Bajo el fragor de la guerra se
está estableciendo un Ucrania una dictadura oligárquica
Por Maxim Goldarb
Rebelion
| 05/01/2023 |
Fuentes: SLS
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Muchos aspectos importantes de la vida interna ucraniana se han visto
eclipsados por la guerra, el curso de las hostilidades y sus consecuencias, el
sufrimiento de la pacífica población ucraniana, los juegos geopolíticos de las
grandes potencias, etc. Mientras tanto, con el telón de fondo de las solemnes
declaraciones de las autoridades acerca de proteger la libertad y la democracia
destinadas a un público externo, en el país se está instaurando a toda
velocidad un régimen dictatorial.
En los dos
últimos años, incluso antes de que empezaran las hostilidades, se cerraron en
Ucrania siete canales de televisión de ámbito nacional por una decisión del
Presidente y de la Comisión Nacional de Televisión, que él controla, y del
Consejo Nacional de Seguridad y Defensa: KRT, 112 Ucrania, NewsOne, ZIK, First
Independent, UkrLive y Nash. La razón de que se prohibieran estos canales de
televisión era únicamente que se oponían al gobierno y que daban la palabra a
sus oponentes políticos. Su actividades se detuvieron de forma totalmente
ilegal, sin que mediara una decisión judicial, tal como estipula la ley. Al
mismo tiempo se empezaron a bloquear la principales publicaciones
independientes en internet, como Strana.ua, Shariy.net y otras. Las autoridades
simplemente suprimieron el derecho de millones de ciudadanas y ciudadanos
ucranianos a recibir una información variada y desde puntos de vista
diferentes, el derecho a la libertad de expresión, e introdujeron la censura en
el país.
Hoy en día
resulta simplemente imposible imaginar que ese tipo de información aparezca en
los medios de comunicación ucranianos o se anuncie en la televisión ucraniana.
Además, hay un control prácticamente total de los sectores ucranianos de las
redes sociales, como Facebook, youtube. Incluso la sección ucraniana de
Wikipedia está controlada y censurada: se distorsionan o se destruyen por
completo los artículos sobre personas “indeseables” y muchos de ellos se
modifican o se llenan de falsificaciones. Y se eleva a rango de ley toda esta
destrucción obvia de la libertad de expresión: en primavera el Presidente
ucraniano firmó las leyes y decretos pertinentes que obligan de hecho a los
demás medios de comunicación a obedecer los requisitos y deseos de las
autoridades.
Siguiendo la
política del anterior Presidente del país, el oligarca Petro Poroshenko, el
actual Presidente ha exacerbado aún más el proceso de suprimir toda traza de
comunismo del país que, en realidad, es una política destinada a perseguir toda
ideología y todo símbolo de izquierda, tanto comunista como socialista y
socialdemócrata. Se han aprobado leyes que castigan con penas de prisión de 5 a
10 años y con la confiscación de bienes el hecho de que un grupo de personas
interprete en público de himno “La Internacional” (el himno del movimiento
socialista internacional).
El partido
político Unión de Fuerzas de Izquierda de Ucrania (que en diciembre de 2021
adoptó el nombre de Para un Nuevo Socialismo), del que soy presidente, se ha
convertido en la principal fuerza política de la izquierda y en la más activa
de los últimos años. Defendimos una política orientada socialmente en interés
de la mayoría de la ciudadanía ucraniana y no en interés de las grandes
empresas oligárquicas, defendimos que se garantice la libertad de expresión, la
paz y nos opusimos a la guerra. Al defender los derechos de la ciudadanía
ucraniana de a pie y del movimiento de izquierda, criticamos duramente al
actual gobierno ucraniano y nos opusimos a él. Las autoridades respondieron por
medio de la represión política de nuestro partido y de otros partidos de la
oposición. Se utilizó como pretexto para esta represión el inicio de las
hostilidades en Ucrania el pasado mes de febrero. Siguiendo instrucciones del
Presidente, las autoridades, con la ayuda de decisiones judiciales idénticas,
calcadas e irrazonables, prohibieron en otoño de 2022 las actividades de todos
los partidos de la oposición ucraniana, incluida la Unión de Fuerzas de
Izquierda. Fueron unas decisiones judiciales tomadas en serie, en las que solo
cambiaba el nombre del partido político prohibido. Carecen absolutamente de
pruebas y motivos desde el punto de vista legal. A ojos de muchos personajes
públicos, periodistas y líderes de opinión europeos, asiáticos y
estadounidenses son obvias e insostenibles su ilegalidad, inconstitucionalidad,
alevosía y flagrante contradicción con las normas y valores democráticos
europeos y mundiales
El único
objetivo de revestir como documentos judiciales las instrucciones
inconstitucionales, ilegales y usurpadoras del Presidente era crear al menos
una débil apariencia de legalidad. La adopción de estas decisiones fue el fruto
de la enorme presión que ejercieron las autoridades sobre la independencia de
los tribunales y de la completa subordinación de la oficina del Presidente al
sistema judicial de Ucrania. Siguiendo sus instrucciones, se destituyó
ilegalmente a varios jueces del Tribunal Constitucional (incluido su presidente)
y del Tribunal Supremo de Ucrania, que se habían negaron a adoptar decisiones
ilegales y políticas. Y hace unos días se suprimió por las mismas razones el
Tribunal Administrativo del Distrito de Kyiv, cuyos jueces no tenían intención
de convertirse en siervos de la oficina del Presidente.
Las autoridades
de investigación, la policía, la fiscalía y los servicios especiales están
dirigidos únicamente por protegidos del jefe del Estado. Además, se ha
sustituido al presidente del Parlamento por otro leal [al Presidente ucraniano]
y se prepara la elección de un presidente del Tribunal Constitucional que
también esté controlado por la Presidencia. Se ha aniquilado completamente el
principio de separación de poderes y el poder se concentra en un solo lugar: la
oficina del Presidente.
La persecución
de políticos, periodistas y personalidades de la oposición es mayor que nunca.
Muchas de estas personas se han visto obligadas a abandonar el país y quienes
no lo han hecho, han acabado en la cárcel. Se priva temerariamente a los
diputados de la oposición en el Parlamento de sus credenciales de diputados, en
contra de la Constitución y de la voluntad del pueblo que los ha elegido.
Por otra parte,
en un Estado laico como es Ucrania, las autoridades han emprendido acciones
represivas contra la mayor comunidad religiosa del país, la Iglesia ortodoxa
ucraniana. Los servicios especiales ucranianos, el Servicio de Seguridad, han
llevado a cabo registros a gran escala de monasterios ortodoxos por todo el
país, se han abierto causas penales contra sacerdotes, se han expropiado por la
fuerza locales y propiedades de la iglesia, se han impuesto sanciones ilegales
a jerarcas eclesiásticos y se ha registrado en el Parlamento un proyecto de ley
sobre la prohibición de la Iglesia ortodoxa ucraniana.
Varios clanes
oligárquicos controlan desde hace tiempo en Ucrania la mayor parte de la
economía y de la riqueza nacional, casi todos los principales medios de
comunicación, el poder ejecutivo, los organismos encargados de hacer cumplir la
ley y a la mayoría de los diputados del Parlamento. No es ningún secreto que
detrás de cada gran estructura empresarial, detrás de cada facción del
Parlamento, detrás de cada alto cargo, hay uno u otro oligarca. En los últimos
años los oligarcas (ucranianos que figuran en la lista Forbes) no han dejado de
aumentar sus fortunas ni de controlar cada vez más el país y sus recursos, con
lo que agotan estos recursos y arruinan sin piedad a la ciudadanía. Como ahora
han sufrido pérdidas financieras debido a las hostilidades, han decidido
compensarlas estableciendo un control absoluto sobre todos los flujos
financieros sin excepción, ya sean suministros militares, ayuda humanitaria,
impuestos, préstamos, ayuda internacional para la reconstrucción, ingresos de
exportación, tarifas de servicios públicos, etcétera.
Para poder
hacerlo se están eliminando violentamente y bajo el fragor de la guerra los
últimos obstáculos para instaurar una dictadura oligárquica. Al mismo tiempo,
los actuales altos cargos del entorno del Presidente no tienen el menor
inconveniente en convertirse en oligarcas de nuevo cuño ni en arrebatar por la
fuerza a los viejos oligarcas sus bienes. Hay demasiados miles de millones en
juego y lo hacen sin el menor pudor (las recientes imágenes del jefe adjunto de
la oficina del Presidente de un país en guerra y devastado conduciendo un coche
valorado en un cuarto de millón de dólares no son sino una pequeña confirmación
obvia de ello).
También es
obvio por qué en el ámbito político los ataques más fuertes se han dirigido
contra el movimiento socialista: lo explica el temor a perder el poder y la
riqueza robados al país, y a la persecución legal. El régimen actual está solo
a un paso de usurpar totalmente el poder en Ucrania.
En las
condiciones que estamos viviendo el apoyo internacional es extremadamente
importante para todas las y los ciudadanos de nuestro país que defienden la
libertad de expresión y las garantías de una verdadera democracia, y se oponen
a la dictadura oligárquica en Ucrania. La información fidedigna sobre la
verdadera situación en Ucrania y la solidaridad internacional de todas las
fuerzas progresistas pueden influir en la situación actual, pueden obligar a
las autoridades ucranianas a anular las decisiones ilegales de prohibir los
medios de comunicación y los partidos independientes, detener la persecución de
la oposición e impedir que se establezca definitivamente una dictadura
oligárquica.
Maxim Goldarb es el presidente de la Unión de
Fuerzas de Izquierda de Ucrania, “Para un Nuevo Socialismo”.
Fuente: la
web https://sls.org.ua/ ha
proporcionado la traducción al inglés del artículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario