jueves, 5 de enero de 2023

Descanse en paz JCPOA

 

Occidente jamás quiso llegar a un acuerdo real para limitar la capacidad nuclear de Irán en el terreno militar. Tal vez porque siempre ha sido consciente que los avances del desarrollo nuclear iraní se han dirigido a la actividad civil, y no a la militar.


Descanse en paz JCPOA

 

Pepe Escobar

El Viejo Topo

5 enero, 2023 

 


El acuerdo nuclear con Irán, conocido oficialmente como Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), está ahora, a efectos prácticos, muerto. Como en el legendario sketch del loro muerto de los Monty Python, este acuerdo ya no existe. Ha ido al encuentro de su creador.  El enterrador, significativamente, no era otro que el senil personaje que actualmente se hace pasar por el «líder del mundo libre».

Puede que se llame Joe Biden, pero «Biden» es en realidad un combo que dicta cada línea del guion que el muñeco en cuestión trata de pronunciar a trompicones, ya sea imitando las palabras susurradas a su auricular o esforzándose por leer un teleprompter.

A principios de esta semana salió a la luz un nuevo vídeo, grabado a principios de noviembre, en el que «Biden» dice que el acuerdo del JCPOA está muerto. «Pero no vamos a anunciarlo. Larga historia». Es una larga historia. Cuando estaba relativamente menos senil, en su campaña electoral de hace más de dos años, «Biden» prometió que Washington se reincorporaría al JCPOA, que fue destrozado unilateralmente por su predecesor Donald Trump en 2018.

Después de llegar a la Casa Blanca, «Biden» ­–en realidad sus manipuladores– nombró a Robert Malley enviado especial a Irán, encargado de supervisar todo el proceso, incluidas las conversaciones para renovar el JCPOA.

Malley desempeñó el papel de aguafiestas a la perfección. La obsesión por las sanciones prevaleció sobre cualquier intento serio de reactivar el JCPOA. Paralelamente, lo que el ex analista de la CIA Ray McGovern ha definido de forma memorable como MICIMATT –el complejo militar-industrial-congreso-inteligencia-medios de comunicación academia-complejo de think tank­­– reavivó el juego de culpar a Irán 24 horas al día, 7 días a la semana, ahora culpable por culpa de un «nuevo presidente de línea dura» incapaz de un «diálogo constructivo con Occidente».

El JCPOA original cerrado en Viena en 2015 –seguí la mayor parte del proceso en directo– era muy conveniente en ese momento para la entonces administración de Barack Obama, la llamada UE3 (Francia, Reino Unido y Alemania) e incluso Rusia y China.

Obama creía que un acuerdo llevaría a Teherán a mostrarse más favorable a Washington. Ahora el tablero  geopolítico ha cambiado por completo. La Unión Europea y los Brexiters han quedado reducidos a una satrapía del Imperio estadounidense.

La asociación estratégica Rusia-China es considerada por los estadounidenses como una amenaza existencial. Y encima Irán ha sido admitido como miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Así que no hay incentivo alguno para que los straussianos/neo-conservadores y neoliberal-cons que controlan la política exterior de Washington revivan el JCPOA.

El vals de los sátrapas de la UE

El JCPOA era esencialmente un clon del acuerdo de Minsk: el Imperio sólo ganaba tiempo antes de volver a hacer travesuras. La propia ex canciller alemana Angela Merkel ha revelado, en declaraciones grabadas, que Minsk no era más que una gigantesca farsa.

Teherán, sin embargo, nunca cayó en la trampa. El líder supremo, el ayatolá Seyyed Ali Jamenei, un inteligente estratega geopolítico, lo vio claro desde el principio: nunca confíes en los estadounidenses. Sabía intuitivamente que quienquiera que sucediera a Obama –la halcona Hillary o, como sucedió, Trump– al final no respetaría lo firmado y ratificado por las Naciones Unidas.

En cuanto a los sátrapas europeos, ni siquiera hicieron un esfuerzo para aplicar el alivio de las sanciones hacia Irán a través del mecanismo INSTEX después de que Trump rompiera el acuerdo. El mantra tácito era mantener a Irán ahí abajo. Era como si este combo colectivo de Occidente sólo estuviera esperando la próxima bonanza de la revolución de color, que al final sucedió, demasiado poco, demasiado tarde, hace unos meses.

Si los manipuladores de «Biden» hubieran estado realmente interesados desde el principio en reactivar el JCPOA, el camino directo habría sido deshacerse de las sanciones e ir a por ello. En lugar de eso, lo que ocurrió fue que Malley y otros exigieron más concesiones y convirtieron el alivio de las sanciones en un espejismo. Las negociaciones de Viena de este año llegaron a un callejón sin salida.

Cuando los países del E3 presentaron un borrador de acuerdo a los negociadores iraníes en Viena, éstos introdujeron algunos cambios «razonables» (terminología de la UE) y devolvieron el paquete a los europeos, que lo presentaron a los estadounidenses. Los cambios se consideraron «no constructivos». Callejón sin salida, otra vez.

Así que la «máxima presión», esa cosa de Trump, pero ligeramente menos contundente, siguió dictando los procedimientos bajo los manipuladores de «Biden». Sin embargo, Teherán no se plegó y diplomáticamente siempre insistió en que estaba listo para un acuerdo.

El propio Malley ya había insinuado, hace casi dos meses, que la reactivación del acuerdo ya no era una prioridad; un nuevo intento de revolución de color era el nuevo juego en la ciudad. De ahí que el juego de culpar a Teherán haya vuelto a alcanzar su punto álgido: están matando a manifestantes en las calles, están suministrando armas a Rusia en Ucrania y quieren construir una bomba nuclear.

Al menos ahora están al descubierto: lo único que le importa a la inteligencia estadounidense ­–y al MICIMATT– es facilitar los ataques a la seguridad iraní por parte de sus activos kurdos y baluchis, y sobornar al mayor número posible de «manifestantes» (léase alborotadores) para que lleven a cabo la revolución a todo color.

El Imperio de los No Acuerdos

Todo el que analice Asia Occidental con un coeficiente intelectual superior a la temperatura ambiente sabe que el «programa de armas nucleares» de Irán es una gigantesca farsa, una enorme campaña de propaganda desarrollada durante décadas por los sospechosos habituales.

Lo que realmente le importa a Teherán es aumentar su capacidad nuclear civil. Y eso es lo que ya está ocurriendo.

La capacidad iraní de enriquecimiento de uranio es ahora el doble del volumen total producido desde el inicio de su industria nuclear. La Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) acaba de anunciar que está enriqueciendo uranio a una tasa histórica del 60%, utilizando nuevas centrifugadoras avanzadas y no esperará a la reanudación de las negociaciones en Viena.

Los dirigentes de Teherán se han dado cuenta de que el futuro está en Eurasia: desde la plena adhesión a la OCS hasta convertirse en miembro de los BRICS+, quizá ya el año que viene. Están en marcha asociaciones estratégicas entrelazadas con Rusia, China e India, que son parte de los BRICS.

Irán participa en el impulso hacia la multipolaridad en todo el espectro. El último ejemplo es el segundo mayor banco de Rusia, VTB –sancionado por el colectivo occidental–, que ha lanzado un nuevo servicio de transferencia de dinero a particulares y empresas iraníes, prescindiendo del dólar estadounidense.

Nadie echará de menos el JCPOA. Lo que de hecho importa en esta larga saga es la valiosa lección aprendida por todo el Sur Global: ahora está descaradamente claro que el Imperio en decadencia no es capaz de llegar a un acuerdo y es una entidad eminentemente indigna de confianza.

Fuente: https://www.presstv.ir/Detail/2022/12/22/694939/Iran-Nuclear-deal-JCPOA-dead–Rest-in-Peace-JCPOA

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Bajo el fragor de la guerra se está estableciendo un Ucrania una dictadura oligárquica

 

Bajo el fragor de la guerra se está estableciendo un Ucrania una dictadura oligárquica

 


Por Maxim Goldarb

Rebelion

 | 05/01/2023 | 


Fuentes: SLS



Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Muchos aspectos importantes de la vida interna ucraniana se han visto eclipsados por la guerra, el curso de las hostilidades y sus consecuencias, el sufrimiento de la pacífica población ucraniana, los juegos geopolíticos de las grandes potencias, etc. Mientras tanto, con el telón de fondo de las solemnes declaraciones de las autoridades acerca de proteger la libertad y la democracia destinadas a un público externo, en el país se está instaurando a toda velocidad un régimen dictatorial.

En los dos últimos años, incluso antes de que empezaran las hostilidades, se cerraron en Ucrania siete canales de televisión de ámbito nacional por una decisión del Presidente y de la Comisión Nacional de Televisión, que él controla, y del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa: KRT, 112 Ucrania, NewsOne, ZIK, First Independent, UkrLive y Nash. La razón de que se prohibieran estos canales de televisión era únicamente que se oponían al gobierno y que daban la palabra a sus oponentes políticos. Su actividades se detuvieron de forma totalmente ilegal, sin que mediara una decisión judicial, tal como estipula la ley. Al mismo tiempo se empezaron a bloquear la principales publicaciones independientes en internet, como Strana.ua, Shariy.net y otras. Las autoridades simplemente suprimieron el derecho de millones de ciudadanas y ciudadanos ucranianos a recibir una información variada y desde puntos de vista diferentes, el derecho a la libertad de expresión, e introdujeron la censura en el país.

Hoy en día resulta simplemente imposible imaginar que ese tipo de información aparezca en los medios de comunicación ucranianos o se anuncie en la televisión ucraniana. Además, hay un control prácticamente total de los sectores ucranianos de las redes sociales, como Facebook, youtube. Incluso la sección ucraniana de Wikipedia está controlada y censurada: se distorsionan o se destruyen por completo los artículos sobre personas “indeseables” y muchos de ellos se modifican o se llenan de falsificaciones. Y se eleva a rango de ley toda esta destrucción obvia de la libertad de expresión: en primavera el Presidente ucraniano firmó las leyes y decretos pertinentes que obligan de hecho a los demás medios de comunicación a obedecer los requisitos y deseos de las autoridades.

Siguiendo la política del anterior Presidente del país, el oligarca Petro Poroshenko, el actual Presidente ha exacerbado aún más el proceso de suprimir toda traza de comunismo del país que, en realidad, es una política destinada a perseguir toda ideología y todo símbolo de izquierda, tanto comunista como socialista y socialdemócrata. Se han aprobado leyes que castigan con penas de prisión de 5 a 10 años y con la confiscación de bienes el hecho de que un grupo de personas interprete en público de himno “La Internacional” (el himno del movimiento socialista internacional).

El partido político Unión de Fuerzas de Izquierda de Ucrania (que en diciembre de 2021 adoptó el nombre de Para un Nuevo Socialismo), del que soy presidente, se ha convertido en la principal fuerza política de la izquierda y en la más activa de los últimos años. Defendimos una política orientada socialmente en interés de la mayoría de la ciudadanía ucraniana y no en interés de las grandes empresas oligárquicas, defendimos que se garantice la libertad de expresión, la paz y nos opusimos a la guerra. Al defender los derechos de la ciudadanía ucraniana de a pie y del movimiento de izquierda, criticamos duramente al actual gobierno ucraniano y nos opusimos a él. Las autoridades respondieron por medio de la represión política de nuestro partido y de otros partidos de la oposición. Se utilizó como pretexto para esta represión el inicio de las hostilidades en Ucrania el pasado mes de febrero. Siguiendo instrucciones del Presidente, las autoridades, con la ayuda de decisiones judiciales idénticas, calcadas e irrazonables, prohibieron en otoño de 2022 las actividades de todos los partidos de la oposición ucraniana, incluida la Unión de Fuerzas de Izquierda. Fueron unas decisiones judiciales tomadas en serie, en las que solo cambiaba el nombre del partido político prohibido. Carecen absolutamente de pruebas y motivos desde el punto de vista legal. A ojos de muchos personajes públicos, periodistas y líderes de opinión europeos, asiáticos y estadounidenses son obvias e insostenibles su ilegalidad, inconstitucionalidad, alevosía y flagrante contradicción con las normas y valores democráticos europeos y mundiales

El único objetivo de revestir como documentos judiciales las instrucciones inconstitucionales, ilegales y usurpadoras del Presidente era crear al menos una débil apariencia de legalidad. La adopción de estas decisiones fue el fruto de la enorme presión que ejercieron las autoridades sobre la independencia de los tribunales y de la completa subordinación de la oficina del Presidente al sistema judicial de Ucrania. Siguiendo sus instrucciones, se destituyó ilegalmente a varios jueces del Tribunal Constitucional (incluido su presidente) y del Tribunal Supremo de Ucrania, que se habían negaron a adoptar decisiones ilegales y políticas. Y hace unos días se suprimió por las mismas razones el Tribunal Administrativo del Distrito de Kyiv, cuyos jueces no tenían intención de convertirse en siervos de la oficina del Presidente.

Las autoridades de investigación, la policía, la fiscalía y los servicios especiales están dirigidos únicamente por protegidos del jefe del Estado. Además, se ha sustituido al presidente del Parlamento por otro leal [al Presidente ucraniano] y se prepara la elección de un presidente del Tribunal Constitucional que también esté controlado por la Presidencia. Se ha aniquilado completamente el principio de separación de poderes y el poder se concentra en un solo lugar: la oficina del Presidente.

La persecución de políticos, periodistas y personalidades de la oposición es mayor que nunca. Muchas de estas personas se han visto obligadas a abandonar el país y quienes no lo han hecho, han acabado en la cárcel. Se priva temerariamente a los diputados de la oposición en el Parlamento de sus credenciales de diputados, en contra de la Constitución y de la voluntad del pueblo que los ha elegido.

Por otra parte, en un Estado laico como es Ucrania, las autoridades han emprendido acciones represivas contra la mayor comunidad religiosa del país, la Iglesia ortodoxa ucraniana. Los servicios especiales ucranianos, el Servicio de Seguridad, han llevado a cabo registros a gran escala de monasterios ortodoxos por todo el país, se han abierto causas penales contra sacerdotes, se han expropiado por la fuerza locales y propiedades de la iglesia, se han impuesto sanciones ilegales a jerarcas eclesiásticos y se ha registrado en el Parlamento un proyecto de ley sobre la prohibición de la Iglesia ortodoxa ucraniana.

Varios clanes oligárquicos controlan desde hace tiempo en Ucrania la mayor parte de la economía y de la riqueza nacional, casi todos los principales medios de comunicación, el poder ejecutivo, los organismos encargados de hacer cumplir la ley y a la mayoría de los diputados del Parlamento. No es ningún secreto que detrás de cada gran estructura empresarial, detrás de cada facción del Parlamento, detrás de cada alto cargo, hay uno u otro oligarca. En los últimos años los oligarcas (ucranianos que figuran en la lista Forbes) no han dejado de aumentar sus fortunas ni de controlar cada vez más el país y sus recursos, con lo que agotan estos recursos y arruinan sin piedad a la ciudadanía. Como ahora han sufrido pérdidas financieras debido a las hostilidades, han decidido compensarlas estableciendo un control absoluto sobre todos los flujos financieros sin excepción, ya sean suministros militares, ayuda humanitaria, impuestos, préstamos, ayuda internacional para la reconstrucción, ingresos de exportación, tarifas de servicios públicos, etcétera.

Para poder hacerlo se están eliminando violentamente y bajo el fragor de la guerra los últimos obstáculos para instaurar una dictadura oligárquica. Al mismo tiempo, los actuales altos cargos del entorno del Presidente no tienen el menor inconveniente en convertirse en oligarcas de nuevo cuño ni en arrebatar por la fuerza a los viejos oligarcas sus bienes. Hay demasiados miles de millones en juego y lo hacen sin el menor pudor (las recientes imágenes del jefe adjunto de la oficina del Presidente de un país en guerra y devastado conduciendo un coche valorado en un cuarto de millón de dólares no son sino una pequeña confirmación obvia de ello).

También es obvio por qué en el ámbito político los ataques más fuertes se han dirigido contra el movimiento socialista: lo explica el temor a perder el poder y la riqueza robados al país, y a la persecución legal. El régimen actual está solo a un paso de usurpar totalmente el poder en Ucrania.

En las condiciones que estamos viviendo el apoyo internacional es extremadamente importante para todas las y los ciudadanos de nuestro país que defienden la libertad de expresión y las garantías de una verdadera democracia, y se oponen a la dictadura oligárquica en Ucrania. La información fidedigna sobre la verdadera situación en Ucrania y la solidaridad internacional de todas las fuerzas progresistas pueden influir en la situación actual, pueden obligar a las autoridades ucranianas a anular las decisiones ilegales de prohibir los medios de comunicación y los partidos independientes, detener la persecución de la oposición e impedir que se establezca definitivamente una dictadura oligárquica.

Maxim Goldarb es el presidente de la Unión de Fuerzas de Izquierda de Ucrania, “Para un Nuevo Socialismo”.

Fuente: la web https://sls.org.ua/ ha proporcionado la traducción al inglés del artículo.

 

Las luchas sociales de las que nació el barrio de Cuatro Caminos madrileño

 

Reseña de ¡Fuego al fielato!, de Carlos Hernández Quero, Álvaro París y Luis de la Cruz, escondidos tras el nombre de Ciriaco Bartolí (Decordel, 2022)


Las luchas sociales de las que nació el barrio de Cuatro Caminos madrileño

 

Por Jesús Aller

El Viejo Topo

 | 03/01/2023 | 

 

Fuentes: Rebelión


Los historiadores Carlos Hernández Quero, Álvaro París y Luis de la Cruz llevaban tiempo con ganas de sacar a la luz las vicisitudes de una frontera insumisa al norte de la villa y corte, la del barrio de Cuatro Caminos.

Se trataba de rascar un palimpsesto urbano y hacer aflorar los rasgos que tenía esta parte de Madrid en la época a caballo entre los siglos XIX y XX. Con ¡Fuego al fielato!, que acaba de editar Decordel, materializan su empeño y nos descubren cómo la geografía de las ciudades lleva marcadas muchas veces huellas de resistencia y rebeldía.


Contrastando con el urbanismo planificado que iba tomando forma en el centro de la capital de España, se extendía por entonces en el sector norte de ella un escenario de “casuchas bajas, solares abandonados y calles irregulares y serpenteantes”, habitado por obreros y marginales de toda laya y a donde no llegaban los progresos que se abrían camino en los barrios elegantes. Hay que decir además que, aparte de estas diferencias, a los dos mundos los separó durante mucho tiempo un profundo foso, de forma que la comunicación sólo era posible por la calzada de la vieja carretera de Francia, devenida calle de Bravo Murillo. Para controlar la introducción de mercancías en la urbe, en la frontera se había instalado un fielato en el que éstas se pesaban y se abonaban los impuestos de “consumos” correspondientes.

Este régimen económico que gravaba los alimentos había sido establecido con la reforma fiscal de 1845 y era objeto de protestas en donde quiera que se elevaran las casetas aduaneras. Esto se comprende si consideramos que en ellas cualquier transeúnte era registrado por malencarados guardias a la caza del matutero (contrabandista). En estos registros, las palizas eran frecuentes, sirviendo de caldo de cultivo para querellas y movilizaciones cada vez más sonadas. En las décadas de 1880 y 1890, los motines fueron tan frecuentes que se convirtieron en costumbre, cebándose en los edificios representativos del poder municipal o la riqueza social, lo que hizo necesaria en ocasiones la intervención del ejército.

La obra nos acerca a los principales protagonistas de estas luchas, personajes como Canuto González, líder del motín de 1888, tabernero y propagandista republicano, o tenderos como Vicente Morata o Fructuoso del Toro. En 1897, estos industriales y algunos otros de los más influyentes del barrio, pactaron con el ayuntamiento un concierto que perjudicaba los intereses generales de sus convecinos, y tuvieron que encarar protestas en las que se les tildaba de colaboracionistas. En este contexto, se convocó una huelga para el 2 de agosto que dio lugar a desórdenes por todo el extrarradio madrileño. Canuto abrió desafiante su negocio ese día y tuvo que huir para no ser linchado. Las tiendas de los “concertados” fueron apedreadas y muchos géneros se echaron a perder, pero no hubo sin embargo saqueos, pues la destrucción no albergaba fin de lucro, sino de simple justicia. El motín, de tono jovial y festivo, lo lideraron las mujeres del pueblo y no logró de momento la abolición del gravamen.

Los años siguientes continuaron las tensiones en torno al fielato, y el 10 de marzo de 1901, Ciriaco Bartolí, un jornalero de cincuenta años, vecino del Tejar de Nieto, fue apaleado por los guardias de consumos al cruzar la frontera. Este hecho provocó una explosión de ira popular en la que fuentes de la época citan la participación de miles de personas y que se saldó con la destrucción por el fuego purificador de las odiadas casetas, tras ser, en este caso sí, desvalijadas, seguramente por aquello de que “el que roba a un ladrón…”. El impuesto de consumos siguió existiendo y generando protestas y desórdenes hasta que fue abolido en julio de 2011, aunque no dejaron de aplicarse tributos a carnes y embutidos.

Carlos Hernández Quero, Álvaro París y Luis de la Cruz, estudiosos de la historia y activistas por la vivienda digna y contra los expolios urbanísticos, saben bien que no hay instrumento más poderoso para interpretar el presente que comprender el pasado. Con ¡Fuego al fielato!, fruto de cinco años de indagaciones, han rescatado una página casi olvidada del Madrid genuino y consciente, y nos enseñan que tras la arquitectura que se eleva hoy en el barrio de Cuatro Caminos, podemos discernir, si aguzamos la vista, una frontera rebelde y un mundo popular y expoliado, dispuesto a hacer valer sus derechos.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/. En él puede descargarse ya su último poemario: Los libros muertos.

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1949: Un año, dos Alemanias | DW Documental