Entrevista a Carlos Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda de Madrid
"ESTAMOS ATADOS DE PIES Y MANOS PERO TENEMOS LAS HERRAMIENTAS PARA ROMPER LAS CUERDAS"
Diagonal
13.01.2016
Tras seis meses de gobierno, el concejal del
Ayuntamiento de Madrid expone los retos de la legislatura
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El concejal
delegado del área de Economía y Hacienda de Madrid, Carlos Sánchez Mato, es un
viejo conocido del activismo madrileño. Economista e integrante del sector de
IU que apostó por la confluencia en Ahora Madrid, ha formado parte de Attac, la
Plataforma por la Auditoría de la Deuda o la Plataforma por una Banca Pública.
Tras seis meses de gobierno, ha conseguido aprobar unos presupuestos con un
incremento del 26% en el gasto social. Sin embargo, plantea importantes retos
para esta legislatura. Entre ellos, la auditoría ciudadana de la deuda de
Madrid o la remunicipalización de servicios públicos.
La Administración actual hereda una serie de grandes
contratos, muchos de ellos de más de una década de duración, que integran parte
de los servicios municipales externalizados. ¿Qué medidas habéis adoptado al
respecto?
En primer
lugar, y no es un tema menor, analizar la dimensión y la magnitud que tiene el
proceso privatizador que han tenido estos grandes contratos, así como los de
menor importe, en lo que son las formas de funcionar del Ayuntamiento.
Lógicamente, el análisis de todos estos contratos nos revela que las
limitaciones a la hora de la acción de gobierno son elevadísimas. Pero eso en
absoluto supone una losa que no podamos ser capaces de remover. Ese análisis
está prácticamente finalizado, pero aún no del todo porque el alcance de este
tipo de contratos afecta a cosas muy conocidas como la limpieza y a otras de
mucho menos calado desde el punto de vista de la opinión pública pero también
importantes.
Se ha hablado mucho de remunicipalizaciones.
Estamos en la
estrategia, que haremos pública en su momento, en la que estableceremos cómo
actuar ante ese tipo de situaciones, porque no podemos seguir la misma
estrategia ante una empresa pública de capital mixto como la empresa funeraria,
una estrategia muy clara y muy sencilla comparada con otro tipo de servicios
como ya hicimos público, que en casos como el de la limpieza o Calle 30.
Hablamos de elementos diferentes que requieren actuaciones diferentes, pero
siempre con una misma base política: que los servicios públicos sean prestados
de manera directa.
Pero muchos de esos contratos están blindados.
Sí, pero no soy
pesimista en absoluto. Hay formas, desde el punto de vista legal y por supuesto
económico, de afrontar este tipo de situaciones. Si tenemos una atadura legal,
nos queda ver transcurrir el tiempo. Tenemos capacidad de acción y tenemos que
ser audaces políticamente hablando para poder afrontarlo. Consideramos que
estamos atados de pies y manos pero tenemos las herramientas para romper las
cuerdas.
El 15% del presupuesto para 2016 se destinará a pagar
la deuda. ¿Esa suma no impide la remunicipalización de servicios costosos como
limpieza y jardinería, servicios que Carmena vio inviable recuperar “por
motivos jurídicos y económicos”?
No, por una sencilla razón, y es que, en gran medida, los bienes materiales necesarios para contratos de una magnitud grande son propiedad del Ayuntamiento. Sí o sí, tenemos que invertir en eso. De hecho, hay una partida considerable para camiones de basura. El obstáculo presupuestario no va a ser el que impida la municipalización en los casos en los que ésta sea necesaria. Los obstáculos están más bien en la dificultad enorme que pone la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que impide que contrates personal público. Puedes aumentar tu presupuesto para pagar a una contrata, pero no contratar empleados públicos, aunque esos nuevos contratos te supongan un coste inferior a sacar un pliego en el que externalizas un servicio. Es una aberración, pero ocurre. Ésos son los mayores obstáculos, pero incluso así tenemos las herramientas para hacerlo. Es un tema de voluntad política, y de alguna manera lo que estoy haciendo es arrojar la pelota a la opinión pública para que, si no lo hacemos, nos lo reclame.
¿Hasta qué punto los grandes nombres del capital en Madrid, como Florentino Pérez o el casi recién llegado Grupo Wanda, son capaces de atar las decisiones del Ayuntamiento?
Si yo te dijera que los grandes grupos de presión son capaces, desde el punto de visto económico, financiero o político, de condicionar la política municipal, a continuación tendría que ir a presentar mi dimisión y además exigir que la de todos mis compañeros y compañeras de la Corporación lo hicieran. Evidentemente, tenemos que tener la capacidad de ser independientes de las presiones de grupos de interés y ser rehenes de las de los grupos de interés fundamentales, que son el conjunto de los ciudadanos y ciudadanas de Madrid. Que lo intenten es lo lógico. Ellos están en su papel y nosotros debemos estar en el nuestro, que es defender los intereses generales. Y los intereses generales raramente van de la mano de los de los grupos de élite o minoritarios. Normalmente, unos y otros no se llevan bien.
Hay una concentración histórica del poder económico en Madrid, repartido hoy, en gran parte, entre un puñado de empresas. ¿Hay instrumentos para acabar con esto?
No, por una sencilla razón, y es que, en gran medida, los bienes materiales necesarios para contratos de una magnitud grande son propiedad del Ayuntamiento. Sí o sí, tenemos que invertir en eso. De hecho, hay una partida considerable para camiones de basura. El obstáculo presupuestario no va a ser el que impida la municipalización en los casos en los que ésta sea necesaria. Los obstáculos están más bien en la dificultad enorme que pone la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que impide que contrates personal público. Puedes aumentar tu presupuesto para pagar a una contrata, pero no contratar empleados públicos, aunque esos nuevos contratos te supongan un coste inferior a sacar un pliego en el que externalizas un servicio. Es una aberración, pero ocurre. Ésos son los mayores obstáculos, pero incluso así tenemos las herramientas para hacerlo. Es un tema de voluntad política, y de alguna manera lo que estoy haciendo es arrojar la pelota a la opinión pública para que, si no lo hacemos, nos lo reclame.
¿Hasta qué punto los grandes nombres del capital en Madrid, como Florentino Pérez o el casi recién llegado Grupo Wanda, son capaces de atar las decisiones del Ayuntamiento?
Si yo te dijera que los grandes grupos de presión son capaces, desde el punto de visto económico, financiero o político, de condicionar la política municipal, a continuación tendría que ir a presentar mi dimisión y además exigir que la de todos mis compañeros y compañeras de la Corporación lo hicieran. Evidentemente, tenemos que tener la capacidad de ser independientes de las presiones de grupos de interés y ser rehenes de las de los grupos de interés fundamentales, que son el conjunto de los ciudadanos y ciudadanas de Madrid. Que lo intenten es lo lógico. Ellos están en su papel y nosotros debemos estar en el nuestro, que es defender los intereses generales. Y los intereses generales raramente van de la mano de los de los grupos de élite o minoritarios. Normalmente, unos y otros no se llevan bien.
Hay una concentración histórica del poder económico en Madrid, repartido hoy, en gran parte, entre un puñado de empresas. ¿Hay instrumentos para acabar con esto?
El gran
instrumento para vencer esa concentración de poder es no depender de esas
grandes corporaciones para prestar los servicios directamente a los ciudadanos.
Cuando el porcentaje fundamental a la hora de la conformación de un servicio
público es la mano de obra no tiene mucho sentido que tenga que haber un
intermediario para organizarlo. Debe ser el propio ayuntamiento el que preste
el servicio de manera directa. Sería como si subcontratáramos la elaboración de
los presupuestos. Habría gente que lo defendería porque defienden políticamente
eso, pero la mayoría de la gente diría: “Qué aberración, que lógica política
tiene esto”. No tiene sentido colocar un intermediario, que además necesita un
beneficio y que, por tanto, va a hacer que se preste el servicio más caro para
el conjunto de los ciudadanos.
Habéis aprobado los presupuestos con apoyo del PSOE.
¿Habrá contrapartidas por ello? ¿Podría entrar en un futuro gobierno municipal?
Creo que
gobierno más sólido que el de Ahora Madrid es difícil de encontrar. Con el
panorama político que tenemos a nivel estatal y en muchas comunidades, creo que
podemos hablar de una mayoría muy sólida en número de concejales y en capacidad
de gobernar y de haber hecho no sólo unos presupuestos que recogen una
sensibilidad social claramente compartida no sólo por los votantes y las bases
de Ahora Madrid, sino por las del Partido Socialista.
¿No teméis represalias del PSOE a nivel municipal si
no se llega a un acuerdo Podemos-PSOE estatal?
Este gobierno
no responde a los intereses ni de mis compañeros de Podemos, ni de mi gente de
IU, ni de ningún partido concreto. Hay gente sin adscripción política respecto
a partido, hay gente que somos de IU, gente de Podemos... Creo que conciliamos
bastante bien el trabajar en conjunto. Somos una expresión clara de que se
puede, y se debe, trabajar de manera conjunta en la izquierda más allá del
PSOE. No somos ni vamos a ser moneda de cambio de nada y Ahora Madrid es un
gobierno municipal que tiene perfecta capacidad de hacer su trabajo durante los
próximos años hasta las próximas elecciones.
No hay miedo entonces a un posible cambio de actitud
del PSOE.
Pueden llamarme
inconsciente, pero pueden ponerse de acuerdo el PP, el PSOE y Ciudadanos cuando
quieran. Somos un equipo de gobierno en minoría y si se ponen de acuerdo los
tres tendrán que explicarle a sus electores muchas cosas. Nosotros pasaríamos a
la oposición, pero no tenemos ningún tipo de miedo, ni hemos demostrado con
nuestras acciones políticas que lo tengamos. Creo que lo que tenemos obligación
de hacer es cumplir nuestro programa electoral, nuestra estrategia y además ser
capaces de comunicarlo y contárselo a la gente. Ese es el mayor blindaje que
podemos tener como gobierno municipal.
¿Está suavizando el PSOE la política de cambio de
Ahora Madrid?
La cultura del
pacto conlleva que, lógicamente, no sea todo lo que digamos nosotros o lo que
digan ellos. Pero no hay pacto de gobierno. Lo que ha habido es un pacto de
investidura, y hemos acordado unos presupuestos en los cuales no me he sentido
nada incómodo ante peticiones del PSOE pidiendo que incentiváramos propuestas
de calado social. Me encanta que me ganen esas manos. No tengo ningún problema
en que me digan que hace falta un centro social más en un barrio periférico de
Madrid, encantado de ceder en eso. No he cedido personalmente y desde el punto
de vista político en nada más. Ni yo ni Ahora Madrid. Hemos estado muy cómodos
en esa negociación presupuestaria, porque las peticiones que el PSOE ha hecho
han sido de incremento en gasto social, en algún distrito concreto, de
potenciar inversiones adicionales en barrios que han sido muy dañados por la
falta de inversiones en años anteriores... Con lo cual no siento que hayamos
tenido que ceder en ningún momento ninguna piedra sensible en la estrategia. Si
hubiera algo en concreto no tendría ningún problema en decirlo.
Tras la aprobación de los presupuestos, afirmaste que
se acabó el Madrid de las grandes macroinfraestructuras alejadas de la
realidad. Sin embargo, algunas grandes operaciones urbanísticas siguen
adelante. ¿Se acaba de verdad ese Madrid?
Hablábamos de
macroinfraestructuras como grandes anillos, soterrar otra vez la M30 en otro
escalón más abajo o elementos como ese sueño olímpico que más bien fue la
pesadilla y que ha dejado barrios sin adecuadas dotaciones deportivas pero una
Caja Mágica que ha costado casi 260 millones de euros y tiene un uso cercano a
cero. Ese tipo de cosas se acabaron. Podremos cometer errores, pero estamos
absolutamente decididos a no cometerlos de la misma manera. Ahora, ¿no va a
haber ningún tipo de crecimiento urbanístico en Madrid? A corto plazo no tiene
ningún sentido que se plantee una expansión de la ciudad cuando
demográficamente no es la realidad que tenemos. Y eso lo ha dicho mi propio
compañero de Desarrollo Urbano Sostenible. La Operación Chamartín, tal y como
estaba diseñada no tiene sentido, plantea necesidades que la ciudad no tiene.
¿Quiere decir que no hay que acabar el nudo norte? Eso es otro tema. ¿No se va
a volver a hablar nunca de Chamartín? Yo creo que hay que hablar de Chamartín,
claro. ¿Habrá alguna operación Chamartín? El tiempo lo dirá, pero no como
estaba pensada.
También aseguraste que los presupuestos “abordan el
pago de la deuda pero en los plazos establecidos”. ¿Quiere decir eso que se
aparca la auditoría o sigue en marcha?
En absoluto,
pero es verdad que ha habido retrasos desde el punto de vista técnico. Hicimos
un anuncio del proceso de auditoría, pero dijimos que era fundamental que no
fuera sólo técnica. Hablamos siempre de una auditoría ciudadana. Tiene que
haber los mecanismos y procesos participativos y todo el desarrollo que haga
que esto no sea un trabajo de unos señores y señoras sabias metidos en unas
habitaciones decidiendo qué es lo que ha ocurrido con la deuda del pasado. Eso
no es lo que estamos haciendo. Pero en la parte de desarrollo de participación
ciudadana hacia los barrios y distritos vamos más lentos de lo que pensábamos.
Se han retrasado cosas como el convenio con la Universidad Complutense, que
estamos ya a punto de firmar. También han provocado ese retraso las muchas
obligaciones derivadas del desembarco en el Área de Economía y Hacienda y la
enorme dificultad que ha sido el conseguir el resultado exitoso que hemos
tenido en los presupuestos. Pero todo eso no ha parado la auditoría. Al
contrario, está en pleno auge, y lo veremos durante la primavera de este año,
cuando empezarán a desarrollarse los mecanismos e instrumentos para que haya
participación en todo este proceso, que es la clave, porque si no estaríamos
ante un proceso elitista, que no es a lo que nos comprometimos en campaña.
¿Cuáles van a ser esos mecanismos a implantar para que
sea una auditoría ciudadana y participada?
Para que haya
participación tienen que existir canales adecuados y organizados. Hay
movimientos sociales, grupos de presión que llevan organizados mucho tiempo,
como la Plataforma por la Auditoría Ciudadana de la Deuda, Attac u otras
organizaciones, no sólo del Estado español. Estamos en una fase muy temprana y
yo no puedo decir cuáles van a ser esos mecanismos, entre otras cosas porque no
van a ser impuestos por el Ayuntamiento. Van a ser dialogados por la sociedad
civil. Ése es el proceso que vamos a tener esta primavera. Se me ocurre que un
canal muy adecuado pueden ser las juntas de distrito. Hay plenos donde
participan los ciudadanos a través de los vocales vecinos, y también el público
en general, vecinos y vecinas que tienen capacidad de participar. A mí me
parece que ese canal hay que utilizarlo. ¿Sólo ése? No, pero es uno.
El 31 de diciembre cancelasteis los contratos con las
agencias de calificación Standard & Poor’s y Fitch. Esto implicaría que la
emisión de deuda saldría mucho más cara, pero afirmáis que no vais a necesitar
emitir más. ¿No podría el Consistorio quedarse corto de fondos, más con un
aumento del gasto social del 26%?
Hablo con la
absoluta seguridad de que tenemos capacidad para financiar las políticas
públicas de los próximos años. Tenemos unas necesidades cuatrienales que hemos
establecido de manera suficientemente ajustada para saber que tenemos capacidad
fiscal para ahorrar esa financiación. No hemos dicho que todos los años se vaya
a aumentar el gasto social el 26%, pero ojalá que no sea porque haya necesidad.
Si fuera necesario incrementar a ritmo de dos dígitos el gasto social de los
cuatro años te puedo asegurar que buscaremos la forma en que eso se pueda
organizar. Y sin emitir deuda, porque las políticas sociales no se pueden
financiar diciendo que las generaciones siguientes ya lo pagarán. Al final la
deuda es una manera de no contarle a la gente que le tienes que cobrar
impuestos, y eso es una mala práctica para los que nos gusta ir con la verdad
por delante.
La Comunidad de Madrid, según tus palabras, es el
deudor principal del Ayuntamiento, principalmente debido a los 120 millones de
euros en pagos por la tasa de traslado y depósito de vehículos relativa a los
años 2008 a 2012. ¿Esperáis recuperar ese dinero?
Por supuesto.
No nos gustaría tener que ir en plan cobrador del frac, pero evidentemente la
Comunidad de Madrid debe pagar su deuda con la ciudad de Madrid, y esperamos
que lo haga. Evidentemente, sería mucho más fácil incrementar a nivel de dos
dígitos en 2017 si nos abonara esa cantidad, que es una suma muy sustancial.
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