La
Universidad al servicio de los mayores contaminadores: las empresas en la UAM
El ex directivo de uno de los bancos que más
contribuye al cambio climático dirigirá la ciencia, las universidades y la
innovación en Madrid mientras las grandes empresas contaminadoras imparten
cátedra en plena situación de crisis climática ¿Surrealista? Pues sigue
leyendo.
ContraCorrent Barcelona
Izquierda Diario
Jueves 26 de septiembre
El gobierno de coalición PP-C’s en la Comunidad de
Madrid, apoyado por Vox y presidido por Isabel Díaz Ayuso, anunció a finales de
agosto a Eduardo Sicilia Cavanillas como el nuevo consejero de Ciencia,
Universidad e Innovación, cartera que está en manos de la formación naranja.
Tras el cartel de independiente con el que se le ha
querido presentar, se esconde nada más ni nada menos que un ex - Subdirector
General Adjunto de BBVA; ex - Director General de Finanzia Automóvil (la
financiera de automóvil y consumo del BBVA), ex – vicepresidente de ASNEF
(Asociación Nacional de Entidades Financieras) y ex - miembro de Consejos de
Administración de numerosas compañías como Iberdrola, situada entre las diez
empresas españolas más contaminantes; así que de independiente nada, se trata
de alguien al servicio del capital.
Poco hay que decir al respecto de la fortuna del BBVA,
el segundo banco español más importante por detrás del Banco Santander y unos
activos que ascendían a 676.689 millones de euros a finales de 2018. Sin
embargo, lo que muchas veces se oculta es su papel como uno de los grandes
responsables del cambio climático. A mediados de marzo, la ONG Ecologistas en
Acción afirma que dicha empresa es una de las que más “han contribuido a la
expansión de nuevos combustibles fósiles desde la firma del Acuerdo de París”.
Se trata de una entidad financiera que desde 2016 ha aumentado su inversión en
petróleo, el gas fracking o Gas Natural Licuado, algunos de los combustibles
fósiles más sucios.
Ante la crisis climática que afrontamos en la
actualidad, hoy más que nunca la investigación científica debe estar al
servicio de las necesidades de la sociedad para poder llevar a cabo la
reconversión ecológica que exige la situación. Sin embargo, la persona al mando
de las universidades, la ciencia y la innovación procede de una de las empresas
que más contribuyen al cambio climático. Así es como funciona el modelo universidad-empresa,
poniendo los centros de conocimiento e investigación al servicio de los
intereses de una minoría capitalista.
Pero esto tan solo es la puerta de entrada legal para
que las empresas penetren en las universidades. Una de las formas que toma este
vínculo son las cátedras UAM-Entidad que se desarrollan en la Universidad
Autónoma de Madrid, las cuales consisten en acuerdos entre la universidad y las
empresas para llevar a cabo determinadas actividades docentes e investigadoras
utilizando el personal aportado por la universidad.
Entre estas cátedras, podemos encontrar la cátedra
Ercros sobre Química Farmacéutica. Dicha firma, además de ser miembro del IBEX
35 y obtener beneficios millonarios, es responsable del desastre medioambiental
de Flix, un pantano en el que se acumularon más de 700.000 toneladas de
residuos tóxicos procedentes de su actividad industrial. Los informes de
caracterización encargados por la propia compañía desde 2005 detectan zonas por
las que una persona no podría caminar más de 25 minutos sin riesgo de efectos
cancerígenos o sistémicos.
La cosa no acaba aquí. La farmacéutica Roche cuenta
con hasta tres cátedras en la UAM: sobre Medicina de Innovación, Enfermedades
Intersticiales Difusas y Medicina Personalizada de Precisión.
Y… ¿nadie se acuerda del Tamiflu? El informe elaborado
por la Fundación Cochrane con el apoyo del British Medical Journal publicado en
2014 anunciaba que la eficacia del fármaco conocido como Tamiflu, medicamento
producido por Roche con el que se trató la gripe A en 2009, no estaba
demostrada. Lo único en lo que resultó ser efectivo fue en su capacidad para
generar beneficios millonarios a Roche.
Aún hay más. En 1976 tuvo lugar en la localidad
italiana de Seveso el accidente que liberó 2 kilogramos de 2,3,7,8-tetracloro-p-dibenzodioxina,
un gas de extremada toxicidad y persistencia en el medio ambiente a causa de la
rotura de una válvula de la fábrica de cosméticos de la multinacional
Hoffmann-La Roche.
Por otro lado, la UAM también colabora con otras
grandes empresas como el gigante de la comida rápida McDonalds, el grupo PRISA,
la multimillonaria farmacéutica Grífols o Acciona. Precisamente esta última
compañía, posee una amplia línea de negocios en construcción, agua,
concesiones, industrias y servicios y representa la esencia del capitalismo
verde.
Sin embargo, como suele ocurrir con el green-washing,
no es verde todo lo que reluce. En su página web, a propósito del complejo
eólico de Oaxaca (México), Acciona anuncia que dicho proyecto produce
“electricidad equivalente al consumo de unos 700.000 hogares mexicanos”.
Curiosamente, no se menciona el hecho de que 21 de los 27 parques que conforman
el Corredor Eólico operan bajo la figura de autoabastecimiento, lo que
significa que producen energía para abastecer directamente a grandes
corporaciones, tal y como se recoge en el informe emitido por Ecologistas en
Acción.
Por último, debemos hablar del Banco Santander, sin
duda la entidad financiera que más penetra en las universidades del Estado
Español. Se trata del banco más grande de España, uno de los más grandes del
mundo y uno de los más contaminantes.
Tal y como muestran sus propios datos, la compañía afirmaba que entre 2016 y 2018 destinaría 69,8 millones de euros a paliar su impacto climático, poco comparado con los 13.400 millones de euros dedicados en ese período de tres años a financiar los combustibles fósiles, según el informe “Fossil Fuel Finance Report Card 2019”.
Finalmente, el modelo de la universidad-empresa al
servicio de las grandes fortunas culmina en lo que se conoce como Consejo
Social, el órgano encargado de garantizar la participación de la sociedad en la
universidad, aunque más bien entiende “sociedad” como empresas y
“participación” como control.
Para muestra de ello, el propio presidente del Consejo
Social de la UAM, D. José Folgado Blanco, ex – director del departamento de
economía de la CEOE y afiliado al PP; el vicepresidente D. Arsenio Huergo
Fernández, vicepresidente de la Fundación Universidad-Empresa o D. Rafael Pardo
Avellaneda, director general de la Fundación BBVA.
Mientras las universidades estén al servicio de los
grandes capitalistas que se benefician de la explotación de la mayor parte de
la población y que engordan su fortuna destruyendo nuestro planeta, no habrá
forma posible de enfrentar la crisis climática.
Debemos pelear por poner las universidades al servicio
de las necesidades de la sociedad bajo control de estudiantes, trabajadores y
trabajadoras. Desde la decisión de las líneas de investigación hasta la gestión
de servicios como las cafeterías o reprografías. La lucha contra el cambio
climático también pasa por arrancar los grandes centros de conocimiento de las
manos de una minoría capitalista y la casta universitaria que la sirve.
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