martes, 16 de diciembre de 2008

BIEN AVENTURADOS LOS RICOS QUE PIERDEN SUS DINEROS

Hemorragia satisfacción embárgame, queridísimos hermanos, en el espíritu de la bolsa y santos paraísos fiscales, cuando llegan a mis castas orejas que los hermanos mas sustanciosos en dineros van perdiendo sus almas, porque ellas se van por el agujerillo negro en el que ha metido Bernard Madoff los cincuenta mil millones de dólares estafados.
Alegrémonos, pues, mis amadísimos hermanos y primos, con la buena nueva de que los ricos aligeran sus pesos en dineros, que bien les irá para pasar el ojo de la aguja antes de que se compren los mejores solares a la diestra de Nuestro Señor. Que así se sea, y que Dios mediante continúen perdiendo sus dineros…
Pero, he aquí, mis piadosímos hermanos y demás peña, que estando yo en mí levita contemplación diaria, admirando la gran obra del verdadero Dios de primera división (no como el Real Zaragoza de Agapito), veo los tembleques de una gran peña que por allí había, de la cuya peña, una pétrea voz me dice:
A ti te digo, modorro, cara cartón y déjate ahora de gilipolleces de la contemplación. Oyendo esto me dije: habla, hermana peña, habla. Y ella prosiguió: Alégrate de que los ricos pierdan su dinero, zoquete, que son los ricos a través de los bancos con el auxilio de los políticos y de los de la marcha sindical administran tu dinero, además de vivir a tu costa, y si ahora te enteras de que son los propios ricos los que han perdido sus dineros… ¿Qué no habrán hecho con el tuyo, alma cándida?
Y, fue así, como aquella hermana peña me informó de mis ahorros y pensiones pensionadas, verbo poner, yo pongo, tu pones, él no pone, porque es muy listo y guarda lo que retavilla, nosotros ponemos, vosotros ponéis, ellos no ponen, porque son los mismoS que antes no habían puesto, que para eso son muy listos.
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