domingo, 17 de noviembre de 2019

BOLIVIA Y UNA ADIVINA ADIVINANZA DE LA PARTE DE BILBAO: PEDRO SÁNCHEZ, PORQUE NO TIENE OTRO REMEDIO, QUIERE FORMAR GOBIERNO CON PABLO IGLESIAS, ¿DE QUIÉN ES EL CABALLO DE MADERA AZUL QUE ES PROPIEDAD DE SANTIAGO ABASCAL, SIENDO SU ASESOR EL ESMICHE, Y SU MANO DERECHA, EL MARQUESADO IVANCITO, CON UN CACHO CABEZA QUE NO CABE EN LA PANTALLA GRANDE DE UNA TELEVISIÓN?



Parecía imposible. Pero pasó.

DIARIO OCTUBRE / noviembre 17, 2019






Darío Herchhoren .— En este «corsi y recorsi» de que hablaba Gramsci la realidad de Latinoamérica hay que mirarla como un todo para poder entender por qué ocurren las cosas que ocurren. Parecía que Evo Morales era o iba a ser eterno, pero cayó ante la coyunda fascista que recorre el continente con los Bolsonaro, los Iván Duque y los Piñera. Como en un contrapunto; a cada triunfo popular se corresponde con una respuesta del fascismo. Ante el triunfo popular en Argentina, un golpe contra el pueblo boliviano, ante la liberación de Lula, el aumento de la represión en Chile.


Parece que la consigna es ahogar al futuro gobierno popular en Argentina y ello surge fácilmente de mirar un mapa. En efecto, Argentina tiene a su lado a un gobierno fascista en Chile, al noreste a Brasil, en manos de otro fascista como Bolsonaro, y ahora tendrá al noroeste, a otro gobierno fascista en Bolivia. Solo falta que en Uruguay gane las elecciones la derecha en la segunda vuelta.


Todos estos datos indican que Evo Morales, no calculó bien sus fuerzas, y pensó que las urnas le iban a dar no solo el gobierno sino el poder. Y resultó que las urnas se le están convirtiendo en urnas funerarias, que serán llenadas con los cadáveres de todos aquellos que se opongan en Bolivia a lo que se viene ahora. Seguramente se desatará una gran represión a cargo del ejército, habrá un baño de sangre, y el pueblo humilde de Bolivia que fue favorecido por los gobiernos de Evo Morales perderá todo lo conquistado. Será un calco de lo ocurrido en Chile luego del golpe de Pinochet.


Quiero recordar que la historia reciente de Bolivia pasó por un episodio similar pero al revés. En efecto, en 1952, el Movimiento Nacionalista Revolucionario a cuyo frente estaban Victor Paz Estenssoro, un abogado que se acercó a los mineros y Juan Lechín, líder sindical de  la Central Obrera Boliviana (COB), consiguieron con la ayuda de Perón acabar con el gobierno de la «rosca del estaño», y una de las primeras medidas que tomaron fue la creación de milicias populares encuadradas militarmente y bien armadas, y la disolución del ejército, que siempre había sido el sostén de los gobiernos de la rosca.


El poder de la oligarquía fue minimizado por el gobierno de Evo, que confió en que las elecciones eran el camino para lograr cambiar la historia de Bolivia, y en un principio, y durante todos estos años los hechos parecían darle la razón. Pero hay algo perverso en la oligarquía y es que se llena la boca de democracia en cuanto le sirva a ella, y es enormemente cruel y despiadada cuando se trata de cuidar y conservar sus intereses. ¿Cómo es posible que un líder experimentado como Evo confíe en una misión de la OEA, cuando sabe que la OEA es solo el brazo del imperio? La ingenuidad en política se paga a un precio muy alto y este error le costará al pueblo boliviano luto y sangre. Ahora es cuestión de salvarle la vida a Evo, cuya casa, por cierto muy humilde ha sido saqueda esta madrugada, y la casa de su hermana ha sido incendiada.


El odio al indio de la oligarquía cruceña y su negativa absoluta a acatar los resultados de las elecciones, salvo cuando les favorecen, han hecho su labor. Ahora toca organizar la resistencia. Costará mucho y muchos militantes serán salvajemente torturados y muertos. Una larga noche espera a los bolivianos.

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PARA EXPLICAR EL GOLPE DE ESTADO DEL CAPITAL EN BOLIVIA



¿Quiénes son los responsables del golpe en Bolivia?

16.11.2019


Un golpe de Estado jamás está constituido por un hecho aislado. No existe un momento puntual que pueda ser definido como el generador definitivo de una ruptura democrática. Cualquier golpe es un proceso acumulativo en el que el “marco” es fundamental para crear las condiciones necesarias y suficientes que garanticen su efectividad. La erosión de legitimidad del objetivo a derrocar se hace por múltiples vías que abonan un campo en el que luego las acciones destituyentes procuran ser presentadas como democráticas. 
 
Por el carácter multidimensional del proceso golpista, nunca podríamos afirmar que existe un único responsable. Siempre hay muchos actores que participan en esta tarea, desde quién acaba asumiendo la Presidencia pos golpe hasta aquel que inicia una campaña de desgaste con una fake news

En Bolivia, el golpe de Estado contra la democracia, con el objetivo de deponer a Evo Morales como presidente, también contó con muchos participes, cada cual en su justa condición; unos como colaboradores y otros como cómplices; los hubo más pasivos o más activos; algunos planificaron desde el inicio y otros se fueron sumando a medida que se fueron desarrollando los acontecimientos. 

He aquí un recuento breve, pero preciso, de quiénes fueron todos los corresponsables del golpe de Estado en Bolivia, con nombres y apellidos: 

1. El fascismo de los comités cívicos, especialmente el de Santa Cruz. Este movimiento político, tan violento como racista, no es nuevo, sino que viene desde el principio de la gestión de Evo Morales, porque jamás aceptaron que un representante indígena y campesino fuera quien tuviera el mandato popular para gobernar el país. Lo intentaron muchas veces, con muchos representantes diferentes y, esta vez, el turno fue de Luis Fernando Camacho, quien no se presentó a elecciones, quien no tiene ningún voto, pero decidió que la violencia y el terror eran las armas para alcanzar el objetivo: derrocar a Evo y acabar con el Estado de Derecho y orden constitucional del país. 

2. La oposición partidaria que sí se presentó a las elecciones. Fundamentalmente, Carlos Mesa, principal contrincante de Evo Morales, derrotado en las últimas elecciones, fue clave en todo este proceso golpista, desconociendo resultados por anticipado y declarando fraude mucho antes que se produjeran las elecciones. El mismo día de los comicios salió a anunciar que había segunda vuelta sin que se culminara el recuento de votos. Luego de las elecciones, mantuvo constantemente una postura silenciosa, cómplice, ante la violencia desatada por los comités cívicos, reacomodándose al nuevo eje político golpista sin exigir que se frenara. 

4. La actual Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Siempre presente cada vez que existe un proceso de desestabilización antidemocrático. Esta vez lo hizo de forma directa, participando en el proceso electoral. Primero, fue con el informe preliminar de la misión electoral, que sin base alguna, anunció que era “recomendable una segunda vuelta”. Segundo, con un informe preliminar de la auditoría lleno de debilidades, sesgado y parcial, sin rigor, y centrado en su mayoría en criticar al sistema provisorio de transmisión de datos (no vinculante). Y es que a la hora de analizar las actas oficiales, las reales, únicamente logró demostrar irregularidades en 78 actas de un total de 34.555, lo que supone el 0,22%. De hecho, la muestra seleccionada, en sus propias palabras escritas en el informe, no obedece a criterios estadísticos sino que eligieron los casos allá donde el partido oficialista había obtenido muchos votos. El informe está plagado de adjetivos y adverbios con tono valorativo y discrecional (“comportamiento inusual”, “presumiblemente”) demostrando su incompetencia en cuanto a rigor e imparcialidad. 

5. El Gobierno de los Estados Unidos. Otro infaltable: como siempre, tras cada golpe, reaparece precipitadamente reconociendo al nuevo presidente autoproclamado. Aunque esta vez, desde inicios de este año, diferentes autoridades del Departamento de Estado -por ejemplo, Kimberly Breier- ya habían declarado que el proceso electoral boliviano estaba repleto de irregularidades, usando incluso el término de “potencial fraude”; además, plantearon más de una vez que se debía de estudiar el desconocimiento de los resultados que de la cita electoral se desprendieran. 

6. La policía. Es la segunda vez que lo hace. En el año 2008 se amotinó y desconoció al presidente Evo, provocando inseguridad ciudadana y desestabilización política y social. No prosperó en ese entonces, pero ahora lo repitió en un momento de gran caos y estado de terror provocado por el movimiento fascista en las calles. Fue un actor clave en la última fase del golpe de Estado. 

7. Las Fuerzas Armadas. Seguramente este es el actor más difícil de descifrar en este golpe. Actuó en forma muy particular: hasta el último momento no se pronunció ante la grave situación. En primer lugar, cuando todo comenzaba a estar al límite, emitieron un comunicado escueto pero con un párrafo último muy ambiguo. Después, en uno de los momentos de mayor tensión, se mantuvieron en silencio hasta que, al final, salieron a pedir la renuncia del presidente Evo. Es muy probable que al interior hubiera división, y todavía la haya. Las Fuerzas Armadas tuvieron varias horas de desconcierto, sin querer aprovecharse del vacío institucional de poder existente, y en ningún momento asumieron el control de las riendas del país. Sin embargo, esto no les exime de responsabilidad porque se fueron acoplando al tsunami golpista. A partir de ahora veremos qué ocurre porque la partida aún no está cerrada en cuanto a su papel en los próximos días y semanas. Hasta el momento, la autoproclamada presidenta ha cambiado al comandante de las Fuerzas Armadas, lo cual quiere decir que no se fía del anterior ni de la ascendencia de éste sobre otros mandos intermedios. 

8. Ciertos medios de comunicación. Jamás pueden faltar en cada golpe. Son claves para construir el marco de referencia antes, durante y después. Uno de los principales responsables en esta tarea en Bolivia es Página Siete. Un ejemplo es suficiente para demostrar cuál fue su forma de generar el máximo nivel de zozobra: desde la noche de las elecciones hasta 48 horas después, sostuvo en su portal como entrada principal el resultado de una encuestadora privada, Viaciencia, que daba sólo 4 puntos a favor de Evo para instalar la idea del fraude a pesar que ya había sido publicado oficialmente el cómputo preliminar y definitivo. Este medio siempre fue el máximo exponente del marco del fraude, antes y después, defendiendo el desconocimiento de los resultados desde el inicio y saliendo rápidamente a avalar la transición no democrática. Además, hay otros actores involucrados. No podemos obviar el rol del “periodista” Carlos Valverde, quién en la previa del referéndum del 2016, fue responsable de la campaña sucia en base al “caso Zapata”, orientada a erosionar la imagen de Evo Morales. 

9. Los actores económicos. Los grandes empresarios del país se enriquecieron mucho en el ciclo largo de bonanza económica. Es por ello que esta vez no está tan claro que este golpe de Estado tenga su raíz en su posición en contra del modelo económico boliviano. El eje explicativo central de este golpe definitivamente reside en el racismo que posee una clase boliviana que no acepta a lo indígena, esencia de un Estado Plurinacional. Sin embargo, los grandes grupos económicos del país tampoco están ajenos a esta cuota de desprecio por todo lo que tenga que ver con lo indígena. Es por ello que, seguramente, buena parte de los grandes empresarios del país hayan estado dubitativos entre aceptar la dirección indígena que le garantiza un proyecto económico estable y altamente rentable para ellos, o participar en este golpe a favor de dirigentes que sólo saben ser violentos en las calles. 

10. Los oportunistas de siempre. No falta el títere de turno que siempre quiere la foto como presidente, aunque sea en condición de autoproclamado. Esta vez este papel, a lo Guaidó, lo desempeña la opositora beniana Añez, que obtuvo algo menos de 50.000 votos para obtener su banca de senadora. De todas formas, lo que es seguro es que ella, a pesar que se auto promulgue y algunos otros lo repitan, jamás será la Presidenta del país. 

Alfredo Serrano Mancilla, Director CELAG

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RELATO DE MIL CARACTERES DE UNA SERIE DE 1.000 RELATOS


DOS PUEBLOS QUE NO TIENEN TONTO
(Isla Mayor y Caspe)


Todos los pueblos tienen un tonto oficial, pero a regla sociológica tan universal faltan solo dos: mi pueblo, Isla Mayor, del que hace años falto, y el histórico municipio de Caspe, porque el tonto que tenía y que lo era desde la misma noche de relámpagos y truenos en  que su padre lo emboquilló, tiempo hace que vive en Zaragoza.

El tonto ese que vivía en Caspe creía que a los ricos los hacían las cigüeñas de Paris de una madera especial, y que no era la riqueza en general, producto del robo, la usura, la rapiña y a veces si la fortuna era muy gorda, de todo ello junto y escrito con mayúsculas, incluido el crimen.

Creía también el tonto ese que vivía en Caspe que una cabeza con  pelo bien ajustado al cráneo y embadurnado de brillantina, era una cabeza bien pensante, y por supuesto, de rico.

Decía el tonto ese que vivía en Caspe que los gorriones meaban, pero como según él los gorriones eran los pájaros más ricos del mundo y de muy buenas maneras, como todos los ricos, esa era la razón, decía él, por la que no hacían cosas feas delante de la gente, ¡pero vaya si meaban!

Y como no hay mal que mil años dure ni tontería que no vaya a más, dejó de ser tonto el tonto ese que vivía en Caspe, para convertirse, pobrete nuestro, en tonto entontecido, y empezó a comer ajos insípidos, porque le hacían los eructos inodoros después de comer judías con oreja de cerdo en los meses de verano, como los ricos, decía el tonto entontecido, el tonto que fue de Caspe.

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Manuel Sogas Cotano
Zaragoza 14 Agosto 2005


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