Problemas con la magia
Por Alejandro
Marcó del Pont |
Rebelion
29/12/2022 | Economía
Fuentes: El
tábano economista
Di de vez en cuando la verdad para que te crean cuando mientes. (Jules
Renard)
El secretario
de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, probablemente pensó que en su
papel de autoproclamado policía del mundo formaba parte de sus prerrogativas el
verificar lo que estaba sucediendo entre Alemania, China y Rusia. Su intención
seguramente se encaminaba a recopilar detalles sobre dos intercambios de alto
nivel que el presidente chino, Xi Jinping, tuvo en días sucesivos, uno con el
presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y con el presidente del Partido
Rusia Unida y expresidente ruso, Dmitry Medvedev, respectivamente.
La misión de
Medvedev habría sido transmitir algún mensaje muy sensible del presidente ruso,
Vladimir Putin, a su par chino. Moscú y Beijing estaban trabajando en una
reunión entre mandatario a finales de este mes. Por su lado
Steinmeier, diplomático experimentado que ocupó el cargo de ministro de
Asuntos Exteriores de 2005 a 2009 y nuevamente de 2013 a 2017, se desconocía el
fin de la llamada china, pero un político de alto rango perteneciente al
Partido Socialdemócrata, al igual que el actual canciller Olaf Scholz, no
hubiera realizado ningún encuentro sin la consulta con Scholz.
Lo más
importante es que Steinmeier desempeñó un papel fundamental en la negociación
de los dos Acuerdos de Minsk (2014 y 2015), que preveían un paquete de medidas
para detener los combates en el Donbás con posterioridad al golpe de Estado
patrocinado por Estados Unidos en Kiev. Cuando los acuerdos de Minsk comenzaron
a desmoronarse en 2016, Steinmeier intervino con una idea ingeniosa que luego
se conoció como la Fórmula
Steinmeier.
Los acuerdos
de Minsk en 2014 y 2015, eran para establecer, supuestamente, un alto al
fuego entre los separatistas respaldados por Rusia que controlan partes de dos
provincias en lo que se conoce como Donbas y Ucrania. Se incluían en los
acuerdos medidas como la retirada de las fuerzas y el equipamiento militar de
ambas partes etc. En síntesis la fórmula de Steinmeier exigía que se celebren
elecciones en los territorios controlados por los separatistas bajo la
legislación ucraniana y bajo la supervisión de la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Por supuesto, todo eso es
historia ahora que Merkel “confesó” en una entrevista con el periódico Zeit que,
en realidad, el acuerdo de Minsk fue un intento occidental de ganar “un tiempo
invaluable” para que Kiev se rearme.
Esto es
historia y en la actualidad en un escenario complejo con el conocimiento que
Estados Unidos nunca tuvo intención de pactar una paz, sino iniciar una guerra,
Blinken habría sentido que algo andaba mal cuando Steinmeier tuvo una llamada
con Xi Jinping de la nada, y Medvedev apareció repentinamente en Beijing al día
siguiente y fue recibido por el presidente chino. En particular, las
lecturas de Beijing fueron bastante optimistas sobre la relación de China con
Alemania y Rusia.
A primera vista
la llamada telefónica del presidente chino con el presidente alemán, sólo presentó
propuesta de tres puntos sobre el desarrollo de las relaciones
entre China y Alemania, nada extraño: desarrollo y cooperación, la segunda
sobre comercio, el volumen comercial entre China y Alemania ha aumentado 870
veces en los últimos 50 años realizando esfuerzos conjuntos para guiar el
desarrollo de las relaciones. En la última propuesta China apoya la
autonomía estratégica de la UE y espera que la UE mantenga el posicionamiento
básico de las relaciones entre China y la UE como una asociación estratégica.
De igual
manera, en la reunión
con Medvedev , se subrayó que “China está lista para trabajar
con Rusia para impulsar constantemente las relaciones entre China y Rusia en la
nueva era y hacer que la gobernanza global sea más justa y equitativa” o sea
nada fuera de lo común y lo protocolar.
De hecho, las
recientes propuestas de Alemania a Beijing en rápida sucesión, la visita de
alto perfil del canciller Scholz a China el mes pasado con una
delegación de altos ejecutivos alemanes más la llamada telefónica de Steinmeier
no han sido bien recibidas en Washington. La administración del presidente
estadounidense Joe Biden espera que Alemania se coordine primero con Washington
en lugar de tomar sus propias iniciativas hacia China, recordemos que Xi
Jinping subrayó la importancia de que Alemania preserve su autonomía
estratégica.
Aquí hay una
serie de enigmáticas preguntas. China es el
segundo destino de las exportaciones alemanas detrás de EEUU y
el primer destino de las importaciones chinas, el total del comercio rondaría
los 250.000 millones de dólares, pero obtiene superávit cercano a los U$S
50.000 millones con EEUU y un déficit mayor a los U$S 41.000 millones con
China.
En el primer
semestre de 2022, la inversión directa de las empresas alemanas en China
alcanzó un nivel récord. La tasa de crecimiento aumentó un 30% en los primeros
ocho meses de 2022. El puerto de Hamburgo es considerado la puerta de Alemania
al mundo, solo en los primeros seis meses de 2022 recibió más de 1,3 millones
de contenedores procedentes de China, por eso es una puerta a China, el comercio es
clave y no quiere perderlo, la respuesta de la economía alemana a los riesgos
geopolíticos actuales es, más China.
El
inconveniente en este punto versa sobre el capitalismo, las ganancias, la
maximización de beneficios y libre comercio se opondrían a la lógica
geopolítica americana. Aislar a Alemania de Rusia y que Berlín sea un socio
obediente es central para Estados Unidos, el problema es que tanto Alemania
como Europa marchan al suicidio de seguir la lógica americana encerrados entre
falta de energía y precios exorbitantes y políticas americanas “Ley contra la
inflación” que atentan contra la industria europea.
El intento de réplica de la industria alemana a las políticas americanas, o su iniciativa de defensa directas están basada en un conjunto de empresas que quieren trasladar su negocio a China, El relato occidental es que a economía germana depende más del gigante asiático que China de Alemania. Esa asimetría germano-china en caso de colapso, Berlín sufriría un revés muy grave. Todos miran para el costado cuando se habla de beneficios de las empresas alemanas en china y cuáles son las más importantes en territorio asiático.
China es por
ejemplo el principal productor de tierras raras (un conjunto de elementos
químicos claves para los sectores de la electrónica y de defensa, y para la
transición energética) y, a corto plazo, no se puede sustituir por otro
proveedor. Pero hay algo fundamental en el juego, China no es Rusia, ni en
población ni en monto de negocio, aunque el modelo de negocio alemán era con
energía barata rusa y ahora este tridente se puede crear un círculo de
negociación y eso no es bueno para EEUU.
¿Qué implicaciones
tiene para Europa la nueva economía de bloques, el nuevo pensamiento de
bloques? Esta nueva autonomía. Porque este puede ser un bloque, hasta para
negociar la paz en Ucrania. El mundo de la empresa lo dice con otras palabras:
sí a reducir la dependencia de Asia; pero sin molestar a China, la segunda
economía del mundo y un importante socio comercial de Alemania. El 7% de las
inversiones alemanas directas va para China.
Hay otra cara,
mucho más oculta en este juego. Alemania ha estado internalizando su ira y
humillación durante los últimos meses. Alemania no puede dejar de sentir
que ha jugado en la cuenta regresiva del conflicto de Ucrania, algo
particularmente mortificante para un país que es genuinamente atlantista en su
política exterior. Los ministros alemanes han expresado públicamente su
descontento porque las compañías petroleras estadounidenses están explotando
descaradamente la consiguiente crisis energética para obtener ganancias
inesperadas vendiendo gas a cuatro veces el precio interno en los EEUU.
El corte más
cruel de todos ha sido la destrucción de los gasoductos de Nord
Stream. Alemania debe tener una idea bastante buena de las fuerzas que
estaban detrás de ese acto terrorista, pero ni siquiera puede denunciarlas y
debe reprimir su sentimiento de humillación e indignación. La destrucción de
los oleoductos Nord Stream hace que la reactivación de la relación germano-rusa
sea un asunto extremadamente tortuoso. En cualquier caso, China es un puente y
un socio crucialmente importante para la recuperación económica de
Alemania. Alemania no puede permitirse que Estados Unidos destruya su
asociación con China y la reduzca a un estado vasallo.
Mientras
Estados Unidos hace negocios de manera descara con la guerra, Europa y Alemania
sufren las consecuencias de la caída del nivel de vida de su población, del
incremento de la deuda y de la desindustrialización. Estados Unidos no impulsa
negocios europeos, no invierte en el continente, mientras que China si, y Rusia
es la potencial vía de expansión alemana. Un ejemplo de esta batalla se da en
los puertos: Bilbao, Valencia, Génova, Marsella, El Havre, El Pireo, Rotterdam,
Amberes y, Hamburgo (el tercer complejo portuario europeo, ideal para la
entrada y salida de mercancías). Todos, en parte, en manos de Pekín. El 10% de
la capacidad de los puertos europeos está ya en manos chinas. China quiere el
poder marítimo en Europa porque los puertos facilitan su entrada en el mercado
europeo.
Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2022/12/28/problemas-con-la-magia/