domingo, 17 de noviembre de 2019

RELATO DE MIL CARACTERES DE UNA SERIE DE 1.000 RELATOS


DOS PUEBLOS QUE NO TIENEN TONTO
(Isla Mayor y Caspe)


Todos los pueblos tienen un tonto oficial, pero a regla sociológica tan universal faltan solo dos: mi pueblo, Isla Mayor, del que hace años falto, y el histórico municipio de Caspe, porque el tonto que tenía y que lo era desde la misma noche de relámpagos y truenos en  que su padre lo emboquilló, tiempo hace que vive en Zaragoza.

El tonto ese que vivía en Caspe creía que a los ricos los hacían las cigüeñas de Paris de una madera especial, y que no era la riqueza en general, producto del robo, la usura, la rapiña y a veces si la fortuna era muy gorda, de todo ello junto y escrito con mayúsculas, incluido el crimen.

Creía también el tonto ese que vivía en Caspe que una cabeza con  pelo bien ajustado al cráneo y embadurnado de brillantina, era una cabeza bien pensante, y por supuesto, de rico.

Decía el tonto ese que vivía en Caspe que los gorriones meaban, pero como según él los gorriones eran los pájaros más ricos del mundo y de muy buenas maneras, como todos los ricos, esa era la razón, decía él, por la que no hacían cosas feas delante de la gente, ¡pero vaya si meaban!

Y como no hay mal que mil años dure ni tontería que no vaya a más, dejó de ser tonto el tonto ese que vivía en Caspe, para convertirse, pobrete nuestro, en tonto entontecido, y empezó a comer ajos insípidos, porque le hacían los eructos inodoros después de comer judías con oreja de cerdo en los meses de verano, como los ricos, decía el tonto entontecido, el tonto que fue de Caspe.

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Manuel Sogas Cotano
Zaragoza 14 Agosto 2005


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