lunes, 15 de octubre de 2012

HA MUERTO BARRY COMMONER


(Barry Commoner)
 

Vicenç Navarro 
 EL PLURAL.COM 

14 de Octubre de 2012 

Lo que los medios españoles no dijeron sobre el fundador del movimiento ecologista mundial 

Ha muerto Barry Commoner, que entre las muchas contribuciones que hizo al bienestar de la población mundial, está la fundación del movimiento ecologista. Sus trabajos, como científico, tuvieron un enorme impacto en concienciar a millones de personas (tanto en EEUU, como en el mundo) de la importancia que el ser humano tenía en configurar el ambiente. Es por ello que se le considera, con razón, como el fundador del movimiento ambientalista en el mundo. Su muerte ha sido una enorme pérdida, y para mí ha supuesto la pérdida de un gran amigo. Barry era un hombre extraordinario. 

 Las notas necrológicas aparecidas en los mayores medios de información españoles detallaron las distintas contribuciones que Barry Commoner hizo y que afectaron positivamente a millones y millones de personas. Pero como suele ocurrir en estas notas, se resaltan sus contribuciones científicas sin tocar, o tocar muy por encima, su compromiso político. Está ocurriendo con Barry Commoner, por cierto, lo mismo que ocurrió con Albert Einstein, otro gran científico del que constantemente se ignoró su compromiso político. Estas necrológicas me recuerdan a los análisis artísticos del cuadro Guernica, de Picasso, que en sus análisis pictóricos nunca citan el contexto político que explica tal cuadro. Los dos –Barry Commoner y Albert Einstein- fueron figuras imponentes en el conocimiento científico. Ahora bien, los dos intentaban conocer el mundo para cambiarlo. Los dos estaban fuertemente comprometidos con el principio de que el objetivo del conocimiento científico era mejorar la vida de la población, participando en la aplicación de su conocimiento en cambiar la sociedad. 

Conocí a Barry muy bien, pues nos unió una gran amistad. Y sé que no le hubiera gustado que en su necrológica comentara sólo su impresionante trabajo científico, pues se consideraba como un científico comprometido, activamente involucrado en el proceso de transformación de EEUU. Fue un hombre de izquierdas, lo que le llevó a enfrentarse con la estructura de poder económico y político estadounidense, apoyando y participando (y en muchas ocasiones, liderando) los movimientos de protesta. 

Entre ellos hay varios especialmente relevantes para España. Apoyó activamente a las fuerzas democráticas republicanas españolas que lucharon contra el fascismo en España y en Europa dando, no sólo su firma, sino su persona a esta causa. Profundamente antifascista, apoyó muy activamente la resistencia contra la dictadura en España, habiendo sido uno de los intelectuales de EEUU más activos en este apoyo. La historia del apoyo de las fuerzas democráticas estadounidenses a la resistencia antifascista española todavía no se ha escrito, pero cuando se escriba, Barry Commoner tendrá un lugar prominente en ella. 

 Barry amaba a España y a Catalunya. Siempre que podía, él y su esposa venían a pasar unos días con nosotros (mi esposa y yo) en la Costa Brava. Y aplaudía que, por fin, había democracia en nuestro país, aunque era plenamente consciente de sus enormes limitaciones. Las derechas en España –decía él- continúan siendo las mismas de siempre, y enormemente poderosas. Lamento que ni el gobierno de España ni la Generalitat de Catalunya nunca le dieran gracias en nombre de la democracia española y catalana a las que él ayudó tanto. Supongo que le consideraban demasiado de izquierdas. 

Barry Commoner fundó un movimiento que inmediatamente fue definido como radical y peligroso por la estructura de poder en EEUU. Los análisis científicos de su trabajo llevaban claramente a la conclusión de que las raíces de los problemas ambientales eran las relaciones de pode arraigadas en el mundo de la producción. Según Barry, la raíz del problema ambiental estaba ahí. Ello le llevó a movilizar a millones de personas que cuestionaron las estructuras dominantes en EEUU. 

Predeciblemente, estas estructuras respondieron intentando desviar la atención de tal movimiento. Para este fin, promovieron movimientos ecológicos alternativos. Uno fue el movimiento maltusiano, que atribuía el deterioro del ambiente al crecimiento de la población. Según tal teoría, a más población, mayor deterioro del ambiente. Un derivado de este movimiento fue el movimiento anticrecimiento económico, que consideraba que el crecimiento económico en sí era dañino para el ambiente. Commoner mostró el error de los argumentos anticrecimiento, señalando que el problema no era el crecimiento, sino el tipo de crecimiento. Las necesidades del ser humano eran tan grandes que ello requería un crecimiento de la actividad económica, crecimiento, sin embargo, que debería ser distinto al actual, pero sería crecimiento. Sus trabajos científicos mostraban el error de las tesis anticrecimiento. 

Otro movimiento que el establishment estadounidense promovió como alternativa a las posturas que consideraba amenazantes de Barry Commoner, fue el movimiento que consideraba el deterioro del ambiente resultado del deseo consumista de la población, responsabilizando a la propia población del deterioro del ambiente. Este movimiento enfatizaba y continúa enfatizando el cambio en los comportamientos individuales del tipo de consumo como la solución al deterioro ambiental. Barry mostró también en sus escritos el error de este tipo de argumentación que consideraba a las víctimas como las causantes de su desgracia (lo que en EEUU se llama “victims blaming”). Barry mostraba que en las sociedades capitalistas no es el consumo el que determina la producción (como los ideólogos del mercado asumen), sino que es la producción la que determina el consumo. Los que controlan el mundo de la producción controlan el tipo de consumo. De ahí que Barry Commoner se considerara más un rojo que un verde. Y le preocupaba mucho la deriva de los movimientos verdes en EEUU y en Europa. 

Apoyó a todos los movimientos verdes pero le preocupaba su fácil coaptación debido a que se estaba alejando de la solución que él creía que exigía cambios más sustanciales de los que el movimiento verde estaba ahora considerando. La crisis actual está mostrando que mi amigo Barry llevaba razón.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University 

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ARTIAGA, UN PUEBLO ARAGONES QUE SE RESISTE A DESAPARECER FRENTE A LOS MISMOS QUE LLEVAN A LOS ESPAÑOLES A LA MISERIA

La crónica que se reproduce más abajo es una parte de lo que un pueblo de Aragón, Artieda,  está haciendo para no dejar de existir materialmente como tal pueblo. Por la prensa oficial sabemos poco o nada,  pero este vacio informativo lo están supliendo sus vecinos y por los que a medida de nuestras posibilidades estamos con esos vecinos. 
Vecinos a los que se deberian unir el resto de los vecinos de España, porque la LUCHA de los vecinos de Artiaga es contra el mismo enemigo: EL CAPITAL, que a todos los demás pueblos de España nos está conduciendo a la miseria y al fascismo (unilateralidad y simplismo mental).
Mientras un pueblo, Artiaga, lucha por su subsitencia material, el presidente del gobierno del Estado que no solo permite, sino que impulsa su desaparición, no tiene reparo alguno en zamparse unos platos de jamón de 190 euros el kilo y sus buenos chaparrazos de wiski mientras viaja en un avión de las Fuerzas Armadas para ver un partido de futbol; el jefe del Estado, El Rey, figura entre los más ricos de Europa y ha sido un participante más en la especulación inmobiliaria (finca de la Puerta de Hierro en Madrid).
España no se rompe, porque un pedazo de tierra no se rompe, pero la construcción política de un Estado sobre ese pedazo de tierra si se puede modificar, se debe modificar, se debe erradicar cuando como en nuestro caso, toda la estructura política está montada y pensada para favorecer a una exigua moinoría condenando a la miseria a la inmensa mayoría, para ser sustitido por otro Estado cuyas estructuras están pensadas y establecidas para favorecer a la inmensa mayoría. Es cuestión de dignidad personal más que otra cosa crear ese nuevo Estado.
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Viernes, 12 de octubre de 2012 
 Neofatoblog: haciendo amigos

ARTIEDA: De nuevo la náusea. Miércoles, 10 de Octubre del 2012. 

 Lo intuía. Estaba convencido que, en esta ocasión, habría aún más violencia en las proximidades de ese pequeño pueblo icono de la dignidad de la montaña y sus gentes. Y ya no era intuición cuando, al acercarnos, un control de la GC sin otro objetivo más allá del puro amedrentamiento, hace detenerse a los vehículos solidarios exigiendo documentaciones, papeles del vehículo que olvida luego comprobar y hace abrir maleteros de coches. Primer momento del día oportuno para hacer lo que nos ha traído hasta aquí: primeros disparos en decenas de cámaras fotográficas; primeros apuntes de blocs de notas; primeros mensajes en twiter... 

 
Puente de Artieda: se concentra gente. ¿Cuánta? Ni idea; quizás algo menos que en la ocasión precedente, pero, a tenor de los sucesos posteriores, suficiente. Pancarta que recuerda los pueblos anegados, ahogados, violentados, asesinados...;nunca olvidados. Y cruces, muchas cruces con un nombre en cada una de ellas.Nombre que evoca momentos y pasajes; nombre que quema la garganta al ser pronunciado y rompe la voz. Nombre de vida sacrificada en el altar de una modernidad suicida.

 Primer paseo en esa tierra de nadie entre la verde curiosidad del "¿me abre el maletero?" y la colorida dignidad de los que elevan la voz (banderas de Aragón, esteladas unas,con el mensaje de YESA NO otras; rojinegras enseñas de la cercana Ruesta; alguna tricolor en pins y parches de ropa...). Y primer aviso de la autoridad militar de la civil guardia, exigiéndo a una cámara de TV y a quien esto suscribe que dejáramos libre la calzada. 

Y el aviso: que vienen por la carretera de Ruesta, que hay que desmontar el cementerio de cruces acodado en la barandilla del puente, que hay que plegar las pancartas, que hay que acomodarse al hombro las banderas y que hay que darse prisa. ¡¡Que viene la CHE!!. Y lo hace acompañada de un dispositivo político-militar (lo siento; no encuentro mejor manera de describirlo) que, lejos de amedrentar al centenar (¿?) de personas que se infunden valor arrejuntándose en el cruce de carreteras, los encorajina. Por lo brutal, por lo desproporcionado, por lo surrealista, por lo patético, por lo "españaalpargatapanderético" ... Y hasta por lo económico, según se pregunta en voz alta Chuaquin que hace cálculos sobre lo que nos cuesta un despliegue así. 


 En la pancarta, camisetas azules de "Yesa NO" y "Jánovas Reversión" leen un comunicado resumen historiado y repaso triste de aquellos pueblos abortados. Un brazo sostiene en alto un megáfono casi de juguete, como queriendo que las palabras pronunciadas lleguen al helicópetro de tráfico que lleva largo rato sobrevolándonos. A trescientos metros, la comitiva verde comienza su transformación: verdugos que ocultan el rostro, protecciones en torso y brazos que desfiguran la silueta humana, cascos que oprimen cerebros, barboquejos que niegan sonrisas y piernas con botas y protecciones estilo drag queen; piernas que, por un momento, imagino (frívolo que es uno a veces) en alegre coreografía Village People. 

 La comitiva verde se desprende de su dualidad; los que están preparándose para ejecutar la ridícula òpera bufa de la represión no son los rescatadores de montaña, las manos amigas en la carretera cuando un incidente los hace imprescindibles, los salvavidas del mar, los perseguidores de la pornografía infantil en la red... Los que se están armando son los gemelos del/los asesino/s de Gladys del Estal, los sucesores de casos como el Almería o el de Cuenca, los que comparten uniforme con los secuestradores y asesinos de Lasa y Zabala, los que hicieron desaparecer a Zabalza... 

 Escobar deja paso a Galindo.¡¡VIVA la MUERTE!! y ¡¡MUERA la INTELIGENCIA!!, como afirmara el tullido militarote de la épica franquista. 

 El aniñado capitán de la GC (y aniñado es tan sólo la descripción física) se acerca, casi en solitario, a la pancarta. Intenta hablar, pero no hay mucho que decir: ARTIEDA no rebla. El capitán se retira acompañado por consignas de resistencia y honor ante el expolio y el genocidio. 

"¡Les habla la GC!", se escucha; y se escucha bien: este megáfono sí que es de lujo y no como el de aquellos a los que , además de la vida, quieren quebrarles la voz."A partir de este momento, están cometiendo un delito. Tienen cinco minutos para disolverse", termina el jefe del operativo "tomahostias". Su intervención es contestada por gritos que piden respeto y silencio, que el comunicado, lista de agravios, sigue leyéndose.

Gentes que acompañan a niños pequeños se retiran a escasos metros del cruce, buscando una protección relativa para los menores en sus brazos y en la escasa lejanía al escenario de la represión que se barrunta. Yo sigo sin entender la oratoria tejeriana; ni por la sintaxis ni por la semántica; el "se sienten, coño" se escapa a mi capacidad de entendimiento; como lo hace el hecho de escuchar a un funcionario policial devenido en siervo de la CHE hacer calificaciones de conductas como delictivas y, no contento con ello, establecer el momento exacto en que pasan a serlo. 


Y comienza la carga. Una primera línea que unos quince agentes equipados, seguidos de un par de ellos con el siempre potencialmente letal CETME-pelotero y un émulo de Spielberg filmando la escena desde la fila verde-oscura. Y, un pasito más atrás, el jefe del operativo. Enfrente, las gentes de Artieda (todos allá somos de Artieda en estos instantes) enlazando las manos, lanzándose miradas de ánimo y entonando el himno legado de Labordeta. Los legionarios romanos, su formación en línea así los semeja, atacando a los indefensos galos bien cargados de esa pócima mágica llamada dignidad. ++++ No hay caos; no hay desbandada. Tan sólo el chocar de una oleada policial contra un muro de soberbia firmeza. Mujer que aprieta las manos de un picoleto protegiendo a otros del arco doloroso de ese arma llamada irónicamente defensa; mujer que les grita a la cara su inconsciencia; mujer, Carmen, que, pragmática ella, les recuerda que también a ellos les quitan la paga de navidad; mujer, Charo, que no para de fotografiar y twittear; mujer que entona un canto épico de los pueblos que permanecen en el recuerdo gracias a la memoria; mujer, mujer, mujer... Mujeres que, junto a los hombres que constituyen esa primera línea de defensa por la vida de Artieda, resisten, son golpeadas y no reblan. NO REBLAN. Aunque el jefe del operativo, desde su posición de apoyo tras los escudados, va repartiendo (saltito va, saltito viene), ridículos golpes de porra a través de los huecos que abren los madelman. 

Luis que levanta las manos intentando parar el desatino, recordando la estampa "Los fusilamientos del 2 de Mayo"; otro Luis que recibe un golpe en la cabeza, trastabilla y se mantiene firme; Miguel que da una lección magistral (la pedagogía es su fuerte) de pundonor; Valentín, que recibe algunos golpes con la indiferencia y desprecio de quien está por encima de bravuconadas de matoncillos de patio de colegio; y otras decenas de gentes de todas las edades que oponen pacífica resistencia ante los obsoletos tricornios devenidos en cascos fashion power. 


La primera fila cae, golpeada, pisoteada, empujada... Y, en el mismo suelo, se recompone; brazo con brazo, hombro con hombro, voluntad con voluntad. El avance verde, que no ha conseguido avanzar un sólo metro, se detiene. Pose de chicos malotes; pierna izquierda avanzada, pierna derecha retrasada; hombro adelantado, cabeza semigacha protegida por el escudo; porra, que no defensa, firmemente sujeta en paralelo a la línea de tierra. Pose de chicos malotes en la que falta el "desarmau" (¡Desarmau los cojones!) que ha perdido casco, escudo y tahalí porrero. Guardia Civil , uno de los del cetme pelotero, que se acerca y me dice:"Caballero: Únase a los manifestantes" (¡¡Joder, si que ha cambiado este país!!). Y el silencio. El silencio de las lágrimas de Mariví, lágrimas de una tristeza infinita. El silencio de los que aguantan el dolor de un golpe o una herida sin un solo quejido; por pundonor, por coraje, por cojones o por ovarios, que tanto monta. El silencio que rompe la voz firme de Valentín que, telefónicamente, exige hablar con el jefe de la CHE para informarle de lo sucedido y hacerle responsable de lo que pueda pasar. 

Unos metros más adelante, Joaquín se infiltra en la marea verde (la de hoy, no la habitual de los miércoles) para exigir hablar con el jefe del operativo para que cese inmediatamente la represión; acción que provoca la sordera generalizada en las filas madelman. Joaquín que llama repetidamente al gobernador civil sin obtener respuesta; acción que, espero, le haya supuesto, al menos, una cefalea persistente. Muy pacífica e, incluso, llevadera, eso sí, que uno es de los que agita las manitas en ocasiones en señal de asentimiento 15M.

 Antonio que avanza por el lindero de la carretera hasta que el capitán lo detiene y le espeta que, si sigue adelante, se va con él. Antonio que le replica que no tiene inconveniente en ir con él donde diga. Capitán que concilia y le pide que vuelva atrás. 

 Veinte, treinta minutos resisten las gentes de bien frente a los escudos en cuya superficie se reflejan cuatribarradas. Capitán que vuelve y dice que se devuelvan al "desarmau" los aperos de su profesión, que se retiran y que aquí no ha pasado nada. "¿Como que no ha pasado nada? ¿Y esto que es?" , le grita un joven mostrándole su cabeza herida. "Nosotros también tenemos guardias heridos", vomita el picoleto de saltito con hostia incorporada que a su agilidad física puede sumar su don de la inoportunidad. Y, observando la retirada, el alcalde de Artieda consolado y consolando, en el abrazo y con el abrazo de una mujer, conformando una nueva imágen-icono de la resistencia de Artieda. 


 Como tan sólo de provocación y falta absoluta de profesionalidad puede calificarse la actuación de otro servidor del orden constitucional (nótese el sarcasmo, por favor) cuando, ¡chulo que es uno!, se aproxima a las personas que aún quedan en el lugar y se pone a filmar caras, provocando reacciones paralelas que a punto están de derivar en un incidente absolutamente evitable. 

Y recuento de heridos. Chichones, heridas contusas en cabeza y cara, marcas de porrazos en los costados. Rogelio con taquicardia... Momentos de relajarse y afirmarse en las convicciones propias frente a unas rodajas de embutido con pan y un trago de la bota. 

 A mí no me entra nada. Debo luchar contra la náusea y controlarla. No quiero vomitar. Hoy vomitaría verde. 

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