SOBRE
LA “PRIMAVERA RUSA” EN EL DONBÁSS: LA LUCHA POR LOS DERECHOS DEMOCRÁTICOS Y LA
JUSTICIA SOCIAL
Paul
Gubarev
Sociología
crítica
20.03.2015
La lectura de este artículo reciente de P.Gubarev es
de importancia para conocer con quién estamos hablando y disipar cualquier
duda. Gubarev fue uno de los cuadros populares que encabezaron la rebelión
antifascista tras el golpe en Kiev y su actuación valiente y decidida fue
fundamental. Ha sido acusado repetidas veces de «fascista» por elementos
provocadores diversos; nada mejor que leerle directamente para aclarar las
cosas. Fue objeto de un atentado que casi le cuesta la vida hace unas semanas,
muy posiblemente por autoriza de los los sectores pro-oligárquicos que se dan
también en las filas novorrusas y que están intentando destruir el carácter
popular de la lucha del Donbáss [Amigos de la RP de Donetsk]
Génesis de Ucrania y de los ucranianos. Independencia,
como el punto de bifurcación en el camino hacia la “construcción de la nación”
Ucrania
es un enorme país multiétnico para los estándares europeos. Encontrándose en la
línea de la ruptura entre la civilización occidental y la civilización rusa,
Ucrania generó una gran cantidad de subgrupos étnicos e identidades que aceptan
o rechazan ciertos elementos de la cultura y la civilización de los pueblos
vecinos. Antes de 1939, los ucranianos formaban minorías en los países vecinos,
y con frecuencia fueron perseguidos por motivos religiosos, étnicos o
culturales, y la unificación final de los territorios ucranianos se realizó
sólo durante la RSS de Ucrania. Además, en aquel entonces la autodenominación
de ‘ucranianos’ no ha sido muy popular. La generalización de este etnónimo tuvo
lugar sólo durante el período soviético de la historia de Ucrania.
En
Ucrania también entraron territorios en los que los ucranianos eran
minoritarios, en particular, Donbass y la península de Crimea. La unificación
de Ucrania coincidió con el proceso de la creación del Estado ucraniano, basado
en la ideología soviética: los principios del internacionalismo, la igualdad y
la justicia social. De esta manera, las contradicciones entre las diferentes
nacionalidades y etnias en Ucrania se iban suavizando, y las diferencias en el
estilo de vida no influían sobre las actitudes de los ucranianos. En la ciencia
histórica soviética se desarrollaba el concepto de “pueblos hermanos” de rusos,
ucranianos y bielorrusos. Las confrontaciones entre los diferentes grupos
regionales dentro del país, por supuesto, tuvieron lugar, pero no afectaban la
identidad nacional.
La
situación sufrió un cambio sólo tras el colapso de la Unión Soviética, debido a
tendencias centrífugas que provocaron el crecimiento del nacionalismo
ucraniano.
La
ideología (nacionalista) de la Ucrania independiente era relevante sólo en las
regiones occidentales, así como en Kiev, que quería seguir la estela de las
tendencias mundiales en la información y la política. Como consecuencia de
estos procesos, en Ucrania, aparece una nueva línea de separación entre las
regiones y su división en clases.
El
nacionalismo se ha convertido en la nueva ideología de las autoridades
ucranianas dirigida no tanto contra las minorías nacionales de Ucrania, sino
contra los seguidores de la ideología anterior. Al mismo tiempo, las regiones
occidentales, debido a su tendencia al nacionalismo y anti-comunismo, se
autodeclararon como la ‘élite cultural’ y las regiones industriales (rusos y de
habla rusa en su mayoría), se convirtieron en ciudadanos de segunda clase. El
conflicto entre las regiones se podría suavizar con reformas encaminadas a
proporcionar cierta autonomía regional. Sin embargo, esto iba en contra de la
ideología del “nuevo ucraniano”, al que le intentaban imponer una lengua común
y una identidad común. A modo de ejemplo, en Ucrania se proponía como modelo el
de la Alemania unida por Bismarck, mientras que las objeciones sobre el peligro
de repetición de ese modelo en Ucrania, en las respectivas etapas de su
desarrollo, no se consideraron seriamente.
El
resultado del proceso de materialización de este “nuevo tipo” de ciudadano, que
duró más de veinte años, se materializó en el Maidán de Kiev, el cual se
convirtió en una especie de réplica gigante, donde tenía que nacer el prototipo
de “superucraniano”, que encarnaría los ideales del proyecto unitario.
Precisamente este modelo de unificación era inaceptable para los residentes de
Donbass y Crimea, porque era una manera de destruir la identidad regional,
étnica y cultural. El levantamiento antifascista en Donbass, que culminó con la
aparición de una nueva identidad novorrusa, fue dirigido contra el
“superucraniano” y no contra la nación ucraniana, su cultura y su condición de
Estado.
El levantamiento en Crimea y Donbass, una lucha por
los derechos democráticos
La
transición de una sociedad soviética a una postsoviética se realizó bajo las
consignas de la democracia y de las libertades civiles; aunque, en realidad,
estos procesos no tenían nada que ver ni con la democracia ni con los derechos
humanos. Y no se trata sólo sobre la pérdida de los derechos civiles
fundamentales de los que una persona se había dotado en la sociedad soviética
como eran el derecho al trabajo y a la seguridad social. En la sociedad
postsoviética los seguidores de la ideología ‘incorrecta’ fueron perseguidos. Las
ideologías ‘correcta’ e ‘incorrecta’ han intercambiado sus papeles.
Un
comportamiento muy extraño por parte de la comunidad internacional que defiende
los derechos humanos tiene lugar durante los recientes acontecimientos en
Ucrania. Los activistas ucranianos e internacionales de derechos humanos
defendieron el derecho de los activistas del Maidán de atacar a la policía
utilizando artefactos pirotécnicos, asaltar los edificios del Gobierno, e
incluso utilizar estos edificios como salas de torturas. Todo esto, incluso la
captura de comisarías de policía y el saqueo de las armerías, fue disfrazado
como una protesta pacífica, y cualquier intento de las autoridades de oponerse
provocaban la indignación de los activistas de los derechos humanos, y eran
considerados como violaciones de los derechos civiles. Mientras que, las
fuerzas que tomaron el poder en Kiev, el mismo día recibieron carta blanca para
el uso de cualquier forma de violencia en el sureste del país. Los políticos
europeos y estadounidenses y los medios de comunicación, que ayer se quejaban
que los policías utilizaban granadas aturdidoras y armas de pelotas de goma
contra los “niños”, de repente, dejaron de notar los crímenes de guerra de
verdad: los bombardeos de escuelas, hospitales y zonas residenciales en
Donbass.
Hacer
caso omiso por parte de la comunidad internacional de los derechos humanos y
las violaciones de los derechos civiles desde la perspectiva de la conveniencia
estatal, en Ucrania tiene una larga historia. Todo comenzó con la aprobación de
la nueva Ley de Política Lingüística, cuando en el país, de facto bilingüe, fue
declarado el ucraniano como único idioma oficial. En ese momento, el status del
ucraniano como lengua del Estado sólo tenía carácter nominal, ya que la
Constitución de Ucrania y la Ley de Política Lingüística garantizaban su
igualdad de facto con el idioma ruso. La lengua rusa, junto con la ucraniana,
seguía siendo utilizada en todas las áreas de la vida: en el trabajo, la
educación, los medios de comunicación y los tribunales. Sin embargo, en la
práctica esta ley fue ignorada.
Los
legisladores ucranianos, con insistencia rubricaban leyes inconstitucionales y
reglamentos destinados a limitar el alcance de la lengua rusa. En primer lugar,
en la educación y en la administración. Por lo tanto, las autoridades
ucranianas echaban fuera de las administraciones públicas a los representantes
de las regiones industriales, y al mismo tiempo fortalecían las instituciones
de la desigualdad. El idioma ruso en Ucrania es el lenguaje de la clase media y
de la clase trabajadora de los suburbios de las grandes ciudades. Es decir, es
el idioma de los más competentes de las masas sociales.
Mientras
tanto, el movimiento ucraniano de los derechos humanos ignoró por completo los
derechos humanos y el aspecto social del problema lingüístico y consideraba la
lucha por los derechos de la población de habla rusa sólo como irredentismo
ruso y separatismo. El resultado de esta política fue la revuelta de la
reivindicación de la cultura y lengua rusa en Crimea y Donbass y la
actualización del proyecto de “Novorrusia”, como una respuesta a la
discriminación de todos estos años. Mientras tanto, Donbass (y Novorrusia en su
conjunto) siguen siendo una región multiétnica. Somos plenamente conscientes de
la presencia de una fuerte presencia ucraniana en Novorrusia, y creemos que la
protección de sus derechos es una prioridad en el proceso de construcción del
nuevo Estado.
Objetivos sociales de la “Primavera rusa”
Donbass
y, en general, Novorrusia son tradicionalmente regiones de trabajadores, y su
historia está indisolublemente unida a la historia de la lucha de los
trabajadores por la igualdad y la justicia social. La estancia dentro de una
Ucrania independiente provocó, para la industrializada Novorrusia, no sólo una
discriminación por razones lingüísticas y étnicas, también principalmente, el
colapso del Estado social. En las primeras etapas de la independencia de
Ucrania, Donbass se convirtió en el centro de la protesta contra la creación y
el fortalecimiento de las instituciones de la desigualdad social en la Ucrania
post-soviética. El rechazo al modelo económico socialista para la región se
volvió un desastre, la reducción y el cierre de empresas que por falta de
rentabilidad, el saqueo y desguace de las fábricas para la chatarra y el cierre
de minas no tienen precedentes, y devolvieron a los estándares de vida que
existían en el capitalismo del siglo pasado.
Como
resultado, se formó un modelo criminal oligárquico en Donbass, que generó unos
poderosos clanes políticos. Estos clanes, en su lucha por la influencia en
Kiev, se escondían detrás de la gente de Donbass, hablando en su nombre. Las
elites locales amenazaban a la población de la región con el crecimiento del
nacionalismo en Kiev, abanderándose como defensores de los intereses de la
población. Sin embargo, como demostraron los acontecimientos del año pasado,
los políticos y oligarcas de Donetsk han fracasado en su tarea. Ellos
traicionaron a su propio pueblo con el fin de preservar su parte del capital, entregando
el control del país en las manos de los nacionalistas radicales, sin
resistencia. Como resultado, los mineros, obreros metalúrgicos y desempleados
de Donetsk tuvieron que defender sus derechos y libertades con las armas.
La
Administración demostró la falta de protección de los intereses del pueblo. Su
regreso a Donbass, y con ello, el regreso del viejo orden, en nuestra opinión,
no tiene sentido. Por lo tanto, Donbass obtuvo una oportunidad única para
construir un nuevo tipo de Estado basado en los principios de justicia social e
igualdad.
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