sábado, 20 de abril de 2013

MARIANO RAJOY, DIMISIÓN. OTRO QUE SE VA A LA MOVILIDAD EXTERIOR MIENTRAS ESPAÑA AVANZA HACIA MITAD DEL SIGLO PASADO.

¡¡¡ ESTE ES EL CAMINO PARA SALIR DE LA CRISIS !!!


El miembro del Seminario de Economía Crítica Taifa, Josep Manel Busqueta, imparte una conferencia en la Academia de Socialismo 21 

Alternativas a un capitalismo en crisis 

 Enric Llopis
Rebelión 
20-04-2013 

No hay alternativa, dijo la celebrada Margaret Thatcher. El pensamiento único económico, de corte neoliberal, niega cualquier planteo que impugne la realidad existente. Pero la posibilidad o no de alternativas depende de la correlación de fuerzas políticas. Algunas las ha descrito el miembro del seminario de Economía Crítica Taifa, Josep Manel Busqueta, en la Academia de Pensamiento Crítico de Socialismo 21. 

¿Qué implica plantear alternativas? Aclara Busqueta que no se trata de presentar un nuevo “producto transformador y revolucionario, como si toda nuestra experiencia anterior no sirviera”. Por otra parte, “no existen las recetas mágicas para la transformación social; de lo que se trata es de aportar elementos de reflexión”. 

Otra premisa. Las alternativas no han de presentarse a las políticas de ajuste y recortes; ni a las estrategias neoliberales, ni siquiera a la globalización económica. Porque, según el Seminario de Economía Crítica Taifa, son formas concretas de la dinámica evolutiva del capitalismo. Se trata de impugnar el sistema capitalista (en su conjunto) “por las relaciones sociales que éste implica, y que guardan mucha relación con la apropiación privada del excedente producido colectivamente”, explica Josep Manel Busqueta. En otras palabras, “el capitalismo no puede refundarse ni reformarse, porque ha colapsado y, además, porque ello es indeseable”. 

A la hora de proponer alternativas, la izquierda ha de afrontar una carrera de obstáculos. “Utópicos”, los “anti-todo” son algunos epítetos de los que se echa mano. También se piden alternativas, pero dentro del marco vigente. En otros casos, se exige a los movimientos sociales una suerte de “mapa de carreteras” en el que se explique al detalle cómo será la sociedad futura. Pero “no podemos caer en estos falsos debates”, aconseja Busqueta. “Transformar significa cambiar o sustituir unos intereses minoritarios en la sociedad por los de la mayoría de la población”. Además, el grupo Taifa recuerda que ningún modelo de sociedad se ha definido previamente ni de antemano. El capitalismo no es la aplicación de un modelo diseñado por un teórico del Renacimiento. Ni el reformismo keynesiano de posguerra emerge de la lectura que Roosevelt pudiera hacer de la “Teoría General” de Keynes. Al contrario, este clásico se publica en 1936, después que muchos gobiernos aplicaran políticas de cariz keynesiano. Parafraseando a Antonio Machado, “caminante no hay modelo, se hace modelo al andar…”, ironiza el economista. 

El grupo Taifa considera que las alternativas surgen de la interacción de tres factores: “sujetos de cambio”; “instrumentos de transformación” y “procesos de transformación”. Esto significa que no basta con el desarrollo de uno de los vectores (por ejemplo el tercero, con la constitución de cooperativas) si no se da el resto (por ejemplo el primero, una masa crítica que aspire al cambio social). Además, para valorar las posibilidades de construir una alternativa, han de considerarse –como Lenin hizo en su día, recuerda Busqueta”, otros tres elementos: “poder político”, “capacidad económica” y “conciencia social”.

Taifa apunta cinco características que debería cumplir una sociedad alternativa al capitalismo: que el sistema de propiedad sea colectivo (no privado) y funcione mediante cooperativas o fórmulas de propiedad comunal; un régimen de producción comunitario que no derroche recursos; un sistema de distribución equitativo, es decir, “que todo el mundo pueda satisfacer sus necesidades básicas”, apunta el economista. “La renta básica no es algo nuevo; son ideas que ya planteaban Epicuro, Tomás Moro o William Morris en Noticias de ninguna parte”, agrega. También propone el seminario Taifa la gestión del poder horizontal, no jerárquica ni despótica; y que el nuevo sistema de valores y afectos potencie el bien común. Porque, recuerda Josep Manel Busqueta, “el individuo como categoría social al margen de la sociedad es una patraña ideológica que sirve para el desarrollo del capitalismo; sólo desde la mejora colectiva podremos proyectarnos individualmente en la sociedad”. 

La sociedad alternativa se divisa muy a lo lejos. ¿Qué hacer mientras? Josep Manel Busqueta aconseja atender las palabras de Marx sobre los “partos” en la historia, cuando subraya que el ser nuevo se encuentra ya –de manera potencial- en el vientre de la sociedad presente. Y cita algunas experiencias de nuevas formas de relación social, que avanzan cómo articular una sociedad diferente: proyectos de municipalismo alternativo; iniciativas de economía social; finanzas éticas; agroecología; sindicalismo y medios de comunicación alternativos. “Pero nos hace falta una narrativa compartida entre todos estos procesos”, agrega. Y actuar de un modo similar a los movimientos de sístole y diástole: las manifestaciones masivas contribuyen a visibilizar los problemas, pero después, según el miembro de Taifa, hay que desarrollar proyectos concretos en los barrios.

Puede que uno de los grandes retos sea la democratización de la economía, idea sobre la que se han escrito toneladas de libros y discursos, y de la que campos ideológicos muy diversos (incluida la socialdemocracia) pretenden apropiarse. En su trabajo “Más allá del capitalismo”, el filósofo y matemático David Schweickart apunta cuatro criterios que debería incluir la democracia económica: control social de los medios de producción; control público del sector financiero; planificación económica con participación social; y control social de los bienes producidos. La economista Miren Etxezarreta prefiere referirse a estrategias de desarrollo “autocentrado”, participativas, y que consideren tanto la potencialidad del territorio y el trabajo asalariado digno, como la autonomía respecto a los mercados mundiales.

En lo más concreto, apunta Josep Manel Busqueta, es imprescindible adoptar modelos diferentes de consumo, “más austeros, menos obsesionados por el consumo individual y más predispuestos al reencuentro a través de la colectividad”. Aunque antropológicamente “seamos ricos en necesidades, no es lo mismo el consumo local y sostenible que el McDonalds; ni el vehículo privado que el transporte colectivo”. Para implementar estos cambios, hace falta también un cambio en las actitudes personales. Un cambio de valores. Busqueta recuerda las palabras del “Che” Guevara: “A mí, el socialismo como forma de redistribución de bienes materiales no me interesa”. 

 Los politólogos reflexionan en esta coyuntura crítica sobre cuáles podrían ser los agregadores, los relatos compartidos o la “narrativa de la común” que permita acumular fuerzas en la construcción de alternativas. Josep Manel Busqueta lo tiene claro: “Hay que basarse en lo obvio”. ¿Por qué no sirven los discursos académicos ni excesivamente elaborados? “Porque lo vimos en el asalto al Palacio de Invierno. La gente pedía paz, pan y tierra. No se preocupaba por las relaciones geopolíticas de la futura URSS ni por el choque entre los sistemas capitalista y socialista”. Este discurso obvio, “de lo común”, inteligible para la generalidad de los ciudadanos, la versión actualizada del paz, pan y tierra, son los derechos sociales. Que estén universalmente garantizados.

Si se trata de construir una sociedad alternativa al capitalismo, no ha de ponerse el foco exclusivamente en la base material, aunque ésta deba considerarse. Las reflexiones del seminario Taifa incluyen otras áreas de actuación además de la económica, como son la ecológica, la artística y la cultural, entre otras. Ahora bien, teniendo en cuenta a la hora de luchar por la transformación, que el mecanismo que explica el funcionamiento de las sociedades es el conflicto, no el consenso.

Hay elementos que permiten albergar esperanzas en una sociedad alternativa. Josep Manel Busqueta recuerda en su intervención al arqueólogo Eudald Carbonell, quien a menudo explica que el ser humano ha sobrevivido como especie gracias a la cooperación. Es decir, la alternativa al capitalismo es también una necesidad. “Socialismo o barbarie”, exclamaba Rosa Luxemburgo. Tragedias como la pobreza global o el cambio climático (y, más aún, el colapso de la especie) no pueden repararse si no es avanzando hacia una sociedad comunista, es decir, hacia una redistribución colectiva de los bienes. De lo contrario, asoman ya los perfiles de formas mucho más refinadas de fascismo y sociedades en extremo autoritarias y represivas. 

Los clásicos de la izquierda se han preguntado hasta la saciedad y han reflexionado sobre el sujeto del cambio social. ¿Quién ha de construir las alternativas? Según el miembro del grupo Taifa, la gente común. ¿Cómo? “Desde la alegría y el entusiasmo; sólo así podremos transformar esta sociedad absurda, triste y fracasada”. “Pese a toda la presión y las dificultades con las que nos encontramos, no entiendo el proceso de cambio desde la angustia y la tristeza”, responde. Y sin caer en dinámicas derrotistas. En su libro “Por qué Marx tenía razón”, Terry Eagleton invita en cierto modo al optimismo. Busqueta lo cita para subrayar que “somos muchos más de los que pensamos” y que hay ocasiones en que, a lo mejor de manera inconsciente, la gente se rige por los valores de una sociedad alternativa. ¿Cuánta gente se niega a vender a sus amigos por dinero? ¿O rechaza anteponer criterios mercantiles en sus relaciones personales? No hay sociedad alternativa, se construye al andar… 

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MARATÓN DE BOSTÓN: PATRIOTAS Y ACTIVISTAS POR LA PAZ SOCORREN A LAS VICTIMAS DEL ATENTADO


(Dzhokhar Tsarnaev, sospechoso de los atentados en el maratón de Bostón, se entrega a la policía. / CBS NEWS (AFP))

Amy Goodman
Democracy Now! /20-04-2013 

El lunes fue el Día del Patriota en Massachusetts, que conmemora el comienzo de la Guerra de la Independencia de Estados Unidos en 1775 en dos batallas celebradas en ese estado. También es el día en que se celebra la maratón anual de Boston, capital de Massachusetts, que ahora, lamentablemente, pasará a la historia como otro episodio de violencia desmedida sin sentido.

La imagen de Martin Richard dio la vuelta al mundo desde que murió ese día. La foto muestra al niño de 8 años de edad con una pancarta, que él mismo escribió, con la leyenda: “No lastimen a más personas. Queremos paz”.

La familia Richard estaba mirando la maratón cuando detonó la bomba. Su madre, Denise, y su hermana, Jane, sufrieron heridas graves. Su padre, Bill, sufrió heridas de metralla. El hermano mayor de Martin, Henry, no resultó herido, al menos no físicamente.

Al otro lado de la calle donde ocurrió la explosión, Carlos Arredondo y su esposa, Melida, observaban desde las gradas. Estaban esperando a un miembro de la Guardia Nacional que corría la maratón en honor al hijo de Carlos, Alex Arredondo, un infante de marina de Estados Unidos que murió en la batalla de Nayaf, en Irak, en agosto de 2004. En aquel entonces, inmediatamente después de enterarse de la muerte de su hijo, Carlos se metió en su camioneta y la prendió fuego. Sobrevivió, a pesar de haber sufrido quemaduras graves, y desde entonces se dedica al activismo por la paz, viajando por Estados Unidos con un ataúd envuelto en la bandera de Estados Unidos en honor a su hijo. En 2011, siete años después de haber perdido a su hijo Alex, su hijo menor, Brian, quien sufrió depresión tras la muerte de Alex, se suicidó.

 En la maratón, Carlos, de origen costarricense, vestía un gran sombrero de vaquero. Las imágenes de su valiente campaña de rescate de personas heridas en explosiones también recorrieron el mundo.

En fracción de segundos, las vidas de estas dos personas, Martin Richard y Carlos Arredondo, provenientes de barrios de Boston bastante cercanos, cobraron dimensión internacional. Martin, un niño que murió trágicamente a causa de un artefacto explosivo improvisado, y Carlos, un padre que perdió a sus dos hijos como consecuencia de la guerra en Irak. Le pedí a Carlos que describiera los instantes posteriores a las explosiones en la maratón:

 “Todo el mundo estaba en el suelo. Había personas quebradas, algunas mutiladas, otros desmayados, tantos heridos. Nunca en mi vida había visto algo igual. Fue un momento horrible. La gente corría y muchos realmente manejaron la situación de la mejor manera posible, dadas las circunstancias. Enseguida nos dimos cuenta de que se trató de la explosión de un artefacto improvisado. Mi primera reacción, como voluntario de la Cruz Roja, fue simplemente ir allí y cumplir con mi deber. Muchas personas hicieron lo mismo: policías, miembros de la Guardia Nacional, espectadores, veteranos de guerra. Todo el mundo se unió y acudió a ayudar. No sabíamos si había una tercera bomba, pero todos sacaron las vallas y movieron cielo y tierra. Y en muy poco tiempo, todo el mundo fue trasladado a la zona de emergencia, a unos 130 metros de allí, donde había muchísimo personal y unidades médicas de emergencia. Hubo mucha ayuda”.

Carlos concentró sus esfuerzos en ayudar a Jeff Bauman Jr., quien sufrió heridas graves en ambas piernas: “Rompí su camiseta, y con la ayuda de otro señor, le colocamos un torniquete en las piernas. En cuanto hubo una silla de ruedas disponible, lo levanté y lo puse en la silla y lo saqué de allí”.

El gran nivel de especialización de los hospitales de Boston no fue suficiente para salvar la vida de Martin Richard. Su hermana de 7 años de edad, a quien le encanta bailar, perdió su pierna, y su madre, Denise, sufrió un traumatismo grave en la cabeza. Denise es la bibliotecaria de la escuela primaria Neighborhood House Charter School y miembro activo de una organización comunitaria. El padre de Martin, Bill, es un activista muy respetado en la comunidad, que ha ayudado a revitalizar el área.

Hace siete años, también en el Día del Patriota, después de la Maratón de Boston, me encontraba en el histórico edificio Faneuil Hall junto al reconocido historiador fallecido Howard Zinn. Era la noche fría y lluviosa del 16 de abril de 2007, cuando llegaron noticias de una masacre en Blacksburg, Virginia, en el predio de la universidad de Virginia Tech. Treinta y dos personas murieron ese día, además del asesino, que se suicidó. Esta semana, mientras la recta final de la Maratón de Boston estuvo dedicada a las 26 personas que murieron asesinadas en Newtown, Connecticut, el Senado – controlado por los demócratas – no logró aprobar siquiera la parte más básica del acuerdo sobre la legislación de control de armas, una reforma suavizada de la verificación de antecedentes.

La primera explosión en Boston ocurrió detrás de una fila de banderas ondeantes de todo el mundo, que refleja la dimensión internacional de la maratón más antigua del país. Las banderas me recordaron, una vez más, las palabras de Howard Zinn: “Ninguna bandera es lo suficientemente grande como para cubrir la vergüenza del asesinato de personas inocentes”.

 Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna. 

© 2013 Amy Goodman 

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

 Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/4/19/maratn_de_boston_patriotas_y_activistas_por_la_paz_socorren_a_las_vctimas_del_atentado

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LA AGRICULTURA TAMBIEN LA ARRUINA EL CAPITALISMO


CAMPESINOS DEL MUNDO, UNÍOS

Esther Vivas
rebelion.org/20-04-2013 
Público.es 

Año tras año la población campesina en el mundo ha ido disminuyendo. El éxodo rural se ha convertido en una realidad palpable en el transcurso del siglo XX. Lo que ha desembocado en un cambio radical del paisaje y de la agricultura campesina y tradicional. En el año 2007, y por primera vez en la historia de la humanidad, la mayor parte de la población mundial vivía ya en ciudades.

El Estado español no ha sido una excepción. Y la agricultura ha pasado de ser una de las principales actividades económicas a una práctica casi residual. Si en los años 70 aún el 25% de la población activa trabajaba en el sector agrícola, hoy esta cifra se ha reducido hasta el 4%, y ha significado una pérdida de más de dos millones y medio de empleos. Las explotaciones agrarias siguen desapareciendo a gran velocidad. Entre los años 1999 y 2009, disminuyeron en un 23%, según el Censo Agrario del INE 2009 . Pronto tendremos que colgar en nuestros campos el cartel de “Cerrado por defunción”.

La renta agraria, también, continua en caída libre. Y en el 2012 retrocedió a niveles de veinte años atrás, según el sindicato agrario COAG, con el consiguiente empobrecimiento del campesinado. Pobreza y mundo rural van de la mano. En Europa, una tercera parte de los pobres se concentran en el ámbito rural. Y la pobreza afecta, en particular, a las mujeres. El envejecimiento de la población, la falta de oportunidades para los jóvenes, la emigración, los bajos ingresos en la agricultura, las malas infraestructuras son síntomas claros de la pobreza en el campo, como señala el informe Poverty and Social Exclusion in Rural Areas [Pobreza y Exclusión Social en las Áreas Rurales] de la Unión Europea en 2008. 

Los campesinos desparecen pero nuestras necesidades alimentarias siguen allí. Entonces, ¿quiénes nos dan de comer? ¿quiénes producen y distribuyen la comida? Unas pocas empresas de la agroindustria y de la distribución son las que controlan actualmente toda la cadena alimentaria, de origen a fin. Multinacionales que buscan hacer dinero, y mucho, con los alimentos. Dupont, Syngenta, Monsanto, Kraft, Nestlé, Procter&Gamble, Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Mercadona son sólo algunas. Y así nos va. 

Estos días se celebra la Semana de Lucha Campesina para exigir otras políticas agrícolas y alimentarias. Un tema clave: la lucha contra los transgénicos. El Estado español es la puerta de entrada de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados) en Europa, su paraíso. Variedades prohibidas en otros países, como Francia, Grecia, Austria, Alemania…, aquí se conrean. Y otro frente de batalla: la soberanía alimentaria, que consiste en devolver la capacidad de decidir sobre aquello que se produce y se come a campesinos y consumidores. Ser soberanos, poder decidir. Palabras proscritas en los tiempos que corren. 

La Vía Campesina, el movimiento internacional más importante de agricultores del Norte y del Sur, los más golpeados por el avance de la globalización neoliberal, sin tierra, pequeños productores, mujeres campesinas…, lo llevan reivindicando desde mediados de los años 90. Su leitmotiv: Campesinos del mundo, uníos. Necesitamos de ellos. 

 *Artículo publicado en Público, 19/04/2013.

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MARIANO RAJOY: ¡DIMISIÓN! SOLO LA VARITA, SIN MAGIA: ¿LA HUELGA GENERAL PARA QUE DIMITA MARIANO Y SU GOBIERNO, PARA CUANDO?


Rajoy se ha soltado la melena para mostrarnos todo su bagaje político: furrufalla, maños, furrufalla. Los que le hayan votado si son trabajadores, bien harían en reclamarles el voto que le han dado.



 A Rajoy que según sus jefes de la Unión Europea es más valiente que el Capitán Valiente, no le gusta el cumplimiento de las órdenes que recibe de sus jefes “europeos” (que es que algunos son de España y no ganaban las elecciones internas ni en su propio partido, el PSOE, con todo el apoyo oficial de dicho partido, tal que Almunia, por ejemplo): afianzamiento de la rentabilidad de los bancos y grandes empresas, (Venga, venga, señor Rajoy, déjese de cachondeos que la cosa es seria. No se ponga en ese estado de compungimiento que además de embustero va a parecer más tonto que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina. Que usted de tonto no tiene miaja, hombre).

No haga el ridi, por favor se lo pido. Tampoco le gusta al PP de Rajoy (y a mi testicular 33, más o menos, que tampoco son tan gordos, las cosas como son); ni a los sindicatos ( ¡Coña y pardiez, maño! ¿No han sido los sindicatos UGT y CCOO atribuyéndose la representación de todos lso trabajadores, los que mediante dame la manita Pepe Luis han venido negociando con los distintos gobiernos y la patronal el empeoramiento paulatino y constante de las condiciones de vida de las clases trabajadoras, desde Felipe González a la última reforma de Rajoy? Eso sí, por consenso); ni al PSOE (¡Quieto parao que por este camino vamos a joder la cántara, zagal! ¿No está haciendo Rajoy en una versión más avanzada lo que ya hizo Zapatero? ¿Y no fue Rubalcaba el que amigable y muy lealmente se le ofreció a Rajoy que para los “grandes” asuntos de Estado –o sea, para joder a los trabajadores-, aquí un amigo?. Y esta si que es buena, lo de Rajoy no les gusta ni a los propios trabajadores. ¡Cómo qué! ¡Que qué me cuentas! ¿Que pa´nde va esto?, que se me esta haciendo la picha un lío y que me estoy embolicando, que es que los dedos se me hacen huéspedes, porque no es por nada, queridos compañeros del metal trabajadores y jóvenes votantes del PP (libremente, que eso no lo toco yo), que andando descalcitos por el camino nos encontraremos, porque no es por joder ni por h ni por b ni por esto ni lo otro, ¡que va, que vá!, pero yo llevo recontados más de 10.000.000 (DIEZ) de votos del pueblo popular al Partido Popular (¿captan este repalitroque de lo popular y lo Popular? Pues a eso iba, a lo popular, pero no del Popular, para entendernos, que luego pasa lo que pasa). 

Los comentaristas más potentes, aunque no bien informados, ni camino que llevan de informarse, con el culico preto que están ante un Rajoy plan cabra suelta en un sembrao, porque la verdad es que Rajoy y sus jefes asustan, o por lo menos es para tenerles miedo, después de decir que hay que aceptar lo que a mi juicio es inaceptable: las medidas de Rajoy, a pesar de lo perjudiciales que son para la inmensa mayoría de la sociedad. (a mi, gran jefe, Pecho Lata, tampoco gustar lo que hacer Potro Pálido –PP para los amigos- de Nube Lacia de pensamiento lacio, nombre guerrero a lo somardón: Mariano Rajoy. Gran jefe Pecho Lata –aquí un servidor-, haber escrito. ¡JAU!, y que Dios nos coja confesados, porque como a Mariano no le paremos los pies, ruina caracolera, amados parroquianos. Gran jefe Pecho Lata seguir escribiendo.)

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VENEZUELA: EN ESPAÑA TAMBIEN VOTAMOS CONTRA NUESTROS PROPIOS INTERESES


Una elección con nύmeros que llaman a repensar el trabajo ideológico

Chávez gana elecciones hasta desde “el más allá” 

Erasmo Magoulas 
Rebelión/20-04-2013

 Maduro ganó las elecciones con el 51% de los votos. El PSUV (y el Gran Polo Patriótico), le sacó apenas a los representantes del proyecto neoliberal, (¿a quién le cabe alguna duda?) la MUD, Mesa de la Unidad Democrática, con el apoyo confeso de los Estados Unidos y el aparato de adoctrinamiento, llamado informativo y de comunicación, sólo un 1% y alguito.

¿Cómo se entiende todo esto? ¿Es que acaso hay 49 % de burgueses en Venezuela? ¿Cómo a pesar de los 14 años de Revolución bolivariana, con profundas transformaciones en la distribución de la renta en favor de los sectores medios y bajos de la población venezolana, haya en la competencia eleccionaria, un margen tan estrecho?

 ¿Existe una alta correlación estadística entre una justa distribución de la renta y un cambio en el imaginario colectivo de los sectores populares en pos de priorizar valores de justicia social e igualdad, compromiso político, empoderamiento, conciencia de clase? 

Más allá de la alegría del triunfo de las fuerzas populares en Venezuela, hay un dejo de amargura en muchos de nosotros, y es sano que la haya, de lo contrario estaríamos negando que algo muy serio está pasando. 

No vivo en Venezuela, tampoco soy venezolano, sólo me une a ese país el amor que le tengo a los pueblos desde el Río Bravo hasta la Patagonia, a su historia y a sus héroes y mártires, el más reciente, Chávez.

 No cabe duda que los aparatos de adoctrinamiento de la burguesía venezolana están más engrasados que el aparato político e ideológico del campo nacional, popular y revolucionario de ese país. 

 El 49% que votó a Capriles no está conformado por 7 millones de burgueses ( si entendemos por ellos a los que conforman la clase que vive de una renta, fruto de una plusvalia industrial, agropecuaria o comercial). Entre esos 7 millones de votos que prefirieron la opción de Capriles, hay una inmensa mayoría que fue beneficiada de alguna u otra forma por el nuevo modelo de distribución de la renta implantado por Chávez desde 1999, y una microscópica minoría que fue afectada por las mismas medidas. 

En difinitiva, votaron en contra de sus propios intereses.

 La burguesía no reproduce solamente un modelo de producción de bienes materiales, de relaciones de trabajo, de división social del mismo, un modelo político, y un modelo económico, sino que para establecerse como clase hegemónica tiene que reproducir en todo el espectro social un modelo cultural, un imaginario de ser, un imaginario de anhelos, de propósitos y hasta un imaginario de sueños, un códice entendible, de fácil decodificación, en definitiva homogenizar y hegemonizar una directriz moral. 

Los medianos y grandes propietarios de Venezuela, la clase media alta y alta, fueron toditos a votar, salvo aquellos que estuvieran vacacionando en su paraiso soñado, Miami. 

¿Cómo arrastran éstas minorias y sus profesionales orgánicos, con intereses estrictamente sectoriales, a casi la mitad del país, la cual no sólo no es parte de sus intereses y beneficios, sino que los intereses y beneficios de los primeros se contraponen con los intereses y beneficios de los segundos? 

Como cualquier fenómeno socio-cultural, creo que el enigma o mejor dicho el dilema, tiene un universo amplio de enfoques, pero quisiera caracterizar dos.

El primero, que lo llamaría de la “conciencia negativa”, estoy tentado en llamarlo de la falsa conciencia, pero no quisiera que se confundiera con el problema de lo ideológico tratado por Gramsci, aunque tiene muchos puntos de contacto. 

Llamo “conciencia negativa”, al resultado de la estructura ideológica de nuestro pensamiento político-social-cultural que moldean los aparatos de adoctrinamiento del Estado burgués, - o que la burguesía detenta en un Estado bonapartista popular, en tránsito hacia otra forma de relación post-capitalista, que el mismo Chávez ha llamado Socialismo Bolivariano,- mediante su propagandización en forma orgánica y sistemática. 

Tal estructura ideológica tiene como propósito el de mimetizar los intereses sectoriales de las clases dominantes con los intereses de la Nación como un todo. Confundir a los sectores populares con la idea de una sociedad homogénea, con intereses similares y compatibles. Imponer sus paradigmas de progreso y civilización; eficiencia y ahorro; trabajo y modernidad; movimiento social ascendente y cultura; “primer mundo” y desarrollo; competencia y bienestar; educación privada y conocimiento; libertad de prensa e información veraz, balanceada y objetiva; privilegios y esfuerzo personal; derechos sociales y restricción de las libertades individuales; éxito económico individual y finalidad ύltima del ser humano; extranjerización del pensamiento y cosmopolitismo; referentes foráneos y el ser nacional; justicia social y atraso económico; globalización neoliberal e inserción en el mundo; solidaridad e ineficacia; capital extranjero y avance tecnológico; ciencia y educación y “gasto” pύblico; derecho de los pueblos a informarse e informar y ataque a la libertad de expresión; entretenimiento y frivolidad; discriminación social y orden social; modelo de desarrollo agrícola y agro-negocios; memoria, verdad y justicia y anacronismo; cultura popular e ignorancia; comunidad organizada y chusma; gestas emancipatorias y pasado inconexo con nuestro presente; pueblos originarios y atraso social; libertad y libertad de empresa; democracia y democracia formal; Derechos Humanos y privilegios de clase; movimientos sociales y ONG’s; Pueblo y sociedad civil.

Mi segundo enfoque gira en torno de la necesidad por parte del “status quo” de crear el “ser inauténtico” del que hablaba Heidegger. Ese ser que actύa en base a lo que “el mundo” dice, justificándose en el “se dice”. En la vida vivida por el ser inauténtico todo posible descubrimiento lo aterroriza, rehuye de lo nuevo, o lo combate por que se aferra a lo ya establecido. Heidegger dice que el “mundo de lo inauténtico”, el del anonimato está construido por los “Poderes Otros”, por lo tanto quien acepta “ese mundo” está bajo el “Señorío de los Otros”.

 ¿Quién es el “Señorío de los Otros”, hoy? Sin lugar a dudas y por amplia ventaja, el Señorío de los medios y su inmensa parafernalia de racionalidad instrumental, para llegar a nosotros y sujetarnos. 

Michael Foucault dice que “los medios de comunicación, son los medios por los cuales los sujetos son sujetados”. 

En definitiva, el “Señorío de los Otros” anula toda posibilidad de vida auténtica. Al ser inauténtico se le anula su capacidad de pensamiento crítico.

Para Heidegger lo más horroroso del mundo inauténtico está centrado en la publicidad y en la avidez por lo novedosomente banal. 

Los medios masivos (que son los corporativos) en Venezuela, son la usina generadora de los valores de la “existencia inauténtica” y de la estructura ideológica que reproduce sitemáticamente la “conciencia negativa”. Son operadores ideológicos de un poder tal, que merecen un análisis muy minucioso por parte del bloque histórico nacional, popular y revolucionario, que hoy conforman los que gobiernan, el PSUV, el Gran Polo Patriótico, juntamente con los Movimientos sociales patrióticos y revolucionarios, Consejos Comunales y las Comunas del Poder Popular. Hay experiencias extraordinarias en Venezuela al respecto, por ejemplo, Catia TV, en un barrio populoso de Caracas, donde se invita a los vecinos a que “no vean televisión, háganla”. 

Sobre estos temas esenciales en la formación ideológica del bloque histórico revolucionario, que podríamos definir como “el Pueblo”, han hablado y articulizado figuras intelectualmente importantes de ese país, como William Izarra, Luis Britto García, Gonzalo Gómez, Roland Denis, y seguramente muchísimos más.

El presidente Maduro habló de gobernar en las calles, en las comunas, en las ciudades y en los barrios, junto al Pueblo. Cuando ésto decía, habían pasado sólo horas de que hordas fascistas, - conformadas en su inmensísima mayoría por “seres inauténticos” y de “conciencia negativa”, pertenecientes a las clases sociales beneficiadas por el proyecto chavista (nacional, popular y revolucionario) – vandalizaron buena parte del territorio nacional, asesinaron a varios simpatizantes chavistas y pusieron en vilo el orden constitucional del país sudamericano.

Hay que formar Pueblo, ese término que segύn Jorge Alemán, Consejero cultural de la embajada argentina en España, siempre está en disputa. Dice Alemán: “ Reservo el término pueblo para designar la emergencia histórica de una subjetividad política que no hace número, no es contabilizable y que, a diferencia de la masa, inventa y construye su discurso en relación con un legado histórico y emancipatorio. Pueblo es el sujeto que le da forma a lo que siempre está por venir: la igualdad y la justicia. Masa es lo que apoya lo que ya hay: opinión, medios, consenso mundial dominante. El pueblo es raro, surge cada tanto, es tan excepcional como el artista popular. En cambio, la masa es permanente como la producción del artista de masas, como la circulación de la mercancía. Se trata de una frontera frágil, sutil, que divide a cada uno, pero siempre posible de establecer. El pueblo transforma a la historia, la masa hace que vuelva lo de siempre”.

Tal vez una de las palancas que hay que fortalecer para formar más Pueblo, pase por la creación de la Gran Misión Comunicación Popular, dirigida por los cuadros más dinamizadores y menos burocráticos del PSUV, el Gran Polo Patriótico, los Movimientos sociales, los Consejos Comunales y las Comunas del Poder Popular, para comenzar a formar ya, los futuros formadores de seres auténticos y propagadores de conciencia popular, nacional y revolucionaria. 

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