¿Existe un plan de acoso y derribo contra los pensionistas?
Repercusiones e intereses
KAOSENLARED
Publicado el Sep 15, 2020
Una vez analizado el estudio del BdE, pasamos a
investigar las repercusiones de dicho estudio y qué intereses puede haber tras
el mismo.
Primera parte: ¿Existe un
plan de acoso y derribo contra los pensionistas? Sobre el estudio del Banco de
España.
Una vez que vimos que el estudio del BdE (Banco de
España) había que cogerlo con pinzas, debido a la multiplicidad de variables
que se incluían, y a su dispersión, y a la elección de la muestra, siendo
alertados por el propio BdE, vamos a profundizar en sus entrañas.
Tras este estudio, han sido muchas las voces
alertando acerca de la insostenibilidad del sistema, debido a que, según ellos,
los pensionistas son muchos y cobran más de lo que aportaron.
El Banco de España lleva tiempo lanzando el mensaje
de que el sistema público de pensiones es insostenible, que ve necesarias
ciertas modificaciones para garantizar su estabilidad y sostenibilidad.
Coincidencia o no, son modificaciones que ya se han venido lanzando desde
Europa, y se han pedido al Gobierno de España nuevamente con motivo del
fondo de rescate europeo.
Una de esas reformas defendidas por el BdE y que
curiosamente la UE nos ha solicitado tiene que ver con retrasar la edad de
jubilación, manteniendo así un mayor tiempo a los cotizantes en el sistema de
empleo. Más tiempo cotizando y menos cobrando una prestación pública.
Junto a este punto, otro de los ajustes que ha recomendado el BdE, (y casualmente es idéntico a lo que viene requiriendo la Comisión Europea) es que se deje de indexar las pensiones con el IPC, lo que conduciría a una rebaja en la capacidad adquisitiva de los actuales jubilados.
¿Otro ajuste más? Seguimos con lo que el BdE
recomienda y la Comisión Europea ha exigido. Es el que atañe a la esperanza de
vida. El BdE recomienda ligar el cálculo de las pensiones a los años que se
espera que vivamos Es decir, si cada vez vivimos más años, se va a adaptar la
cuantía de la pensión a tales años. Y recordemos que España tiene una de las
esperanzas de vida más altas a nivel mundial. Por lo tanto, la revalorización
de las pensiones, y el cálculo de las mismas será a la baja, con lo que los
nuevos jubilados cobrarán menos pensión que las generaciones anteriores, y como
no estarán indexadas al IPC, la inflación acabará por seguir destruyendo el
poder adquisitivo de los pensionistas de dentro de unos años.
Uno de los resultados más patentes de estos
ajustes, sería el del menor poder adquisitivo, menor tasa de reposición (no se
va a poder tener el mismo poder adquisitivo trabajando que cobrando pensión,
con lo que sería un medio para que las personas mayores siguieran trabajando
para poder seguir manteniendo ese nivel adquisitivo y no caer en situaciones de
precariedad). Si la persona se decidiera jubilar, el resultado no será
otro que un aumento de la pobreza . Y una de dos, o vemos pensionistas
trabajando hasta edades muy avanzadas, para poder seguir manteniendo un nivel
adquisitivo digno, o la pobreza se extenderá entre los pensionistas actuales y
futuros.
Si creen que estas son elucubraciones mías, Óscar Arce, en un evento sobre Planes de Pensiones organizado por una entidad financiera y el periódico Cinco Días, dijo lo siguiente: «¿Tiene sentido trabajar algo más cuando vivimos más? Posiblemente sí. Sé que es doloroso y no gusta escucharlo[…] o eres tremendamente productivo en tu trabajo, algo que no estamos viendo, o no es descartable ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida» (Jornadas “Feliz longevidad, un desafío para el ahorro a largo plazo”).
Por cierto, para quien no lo sepa, Óscar Arce
es Director General de Economía y Estadística del Banco
de España. Sí, de Estadística. Ese departamento que ha sacado un
estudio sobre las pensiones titulado «Una
estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones».
Y esas palabras las dijo mucho antes de que apareciera el estudio que está
siendo objeto de estos artículos.
Ya estuvimos viendo en el anterior artículo que el
BdE establecía que cada pensionista cobraba de media 1,74
euros con respecto a cada euro que había cotizado. Y en ese mismo artículo nos
referimos a que había que tomarlo con mucha cautela, el mismo Óscar Arce sigue
relatando: «Hemos pasado […] a tener ahora un déficit en la
Seguridad Social de en torno al 1,5% del PIB. Hay varios motivos
detrás de esto, algunos tienen que ver con la demografía. Lo que más ha
aumentado es el gasto, por el aumento de número de pensiones y
porque las pensiones son más altas».
¿Qué puede haber detrás de todo esto? ¿Se acuerdan
de la aprobación de la Mochila Austríaca por parte del Gobierno? Por cierto,
Podemos votó a favor: «Un error de Unidas Podemos incorpora la ‘mochila austriaca’ a las recetas
para la reconstrucción».
¿Qué es eso de la «mochila austríaca»? Pues no es
de las que se pueda comprar en el Decathlon, por si a alguien se le ha ocurrido
mirar en alguno de sus catálogos. La «mochila austríaca» consiste en la
generación de una cuenta individual para la jubilación que acompaña al
trabajador a lo largo de toda su vida laboral. Y profundizando algo más, lo que
está sucediendo es el desmantelamiento del sistema de pensiones de reparto como
lo conocemos hoy en día. Sí, ese sistema de reparto que proporciona justicia
social y estabilidad ante las incertidumbres del futuro. Porque, como ya se
dijo en el anterior artículo, quien más aporte —sueldos más altos, mayor tiempo
cotizado—, tendrá una mochila más llena. Pero ¿y si no se puede aportar porque
España es un país de trabajo precario, de bajos salarios, y alta temporalidad?
¿Se acabará también con otro de los principios de nuestro sistema de pensiones, como es la Universalidad? Porque si hay que recortar, y se va a cobrar de lo aportado individualmente, quien no haya podido aportar, o no haya aportado el tiempo suficiente, se le condena a la pobreza irremediablemente. Mejor le podemos preguntar a los de Podemos, a ver qué piensan, igual se vuelven a equivocar y votan para ver quién gana Eurovisión en el próximo Congreso. Pero es que hay favores políticos que hay que ir pagando, aunque sea a base de «errores».
Fruto de esta campaña contra el sistema de
pensiones de reparto, es la constante oferta de productos de inversión para la
jubilación: planes de ahorro, planes de pensiones, etc. Toda una serie de
instrumentos creados por la industria financiera para acaparar el ahorro de la
población.
Estos activos financieros corren a cuenta de quien
los adquiere, su evolución y los resultados que se obtenga con su compra y
permanencia conllevan un riesgo y una alta imprevisibilidad sobre su
rentabilidad. Al final es dejar en manos del mercado de capitales la pensión de
jubilación. ¿Saben lo más curioso? Que hay activos financieros emitidos
por el propio Estado, bonos, deuda pública. O sea, no podemos endeudarnos
para pagar las pensiones en nuestro sistema de pensiones actual, pero vamos a
lanzar emisiones de deuda para que la compren las entidades financieras, y le
ofrezcan a los trabajadores planes de pensiones o fondos que contengan esa
deuda, y así tengan una jubilación. Y vamos a pagar intereses por esa
deuda que hemos emitido, endeudándonos más. ¡Mande, me lo expliquen!
Si miramos las rentabilidades de los planes de
pensiones privados, Europa Press publicaba lo siguiente: «Todos los planes de
pensiones ofrecieron rentabilidad negativa en el primer trimestre (2020),
cuando ninguna gestora en España logró sacar rendimiento en estos vehículos de
inversión en la crisis de los mercados[…] El patrimonio bajo gestión de los
planes de pensiones del sistema individual perdió 7.474 millones».
Y si piensan que es debido a una mala época, por el
COVID, nos retrotraemos al 2018, y leemos titulares como los siguientes: «El 80% de los grandes planes de pensiones sufre pérdidas en el último
año».
No parece que sean la panacea para tener una
jubilación digna. Y sin embargo, nos desean vender que el futuro de las
pensiones debe pasar por planes privados, u otros productos financieros de la
mano del mercado de capitales. La protección social de nuestro sistema de
pensiones bien merece que lo sigamos defendiendo, ¿no creen?
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