domingo, 16 de agosto de 2020

He ahí al intelectual: Carlo Formenti. Si a los que se les supone el saber no saben distinguir entre la muerte del socialismo y el resfriado o la tos-ferina de los dirigentes socialistas, apaga, vámonos, y anda que os zurzan. Afirma Carlo Formenti que organizaciones de izquierdas han asumido el neo-liberalismo. Digo yo que entonces serían organizaciones neo liberales y no de izquierdas. Si es Caperucita Roja la que se come a la abuela a qué culpar al lobo, pobrete nuestro, de tal cosa. Afirma igualmente que el socialismo ha fracasado. Es de suponer que hace esta afirmación porque no ha logrado implantarse del todo en ningún sitio, pero como nos pongamos en este plan, la marrana queda jodida al momento, porque para fracaso el de Dios, que sabiendo más que Lepe, pudiendo más que un tractor oruga y actuando siempre en mayoría, porque yo no sé cómo se las arreglan, pero siempre van juntos: el Padre el Hijo y El Espiritual Santo, y aun con todo, los hermanos mayores Federico Jimenez Losantos, Carlos Herrera y Eduardo Inda no han sido capaces de amar como manda Dios al hermano menor Pablo Iglesias en el corral ese del rebaño que tienen para hacerse el amor, y por si seto fuera poco, el encargado de Dios para asuntos terrenales, el Papa Francisco, todavía va por ahí dejando caer que los marxistas son cristianos. Y otro fracaso rotundo: el de la ortografía, que con el tiempo que lleva funcionando y siendo enseñada a todos desde temprana edad aun queda gente que no sabe escribir bien y no saben que huevos lleva h, porque se refiere a huevos de hombre, mientras que si son de gallina, pava real o político bien avenido con escribir uevos es suficiente. Por socialismo se entiende la socialización de todos los medios de producción, la cuchara de comer, los zapatos, la bicicleta, la casa, el sofá, etc., eso no, sino los medios de producción social, sometidos a la dictadura del proletariado, que yo no sé si lo sabe Carlo Formenti, pero el proletariado son los trabajadores, que son la inmensa mayoría de la sociedad, los que deciden democráticamente lo que se hace y lo que no, y no un partido político. Un sistema socialista así no se ha dado en ningún sitio. Se han iniciado procesos para la implantación del socialismo, como por ejemplo, en Rusia en 1917, pero fue abortado por distintas razones y motivos, pero eso no se puede denominar fracaso. Con La caída del Muro de Berlín no cae el comunismo de la Unión Soviética, lo que cae es el capitalismo monopolizado y burocratizado de la Unión Soviética. El socialismo no se puede instaurar pro decreto ni de un día para otro, su construcción responde a un proceso histórico, que yo personalmente, basándome en lo que dice la antropología, lo fijo en tres generaciones. Propone Carlo Formenti como cosa novedosa engancharse al populismo, pero hombre de Dios, si eso del oportunismo, la chabacanería social y la indigencia intelectual, que en esencia es lo que podría definir al populismo, es más viejo que la Tana y además, no resuelve los problemas de los trabajadores. Yo creo que es mucho más novedoso poner en marcha los Círculos de Podemos; las Asambleas locales de IU y las Agrupaciones locales del PSOE, y por añadidura constituye una vacuna para que no se resfríen los dirigentes. De modo que cómo podría haber muerto el socialismo si todavía no ha visto la luz.


¡El socialismo ha muerto! ¡Viva el socialismo!



Carlo Formenti

¡El socialismo ha muerto! ¡Viva el socialismo! plantea que las organizaciones tradicionales de la izquierda han asumido definitivamente el neoliberalismo y las consecuencias de la globalización. Según el autor, tras unos tímidos intentos de modificación –que no fueron más allá de la expresión verbal–, el capitalismo está más robusto que nunca, con las élites enriqueciéndose aún más mientras sigue aumentando la desigualdad.

Propuestas
Para frenar esa tendencia Formenti propone soluciones drásticas como el regreso al Estado-nación, el abandono de la Unión Europea o la recuperación de una moneda propia, y para ello propugna el protagonismo político de un populismo de izquierdas. Posiciones discutibles para el poder político establecido, pero que conviene tener en cuenta, ya que hay síntomas evidentes de que, tanto por la derecha (Trump, Boris Johnson) como por la izquierda (Bernie Sanders) el populismo gana adeptos.
Para Manolo Monereo, prologuista del libro, el libro de Formenti «expresa muy bien esta idea de indagación, de investigación». Y añade: «En él hay lecturas, intervenciones, tesis políticas que construyen un mapa de problemas y que sugieren salidas que, una y otra vez, aparecen en un texto problemático y problematizador. Hay también ajustes de cuentas en el mejor sentido, es decir, autocrítica de la tradición de la que se viene y, sobre todo, ideas-fuerza para la construcción de un proyecto alternativo.»
El socialismo, tal como lo hemos conocido, ha muerto definitivamente. Es preciso construir un nuevo proyecto que, partiendo de la derrota, genere un imaginario y una estrategia capaces de crear hegemonía social en torno a una alternativa a la sociedad capitalista realmente existente. No se trata de fabular nuevos proyectos o realizar sesudos análisis sobre las contradicciones que llevaron al fin del viejo socialismo. Esto hay que hacerlo, pero hay que ir más allá propiciando prácticas sociales, propuestas políticas viables que construyan un bloque social alternativo.

– Extracto del prólogo de Manolo Monereo.


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