Más allá de
Hemingway
Una investigación revela que casi 200 mujeres
periodistas vinieron a España a contar la Guerra Civil
Marta
Borraz
Rebelion / España
23.08.2022
Fuentes: El Diario [Foto: Gerda
Taro posa con milicianas en un puente de Córdoba (Robert Capa)]
Hasta ahora se
pensaba que habían sido muchas menos, pero el catedrático de Periodismo
Bernardo Díaz Nosty, que publicará el hallazgo en un libro, ha documentado que
pasaron 183 reporteras por el país, cuyos relatos se caracterizaron por mostrar
los efectos de la guerra en la población
Apenas un puñado, no más de ocho o
diez. Son las periodistas extranjeras que hasta ahora se pensaba que se habían
trasladado a España para contarle al mundo lo que ocurrió tras la sublevación militar de
1936. Aunque es conocido que la Guerra Civil fue narrada en periódicos
y radios de gran tirada en la época, son los nombres masculinos los que más han
trascendido. Sin embargo, las reporteras fueron al menos 183. Es la cifra que
ha logrado documentar el catedrático de Periodismo de la Universidad de Málaga
Bernardo Díaz Nosty, cuya investigación se hará libro en los próximos meses con
la editorial Renacimiento.
“Es sorprendente, primero porque
existe la idea dominante de que la profesión era prácticamente solo masculina y
no era así. Había bastantes mujeres periodistas en aquella época. Y después
porque 200 reporteras son muchas, hay que tener en cuenta que se desplazaron a
un país en guerra”, cuenta el investigador sobre la importancia de su hallazgo.
Díaz Nosty recuerda que la guerra española está considerada como la más
mediática de la historia hasta ese momento, pero la indagación sobre las
periodistas extranjeras que la cubrieron “ha sido incompleta”.
Las autoras identificadas tienen una
veintena de nacionalidades diferentes, destacando las británicas, que llegan a
ser 40, las estadounidenses (35) o las procedentes de Francia o Alemania, de
donde llegaron 24 y 13 periodistas respectivamente. Las argentinas,
australianas, italianas y rusas también constituyeron grupos numerosos,
alcanzando las siete reporteras por cada uno de esos países. Muchas escribieron
en cabeceras importantes a nivel internacional y de gran tirada, otras en
publicaciones editadas por partidos u organizaciones políticas.
Algunas de ellas ya narraron desde
los primeros momentos de la contienda porque en julio de 1936 se encontraban en
Barcelona al producirse el golpe militar. Estaban cubriendo la llamada
Olimpiada Popular, un evento deportivo que pretendía ser una alternativa
organizada por la izquierda a los Juegos Olímpicos de la Alemania de Hitler.
Fue el caso de Muriel Rukeyser, que escribía para la revista londinense Life and Letters To-Day, y el de la británica Jose Shercliff, del Daily Herald. También
estaba en España Anita Brenner, que trabajaba para el semanario
neoyorkino The Nation. Otras tantas aterrizaron poco después, entre ellas, la conocida
fotoperiodista Gerda Taro.
El por qué solo ha trascendido un
pequeño puñado no sorprende demasiado a Díaz Nosty, que ya en 2020
publicó Voces de
mujeres: periodistas españolas del siglo XX nacidas antes del final de la
Guerra Civil: “En general, hay una parte de la historiografía que se
base en crónicas de periodistas, de los grandes reporteros del New York Times o The Times, cuando muchas
de las mujeres también estaban en periódicos de primera línea. Por lo que sea,
una crónica de Hemingway, siendo mucho peor que una de Marta Gellhorn, que
además era su mujer, adquiere un encaje historiográfico diferente”, ejemplifica
el también doctor en Ciencias Políticas.
Un relato distinto
Pero más allá de la cifra de
periodistas revelada por el catedrático, su investigación, que le ha llevado tres
años, concluye también que hubo lo que llama “una lectura femenina de la
guerra” y que sus crónicas y reportajes se diferenciaron en contenido de los de
sus compañeros hombres. “La narrativa masculina estuvo más dominada por el
relato político y bélico, pero no tanto sus efectos, algo a lo que prestaron
más atención ellas. No solo se fijaban en lo que pasaba en el campo de batalla,
sino que vieron que era una guerra total que impactó en los más vulnerables”,
explica Díaz Nosty.
Foto: Oficina de prensa extranjera en el edificio de
Telefónica (Madrid) en 1937
Martha Gellhorn visitó el hotel
Palace de Madrid, cuyo lujo había dejado paso a los heridos al convertirse en
el primer hospital militar de Madrid. “Las estanterías estilo Imperio, donde
antes había libros aburridos para los huéspedes, se usan para los vendajes, las
agujas hipodérmicas y los instrumentos quirúrgicos”, relató la periodista. En
1937 Frida Stewart emitió desde Unión Radio los bombardeos sobre la capital
intentando suscitar empatía. “Me pregunto cómo se sentirían los londinenses si
vieran Piccadilly en el estado de la Puerta del Sol […] y que los cines y
teatros del centro oeste de Londres fueran aplastados por metralla”.
Muchas se fijaron también en lo que
estaba ocurriendo con los niños y niñas. Así se refería a un centro educativo
madrileño la británica Ellen Wilkinson: “Todos son hijos de la clase
trabajadora, listos como rayos, pero muy flacos. Cada día, debían llegar a la
escuela bajo los proyectiles o las balas perdidas. La escuela estaba a solo 2,5
millas de las actuales trincheras. Cayeron las bombas sobre la escuela,
destrozándolo todo, haciendo volar en pedazos a los profesores y a los niños.
Así es como los fascistas llevan la civilización a un país”.
Foto: La periodista alemana Ilse Wolf en el frente de
Córdoba
El trabajo del investigador, que se
titulará Periodistas
extranjeras en la Guerra Civil, incorpora
múltiples ejemplos de cómo las reporteras se fijaron en los efectos de los bombardeos franquistas
sobre la población civil, el tránsito de los desplazados, los
problemas de abastecimientos o la atención sanitaria de los heridos. Sus
narraciones “mostraron las tensiones de la vida civil en las ciudades” y en
general, pusieron de relieve que la crisis humanitaria no solo sucedía en los
frentes ni la guerra en los cuarteles o las dependencias políticas. “El horror
y la muerte estaban también en las calles de las ciudades”, de las que
mostraron también la vida cotidiana en los mercados, el ocio o la diversión.
Casi todas, en zona republicana
La inmensa mayoría de las
periodistas desplazadas estaban en zona republicana. En concreto, el 91% de las
183 autoras identificadas viajaron a la zona gubernamental “más permeable a la
actividad periodística que la de los sublevados”, asegura el catedrático.
“Fueron antifascistas en su mayoría y progresistas. Muchas denunciaban la
posición política de no intervención de los Gobiernos de Reino Unido, Francia o
Estados Unidos”. No hay que olvidar que “la mayoría trabajaban para periódicos
de izquierda o centroizquierda” e incluso llegaron a manifestarse contra
costumbres que les disgustaban y que habían visto en el lado republicano, como
los toros.
De la veintena restantes, unas 13
estuvieron solo en la zona franquista y llegaron a identificarse con su causa,
y otro pequeño grupo se movió entre ambas. Fue el caso de Eleanor Packard, de
la United Press, que llegó a entrevistar en Bilbao al general Mola,
arquitecto del levantamiento militar de 1936. La francesa Clara Candiani indagó
“en aspectos críticos de los republicanos”, pero tras entrar en la zona
franquista llegó a escribir sobre ella: “El Estado cristiano que dice ser la
España rebelde, falsea con trágico cinismo criminal la realidad de la España
republicana, y los que han sido fieles a la legalidad son presentados, sin excepción,
como unos monstruos de sádicos instintos”.
Entre las claramente afines al
franquismo estuvo también la corresponsal de The Irish Independet Gertrude
Gaffney, que llegó a calificar de “necesaria” la dictadura que vendría después.
La sueca Anna Elgström fue una de las pocas en entrevistar a Carmen Polo y la
estadounidense Virginia Cowles se trasladó en 1937 a Salamanca, donde llegó a
entrevistar a Franco y afirmó después: “El insulto al enemigo, incluso por
parte de los oficiales responsables, era tan extremo que parecía una enfermedad
mental”. Relevante fue también el papel de Dora Lennard, corresponsal de
Reuters, que se convirtió en la profesora de inglés del dictador.
Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/hemingway-investigacion-revela-200-mujeres-periodistas-vinieron-espana-contar-guerra-civil_1_9237695.html
*++