sábado, 25 de julio de 2015

MORON DE LA FRONTERA, ¿DESTRUIRÁN LOS RUSOS MORÓN DE LA FRONTERA, ANDALUCÍA, PARTE DE ESPAÑA O ESPAÑA ENTERA?

La noticia que sigue más abajo bien podría ser falsa y haberse dado a conocer para meternos el miedo en el cuerpo. A mi personalmente me da igual leche que caldo de teta. Tan  cínicos, ladrones, embusteros, bestias salvajes insensibles y criminales, me parecen los dirigentes rusos, como los americanos, como los europeos,  los servidores de la Merkel en la Moncloa, el moro Juanito que ha comprado el 10% del Corte Inglés o su prima Juana que lleva la piedra en la chilaba.
Sólo el hecho de que aparezca esta noticia, verdadera o falsa, debería ser motivo para que mañana mismo el Cabo Comandante Jefe del Cuartelillo de la Guardia Civil del pueblo más cercano a la Moncola, debería detener a Rajoy y a todos los parlamentarios que han votado en el Congreso a favor de que el ejército americano se quede de forma permanente en Morón de la Frontera, Como Obama por España, porque eso, tarde o temprano son muertos seguros, y hasta es probable que los pudiera haber de también entre los que han votado al PP o al PSOE y entre los parados que no hayan trabajado en la Base Aérea Española (con permiso de los americanos y sin quererles ofender en absoluto no sea que se vayan a ofender).
Y una vez detenidos y con todas las garantías jurídicas, pero atados con una cuerda por el tobillo a la reja del juzgado para que nadie se pueda escapar, que expliquen que interés mío están defendiendo cuando ya a los rusos (ni a las rusas), sin que yo les haya dicho ni mús, están amenazándome (verdad o mentira) con dejarme más seco que un bacalao.
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Desclasificado: Principales blancos de ataque nuclear de respuesta rusa en Europa
21 jul 2015


AFP/JANEK SKARZYNSKI
El excomandante de la Tropa de Misiles Estratégicos de Rusia, Viktor Yesin, desclasificó blancos prioritarios de misiles rusos en caso de un ataque estadounidense contra el país.

Por ejemplo, lo primero que se reducirá a cenizas será la base de defensa antimisiles estadounidense en la costa de Rumania, señaló coronel-general Viktor Yesin, excomandante de 'misiles del Juicio Final' rusos y consejero del comandante actual.
"Este año se pondrá en servicio la instalación del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en la base rumana de Deveselu, al oeste de Bucarest" que naturalmente engrosará la lista de "objetivos de primera prioridad en caso de una agresión contra Rusia," señaló.
"Cualquier instalación militar del sistema de defensa antimisiles global será objetivo principal de respuesta por parte de la Federación de Rusia en el curso de una agresión en contra del país," dijo el militar teniendo en cuenta el hecho de que Estados Unidos se niega a dar garantías de que la defensa antimisiles europea no está apuntado contra Rusia y tiene posibilidad de interceptar misiles balísticos intercontinentales rusos, informaRIA Novosti.

Cualquier instalación militar del sistema de defensa antimisiles global será objetivo principal de respuesta por parte de la Federación de Rusia
El tema del despliegue del sistema de defensa antimisiles en Europa bajo el pretexto de ser una medida de protección contra el peligro generado por misiles iraníes se ha convertido en los últimos años en uno de los problemas más graves en las relaciones entre EE.UU. y Rusia. Estados Unidos alega que el escudo antimisiles no estará dirigido contra Rusia, pero se niega a dar garantías de ello.

Como consecuencia de esto el mayor temor entre los países europeos de la OTAN se convirtió en realidad: Rusia declaró oficialmente que desplegará misiles Iskander-M en el corazón de Europa, en el enclave ruso de Kaliningrado. Según los expertos militares, además de que estos misiles son imposibles de ser interceptados, pueden portar ojivas nucleares con gran precisión. En otras palabras, representan una amenaza mortal para las bases militares que albergan los sistemas antimisiles estadounidenses.

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GRECIA. LO QUE NOS PASARÁ A LOS ESPAÑOLES SI ESPERAMOS A QUE LOS LIDERES ALUMBREN LAS IDEAS


Grecia

Acuerdo neocolonial y punto de bifurcación en Siryza
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24.07.2015

Por el otro, que la clave pasaba por imprimir a la Europa del pacto social, un programa de reformas progresivas, democráticas, basada en instituciones representativas posnacionales, democracias ampliadas, control ciudadano y transparencia, fundada en los valores de la solidaridad. Frente a una derecha soberanista, reluctante de los valores universales, nostálgica del Estado schmidtiano, chovinista, xenófoba, que consideraba al Estado nación como la única entidad colectiva con capacidad de ejercer soberanía e identidad colectiva, la izquierda europea, en su gran mayoría, se embarcó casi por instinto en este camino, aceptando la convergencia europea y su Constitución. 

Pero la deliberación democrática igualitaria estaba plagada, como lo acabamos de presenciar, de deficiencias estructurales. Ni la deliberación estuvo libre de coacciones comunicativas, ni todos estuvieron en la misma posición para dar opinión libre ni tuvieron las mismas oportunidades de darse a entender. Pero esta visión procedimental, normativa, ocultaba las auténticas relaciones de poder y con ella despolitizaba, como lo denunció Chantal Mouffe, los antagonismos políticos que están en la raíz de la subjetividad democrática. Efectivamente, el consenso tecnoburocrático naturalizó las desigualdades de poder bajo el manto igualitario del libre mercado y las instituciones técnicas que debían regular la participación en él. Este consenso implicó el dominio antidemocrático de la tecnicatura de Bruselas y en la crisis griega se reveló, para una porción considerable de la población, la desconexión constitutiva entre consenso liberal y democracia, y reabrió el campo de la política nuevamente. 

Grecia reintrodujo el campo de las opciones democráticas convocando al referéndum, y al hacerlo rompió el consenso despolitizante de la burocracia, que institucionaliza la dictadura de los mercados. Vaciada de opciones alternativas, la democracia política se hizo cada vez más insustancial cuanto más se la invocó. El éxito del Frente Nacional o los nacionalistas británicos e italianos, radica en haber reintroducido opciones políticas frente al consenso liberal de la coalición liberal-socialdemócrata, un consenso de élites para asegurar la gobernanza europea del libre mercado. Syriza había arrebatado a la derecha demagógica las banderas democráticas de la soberanía popular, y por primera vez en décadas, quizá desde la revolución portuguesa del 74, la izquierda pudo constituirse en alternativa de poder, marcando un camino de confrontación a la persistente des-democratización operada durante décadas por el social-liberalismo. 

Pero el referéndum, que marcaba un punto de inflexión y abría la posibilidad de pensar otra Europa, de marcar alternativas a la dictadura neoliberal de las finanzas, esa posibilidad se derrumbó en menos de 48 hs, cuando el Primer Ministro Alexis Tsipras se desdijo y sostuvo que fuera del euro no había opciones. Así las cosas, el referéndum no sólo no constituyó un cambio de opción sino que remarcó la claudicación del ejecutivo. 

La gran pregunta que se hacen todos es ¿por qué? ¿Por qué con semejante apoyo popular el primer gobierno de izquierda, sostenido en un triunfo popular arrasador, decidió retroceder firmando un memorándum peor que el anterior? Dejando de lado las explicaciones psicologistas, dos parecen ser los factores que podrían dar pistas de semejante desbarranque. Por un lado, la presión interna en favor de permanecer dentro del euro. Tsipras convenció a buena parte de la población de votar No con la promesa de que servía para negociar mejor, no para retirarse. A pesar de las posiciones de la Plataforma de Izquierda, todo el programa de Siryza, empezando por el programa electoral de Tesalónica, se basó en la ilusión de que podía ser compatible con la zona euro, es decir, que se trataba de un programa y luego, una negociación al interior de un ámbito considerado natural e inexorable. Esta ambigüedad respecto a dejar de lado la austeridad pero no romper con la UE, podía entenderse como una concesión momentánea al consenso mayoritario, pero que debía ser superado en cuanto se demostrara, como se demostró en cinco meses de negociación, que eran incompatibles económica y políticamente. Este consenso puede explicarse por el recuerdo de los padecimientos de posguerra, la inflación y el mercado negro, el sentimiento de pertenecer a occidente en la frontera con el mundo eslavo y el mundo musulmán, una promesa de modernidad y progreso e incluso por la sensación de riqueza de los primeros años del euro, desde 2002 hasta 2008. Hasta la postura contemporizadora de Obama y el FMI ante la dureza alemana les había hecho creer que, finalmente, podía arribarse a un acuerdo. Pero la negativa final de Merkel, que ofreció una salida acordada el euro por cinco años, descalabró todas las hipótesis e hizo enmudecer a la parte griega.

El arte de una política transformadora no es sólo reflejar el estado de ánimo o montarse sobre la opinión pública sino también y sobre todo moldearla, construir nuevas relaciones de fuerza y nuevas percepciones. Naturalmente, Tsipras no quiso tampoco cargar con el severo ajuste sobre los ahorros en euros de la población, pues una moneda débil hubiera inevitablemente licuado activos y tenencias. La formación de una nueva moneda devaluada implicaba una parálisis de por lo menos dos años, que la oposición cargaría en los hombros de Siryza. Pero era la única forma de emprender la transición hacia otra experiencia radicalmente distinta al austericidio ofrecido por el Eurogrupo. Implicaba, una transformación severa del cuadro precedente, incluido su política exterior, el default y no pago de la deuda y probablemente la nacionalización del sistema bancario, además del control de capitales y la regulación industrial. Tsipras se negó a contemplan el “plan B” de emisión de derechos de pago para suplir la bancarrota del euro. 

Pero es en los momentos decisivos donde se requieren liderazgos claros y con sentido histórico. Es verdad que Grecia estuvo prácticamente sola ante los restantes 18 países del Eurogrupo, pero no lo estaba menos Hugo Chávez cuando denunció “olor a azufre” en las Naciones Unidas y se transformó, pocos años después, en la vanguardia de una política exterior independiente en América latina. También podemos mencionar a Ecuador cuando auditó su deuda y aplicó una quita del 70%, o la nacionalización de los hidrocarburos y la expulsión del embajador norteamericano en Bolivia y también el planteo firme de Argentina ante el chantaje de los fondos buitres. La firma del memorándum por el gobierno de Tsipras implica una enorme frustración adicional, porque implicó una reversión del referéndum que iba en el sentido esperado. 

La disputa no está concluida, pues habrá que ver la resistencia que genere la aplicación concreta de las medidas de ajuste, y qué fenómenos políticos se derivarán de esa dinámica de confrontación. Pero está claro que una experiencia y un ciclo han terminado, con la peor de las derrotas, que es la claudicación antes de que finalice la batalla y cuando esta podía ganarse. Los movimientos democráticos y la izquierda en Europa han sufrido una importante derrota. Habrá un proceso de reorganización y continuación de muchas batallas pendientes. En particular al interior de Siryza. Cuanto más abajo se va, más rechazo genera el acuerdo, demostrando el espíritu de lucha de la base militante. Mientras que sólo cuatro ministros o vice ministros han rechazado el acuerdo y han sido reemplazados, 32 parlamentarios de Siryza, la Plataforma de Izquierda en su conjunto, han dicho no, mientras que en Comité Central 109 miembros, más del 50%, han rechazado el memorándum. Si se hiciese un Congreso partidario, algo que el gabinete rechazará por todos los medios, esta cifra ascendería incluso más. Gremios como el de los funcionarios públicos, dirigidos por miembros sindicales de Siryza, se han lanzado a conflictos contra el acuerdo. La Plataforma de Izquierda se ha transformado en el eje articulador de la oposición al entendimiento. Esto es así pues el Partido Comunista de Grecia, que llamó a impugnar el voto en el referéndum y le ha dado la espalda al proceso más rico de recomposición de la izquierda desde los años 70, es incapaz de capitalizar la crisis al interior del partido de gobierno.

Sin embargo, la claudicación de Tsipras ha dado aire a diversas corrientes sectarias, tan fuertes en Grecia como en Argentina, que se jactan de no haber “caído en las ilusiones” de Siryza o que ya “habían anticipado” el desenlace, encontrando el fundamento de la derrota en la estrategia equivocada de construir “formaciones anticapitalistas amplias” en vez de “partidos revolucionarios”. La “anticipación”, en política, es una contradicción en los términos. No había ninguna fatalidad, no estaba escrito en ningún lado que Tsipras daría marcha atrás del referéndum en 48 hs y con el 62% de apoyo. No estaba ni en la naturaleza social de Siryza ni en ningún otro fundamento ontológico. Los escépticos, lo eran mucho antes y no tenían entre sus hipótesis la posibilidad misma del referéndum.

Como lo dijimos más arriba, hubo formaciones y líderes valientes, como Chávez, que no provenían de un partido revolucionario. Se trata, una vez más, de dinámicas políticas, de luchas abiertas, de una historia por hacer y no ya trazada en el ADN “de clase” de ninguna formación. Ideas de este tipo han repetido esta letanía ante cualquier proceso popular no conducido por ellos mismos. Estaba sí, dentro de las posibilidades, puesto que Alexis Tsipras siempre rechazó la acusación de querer salirse del euro. Se trataba de una apuesta y una lucha política al interior de la única formación de izquierda que logró transformarse en vehículo de aspiraciones y expectativas de millones de griegos, aunque no fuese un partido revolucionario puro y conviviesen en él sectores heterogéneos. Hablando en términos de probabilidades, eran mucho mayores que surgieran fenómenos progresivos, luchas vivas, en el seno de Siryza que de los grupos sectarios o del PKK, perdido como está hace ya tiempo en su propio mundo. Lo confirma la Plataforma de Izquierda, hoy en el corazón de la lucha contra la austeridad en el nervio central del proceso político.

Como dijo Marx, el movimiento real vale más que mil programas. Este proverbio hoy, luego de la crisis del socialismo real, en un continente donde no hay ninguna situación revolucionaria ni mucho menos, al revés, donde la derecha levanta cabeza y la clase trabajadora no da muchas muestras de resistencia, en fin, hoy, ese proverbio tiene más actualidad que nunca. ¿Quiere decir que no valen los programas? No, al revés, sólo desde el movimiento real pueden surgir los auténticos programas revolucionarios, es decir, populares, y no las recetas repetidas de memoria que valen para todo momento y lugar. Como lo revela la complejidad de la situación europea, el desafío de pensar estratégicamente la relación entre internacionalismo práctico, soberanía nacional e intereses populares, no es apta para formulismos que se cortan y pegan. En definitiva, tal como lo han formulado las corrientes críticas al interior de Siryza, sólo desde el corazón del proceso político que cristalizó en Siryza se podía y se debía intervenir, aprender, aportar e instalar una agenda anti-capitalista en una Europa que se está revelando más conservadora de lo que se creía. Sólo desde allí podía intentar resolverse la contradicción entre eurofilia y austerofobia. Un dilema que sigue abierto y que tendrá nuevos capítulos, en Grecia y fuera de ella. El plan es inviable. En las puertas de su fracaso se reabrirán los interrogantes sobre los beneficios de la Europa hiper capitalista. Mientras tanto, los trabajadores resistirán ajustes, cierres y privatizaciones. Habrá nuevos temblores políticos y batallas parlamentarias. Nuevos capítulos de una trama abierta y en disputa. No apta para los festejadores de fracasos y devoradores de migajas. 

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