Francia: ¡Qué 2020 sea el año de la respuesta del
mundo del trabajo!
Octubre diaro / 05.01.2020
Asambleas
frente a las estaciones, comidas festivas de los huelguistas, espectáculo de
las bailarinas en huelga ante la Ópera de París, manifestaciones locales el
sábado 28 de diciembre: al cabo de 26 días, la huelga contra el saqueo de las
pensiones está muy viva. ¡Los llamamientos a la tregua y las maniobras del
gobierno han fracasado enterradas bajo el árbol y es un hermoso regalo, lleno
de esperanza, para el campo de los trabajadores!
Aunque las
direcciones de la SNCF(ferrocarries ndt) y de la RATP(red de transportes de
París ndt) aseguren que el tráfico mejora, hablen de «reapertura de líneas»
cuando un metro llega con dificultades a algunas estaciones del recorrido
durante tres horas, la realidad es que los huelguistas aguantan. A pesar de las
dificultades financieras, a pesar de los intentos de desmoralizar con
calumnias, aguantan y no bajan los brazos.
El Gobierno
también ha tratado de apoyarse en dirigentes sindicales dispuestos a
conformarse con algunas medidas corporativas. Pero los huelguistas no se han
dejado atrapar en este engañabobos y han continuado la lucha proclamando: «es
la huelga, no la tregua, lo que dará un futuro a nuestros hijos». Ya pueden
estar orgullosos de esta combatividad, que representa en sí misma una victoria
para el campo de los trabajadores y le abre perspectivas para el año que viene.
Esta huelga es
importante no sólo por su duración, superior a la del movimiento de 1995 contra
la reforma Juppé, sino también por su carácter no corporativo. A los batallones
más combativos, formados por trabajadores de la SNCF y de la RATP en huelga
prorrogable, se unieron los asalariados de otros sectores, profesores,
trabajadores de las refinerías y de EDF (energía ndt) sanitarios, bomberos. Y
en los momentos más álgidos, vimos a empleados del sector privado unirse a las
manifestaciones.
Más allá de los
inconvenientes causados por la falta de transporte o el cierre de las escuelas,
más allá de las situaciones particulares de cada profesión, la mayoría de los
trabajadores son conscientes de que esta reforma es la última de una serie de
ataques dirigidos a empobrecer un poco más al conjunto del mundo del trabajo,
tanto del privado como del público. Con su reforma de las pensiones, el
gobierno golpea en la línea de las medidas ya adoptadas contra los
trabajadores, con la destrucción del estatuto de los trabajadores, con la
reforma del subsidio de desempleo, que ataca a los subsidios más precarios.
Si el poder
introduce algunos matices hoy, es porque la respuesta de los trabajadores en
huelga le obliga a hacerlo. Las promesas de «transiciones» para las pensiones
de determinadas profesiones e incluso el anuncio del aplazamiento del nuevo
cálculo de los APL (ayudas para vivienda ndt), que supondría la reducción de
las asignaciones para 1,2 millones de familias y su supresión para 600.000
hogares, se depositarán en el de la huelga.
Macron y los
suyos libran la guerra a la clase obrera para que la mayor parte posible de la
riqueza de la sociedad vuelva a la clase capitalista. En este período de
crisis, de marasmo económico, es así como los capitalistas garantizan sus
beneficios. Los gobiernos obedecen a esos amos y a la lógica de su sistema.
¿Cientos de miles de familias no pueden sobrevivir? ¿Hay cada vez más jubilados
entre los beneficiarios de los restaurantes de caridad? ¡Mierda! Este es el
precio para que las fortunas de los grandes burgueses sigan batiendo récords.
Para invertir
la relación de poder y ganar la batalla, la simpatía o el apoyo financiero a
los huelguistas no serán suficientes. Será necesario que el movimiento se
amplíe y que la huelga se convierta en asunto de todos los trabajadores. Es la
rapacidad de estos capitalistas nunca suficientemente ricos, es la arrogancia
de sus servidores privilegiados que ensalzan entre los trabajadores los
encantos de la igualdad en la miseria, lo que acabará por dar el paso al
conjunto de la clase obrera.
La batalla
dista mucho de haber terminado y será necesario que seamos muchos en las calles
para el día de huelga y manifestaciones del 9 de enero. Pero una fracción del
campo de los trabajadores ha levantado la cabeza contra esos representantes de
los ricos que creen que los asalariados están hechos para soportar los golpes y
obedecer. Y al mostrar que no todos los golpes quedan sin respuesta, los
huelguistas hacen una demostración que es en interés general de todos los
trabajadores.
Por lo tanto,
es de desear que en el año venidero todos los trabajadores mantengan la cabeza
bien alta, que sea un año de lucha de la clase obrera, para su futuro y para el
de toda la sociedad.
EDITORIAL DE
LOS BOLETINES DE EMPRESA 30 de diciembre
Lutte Ouvriére
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