La plaga del siglo
XXI: Todo sobre el Estado Islámico
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En la elaboración de este artículo se han
utilizado los archivos multimedia de RT, Reuters
Preparado por María Lekant, Iván Sérbinov
28
jul. 2015
El plan maestro
del 'arquitecto del Estado Islámico'
En este
sentido, llaman la atención los documentos internos secretos del Estado
Islámico, obtenidos y publicados recientemente por el diario alemán 'Spiegel' que muestran que la estrategia del grupo terrorista consiste en
un plan detallado para conquistar Siria y crear nada menos que un Estado de
inteligencia.
Los documentos, en su mayoría escritos a
mano, provienen del llamado 'arquitecto del Estado Islámico', un excoronel
de la inteligencia iraquí conocido por el nombre-código de 'Haji Bakr'.
El
excoronel se había unido a la organización precursora del Estado Islámico en Irak
en 2004 y, posteriormente, en 2010, ayudó a Abu
Bakr al Baghdadi a conseguir el liderazgo nominal del
EI. En 2012 Bakr operaba junto a las fuerzas del grupo en Siria y fue asesinado
en combate en 2014.
Según
'Spiegel', los documentos revelan métodos de establecimiento de un Estado
inteligente, bien organizado y altamente complejo, basado en
el espionaje generalizado, la vigilancia, los asesinatos y
los secuestros. Los espías del grupo fueron introducidos en el sistema
administrativo y en los organismos religiosos del norte de Siria antes de que
empezara la guerra contra el Gobierno.
Los agentes debían deshacerse de las
personas carismáticas que pudieran convertirse en líderes de la lucha
antiyihadista. Unidades especiales del EI eliminaron a los
potenciales líderes de la oposición desde el principio y solo después
iniciaron los ataques a las posiciones del Ejército sirio con el apoyo de "células
durmientes" armadas.
El 'arquitecto del Estado Islámico' era
muy consciente de que en una sociedad donde todo el mundo se conoce será
difícil encontrar a verdugos que no duden en matar a los civiles.
Es por eso por lo que creó campos de
entrenamiento donde debían reunirse los islamistas radicales de diferentes
países. Después de dos meses en un campo así, los reclutas se convierten en
unidades de batalla perfectas que obedecen cualquier orden del líder.
A pesar de su odio hacia Occidente, el
Estado Islámico está haciendo un gran esfuerzo por reclutar a occidentales y
así aumentar su influencia propagandística. Por ejemplo, tan solo durante el
pasado mes de enero, unos 100 estadounidenses viajaron al extranjero
presuntamente para unirse a los yihadistas en Siria e Irak, sumándose a los
cerca de 4.000 occidentales que ya lo habían hecho.
'The
New York Times' ha contado la historia de una joven
estadounidense que ha caído víctima de los métodos de reclutamiento del EI.
Una de las innovaciones del Estado
Islámico es que no controlan ni coordinan a gran escala las acciones de sus
simpatizantes en Europa y EE.UU.
Es decir, animan a los habitantes de los
países desarrollados a tomar la iniciativa en sus propias manos, coger un arma
e ir a matar.
Un ejemplo
de cómo funciona este sistema podría ser el reciente ataque contra un complejo industrial en Francia, donde un musulmán que vivió
y trabajó en el país durante muchos años, decapitó a su jefe, colgó su cabeza
en la verja de la fábrica y provocó una fuerte explosión que ha dejado dos
heridos.
Los musulmanes de Oriente Medio no tienen
califato desde el otomano (1517-1924), de orientación sunita, el cual fue
abolido por Turquía en la reforma constitucional de 1926.
Hoy la mayoría de los países de Oriente
Medio son seculares y no islámicos, y un musulmán devoto que quiere vivir de
acuerdo con la sharía no tiene muchas opciones (Irán es una excepción, pero es
chiita, mientras que el 87 por ciento de la población del mundo musulmán es
sunita).
Mientras tanto, para muchos musulmanes de
la región su identidad religiosa es más importante que su identidad nacional.
Además, al tomar una ciudad, los
combatientes del Estado Islámico les dan la enhorabuena a los
habitantes locales por la llegada de una nueva vida y prometen no ejecutar a
nadie (sin razón). También reparten comida entre los pobres (sin olvidar de
grabarlo), abren tiendas y servicios sociales.
Asimismo, los insurgentes siempre están en
busca de nuevas herramientas que les ayuden a expandir su influencia en
Oriente Medio y ganarse el apoyo de las poblaciones locales.
Según opina Allyson Beach, especialista en energía y medio ambiente de la
organización estadounidense Council on Foreign Relations, uno de los recursos
que intentará explotar el grupo es el agua, un objetivo determinante
de la estrategia de expansión regional del Estado Islámico, que "en caso
de ser conseguido y adecuadamente mantenido podría legitimar parcialmente su
gobierno o, alternativamente, ser explotado como arma".
La analista destaca que la inseguridad en
el tema del agua "se extiende más allá de Irak y Siria a países socios de
EE.UU. como Jordania, aumentando el riesgo de que las poblaciones, privadas de
sus derechos se vuelvan hacia el EI si la organización terrorista desarrolla la
capacidad de proveer recursos hídricos adecuados".
Para contrarrestar esta amenaza, la
coalición de países que luchan contra el EI "debería dar prioridad a la
protección de grandes presas hidroeléctricas e infraestructura de agua en las zonas
bajo ocupación del EI o cercanas" y "crear alternativas viables"
para aumentar el suministro del agua en Siria e Irak, sostiene Beach.
En su opinión, "el retraso de esta
acción pone barreras añadidas a la estrategia de la coalición para derrotar al
Estado Islámico", ya que, según ha afirmado uno de los residentes de
Mosul, "si [el EI] consiguiera mantener los servicios, la gente lo
apoyaría hasta el último segundo".
Aparte de las pérdidas humanas, el Estado
Islámico ya ha causado pérdidas irreparables para el patrimonio histórico y
cultural de la humanidad.
Casi 2.500 iglesias, mezquitas y
monumentos de Siria e Irak o las antiguas ciudades de Hatra y Nimrud son solo
algunos ejemplos de las maravillas destrozadas por los 'bulldozers', mazas y
explosivos de los extremistas.
"Milenios de historia han sido
destrozados con martillos de ignorancia. Con cada monumento destruido la
historia se olvida", lamenta al respecto Abdulameer Al-Hamdani Dafar,
arqueólogo de la Universidad de Stony Brook en Nueva York.
La lógica de estas acciones es que, para
el grupo terrorista, las estatuas y los monumentos son una muestra de 'shirk',
es decir, representan ídolos y dioses falsos. La voz 'shirk' en el islam es
equivalente a 'haram' (prohibido).
"Estas ruinas que se encuentran
detrás de mí son ídolos y estatuas que la gente del pasado solía adorar en
lugar de Alá. Cuando Dios nos ordena retirarlas y destruirlas, se nos hace
fácil: no nos importa si cuestan millones de dólares", explicaba un
yihadista en un video publicado por el Estado Islámico en febrero pasado en el
que un grupo de extremistas destruye salvajemente con picos y mazas esculturas
de 3.000 años de antigüedad e incalculable valor en el museo de Mosul.
Sin embargo, los terroristas se llevan
algunas piezas de las ciudades históricas destruidas para venderlas
posteriormente, ya que para ellos constituye una fuente de ingresos.
"Los yihadistas dicen que la imagen
de un ser vivo es 'haram', pero no son aprensivos a la hora de usar estatuas
para obtener ganancias financieras", recuerda el ministro de Turismo y
Patrimonio Histórico de Irak Adel Al-Fahad Shershab.
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