jueves, 28 de febrero de 2019

NOS ARMAMOS PARA LA PAZ NO PARA LA GUERRA, SEÑOR MÍO, QUE NO SE ENTERA Y QUE CÓMO ME LA MARAVILLARÍA YO, O TÚ LO QUE QUIERES ES QUE ME COMA EL TIGRE, QUE ME COMA EL TIGRE..., Y ESO LE PARECE BONITO, NO...?



La desaceleración en Alemania confirma el fiasco de su nacionalismo exportador
Triste, sola (y en recesión)

Rebelión
Ctxt
28.02.2019


La Conferencia de Seguridad de Munich es un cónclave atlantista que reúne anualmente en la capital bávara a los responsables políticos del militarismo europeo y norteamericano, ministros de defensa y exteriores, con los actores empresariales del complejo militar industrial de ambas orillas del Atlántico y sus propagandistas, periodistas y expertos de think tanks a sueldo de los anteriores. A esta especie de aquelarre imperial se suele invitar a algunos personajes del resto del mundo, en una proporción de uno sobre treinta, para dar color al evento. En su última edición esta obscena asamblea guerrera ha retratado el creciente aislamiento de Alemania en el actual desorden mundial.

Ha quedado en evidencia la simple realidad de que el país “jefe” de la Unión Europea está tan rodeado de problemas como sus vecinos; la Francia de Emmanuel Macron, un político acabado que sigue gesticulando, y la Inglaterra del embrollo del Brexit, donde ya se propone la humillante repetición del referéndum para lograr el resultado correcto, como ocurriera antes en Dinamarca e Irlanda.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llegó a Munich procedente de Varsovia. Allí había organizado pocos días antes una “conferencia de guerra contra Irán” -en palabras de Netanyahu- a la que asistieron Israel, los aliados árabes y Polonia, pero no los principales países europeos. Pence amenazó en Varsovia con romper la OTAN y “crear aún más distancia entre Europa y EE.UU” si los europeos, que han puesto en marcha un precario mecanismo para amortiguar sanciones extraterritoriales americanas contra las empresas que se atrevan a mantener relaciones con Irán, no colaboran en la demolición del acuerdo nuclear con Teherán. También arremetió contra el gaseoducto en construcción, Nord Stream 2, con el que Rusia incrementará su suministro de gas a Alemania, y de allí a Europa, bajo las aguas del Mar Báltico.

“No podemos garantizar la defensa de Occidente si nuestros aliados dependen del Este”, dijo Pence, al tiempo que el embajador americano en Berlín, Richard Grenell, enviaba cartas a las empresas alemanas subrayando que, “las compañías relacionadas con exportaciones energéticas rusas están participando en algo que conlleva un riesgo considerable de sanciones de EE.UU.”.

La simpática nota del embajador, un tipo que apoya abiertamente al partido racista y ultraderechista alemán Alternative für Deutschland, llegó a Munich junto con un informe del diario Handelsblatt que citaba fuentes de la administración Trump, advirtiendo que Washington se dispone a declarar las importaciones de coches alemanes a Estados Unidos como “riesgo a la seguridad nacional de Estados Unidos”.

En medio de este espectáculo, los políticos alemanes hacen como si no pasara nada. Sí, en su discurso en Munich, Merkel, la canciller que no protestó ante la evidencia de que la NSA espiaba sus comunicaciones, criticó lo de los coches alemanes como riesgo de seguridad y fue muy aplaudida por ello, pero el tono lo dieron sus ministros de defensa y exteriores al “reafirmar un claro compromiso con la OTAN y el partenariado con los Estados Unidos”, como si no pasara nada. Pero claro que pasa.

La presión de Trump empuja a los europeos a autonomizarse, a abordar planes de crear un ejército europeo, una política energética que precisa necesariamente unas relaciones normales con Rusia, lo que supone tener un poco en cuenta los intereses de seguridad de Moscú, etc., etc., pero las cosas son complicadas. Quizá hay esperanzas de que Trump sea un fenómeno pasajero y que su sucesor regrese a las relaciones anteriores, cosa poco probable, pero hay también claras señales de esquizofrenia en el establishment alemán, que tiene el corazón partido entre los atlantistas irredentos y los que quieren hacer negocios con Rusia, China e Irán. En los dilemas que se presentan, la propia desintegración que el liderazgo alemán en la UE ha propiciado se vuelve contra Berlín.

¿Una política energética común? Si, pero Francia ya no puede conformarse con lo que se vislumbra con el Nord Stream 2. No tiene que ver con la cacareada independencia del suministro. La UE recibe gas de: Noruega, Argelia, Qatar, Nigeria, Azerbaidján, Perú y Trinidad y Tobago, además de Rusia. El suministro de todos esos países supera con creces el ruso. Lo que ocurre es que a Francia no le hace gracia que Alemania se posiciones como “hub” gasístico continental, a menos que se consienta en darle a ella el papel de distribuidor continental de energía nuclear. El 22 de enero, el ministro de energía alemán, Peter Altmaier, glosaba “el abandono en paralelo” del carbón y la energía nuclear. Días después, París respondió retirando su apoyo al Nord Stream 2 y forzando una negociación in extremis para impedir que la Comisión Europea bloqueara el gaseoducto.

¿Un ejército europeo? Sí, los alemanes piensan en ello, hasta proponen “europeizar” (un verbo sinónimo de “germanizar”) la disuasión nuclear francesa. Pero en París el jefe del Estado Mayor, François Lecointre, ha dejado claro que ese recurso francés no es socializable. “La autonomía de las fuerzas nucleares francesas está garantizada por los menos hasta el 2050”, ha dicho. Los alemanes tienen en su suelo decenas de bombas nucleares de Estados Unidos, en las bases de Büchel y Ramstein. La cifra exacta no la conocen ni siquiera los políticos alemanes que tampoco se atreven a decirles a los americanos que se las lleven de vuelta a su país como desea la mayoría de los alemanes. Y en temas de defensa, los franceses están mucho más cerca de los británicos en cuestión de cooperación militar-industrial, que de los alemanes, por razones históricas obvias.

Sin acuerdo en las dos cuestiones esenciales, energía y defensa, la autonomización europea sería complicada, incluso si la Unión Europea no estuviera en proceso de desintegración como resultado, fundamentalmente, del nacionalismo exportador alemán que llamamos “liderazgo alemán”. Y, he aquí que hasta eso está pinchando.

La mezcla de la ruina y desapego de los socios europeos, en el Sur (Italia), en el Este (Polonia y compañía), de la incertidumbre del Brexit, del agotamiento del vendedor de alfombras del Elíseo, de las sanciones y amenazas comerciales de Estados Unidos, del enfriamiento chino, la estúpida guerra fría con Rusia y sus sanciones, y demás, ha acabado afectando a la propia estrategia alemana. Solo las barreras de Trump pueden reducir a la mitad la exportación de coches alemanes a Estados Unidos. El automóvil es el sector clave de la exportación alemana, que responde de la mitad del PIB. Alemania es una especie de “China europea” en su dependencia de la demanda del consumidor extranjero, con la diferencia de que China tiene un potencial enorme en su mercado interior que lleva años potenciando. La miseria de los sueldos en Alemania, el avance de la precariedad y de todo lo que se ha elogiado del modelo alemán en Europa, se está volviendo contra ella. Llegamos así a la actual recesión. La agencia federal de estadísticas dice que aún no, que se ha rozado la recesión, pero, pese a sus trucos de contabilidad, el hecho es que llevamos dos trimestres de desaceleración en Alemania y probablemente habrá un tercero… La supuesta granja modelo que daba lecciones a diestro y siniestro esta siendo víctima de su propia estrategia avasalladora, prepotente y egoísta.

(Publicado en Ctxt)
Fuente: https://rafaelpoch.com/2019/02/28/triste-sola-y-en-recesion/

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652 HÉROES DIERON SU VIDA A LA PATRIA DE LA FORMA MÁS NOBLE Y HONROSA POSIBLE: TRABAJANDO. HONRA A LOS TRABAJADORES MUERTOS EN ACTO DE SERVICIO, Y PAGA A SUS VIUDAS O FAMILIARES IGUAL A LA DE CUALQUIER FUNCIOANRIO PÚBLICO, MILITAR O CIVIL, CAÍDO EN ACTO DE SERVICIO (QUE NO SEA GUERRA DE MATAR A LOS DEMÁS PARA QUE LAS MULTINACIONALES HAGAN SUS NEGOCIOS, QUE ESTO NO ES UN ACTO DE SERVICIO A LA PATRIA, SINO UN ACTO COMERCIAL A UNOS PARTICULARES. O SEA, QUE LO TIENE QUE PAGAR LA SANTANDERINA, LA DEL BANCO DE SANTANDER)



CONFLICTIVIDAD LABORAL EN 

FEBRERO DE 2019

Javier Chamorro
Rebelión

Terrorismo patronal

 652 trabajadores y trabajadoras murieron en accidente laboral en 2018, en un aumento constante desde hace seis años de la siniestralidad ligado a la precariedad. Desde el último número de MO treinta nuevas muertes: El 24 de enero moría un trabajador de 54 años en Tarragona en las obras de la residencia del Banco de España atrapado por una excavadora, otro al caer de un tejado al arreglar un cableado del aeropuerto de Son Sant Joan de Palma de Mallorca, y también un tercero al que tres días antes le cayó un portón en una nave de Albacete. El 25 moría un trabajador de treinta y cinco años en el polígono de Rincón del Soto (Rioja). El 28 de enero moría un albañil en Coristanco (A Coruña) al caer de dos metros al desmontar un hórreo, y otro en El Valle (Granada) tras ser atropellado por una hormigonera portátil y su vehículo. El 29 moría un minero subcontratado en la mina de pizarra de Riofrío de Aliste (Zamora) en el interior de un foso, y CCOO y UGT se concentraban en Almería en protesta por la muerte por intoxicación de un trabajador de un invernadero tras manipular productos fitosanitarios. El 4 de febrero moría un trabajador en una empresa del metal en Zizurkil (Guipuzcoa), un obrero de mantenimiento de carreteras lo hacía en Rionansa (Santander) tras un derrumbe de un talud afectado por las lluvias, otro que limpiaba un canalón moría al caerse de una escalera de seis metros en Alcolea de Calatrava (Ciudad Real) y también otro trabajador del campo senegalés al ser atropellado cuando iba a trabajar en Níjar (Almería). El 5 moría un trabajador al caerle una rama de un árbol en Brión (A Coruña). El 6 moría un trabajador de conservación de carreteras atropellado en Ibi (Alicante). El 7 morían cinco trabajadores en un accidente in itinere cerca de El Arahal (Sevilla). El 8 moría la joven maquinista de Renfe al chocar dos trenes en Manresa (Barcelona) y ese día, en su Córdoba natal, lo hacía otro trabajador al chocar un camión con una furgoneta de butano. El domingo 10 de febrero moría un operario y otro quedó herido al caerse la grúa que desmotaban en Sant Just Desvern (Barcelona). El 11 lo hacía un obrero de 50 años al caer del tejado de una empresa textil de Alcosser de Planes (Alicante), y al día siguiente, lo hacía otro atrapado por una máquina en una cantera de Fontcalent (también en Alicante). El 12 moría en Jérez (Cádiz) un trabajador de 32 años al caer una viga sobre una plataforma elevadora en la construcción de una nave. El 14 moría un agricultor atropellado por un tractor en Ramales (Santander) y otro lo hacía el 15 en Albox (Almería). El 19 de febrero moría un estibador al caer de una grúa del puerto de Bilbao.

8 de marzo

Prácticamente la mayoría de sindicatos del país han convocado huelga y paros parciales para este 8 de marzo. CCOO y UGT han convocado con carácter general paro de dos horas por turno como el año pasado, pero en algunos sectores y empresas, han convocado huelga de 24 horas, al igual que CGT con carácter general en todo el país. Y siguen las concentraciones sindicales contra los asesinatos machistas en las principales ciudades del país.

 Vodafone

Desde enero siguen las jornadas de huelga y movilización en Vodafone en contra del ERE que supone el despido de miles de trabajadoras y trabajadores de todo el país, basado en supuestas previsiones pero sin tener en cuenta la carga de trabajo real, en un intento más de maximizar los beneficios enormes de esta multinacional.

Bonnysa

El 4 de marzo, las plantillas de la industria agroalimentaria canaria Bonnysa empezarán paros parciales para exigir la aplicación del salario mínimo interprofesional en aquellos salarios que aún cobran menos que la subida aprobada para este año en enero por el gobierno de Pedro Sánchez tras las presiones de sindicatos y Unidos Podemos.

Raspeig y Netalia no pagan

El 19 de febreron fueron a la huelga en Valencia las plantillas de Respeig y Netalia en diversos organismos públicos que tienen estas contratas de limpieza y que no pagan a sus trabajadoras, como viene siendo habitual. El 21 la plantilla de limpieza de la residencia San José de la Diputación de Toledo se concentraba para exigir a la diputación que no les subrrogue a la empresa Netalia, concensión que ha sido parada de momento tras denuncia de CCOO ante la insolvencia de estos pistoleros que luego no pagan los salarios.

Fisabio

El 21 de febrero la plantilla de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana se concentraba de nuevo convocada por CCOO y UGT para exigir el fin de la precariedad en la investigación que llevan a cabo.

Ambulancias en loita

El 19 y 20 de febrero fueron a la huelga las y los trabajadores de las ambulancias gallegas para exigir un convenio colectivo digno a las distintas patronales y al gobierno Feijoo, convocados por CCOO, UGT y CIG.

Gallina Blanca

El 19 de febrero la plantilla de Gallina Blanca comenzaba la huelga indefinida y el campamento de la dignidad en contra del cierre de la factoría de Sant Joan Despí (Barcelona) por parte de la dirección con la intención de vender los terrenos.

Persoal

El 19 de febrero se concentraba en A Coruña la plantilla de DxC Technology en la ciudad convocada por CCOO y CIG en contra de la intención de la dirección de cerrar su centro de trabajo, tras años de mala gestión.

 No igualdade

 El 18 de febrero decenas de delegadas y delegados de CCOO y UGT del Consorcio Galego de Igualdade y Benestar se concentraban en Santiago para exigir a la Xunta que abra la negociación colectiva para cubrir plazas en el organismo y destituya al gerente.

Livitemsa

Del 28 de febrero al 14 de marzo la plantilla de la empresa de limpieza viaria de Torrox (Málaga) se concentrará para exigir el cumplimiento de una vez del convenio colectivo y los acuerdos alcanzados para 2019.

Más hechos, menos palabras

Diez mil mujeres y hombres sindicalistas se concentraban el 8 de febrero en Madrid en una asamblea multitudinaria de CCOO y UGT para exigir medidas al gobierno de Pedro Sánchez, antes de convocar las elecciones de abril, como la retirada de los elementos más lesivos de la reforma laboral o de pensiones, exigir a las patronales que cumplan los acuerdos de negociación colectiva y las subidas salariales y lanzar la huelga del 8 de marzo.

 Cabriolas

El 14 de febrero se concentraba la plantilla de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre en Jerez (Cádiz) para exigir el fin de los recortes sufridos desde 2013.

 Cristal oscuro

 El 14 de febrero la plantilla de Saint Gobain Cristalería Avilés (Asturias) fue a la huelga con un seguimiento del 100% para exigir a la dirección el cumplimiento del convenio colectivo en vigor.

 Alcoa

El 13 de febrero la plantilla de Alcoa se volvía a concentrar en Oviedo para exigir al gobierno central que ponga en marcha el estatuto para la industria electrointensiva, que permitiría sacar a flote a esta y otras empresas en grave situación y con su viabilidad siempre en entredicho.

 Ayuda a domicilio

El 12 de febrero una mayoría de trabajadoras se concentraban frente al Ayuntamiento de Sevilla para pedir la remunicipalización del servicio de ayuda a domicilio, que como en una mayoría de municipios está subcontratado, lo que supondría un mayor ahorro y una mejora sobre todo de las condiciones de las trabajadoras temporales del sector.

 Atento

El 11 de febrero la plantilla de Atento en León comenzó una primera jornada de huelga en contra del sistema de explotación de la dirección que busca objetivos de venta telefónica inalcanzables, afectando a la salud de las y los trabajadores.

Digitex

El 11 de febrero la plantilla de Digitex en Maliaño (Santander) fue a la huelga contra el despido "disciplinario" de trece compañeros por parte de la nueva dirección de la multinacional al margen de lo recogido en este aspecto en el convenio. Fueron convocados por CCOO, UGT, CGT y USO entre otros.

Sanidade pública

 El 10 de febrero hubo una multitudinaria manifestación por la sanidad pública gallega en Santiago en contra de los recortes del gobierno del PP, con la participación de sindicatos y organizaciones sociales, y con el apoyo del PCE y EU.

 se puede

 El 9 y el 10 de febrero la plantilla temporal de Addeco en la empresa sevilla Procavi, secundaron la huelga convocada por CCOO y UGT consiguiendo un acuerdo, gracias también al apoyo de la plantilla de la empresa matriz, frenando los recortes planteados por la ETT.

Aire limpio

El 7 de febrero CCOO y UGT llegaban a un Acuerdo para el convenio de limpieza de la provincia de Ciudad Real tras un año de movilizaciones para que la patronal cediera a negociar un nuevo convenio. Del grifo El 4 de febrero el comité de Aguas Costa Tropical de Granada volvía a concentrarse en contra de la congelación salarial que sufre la plantilla desde hace años a pesar del derroche en la contratación de altos directivos de esta empresa suministradora.

Moncobra

El 1 de febrero se concentraba la plantilla de la contrata de mantenimiento del hospital Morales Meseguer de Murcia contra la intención de la nueva adjudicataria de no subrrogarles y echarles a la calle sin más, exigiendo la implicación de gobierno regional del PP y el servicio murciano de salud.

Marhan

El 29 de enero se concentraba de nuevo la plantilla de la cafetería del Hospital de Huelva, contratada por Marhan, contra el despido de tres compañeras sin justificación, convocada por CCOO.


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miércoles, 27 de febrero de 2019

VENEZUELA. LA DERECHA, AFORTUNADAMENTE, PIENSA CON EL ESTÓMAGO, EN EL PESEBRE QUE SE ALIMENTA LA MULA FRANCIS QUE MONTA SANTIAGO ABASCAL DE VOX, PARTIDARIO DE QUE LOS TRABAJADORES VENEZOLANOS SE MATEN ENTRE SI MIENTRAS EL PADRE DE GUAIDÓ SE LO PASA PIPA EN TENERIFE




Washington: de fracaso en fracaso

27.02.2019


El pasado fin de semana fue terrible para la Casa Blanca y sus impresentables capataces del sur del río Bravo, el apropiadamente llamado “Cartel” de Lima dada la estrecha vinculación que algunos de los gobiernos que lo integran mantienen con el narcotráfico, especialmente el colombiano y, antes del advenimiento de López Obrador, el de Peña Nieto en México. El sábado los estrategas estadounidenses decidieron organizar, para el 23 de febrero, un concierto con algunas de las celebridades consagradas por la industria musical maiamera. El evento atrajo a unas 25.000 personas, la décima parte de lo esperado, divididas jerárquicamente en dos categorías claramente demarcadas. El sector VIP donde fueron a parar presidentes –Duque, Piñera, Abdo Benítez- ministros y jerarcas del Cartel y, doscientos metros más atrás (sic!) el resto del público. (ver: http://www.laiguana.tv/articulos/438246-concierto-aid-live-fotos-tarima-vip-publico-general/ ) 

El organizador y financista del espectáculo fue el magnate británico Richard Branson, un conocido evasor de impuestos y acosador sexual que contrató a una serie de cantantes y grupos de derecha entre los cuales Reymar Perdomo, "El Puma" Rodríguez, Chino, Ricardo Montaner, Diego Torres, Miguel Bosé, Maluma, Nacho, Luis Fonsi, Carlos Vives, Juan Luis Guerra, Juanes, Maná y Alejandro Sanz, que compitieron con fiereza para ver quién se llevaba el Oscar el lambiscón mayor del imperio.

Este concierto se suponía que crearía el clima necesario para facilitar el ingreso de la “ayuda humanitaria” preparada en Cúcuta por los estadounidenses y sus sirvientes del gobierno colombiano. Pero no fue así, y por varias razones. Primero, porque tal como lo afirmara la Cruz Roja,sólo puede enviarse ese tipo de ayuda, cuidadosamente fiscalizada (cosa que no se hizo, además) si el gobierno del país que va a recibir cargamento lo solicita. En el mismo sentido se explayó el Secretario General de la ONU, Antonio Gutérrez. Y, segundo, porque el gobierno bolivariano no lo hizo porque sabía muy bien que Estados Unidos utiliza esa “ayuda” para introducir espías, agentes encubiertos disfrazados de médicos y asistentes sociales y para-militares en el territorio de sus enemigos y, por supuesto, no iba a consentir esa movida. Además, si efectivamente la Casa Blanca tuviera un interés genuino en ofrecer una ayuda para aliviar los sufrimientos de la población venezolana tiene en sus manos un recurso mucho más sencillo y efectivo: levantar las sanciones con las cuales ha estado agobiando a la República Bolivariana; o abolir el veto que imponen a las relaciones comerciales internacionales; o devolver los enormes activos de las empresas públicas de ese país confiscados, en un acto que sólo puede calificarse como un robo, por decisión del gobierno de Donald Trump o de autoridades como las del Banco de Inglaterra que se apropió del oro venezolano depositado en su tesoro valuado en algo más de 1.700 millones de dólares.
La rabiosa reacción de la derecha ante el fracaso de la operación “ayuda humanitaria” fue tremenda. El propio narcopresidente Iván Duque saludaba desde las alturas del puente internacional a las bandas de delincuentes contratados para producir desmanes mientras preparaban sus bombas molotov y aceitaban sus armas. Cuando ante la firme resistencia de civiles y militares bolivarianos se consumó el fracaso del operativo norteamericano el lumpenaje, protegido por la Policía Nacional de Colombia, tomó al puente por asalto y procedió a incendiar a los camiones que traían la “ayuda humanitaria”. Como era previsible, la prensa culpó del hecho al gobierno venezolano: ahí están las fotos publicadas por toda la canalla mediática mundial con el correspondiente epígrafe satanizando la barbarie chavista y ocultando a los verdaderos responsables de la barbarie. (ver video sobre el tema en: https://youtu.be/fxTDm11_rmE) Mientras tanto, en perfecta coordinación, los ocupantes de una tanqueta de la policía bolivariana arremete contra las vallas que había en el puente para facilitar la “espontánea” deserción de tres policías buscando asilo en la tranquila y próspera Colombia.
La prensa, empero, nada dijo de los atentos “directores de escena” que, desde el lado colombiano del puente, les indicaban a los desertores cómo debían actuar, por donde entrar, qué decir y les gritaban “¡levanta el arma, levanta el arma!” para que quedara en evidencia que eran policías o militares bolivarianos que huían de la “dictadura” de Maduro. Todo esto está rotundamente documentado en un video que, por supuesto, la “prensa seria” se ha cuidado muy bien de reproducir.
En resumen, un fiasco diplomático descomunal e inocultable que, para desgracia de la tropa comandada por Trump sería apenas el preludio de otro aún peor.
Nos referimos a la tan publicitada reunión del Cartel de Lima en Bogotá, que para su eterno deshonor fue presidida por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, cosa de que quede bien establecida la naturaleza patriótica y democrática de la oposición venezolana. El vice de Trump llegó a Bogotá para reunirse, en patética demostración de la vertiginosa declinación del otrora enorme poderío estadounidense en la región, con un grupo de segundones . En otras épocas, la llegada de un emisario de altísimo nivel de la Casa Blanca hubiera desatado un arrollador “efecto manada” y uno tras otros los nefastos presidentes neocoloniales hubieran corrido en tropel para llegar lo antes posible al besamanos oficial. Pero los tiempos han cambiado y Pence sólo pudo estrechar manos con su desprestigiado anfitrión y con el cómico bufón del magnate neoyorkino, el autoproclamado “Presidente Encargado” Juan Guaidó. El resto eran gentes de rango inferior: cancilleres e inclusive vice-cancilleres que con las mejores caras de circunstancias escucharon, con fingida solemnidad, la lectura del acta de defunción del plan golpista estadounidense y, casi con seguridad, del propio Cartel de Lima, habida cuenta de su comprobada inutilidad. El documento, leído con desgano y en medio de un clima deprimente, volvía todo a fojas cero y re-enviaba la cuestión al laberinto sin salida del Consejo de Seguridad de la ONU. Un fracaso gigantesco del gobierno de Estados Unidos en un área que algún troglodita del norte llamó no sólo su “patio trasero” sino su “puerta trasera”. Los plazos para la “salida” de Maduro (primero planteados por Pedro Sánchez, desde Madrid y luego reiterados por Trump, Pompeo, Pence, Bolton y todos los hampones que hoy se cobijan bajo las alas del presidente norteamericano) se disiparon como una vaporosa niebla matinal bajo el ardiente sol del Caribe venezolano.
No sólo eso, ante las evidentes muestras de la declinación del poder imperial los lacayos neocoloniales optaron por ponerse a salvo del desastre y en un gesto inesperado declararon su oposición a una intervención militar en Venezuela. Los bravos guerreros del sur percibieron que en sus propios países una intervención gringa en Venezuela -aún bajo la infructuosa cobertura de una operación de “fuerzas conjuntas” con militares colombianos o de cualquier otro país- sería impopular y les ocasionaría serios costos políticos y optaron por salvar sus expuestos pellejos y dejar que Washington se encargara del asunto.
¡Qué puede hacer ahora Trump? Víctima de su verborragia y la brutalidad de los torvos gangsters que lo asesoran y aconsejan, ¿extraerá ahora a la última carta del mazo, la opción militar, esta que siempre estuvo sobre la mesa? Difícil que un personaje como él admita tan impresionante derrota diplomática y política sin un gesto violento, una puñalada artera. Por lo tanto, no habría que descartar esa posibilidad aunque creo que la probabilidad de una invasión estilo Santo Domingo 1965 o Panamá 1989 es muy baja. El Pentágono sabe que Venezuela no está desarmada y que una incursión en tierras de Bolívar y Chávez no sería lo mismo que la invasión en la inerme Granada de 1983 y ocasionaría numerosas bajas entre los invasores. Escenarios alternativos: (a) provocar escaramuzas o realizar bombardeos tácticos en la larga e incontrolable frontera colombo-venezolana; (b) subir un escalón y atacar objetivos militares dentro del territorio venezolano, desafiando empero una represalia bolivariana que podría ser muy destructiva y alcanzar, inclusive, las bases que EEUU tiene en Colombia o las que la OTAN tiene en Aruba y Curazao; o (c) sacrificar a Juan Guaidó, desecharlo debido a la inutilidad de toda la maniobra, y culpar del magnicidio al gobierno bolivariano.
Con esto se buscaría crear un clima mundial de repudio que justificaría, con la ayuda de la prensa canalla, una operación militar de vasta envergadura. Claro que esta sería una jugada de altísimo costo político porque la credibilidad que tendría el gobierno de Estados Unidos ante un hecho de este tipo es igual a cero. Si Washington hizo estallar al acorazado Maine en la Bahía de La Habana en 1898 (enviando a la muerte de 254 marineros) para justificar la declaración de guerra contra España y quedarse con Cuba; si para entrar en la Segunda Guerra Mundial el presidente Franklin D. Roosevelt consintió en permitir que la Armada Imperial Japonesa atacara “por sorpresa” a Pearl Harbor en diciembre de 1941 ocasionando la muerte a unos 2500 marineros e hiriendo a otros 1300, ¿quién podría creer que si algo malo le sucede a Guaidó, que nadie desea, el culpable podría ser otro que el gobierno de Estados Unidos? Los próximos días comenzará a develarse esta incógnita. Lo cierto, sin embargo, es que por ahora toda la operación golpista pergeñada por los hampones de Washington ha ido de fracaso en fracaso.

Dr. Atilio A. Boron: Coordinador del Ciclo de Complementación Curricular en Historia de América Latina-Facultad de Historia y Artes, UNDAV Director del PLED , Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini" Corrientes 1543 – C1042AAB Buenos Aires, Argentina.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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IZQUIERDA / DERECHA. SABEN AQUEL QUE DIU: CHIQUET, HAZME EL FAVOR, QUINA ES LA ACERA DE LA IZQUIERDA D'ESTA CALLE? ES AQUELLA DE ALLÍ, LA D'ENFRENTE, GRACIAS, AY, CRISTO BENDITO, CHIQUET, ESTOS ACABARÁN POR VOLVERME LOCO. VENGO DE AQUELLA ACERA, DE LA D'ENFRENTE, Y ME DICEN QUE LA DE LA IZQUIERDA ES ESTA


OBREROS ELIGIENDO GOBIERNOS ULTRAS
Rafael Cid
Kaosenlared
27.02.2019
La política supremacista entraña un ataque frontal a los derechos humanos. Se pasa de una tutela universal para garantizar derechos y libertades fundamentales de cualquier persona por el hecho de serlo, sin importar más atributos, a restringirlos solo para los titulares de un determinado Estado, siendo así que estos nacieron precisamente para poner límites al despotismo estatal.



<Es sorprendente el número de tonterías que se pueden creer temporalmente
si se aísla uno demasiado tiempo del pensamiento de los demás>>
(Keynes. Teoría general).
Esta nota no pretende tanto descifrar porqué ganan las elecciones sujetos como Trump, Putin, Salvini, Bolsonaro o Viktor Orbán, sino porqué llegan al poder gracias al voto mayoritario de los trabajadores, teóricos representantes de la izquierda en el clásico reparto del mapa ideológico. También y en última instancia, intenta dilucidar cómo funcionan las responsabilidades compartidas por el alunizaje. Es decir, a quién es imputable semejante desaguisado.
Hasta ahora la izquierda se ha limitado a poner el grito en el cielo, habida cuenta de su incapacidad para asaltarlo. Ha bufado contra la llegada al gobierno de formaciones ultranacionalistas. Sin más argumentario ni reflexión. Solo blandiendo el toque a rebato “que vienen los fachas”. Salvo los recalcitrantes del socialismo científico, que han desempolvado el viejo dogma victimista sobre el fascismo como último recurso del capitalismo para justificar lo que no comprenden. Relato desmentido por los hechos y la ciencia política ad calendas graecas. Al menos desde que el neomarxista Friedrick Pollock, fundador de la Escuela de Franckfurt, arrumbara esa tesis. En su ensayo Is National Socialism a New Order revelaba al respecto que “casi todas las características esenciales de la propiedad privada habían sido destruidas por los nazis” (Martin Hay. La imaginación dialéctica. Pág. 255). Ya Marx, en carta a César de Paepe de 18 de diciembre de 1870, había advertido sobre este tipo de avatar: “Es necesario que los acontecimientos pongan fin de una vez por todas a ese culto reaccionario del pasado”.

Quizás por esa falsa percepción de la realidad la posición de clase es ambivalente en su respuesta al fenómeno. Se mueve, ora entre la radical denostación, ora en un temerario respaldo. El primer caso vendría ejemplificado por la emergencia en España del partido Vox, de firmes resonancias ultras, en Andalucía, una de las circunscripciones con mayor paro de Europa. El segundo tiene que ver con la entrada en el gobierno italiano de la coalición representada por el Movimiento 5 Estrellas de Luigi di Maio y la Liga de Mateo Salvini, uno y otra formaciones populistas bipolares. Aquí, la novedad ha sido que algunos de los prohombres de la órbita comunista hayan saludado las medidas sociales del ultra Salvini (Decreto Dignidad) como un triunfo de la clase trabajadora, dicho sin mayores reparos.

Parecida hibridación se observa en la perspectiva histórica. El paradigma que catapultó al fascismo y al nazismo de entreguerras no es el que surge ahora en occidente con el encumbramiento de partidos de corte xenófobo. Es cierto que el doble crac económico (1929 y 2008) ha funcionado como fermento en los dos supuestos. No lo es sin embargo que exista un mimetismo ideológico entre lo que supusieron aquellos movimientos totalitarios y los experimentos ultranacionalistas actuales. Tampoco la secuencia en que se produjo la deflagración social consiguiente. Entonces las poblaciones afectadas venían de una era de vacas flacas y de la Gran Guerra, y ahora por el contrario claman por la prosperidad perdida tras más de medio siglo de paz social. Por otra parte, el patrón involucionista de los países del antiguo bloque soviético (Hungría y Polonia sobre todo), los que iniciaron la saga-fuga, responde a circunstancias específicas. Su código fuente es diferente.
Ese puzle comprende, no obstante, un mismo marco de referencia que enlaza ambos acontecimientos. Es la “rebelión de las masas” que identifica el proyecto común antiliberal de principios del siglo XX y al del primer tercio del XXI. Los mismos contingentes que han celebrado y disfrutado de la sociedad de consumo y del Estado de Bienestar son los que ahora, en época de precariedad, buscan respuestas a sus demandas fuera de sus tradicionales inclinaciones políticas. Agua y aceite, en principio, que las agravadas mutaciones económico-sociales aproximan. Como si la categorización marxista de estructura y superestructura operara también sobre la clase trabajadora, sacrificando convicciones ideológicas por la base material de su existencia. Albarda sobre albarda, el asalariado (homo económicus) ha devorado al trabajador (homo faber), dejándole sin atributos. Nada que ver con aquel internacionalismo obrero originario orgulloso de su autonomía (“emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mimos”) y consciente de su responsabilidad histórica (“no más deberes sin derechos, ni más derechos sin deberes”). Un corrimiento de opciones, pues, que comunica a los votantes de izquierda con los planteamientos de las formaciones populistas. La gravedad de esta abducción está en su carácter estructural no contingente. El sincretismo en marcha exige dar la espalda al internacionalismo solidario como seña de identidad de la izquierda y abrazar la formulación “los nacionales primero” que define a los grupos xenófobos.

La política supremacista entraña un ataque frontal a los derechos humanos. Se pasa de una tutela universal para garantizar derechos y libertades fundamentales de cualquier persona por el hecho de serlo, sin importar más atributos, a restringirlos solo para los titulares de un determinado Estado, siendo así que estos nacieron precisamente para poner límites al despotismo estatal. Es lo que la politóloga Hannah Arendt calificó como “aporía de los derechos”. Lo vemos en lo que actualmente está sucediendo respecto a la acogida de migrantes y refugiados. En un lado, y a favor de su protección, pugnaría el clásico internacionalismo solidario de la izquierda, y en el otro la tentación reaccionaria de rechazo a unas personas que se las presenta como competidoras en cuanto a la utilización de los recursos disponibles, deshumanizándolas en su tipificación (ocurrió en el pasado con los judíos como chivos expiatorios). El euroescepticismo del gobierno Salvini en lo económico implica una negación de la protección de los Derechos Humanos que la Unión Europea garantiza en sus tratados y tribunales superiores de justicia.
Por tanto hay dos puntos iniciales de encuentro entre esos actores en principio antagónicos (unidad de los contrarios). La prevalencia de lo económico-material sobre lo ideológico-cultural, y el relanzamiento del espacio Estado-nación como “democracia de proximidad”. Ambas variables albergan una traza que permea el eje izquierda-derecha como fuerzas paralelas que se tocan en el infinito. El materialismo descarnado como principio fundante atraviesa al marxismo (versión histórico y/o dialéctico), y al capitalismo (modalidad utilitarista). Una realidad intelectual que adquiere dimensión pragmática cuando la multitud asalariada de la sociedad neoliberal toma conciencia de que los males que le aquejan proceden de las organizaciones supranacionales que han impuesto las políticas austericidas. Este es el “kairós” que favorece a los grupos extraparlamentarios (y por tanto no contaminados por las instituciones) para ofrecer su mercancía: mano dura contra el sistema y empoderamiento del Estado-nación como herramienta para la acción legal.
Otros dos factores intervienen también en el derrapaje de esa izquierda para cebar el nacionalismo xenófobo. Uno es la desafección unidimensional de la globalización, sin matices, confundiendo lo que es solo una etapa más del imperialismo capitalista con formas de humanismo integral. En ese tirar el niño con el agua sucia se han contaminado peldaños que jalonan el proceso civilizatorio. Las “globalizaciones positivas” institucionalizadas, sobre todo después de los actos de barbarie estatal perpetrados durante la Segunda Guerra Mundial, para que “nunca más” reinara el horror como arma política en el concierto mundial. Hablo de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre adoptada por la ONU en 1948 y sus secuelas el Pactos Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; de la Convención Europea de Derechos Humanos adoptada por el Consejo de Europa en 1950; del Tribunal de Justicia Europeo de Derechos Humanos de 1959, entre otras. Algunas de estas prerrogativas de protección urbi et orbi se ven amenazadas, si no directamente conculcadas, por las consignas populistas de los “nuestros primero”. Tal es el día a día de los gobiernos ante la tragedia de la emigración forzosa, al anteponer el nacionalismo gregario al internacionalismo solidario por las urgencias del cortoplacismo electoral. Una conducta que sigue la práctica de los gobiernos en sus relaciones exteriores. Igual que hubo una confesionalidad extrema que obligaba a los vasallos en la fe de sus señores, la convención pide expurgar la ética de la agenda diplomática. Business manda. Lo acabamos de ver en el caso del viaje a Cuba de Sánchez esquivando a la disidencia y a Marruecos para fijar tarifa con Mohamed VI por enjaular a los sin papeles que devuelve Moncloa; el besamanos del Rey Emérito Juan Carlos I al príncipe saudí que ordenó asesinar y descuartizar al periodista Khashoggi; o la humillante genuflexión de las autoridades españolas durante la recepción al presidente chino Xi Jimping, El envés está en las “injerencias humanitarias” que se hacen en defensa de los derechos humanos en países de segundo o tercer orden, un régimen que ha hecho de la represión indiscriminada su baluarte.

A lo anterior hay que añadir el gradiente de la “razón de Estado”, un remedo de aquel hegelianismo de izquierda y hegelianismo de derecha que fecundó a muchas mentes militantes de la generación de entreguerras. La mitificación del Estado como elemento transformador está en el tuétano de las dos culturas. Esa es una de las razones que explica el curioso trasvase de voluntades de una orilla a otra. El Estado intervencionista así tomado era el deus ex machina que animaba a comunistas y fascistas de la vieja escuela, y de casta le viene al galgo. No es una anécdota, aunque tampoco conviene sacarlo de contexto, que el primer país en aplicar la teoría keynesiana de maximización del gasto público para combatir la depresión fue la Alemania de Hitler con su movilización general. Y aunque algo intuyo al final de sus días, ni en las peores pesadillas hubiera supuesto el autor de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero que andando el tiempo la China ordocapitalista-ultracomunista sería, mutatis mutandis, su alumno más aventajado (3,9% de paro, a la zaga del 3,7% de EEUU). Lo de los años treinta del siglo XX se etiquetó como nacionalsocialismo y lo que hoy despunta aparece como una socialización nacionalista. La negativa de Trump a ratificar los acuerdos de la Cumbre del Clima sería el episodio más bestial de ese proteccionismo distópico, al poner en peligro la salud y la seguridad de la población mundial (incluida la estadounidense) con la excusa de fomentar el empleo propio y hacer competitiva la economía nacional.

Hasta llegar a la actual confluencia ha habido una lenta pero eficaz labor de zapa intelectual. Términos como “liberal” y “democracia”, matriz conceptual de los derechos humanos, han sido objeto de ataque y cuestionamiento al alimón por derecha e izquierda. El mismo Marx puso en solfa a la democracia como un espantapájaros utilizado por la burguesía (alienación de la sociedad civil) en su estratagema de dominación (el consentimiento de los gobernados). Incluso en sus obras de juventud. Ya en El manifiesto comunista (1848) podía leerse: “una parte de la burguesía desea mitigar las injusticias sociales para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa”, y “vuestro Derecho no es más que la voluntad de vuestra clase elevada a ley: una voluntad que tiene su contenido y encarnación en las condiciones materiales de vida de vuestra clase”. Es remotamente posible que esta reticencia del “socialismo real” a sancionar el “derecho a tener derecho” influyera para que el bloque soviético se abstuviera a la hora de ratificar la Declaración Universal de Derechos Humanos propuesta por la ONU. Por lo demás, la presente refutación del “neoliberalismo”, lejos de significar un rechazo de un capitalismo salvaje sin medida ni control, ha terminado contaminando expresiones como “liberal” y “libertad”, que nacieron a la vida común como atributo de la autonomía de la persona, en el segundo ejemplo, y como banderín de enganche para combatir al feudalismo. Un claro abuso de metonimia identitaria cuya onda expansiva alcanza al individuo escarnecido del sujeto. Lo democráticamente correcto hoy pivota sobre lo colectivo-comunitario. El dictum “una persona es ella misma si y mientras se experimenta como como tal” de Locke cae en tierra baldía.

La dinámica en el polo opuesto bebe en la doctrina “amigo-enemigo” de Carl Schmitt, cerrando el círculo vicioso que corteja ambas filiaciones ideológicas. El eslogan “los nuestros primero” de las formaciones ultras que atrae a tantos votantes procedentes de la izquierda, se realiza y concreta en el repudio de migrantes y refugiados vistos como invasores. Son apátridas, gentes sin Estado, y por tanto carentes de los derechos de ciudadanía que conlleva la asunción reduccionista de la normativa universal, seres superfluos. Conviene recordar que Schmiit se ha convertido para muchos pensadores neomarxistas (el ex maoísta Alain Badiou y el lacaniano Slajov Zizek, entre otros) en un filón temático con que relanzar sus tesis revolucionarias de la “hipótesis comunista”. Un atajo que recuerda a las reiteradas apelaciones de Salvini, Le Pen y otros caudillos populistas a una “democracia directa” (con un “referéndum” consumó Putin la anexión ilegal de Crimea a Rusia), tan paternalista y plebiscitaria como intuitiva, en contraposición a la “democracia representativa” (liberal y burguesa), como muestra de la legitimidad que les prestan unas masas infantilizadas.
Los obreros eligiendo gobiernos ultras es como los pajaritos disparando a las escopetas.
(Nota. Este artículo se ha publicado en el número de Febrero de Rojo y Negro).

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LOS QUE ADMINISTRAN LOS BIENES DE TODOS LOS ESPAÑOLES Y DETERMINAN NUESTRAS VIDAS, DESPUÉS DE DOS AÑOS DE INVESTIGACIONES SOBRE LA CAJA B DEL PP, LLEGAN A LA CONCLUSIÓN DE QUE NO SABEN A QUÉ CONCLUSIÓN LLEGAR. TAL QUE PARA COMER CERILLAS Y CAGARLAS ENCENDIDAS, CHIQUET.

El Congreso cierra la comisión de la caja B del PP sin conclusiones

  • Podemos y Ciudadanos han sido los últimos en mover ficha en estas comisiones y han exigido que el próximo Congreso, que saldrá de las elecciones del 28A, citara a Rajoy, Florentino Pérez y Cosido

Dos años de trabajo en comisión para investigar la ‘caja B’ del Partido Popular. Dos años que se quedan en la nada puesto que la precampaña ha precipitado el cierre de la comisión sin que se haya pactado ninguna conclusión de lo indagado.
Podemos y Ciudadanos han sido los últimos en mover ficha en estas comisiones y han exigido que el próximo Congreso, que saldrá de las elecciones del 28A, citara a Rajoy, Florentino Pérez y Cosidó, con el apoyo de las formaciones ERC y EH Bildu, pero PP, PSOE, PNV y Nueva Canarias se han opuesto a esta iniciativa.
El resultado de la decisión acordada hoy es el cierre de la comisión, sin una elaboración de conclusiones por parte de los partidos políticos participantes en la misma. “No es el día más feliz para mí”, ha declarado el presidente de la citada comisión, Pedro Quevedo, quien se ha lamentado “muchísimo” de que no se haya podido llegar a un acuerdo sobre las conclusiones.La citada comisión se creó en mayo de 2017 y hoy ha sido decretado su cierre, informan, tras constatar la imposibilidad de que los grupos parlamentarios llegaran a un acuerdo sobre sus conclusiones, tal y como informa Europa Press.

martes, 26 de febrero de 2019

MAJESTÁ FELIPE, ¿LOS PUEBLOS DE ESPAÑA TAMBIÉN SON PARTE DE ESPAÑA?



Los pueblos de “la España vaciada” se unirán en Madrid contra la despoblación

Rebelión
Cuarto Poder
26.02.2019

Para pedir medidas efectivas contra la despoblación el próximo 31 de marzo se ha convocado una manifestación de “la España vaciada”


A Soria, Teruel y Cuenca las llaman “el triángulo de la despoblación”. Son los tres lugares más afectados por este fenómeno que convierte a localidades españolas en pueblos fantasma, mientras la población se concentra en las ciudades. Juntas estas tres provincias no superan los 12 habitantes por kilómetro cuadrado y sus capitales están también cada vez más deshabitadas. Para pedir medidas efectivas contra la despoblación el próximo 31 de marzo se ha convocado una manifestación de “la España vaciada” que partirá de la Plaza Colón de Madrid el próximo 31 de marzo.

Con alrededor de una veintena de años de vida, las plataformas Soria Ya y Teruel Existe han llamado a otros lugares del Estado a exigir medidas conjuntas que salven a sus territorios de un abandono progresivo que empezó “hace 50 años”. Con las elecciones municipales, autonómicas y europeas a la vuelta de la esquina consideran que es un buen momento para visibilizar su lucha y exigir responsabilidades. Según confirma a Cuartopoder.es Fernando Arévalo, portavoz de Soria Ya, hasta el momento se han sumado 22 plataformas que luchan contra la despoblación de territorios como Granada, Jaén, Zamora, Ávila, Guadalajara y Cuenca.

El 90% de la población española se concentra en el 30% del territorio, el litoral y Madrid. El Gobierno de Pedro Sánchez puso en marcha una estrategia nacional frente al reto demográfico que reconocería las zonas en situación de urgencia por la despoblación y que prometió aprobar antes de primavera. Desde las plataformas organizadoras de la manifestación quieren asegurar que el plan no desaparezca con el final de la legislatura de Sánchez y además exigen medidas concretas.

Somos regeneracionistas, como Joaquín Costa. Nuestra tarea más importante es desmontar el relato malvado, ese de Paco Martínez Soria en el que el pueblerino que llegaba a la ciudad es el que había triunfado”, explica Pepe Polo, uno de los portavoces de Teruel existe. Por el contrario, piden mayores recursos y transporte para “conectar” con esas generaciones se están marchando de unos pueblos sin internet, transporte, empresas o industria. Separados son pocos, pero juntos son “10 millones de personas que podemos pegar un grito”, añade.

En concreto, la provincia de Soria es “la zona cero de la despoblación”, explica Arévalo. Sus cerca de 90.000 habitantes cabrían en el Camp Nou. Los déficits del transporte han estado entre sus principales quejas. A diario se realizan dos viajes de ida y dos de vuelta en un tren que tarda tres horas en realizar algo más de 230 kilómetros. Siempre y cuando no se averíe. Los retrasos son frecuentes según la Asociación de Amigos del Ferrocarril, que el año pasado contabilizó más de una treintena de retrasos superiores a 15 minutos, siendo la mitad de ellos superiores a 30 minutos.

El abandono de estas zonas es consecuencia de unas políticas públicas determinadas que por diversos motivos han dejado cada vez más aislados a estos territorios, según considera Polo. “En los años 50 Teruel tenía más población que toda Vitoria. Tuvimos riqueza, población e industrialización”, añade. Sin embargo, “el vaciamiento se lleva produciendo desde 1959, en el franquismo”.

A territorios como Teruel se les ha dejado fuera de la red industrial y comercial que propician las carreteras para el transporte de productos, critica Polo. Como ejemplo en 1993 se planteó construir un eje Madrid-Cuenca-Teruel-Tarragona que se sumara a la A2 y la A7, pero finalmente se acordó construir la AP2 y la AP7 que van en paralelo de las autovías y no pasan por Teruel ni Cuenca. También el Gobierno decidió “matar” en los 90 el corredor Cantábrico-Mediterráneo, recuerda el portavoz de Teruel Existe.

Las medidas que los territorios de “la España vaciada” exigirán en Madrid son “una discriminación fiscal positiva para empresas” para los territorios en despoblación en un régimen que ya tienen Ceuta y Melilla. También red de alta velocidad para tener una conexión de calidad a Internet, así como instalaciones ferroviarias y carreteras que hagan viable el transporte de productos, así como servicios públicos que cada vez, denuncian, son más insuficientes. Además piden que el Gobierno central negocie fondos europeos finalistas que ayuden a frenar la despoblación y ponga en marcha de manera urgente una estrategia nacional frente a la despoblación y el reto democrático para el medio-largo plazo, consensuada políticamente, y que haga efectivas las inversiones económicas realizadas.

Fuente: http://www.cuartopoder.es/derechos-sociales/2019/02/25/los-pueblos-de-la-espana-vaciada-se-uniran-en-madrid-contra-la-despoblacion/

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