos trabajadores españoles otros 20 mil millones de euros con la evaporación del Estado de Bankia, porque Bankia se ha evaporizado que no es moco de pavo, sino moco del Banco de España. Y si no nos vamos ni tan cerca ni tan lejos para quedamos en el término medio (para que no me digan luego ni extremista ni radical), por ejemplo, a 2018, cuando el coronavirus no se conocía y según los Cantares del Mío Mercado la crisis de 2008 había sido superada (¡Y súbete aquí que vas a ver Madrid!), pues resulta que el 80% de los principales fondos de pensiones también habían perdido dinero. En fin, ya digo, moco del Banco de España. Y, claro, descrito el problema, pero no ahora, que con esta descripción ya van 800.001 las veces de descripciones, algo tendremos que hacer. Por supuesto, las manifestaciones y protestas que se han hecho hay que continuar haciéndolas, pero yo digo algo más sin ninguna merma ni para esas manifestaciones ni protestas, que nos sea posible hacer (por ejemplo, que es ocurrencia a bote pronto: una o cien mil acampadas que duren hasta que nuestros problemas queden resueltos; una huelga de no poner la televisión, ocho millones de letreros, uno dentro del coche de cada uno que diga, más o menos: gobierno, fuera, que solo queremos que no nos robéis las pensiones, que no es nada personal, no os asustéis –todavía-) porque poder podemos, si nos lo proponemos y lo pensamos, si no como si no hubiera dicho nada. Aquí paz y allá en Toledo la toledana, porque como no espabilemos hasta los niños nacerán con una mochileta a cuestas, que la Nueva normalidad es guay de normalidad.

 

¿Existe un plan de acoso y derribo contra los pensionistas? Repercusiones e intereses


KAOSENLARED

Publicado el Sep 15, 2020

Una vez analizado el estudio del BdE, pasamos a investigar las repercusiones de dicho estudio y qué intereses puede haber tras el mismo.

Primera parte: ¿Existe un plan de acoso y derribo contra los pensionistas? Sobre el estudio del Banco de España.

Una vez que vimos que el estudio del BdE (Banco de España) había que cogerlo con pinzas, debido a la multiplicidad de variables que se incluían, y a su dispersión, y a la elección de la muestra,  siendo alertados por el propio BdE, vamos a profundizar en sus entrañas.

Tras este estudio, han sido muchas las voces alertando acerca de la insostenibilidad del sistema, debido a que, según ellos, los pensionistas son muchos y cobran más de lo que aportaron.

El Banco de España lleva tiempo lanzando el mensaje de que el sistema público de pensiones es insostenible, que ve necesarias ciertas modificaciones para garantizar su estabilidad y sostenibilidad. Coincidencia o no, son modificaciones que ya se han venido lanzando desde Europa,  y se han pedido al Gobierno de España nuevamente con motivo del fondo de rescate europeo.

Una de esas reformas defendidas por el BdE y que curiosamente la UE nos ha solicitado tiene que ver con retrasar la edad de jubilación, manteniendo así un mayor tiempo a los cotizantes en el sistema de empleo. Más tiempo cotizando y menos cobrando una prestación pública.

 


 Junto a este punto, otro de los ajustes que ha recomendado el BdE, (y casualmente es idéntico a lo que viene requiriendo la Comisión Europea) es que se deje de indexar las pensiones con el IPC, lo que conduciría a una rebaja en la capacidad adquisitiva de los actuales jubilados.

¿Otro ajuste más? Seguimos con lo que el BdE recomienda y la Comisión Europea ha exigido. Es el que atañe a la esperanza de vida. El BdE recomienda ligar el cálculo de las pensiones a los años que se espera que vivamos Es decir, si cada vez vivimos más años, se va a adaptar la cuantía de la pensión a tales años. Y recordemos que España tiene una de las esperanzas de vida más altas a nivel mundial. Por lo tanto, la revalorización de las pensiones, y el cálculo de las mismas será a la baja, con lo que los nuevos jubilados cobrarán menos pensión que las generaciones anteriores, y como no estarán indexadas al IPC, la inflación acabará por seguir destruyendo el poder adquisitivo de los pensionistas de dentro de unos años.

Uno de los resultados más patentes de estos ajustes, sería el del menor poder adquisitivo, menor tasa de reposición (no se va a poder tener el mismo poder adquisitivo trabajando que cobrando pensión, con lo que sería un medio para que las personas mayores siguieran trabajando para poder seguir manteniendo ese nivel adquisitivo y no caer en situaciones de precariedad).  Si la persona se decidiera jubilar, el resultado no será otro que un aumento de la pobreza . Y una de dos, o vemos pensionistas trabajando hasta edades muy avanzadas, para poder seguir manteniendo un nivel adquisitivo digno, o la pobreza se extenderá entre los pensionistas actuales y futuros.

 

Si creen que estas son elucubraciones mías, Óscar Arce, en un evento sobre Planes de Pensiones organizado por una entidad financiera y el periódico Cinco Días, dijo lo siguiente: «¿Tiene sentido trabajar algo más cuando vivimos más? Posiblemente sí. Sé que es doloroso y no gusta escucharlo[…] o eres tremendamente productivo en tu trabajo, algo que no estamos viendo, o no es descartable ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida» (Jornadas “Feliz longevidad, un desafío para el ahorro a largo plazo”).

Por cierto, para quien no lo sepa, Óscar Arce es  Director General de Economía y Estadística del Banco de España. Sí, de Estadística. Ese departamento que ha sacado un estudio sobre las pensiones titulado «Una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones». Y esas palabras las dijo mucho antes de que apareciera el estudio que está siendo objeto de estos artículos.

Ya estuvimos viendo en el anterior artículo que el BdE establecía que cada pensionista cobraba de media 1,74 euros con respecto a cada euro que había cotizado. Y en ese mismo artículo nos referimos a que había que tomarlo con mucha cautela, el mismo Óscar Arce sigue relatando: «Hemos pasado […] a tener ahora un déficit en la Seguridad Social de en torno al 1,5% del PIB. Hay varios motivos detrás de esto, algunos tienen que ver con la demografía. Lo que más ha aumentado es el gasto, por el aumento de número de pensiones y porque las pensiones son más altas».

¿Qué puede haber detrás de todo esto? ¿Se acuerdan de la aprobación de la Mochila Austríaca por parte del Gobierno? Por cierto, Podemos votó a favor: «Un error de Unidas Podemos incorpora la ‘mochila austriaca’ a las recetas para la reconstrucción».

¿Qué es eso de la «mochila austríaca»? Pues no es de las que se pueda comprar en el Decathlon, por si a alguien se le ha ocurrido mirar en alguno de sus catálogos. La «mochila austríaca» consiste en la generación de una cuenta individual para la jubilación que acompaña al trabajador a lo largo de toda su vida laboral. Y profundizando algo más, lo que está sucediendo es el desmantelamiento del sistema de pensiones de reparto como lo conocemos hoy en día. Sí, ese sistema de reparto que proporciona justicia social y estabilidad ante las incertidumbres del futuro. Porque, como ya se dijo en el anterior artículo, quien más aporte —sueldos más altos, mayor tiempo cotizado—, tendrá una mochila más llena. Pero ¿y si no se puede aportar porque España es un país de trabajo precario, de bajos salarios, y alta temporalidad?

 


¿Se acabará también con otro de los principios de nuestro sistema de pensiones, como es la Universalidad? Porque si hay que recortar, y se va a cobrar de lo aportado individualmente, quien no haya podido aportar, o no haya aportado el tiempo suficiente, se le condena a la pobreza irremediablemente. Mejor le podemos preguntar a los de Podemos, a ver qué piensan, igual se vuelven a equivocar y votan para ver quién gana Eurovisión en el próximo Congreso. Pero es que hay favores políticos que hay que ir pagando, aunque sea a base de «errores».

Fruto de esta campaña contra el sistema de pensiones de reparto, es la constante oferta de productos de inversión para la jubilación: planes de ahorro, planes de pensiones, etc. Toda una serie de instrumentos creados por la industria financiera para acaparar el ahorro de la población.

Estos activos financieros corren a cuenta de quien los adquiere, su evolución y los resultados que se obtenga con su compra y permanencia conllevan un riesgo y una alta imprevisibilidad sobre su rentabilidad. Al final es dejar en manos del mercado de capitales la pensión de jubilación. ¿Saben lo más curioso? Que hay activos financieros emitidos por el propio Estado, bonos, deuda pública. O sea, no podemos endeudarnos para pagar las pensiones en nuestro sistema de pensiones actual, pero vamos a lanzar emisiones de deuda para que la compren las entidades financieras, y le ofrezcan a los trabajadores planes de pensiones o fondos que contengan esa deuda, y así tengan una jubilación.  Y vamos a pagar intereses por esa deuda que hemos emitido, endeudándonos más. ¡Mande, me lo expliquen!

Si miramos las rentabilidades de los planes de pensiones privados, Europa Press publicaba lo siguiente: «Todos los planes de pensiones ofrecieron rentabilidad negativa en el primer trimestre (2020), cuando ninguna gestora en España logró sacar rendimiento en estos vehículos de inversión en la crisis de los mercados[…] El patrimonio bajo gestión de los planes de pensiones del sistema individual perdió 7.474 millones».

Y si piensan que es debido a una mala época, por el COVID, nos retrotraemos al 2018, y leemos titulares como los siguientes: «El 80% de los grandes planes de pensiones sufre pérdidas en el último año».

No parece que sean la panacea para tener una jubilación digna. Y sin embargo, nos desean vender que el futuro de las pensiones debe pasar por planes privados, u otros productos financieros de la mano del mercado de capitales. La protección social de nuestro sistema de pensiones bien merece que lo sigamos defendiendo, ¿no creen?

*++