miércoles, 21 de febrero de 2024
Hegel y Marx. Alienación y la idea comunista
Hegel
y Marx. Alienación y la idea comunista
Publicado el 21 de febrero de 2024 /
Por Marlon Javier López
KAOSENLARED
Uno de los grandes temas de
la Fenomenología del Espíritu y, de la filosofía de Hegel en
general es el de la alienación y su superación en la historia. Hegel concibe la
obra como una introducción a su sistema filosófico. Su definición de filosofía
implica una visión alejada del sentido común, este último nos arrastra a
concebir la realidad como una colección de objetos individuales separados de
nosotros. El saber filosófico, o como Hegel le denominaba, la “ciencia”,
difiere fundamentalmente del sentido común en este sentido. Para el saber
verdadero, la realidad no consiste en una suma de objetos individuales, sino
que estos encuentran su verdad en el todo: “la verdad es el todo”,
escribiría en la Fenomenología del Espíritu (Hegel, 2017, p. 15).
Sin embargo, la conciencia
de este saber, que Hegel denomina como saber absoluto, debe ser lograda por
medio de un proceso de aprendizaje, en el que se ponen a prueba todas las
formas de verdad alternativas. La exposición adquirirá una dimensión lógico
histórica (Lukács, 1970), ya que Hegel pretende demostrar el camino al
conocimiento no como el resultado de las especulaciones de un individuo, sino
como el logro de la humanidad en su desarrollo como especie.
Un punto de inflexión
fundamental será el pasaje del señorío y el siervo, un pasaje que de acuerdo a
múltiples pensadores fue decisivo en la formación del pensamiento de Marx.
Aunque recientemente se ha cuestionado tal influencia (Arthur, 1983), es
indudable que las implicaciones de la argumentación que Hegel realiza en dicho
pasaje lo sitúan en una posición bastante cercana a la desarrollada por Marx
posteriormente. En resumen Hegel se vale de la figura del señor y el siervo
para ilustrar la lucha por el reconocimiento implicada en la existencia humana.
Las personas no son lo que son en abstracto, su identidad se constituye de
manera social. Así pues, dos autoconciencias lucharán a vida o muerte para
obtener cada una el reconocimiento de la otra. Una cede por temor,
convirtiéndose en el siervo, mientras que la otra se alza como el amo que obtiene
el reconocimiento de la otra. Sin embargo en un giro dialéctico inesperado, la
conciencia sometida se revela como la auténtica, pues el amo, quien
inicialmente había mostrado su independencia absoluta (lo cual se revela en la
ausencia de miedo ante la muerte), ahora depende del trabajo del siervo para
sobrevivir. Este último, por el contrario obtiene el reconocimiento derivado
del uso que reciben los productos de su trabajo.
En la medida en que el
esclavo se enfrenta a una realidad hostil y ajena está alienado, sin embargo,
lo mismo acontece con el amo, quien solo obtiene el reconocimiento de un
esclavo, más no de otra autoconciencia libre como él. El reconocimiento del
esclavo no significa nada. Más aún, se ha vuelto dependiente, siervo de su
siervo, mientras el esclavo va superando la limitación que el mundo externo
representa para él, lo ha transformado por medio de su trabajo, de modo que ya
no le parece tan hostil. Es notable, dice Lukács, viendo en esta línea
argumentativa demasiadas semejanzas con Marx, que el progreso de la
historia se produzca por medio del trabajo (Lukács, 1970, p. 463).
El siervo pues se libera,
supera su condición alienada, pero lo hace de una manera limitada. Las formas
de la conciencia que representan esta etapa: el estoicismo, el escepticismo y
el epicureísmo representan al mismo tiempo las escuelas filosóficas
predominantes en la antigüedad romana. Son una respuesta subjetiva a la
alienación que predominaba en aquel mundo. Hegel explica por qué el
cristianismo tenía que desarrollarse bajo estas condiciones. Lo que aquellas
escuelas filosóficas expresaban era el rechazo ante una realidad que los
individuos no podían soportar. El despotismo de los emperadores romanos no
dejaba lugar para el surgimiento de una consciencia de lo universal. Sin
embargo, aquella era anhelada y dicho anhelo vino a ser llenado por el
cristianismo (Stewart, 2021, p. 49-50).
En su explicación del
cristianismo Hegel reproduce el esquema desarrollado en el pasaje del amo y el
esclavo. Dios, dirá, para ser un ser pleno, necesita el reconocimiento de otro
ser consciente. Es con el fin de satisfacer esa condición que se aliena a sí
mismo, creando el mundo en el que habitamos. En este mundo necesariamente debe
surgir un ser a su semejanza en virtud del cual pueda ser reconocido. En este
esquema, de acuerdo con Hegel, la humanidad se reconoce en lo absoluto, al
mismo tiempo que Dios obtiene pleno reconocimiento y existencia suprema. Sin
embargo, para que aquella sea completa, Dios debe devenir hombre, deviniendo
tanto divino como humano. La humanidad podrá ahora reconocerse plenamente en lo
divino (Stewart, 2021).
No obstante, esta
superación de la alienación también es defectuosa. Puesto que dicha
reconciliación ocurre en el ámbito de la fé y de lo simbólico. Para que sea
completa debe tener lugar en el ámbito de la razón. Hegel nuevamente reproduce
el mismo esquema, pero ahora en la esfera de lo político. En su Filosofía
del Derecho, Hegel defenderá que las instituciones políticas modernas
representan el triunfo de la razón y la plena realización del ser humano. Al
hacerlo, Hegel sostiene que el reino de la libertad ha sido conquistado, de la
mano con el saber absoluto. Con ello, Hegel implica que la humanidad por fin ha
alcanzado una condición en la cual puede realizar plenamente su potencial,
poniendo fin a una historia de alienación. Es solo en el Estado Moderno que la
voluntad general se reconcilia con “el saber y querer propio de la
particularidad” (Hegel, 1999, p. 380).
Hegel de este modo
identifica a la sociedad moderna como el reino de la razón y la libertad,
implicando con ello una superación de la alienación meramente subjetiva. En el
mundo moderno los seres humanos se reconocen como libres, sin embargo ¿lo son
realmente?. Es aquí donde se centra la crítica que el joven Marx realizará
tempranamente en contra de uno de sus más grandes maestros. Es notable que en
este punto Marx reproduce plenamente el procedimiento hegeliano. Aquel que
había señalado todas las formas de superar la alienación como insuficientes,
terminó aceptando una superación así misma insuficiente. La actitud crítica,
signo y sello de la dialéctica hegeliana, se detiene al afrontar los problemas
políticos de su propia época. Al criticarlo acerrimamente, Marx no hacía más
que ser fiel a su método.
Hegel dibuja con agudeza el
carácter alienado del mundo moderno, pero se equivoca al señalar que el Estado
moderno implica su superación. Para Hegel los estamentos, al mediar entre la
generalidad del Estado y la particularidad de la sociedad civil, aseguran la
reconciliación de estos dos extremos. La prueba de ello es que la sociedad,
gracias a esta acción mediadora en la esfera política puede funcionar como un
todo. Para Marx, esto representa una construcción meramente especulativa. En
lugar de esforzarse por comprender la lógica del mundo moderno, Hegel se
esfuerza por encontrar en el mundo moderno determinaciones del “concepto
lógico” (Marx, 1982, p. 403). Así pues, Marx distingue un problema en el
seno mismo de la filosofía de Hegel. Por un lado, el elemento especulativo de
su método, y por otro la agudeza empírica que Hegel demuestra al estudiar la
realidad social”.
La alienación no es un
fenómeno que surja como resultado de la necesidad de actualizar a Dios en el
mundo real, no es un fenómeno que se proponga el mero reconocimiento de la
humanidad para cobrar plena conciencia de sí. Es aquí donde Marx encuentra la
limitación de la crítica que Hegel desarrolla sobre el mundo moderno y sobre la
historia en general. El antagonismo, la alienación, es un proceso real que
persiste y que debe ser superado en el mundo real. La humanidad debe luchar,
para lograr la superación de la alienación en su carácter histórico social y no
simplemente como fenómeno de la conciencia. Este estado pleno de emancipación y
libre de alienación es lo que el joven Marx entendió como comunismo. Aunque
esta crítica no agota la riqueza del pensamiento de Hegel, así como de su
propuesta política, demuestra la fecundidad de la crítica marxiana, la cual no
hace más que seguir con fidelidad los pasos trazados por el propio maestro.
Referencias:
Arthur, Chis (1993) Hegel’s
Master-Slave Dialectic and a Myth of Marxology. New Left Review,
November-December, pp. 67–75
Hegel, G. F. W.
(2017) Fenomenología del Espíritu. Ciudad de México: Fondo de
Cultura Económica.
Hegel G. F. W. (1987) Lecciones
sobre Filosofía de la Religión v. 3 La religión consumada. Madrid:
Editorial Alianza.
Hegel, G. F. W.
(2017) Fenomenología del Espíritu. Ciudad de México: Fondo de
Cultura Económica.
Hegel, G. F. W.
(1999) Principios de la Filosofía del Derecho. Barcelona: Edhasa.
Lukács, G. (1970) El
Joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista. Barcelona:
Ediciones Grijalbo.
Marx, C. (1982). Escritos de Juventud.Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.Stewart, J. (2021). Hegel’s Century: Alienation and Recognition in a Time of Revolution. Cambridge University Press.
Imagen de portada:
Sammenstilling av to fotografier fra 1860-årene av Karl Marx (1818-1883, til
venstre) og Friedrich Engels (1820-1895). Marx og Engels Av Friedrich Karl Wunder/George
Lester. Lisens: Falt i det
fri (Public domain)
Ucrania admite situación “extremadamente difícil” en frente ante Rusia
Ucrania
admite situación “extremadamente difícil” en frente ante Rusia
TERCERAINFORMACION /
20.02.2024
El presidente de Ucrania
insiste en el envío de fondos, alertando que sus fuerzas enfrentan una
“extremadamente difícil” situación en la guerra contra los rusos.
Volodímir Zelenski dijo el lunes que el retraso
en la ayuda militar occidental ha afectado a su ejército, que necesita más
artillería, defensa aérea y armas de largo alcance para hacer frente a las
tropas rusas.
“La situación es
extremadamente difícil en muchas partes del frente, donde las tropas rusas han
concentrado el máximo de sus reservas”, argumentó el mandatario
ucraniano.
Además, puso de relieve que las fuerzas rusas
“están sacando ventaja de los atrasos en la ayuda a Ucrania”.
Zelenski hizo estas declaraciones mientras un
millonario lote de ayuda estadounidense para Ucrania se encuentra
bloqueado en el Congreso. Pese a que el Senado
aprobó el fondo para Kiev la semana pasada, corre el riesgo
de progresar en la Cámara Baja, dominada por los republicanos, que condicionan
la ayuda a temas fronterizos.
Además, en el contexto electoral que vive
Estados Unidos, han aumentado las preocupaciones de que el regreso del
republicano Donald Trump al poder pudiera alterar el actual apoyo de la
Administración Biden a Ucrania. De hecho, Trump se ha pronunciado en contra del
apoyo militar a Ucrania.
Con todo, el presidente estadounidense, Joe
Biden, aseguró el domingo a Zelenski que está “confiado” en ampliar la
ayuda para Ucrania.
En el campo de batalla, las fuerzas
rusas han logrado tomar recientemente la disputada ciudad de Avdiyka en
la región de Donetsk, su primera gran conquista desde la captura de Bajmut en
mayo de 2023.
El portal Politico indicó el
domingo en una nota que los funcionarios estadounidenses tampoco parecen estar
seguros de que Ucrania alcance la victoria, incluso con un nuevo impulso de
ayuda. Conforme al medio estadounidense, “el plan ahora […] es
simplemente evitar que el Ejército ucraniano se derrumbe”.
ayk/ncl/tqi
Biden y Starmer pierden el voto musulmán
Biden y Starmer pagarán
un alto precio por apoyar la guerra de Israel en Gaza. La historia va a juzgar
con severidad a los dirigentes políticos que justificaron y toleraron la
limpieza étnica de Israel en Gaza. Y es año electoral.
Biden y Starmer pierden el voto musulmán
El Viejo Topo
21 febrero, 2024
Durante los últimos cuatro meses, Occidente ha visto cómo Gaza era demolida bloque a bloque. Se han arrasado barrios residenciales, se han volado universidades, hospitales y bibliotecas. Las familias, que constituyen los pilares de la sociedad, han sido exterminadas en sus hogares, donde se reunían en grupo. Las filas de la clase media –médicos, periodistas, académicos, empresarios– diezmadas. Los convoyes de ayuda han sido bombardeados. Los hambrientos que hacían cola para conseguir comida, o los que simplemente intentaban huir a pie, ejecutados por francotiradores.
Estas escenas
de devastación recuerdan a los peores crímenes de la Segunda Guerra Mundial.
Tras rechazar
una oferta de Hamás para detener los combates y sacar con vida a los rehenes
que le quedaban, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió una y
otra vez perseguir la victoria hasta el amargo final.
Rafah, que se
ha convertido en el último refugio, está a punto de convertirse en el próximo
objetivo. Y, sin embargo, cuatro meses después, esta operación a escala
industrial no tiene dificultades para encontrar partidarios entre quienes se
identifican como liberales.
Justificar la guerra
Tras la
organización de un homenaje nacional a las víctimas francesas del atentado de
Hamás del 7 de octubre, se preguntó al ex presidente francés François Hollande
si las víctimas francesas de Israel en Gaza no merecen lo mismo.
«No puede ser
el mismo homenaje», dijo Hollande. «Una vida es una vida y una vida equivale a
otra, pero hay víctimas del terrorismo y víctimas de la guerra. Ser víctima del
terrorismo significa ser atacado como francés o como defensor de un modo de
vida. Una víctima colateral, está en una guerra […], no es de la misma
naturaleza», añadió.
El columnista
Tom Friedman, tres veces ganador del Premio Pulitzer, justificó que Estados
Unidos e Israel incendiaran «la jungla» con las siguientes palabras: «Irán es a
la geopolítica lo que una especie de avispa parasitoide recientemente
descubierta es a la naturaleza. ¿Qué hace esta avispa parasitoide? Según Science
Daily, la avispa «inyecta sus huevos en orugas vivas, y las larvas bebé de
avispa se comen lentamente a la oruga desde dentro hacia fuera, estallando una
vez que han comido hasta saciarse».
«¿Hay alguna
descripción mejor de Líbano, Yemen, Siria e Irak hoy en día? Son las orugas. El
Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica es la avispa.Los Houzíes, Hezbolá,
Hamás y Kataib Hezbolá son los huevos que eclosionan dentro del huésped
–Líbano, Yemen, Siria e Irak– y se lo comen desde dentro hacia fuera. No
tenemos ninguna contraestrategia que mate de forma segura y eficaz a la avispa
sin incendiar toda la selva».
La idea de que
los judíos son parásitos se remonta al Siglo de las Luces, pero fue retomada
por los nazis en Alemania y Austria. En el Museo del Holocausto de Washington
se exhibe un cartel nazi que compara a los judíos con piojos causantes del
tifus. Friedman haría bien en visitarlo, al igual que el editor del New
York Times que publicó su artículo.
Hollande y
Friedman están al final de sus carreras. Pero el presidente estadounidense Joe
Biden y el líder laborista Keir Starmer no. Ambos se enfrentan a unas
elecciones este año.
Un lastre electoral
La
despreocupación de Biden y Starmer por los peligros que podría acarrearles el
apoyo a la campaña de Israel en Gaza es extraña porque cada uno de ellos valora
el poder por encima de los principios. Son unos desvergonzados incumplidores de
promesas. Cabría esperar que fueran más cautos antes de seguir a Israel por el
camino de la ignominia histórica. Porque cada día que pasa en esta guerra,
Netanyahu parece cada vez menos el hombre por el que apostar.
La campaña de
Israel en Gaza se está convirtiendo en un lastre electoral, precisamente porque
ya va por su quinto mes y no da señales de detenerse. El derrocamiento de Sadam
Husein dejó de ser una fácil demostración de fuerza para el ejército
estadounidense en el momento en que comenzó la resistencia iraquí. Y, sin
embargo, dos décadas después de que George Bush y Tony Blair cometieran el
error que definió sus carreras al invadir Irak, que proyectó una sombra de la
que ninguno de los dos hombres ha podido alejarse, Biden y Starmer están
escenificando una actuación similar. Si el momento en que Blair sacrificó la
confianza de la nación fue el «expediente dudoso» sobre las inexistentes armas
de destrucción masiva de Sadam Husein, el fin de la reputación de Starmer entre
los musulmanes británicos se produjo en lo que debería haber sido una
entrevista rutinaria de la LBC.
Nick Ferrari
preguntó a Starmer si Israel tenía derecho a cortar la electricidad y el agua a
Gaza. Starmer respondió: «Creo que Israel tiene ese derecho. Se trata de una
situación en curso. Obviamente, todo debe hacerse dentro del derecho
internacional, pero no quiero alejarme de los principios básicos de que Israel
tiene derecho a defenderse y Hamás es responsable».
Rápidamente se
retractó de ese comentario, pero ese fue el momento decisivo.
El momento
decisivo de Biden llegó cuando pareció dudar de la cifra de muertos presentada
por el Ministerio de Sanidad palestino. «No tengo la menor idea de que los
palestinos digan la verdad sobre el número de muertos», dijo Biden,
contradiciendo directamente la opinión de la ONU y de los organismos
internacionales de derechos humanos de que sus cifras eran fiables. «Seguimos
incluyendo sus datos en nuestros informes y están claramente fundamentados»,
dijo la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en una
declaración a Reuters.
Ambas
declaraciones inclinaron la balanza de la opinión pública y tuvieron un efecto
devastador en los votantes musulmanes a ambos lados del Atlántico.
Perder el voto musulmán
Un sondeo
publicado hace unos días mostraba una drástica caída del apoyo de los
musulmanes británicos a los laboristas.
Los datos
recogidos por Survation, por encargo de la Red Musulmana Laborista (LMN),
mostraron que el 60 por ciento de los musulmanes británicos que expresaron su
preferencia por un partido dijeron que votarían a los laboristas. Eso representa
una caída del 26 por ciento de los musulmanes encuestados anteriormente en
2019. Solo el 43 por ciento dijo que definitivamente volvería a votar a los
laboristas, con un 23 por ciento de indecisos.
La
identificación con los laboristas ha bajado del 72 por ciento en 2021 al 49 por
ciento en 2024, con un 38 por ciento de los musulmanes británicos declarando
tener una visión más desfavorable del Partido Laborista tras los últimos 12
meses. La valoración personal de Starmer es de -11 por ciento.
El apoyo a los
laboristas entre los musulmanes ha ido disminuyendo constantemente desde las
elecciones de 2019, pero el punto de inflexión hacia un rápido declive se
produjo en noviembre, un mes después de la guerra de Gaza. En cuatro meses el
apoyo al partido se ha desplomado del 70 al 40 por ciento.
El instinto de
Starmer le ha llevado a redoblar la apuesta. Poco después de su debacle en la
LBC, advirtió a todos los representantes electos que no asistieran a las protestas
por el alto el fuego. Cuando se sometió a votación la negativa de Starmer a
pedir un alto el fuego, varios miembros de su gabinete en la sombra dimitieron.
Desde entonces
han dimitido más de 70 concejales laboristas en zonas como Oxford, Burnley,
Hastings y Norwich. Las dimisiones y expulsiones de la izquierda antisionista
del partido están produciendo ahora un retroceso.
Otros treinta y
seis parlamentarios, incluida Margaret Hodge, que llamó al anterior líder
laborista Jeremy Corbyn «puto antisemita y racista», podrían convertirse en
marginales.
Los grupos de
base están surgiendo por todas partes, con miles de voluntarios dispuestos a
apoyar a los candidatos independientes.
Un grupo
llamado The Muslim Vote (TMV) ha declarado que apoyará a los candidatos
independientes con recursos, redes, voluntarios y financiación en las
circunscripciones donde crea que tiene audiencia.
Un candidato
independiente podría presentarse en la circunscripción de Starmer. Ya se ha
encontrado una joven candidata británico-palestina, Leanne Mohamed, para
desafiar a Streeting en Ilford North. El Grupo de Acción Comunitaria de
Redbridge que la propuso se comprometió a presentar una candidata «fuerte sobre
Palestina, el NHS, el racismo, la islamofobia y la crisis del coste de la
vida».
Esto representa
una potente fusión de Gaza y la agenda del Partido Laborista anterior a
Starmer. Todo ello hace vulnerables a los ambiciosos apparatchiks como
Streeting. El propio Streeting es consciente del peligro que corre y ha
empezado a decir perogrulladas sobre la importancia de un Estado palestino.
Streeting se negó a pedir un alto el fuego.
Nadie se hace
ilusiones de que el voto musulmán pueda impedir que Starmer llegue al poder,
pero podría marcar la diferencia entre una victoria aplastante al estilo de
Blair y un gobierno en minoría.
Abandonar a Biden
Biden es
vulnerable en Michigan. Ante el creciente enfado de una importante población
árabe y musulmana, la respuesta de su equipo de campaña fue muy similar a la de
Starmer: descartar a los árabes y buscar otras vías para la victoria.
Como
informó Politico: «El apoyo de Biden a Israel ha perjudicado
gravemente a la campaña entre la considerable población árabe-estadounidense de
Michigan, y su equipo se está esforzando por encontrar otras vías para la
victoria en el disputado estado, según dos asesores de campaña a los que se ha
concedido el anonimato porque no están autorizados a hablar públicamente de
estrategia».
Dearborn tiene
la mayor concentración de estadounidenses de origen árabe. Se ha convertido en
el epicentro de una campaña nacional contra la reelección de Biden. Como la
noche sigue al día, un artículo de opinión del Wall Street Journal bautizó
a Dearborn como «la capital de la Yihad de Estados Unidos». En consecuencia, se
ha incrementado la presencia policial local.
Activistas de
Michigan, Minnesota, Arizona, Wisconsin, Florida, Georgia, Nevada y Pensilvania
han creado una campaña AbandonBiden, seis de ellos son estados disputados.
«Estamos
buscando la manera de construir un mecanismo de coordinación entre todos los
estados indecisos para que estemos constantemente trabajando juntos para
asegurar que los musulmanes estadounidenses salgan en todos estos estados, y
que el señor Biden pierda cada uno de ellos», dijo Hassan Abdel Salam, profesor
de la Universidad de Minnesota y miembro de la Coalición Nacional
#AbandonBiden. «Justo detrás de mí, lo que debería ver el señor Biden son 111
votos electorales. Y ganó la última vez con 74».
¿Abandonar a
Biden aunque el vencedor de esa campaña sea Donald Trump, el némesis de los
musulmanes?
Pues parece que
sí. Una nueva generación está en marcha para cambiar definitivamente la cara
del Partido Demócrata. «No tenemos dos opciones. Tenemos muchas opciones», dijo
Jaylani Hussein, director de la sección de Minnesota del Consejo de Relaciones
Americano-Islámicas (CAIR), en Dearborn, Michigan, cuando se le preguntó por
alternativas a Biden.
Biden ganó en
Michigan por 2,8 puntos porcentuales y los árabes representan el 5% de los
votos. El primer alcalde árabe de Dearborn, Abdullah Hammoud, tiene muy claro
lo que quiere que haga Biden.
«Nunca ha habido en la historia una guerra en la que el 80% del país esté
absolutamente diezmado, en la que el 100% de la población haya sido desplazada
y en la que el 50% de los muertos sean niños. Eso no ha ocurrido nunca.
»Nosotros, queremos
acción, no palabras vacías. Si el presidente Biden quiere adoptar una postura
firme, puede empezar por restringir la ayuda militar al Estado de Israel.
Podría empezar pidiendo un alto el fuego, porque ahora mismo mueren casi 200
civiles cada día. Son pasos tangibles que se pueden dar porque lo que
entendemos es que sólo los esfuerzos diplomáticos pueden conducir a una paz
duradera y a la justicia».
Podemos estar
seguros de una cosa. La Historia va a juzgar con mucha severidad a los
dirigentes políticos que justificaron y toleraron la limpieza étnica que se
está produciendo ahora en Gaza.
La negativa de Biden y Starmer a pedir un alto el fuego y su negativa a
respaldar la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de que
Israel debe tomar medidas para cumplir la Convención sobre el Genocidio,
producirán una mancha indeleble en sus carreras. Ninguno de los dos ve el
peligro que corren con Gaza. Pero tampoco lo vieron Bush o Blair cuando
invadieron Irak.
Fuente: https://www.middleeasteye.net/
Artículo
seleccionado por Carlos Valmaseda para la página Miscelánea de Salvador López
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