jueves, 28 de septiembre de 2023

La “geometría variable” de Blinken para una nueva Guerra Fría. [Nadie es perfecto. Que ustedes no sepan que es la geometría variable no es para desesperarse, porque ese tema lo domino y no me cuesta nada explicarlo. Vamos a lo que vamos. Geometría es una geometría que inventó un griego amigo, geómetra por cierto, allá por el año katapum antes de que Cristo dijera aquella famosa frase de “aquí estoy yo”. Geometría en griego, lo mismo que el cualquier otro idioma o dialecto del mundo mundial y parte del extranjero, está compuesto del término “geo” y “metria”, cuyos términos en cualquier tierra de garbanzo, y si no los hay también, quieren decir y significan “geo” y “metria”, salvo en mi pueblo, que como semos mu echaos palante, le denominamos Embudo (Por esta razón la geometría variable empieza por E de embudo), porque oigan, si es un embudo es un embudo. Eso de variable, geometría “variable”, es un neologismo mal avenido de andar por casa, que quiere decir que el embudo un día está aquí, el otro allá y al tercero en la puerta de tu casa. Pues lo que quiere decir, sin decirlo, el Blinken ese, sí, sí, el mismo, el Blinken de EE.UU, el alpargatero del capital para entendernos, que el embudo, la parte ancha del susodicho, se la enfocan los de la alpargata capitalista directamente a la boca para seguir chupando a boca llena de la riqueza creada por el trabajador, mientras que a este, si espabila, le puede tocar mijitilla del pitorrillo del embudo, de la parte estrecha. Y, como a más y más, Noy, la geometría es variable, o sea, que el embudo muda de sitio, pues que dice el Blinken este de la alpargata del capital, que para seguir chupando, Dios mediante, pondrá el embudo donde le salga de las pelotas. Siempre desde el punto de vista de la movilidad de la geometría y tal, que lo sepan. Qué, ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo?]

 

Contener a China: ese es el gran objetivo del hegemon. Un hegemon que se hace el sordo ante el proceso de des-occidentalización que ha iniciado el mundo. Un hegemon ciego que parece creer que dispone de mecanismos para conseguir que todo siga igual.


La “geometría variable” de Blinken para una nueva Guerra Fría


Alastair Croke

El Viejo Topo

28 septiembre, 2023 

 


Lo que está claro es que los grupos gobernantes en Washington están decididos a poner en primer término la contención de China.

La semana pasada, el Secretario de Estado Blinken, en un discurso en la Universidad Johns Hopkins, dijo sin rodeos:

“Lo que [enfrentamos] no es una prueba del orden posterior a la Guerra Fría. Es el final… un momento decisivo en la historia… Los países y los ciudadanos están perdiendo la fe en el orden económico internacional; su confianza se ve sacudida por fallas sistémicas… Cuanto más persisten estas disparidades, más desconfianza y desilusión surgen en las personas, que sienten que el sistema no les está dando un trato justo”.

Hasta ahora todo bien, pero continuó:

“Estados Unidos está liderando este período crucial desde una posición de fuerza… Una era está terminando, una nueva está comenzando… Debemos actuar y hacerlo con decisión… Debemos vivir la historia hacia adelante. Hay que poner la mano en el timón de la historia, porque…” “…ninguna nación en la Tierra tiene mayor capacidad para movilizar a otras en una causa común. Porque nuestro esfuerzo continuo (…) nos permite corregir nuestros defectos y renovar nuestra democracia desde dentro. Y porque nuestra visión del futuro –un mundo abierto, libre, próspero y seguro– no es sólo la de Estados Unidos, sino la aspiración duradera de los pueblos de cada nación de cada continente”.

La “nueva era”, entonces, se parece a la conocida “vieja”: nuestra “visión liberal” occidental y su doctrina económica es la de todos, en todas partes del mundo –afirma Blinken.

Pero el desafío de la “nueva era” es que “nuestros competidores [Rusia y China] tienen una visión fundamentalmente diferente… El contraste entre estas dos visiones no podría ser más claro. Y lo que está en juego en la competencia que enfrentamos no podría ser mayor: para el mundo y para el pueblo estadounidense”.

Por eso nosotros, el Equipo América, estamos trabajando “para alinear a nuestros amigos de nuevas maneras para que podamos enfrentar las tres pruebas definitorias de esta era emergente: una competencia estratégica feroz y duradera; amenazas existenciales a las vidas y los medios de subsistencia en todas partes y la urgente necesidad de reequilibrar nuestro futuro tecnológico y nuestro futuro económico, de modo que la interdependencia sea una fuente de fortaleza, no de vulnerabilidad”. (¿Interdependencia?… hmm) “Estamos haciendo esto a través de lo que me gusta llamar geometría variable diplomática. Hemos alineado a decenas de países para imponer un conjunto sin precedentes de sanciones, controles de exportación y otros costos económicos a Rusia”.

Ahh… ¿entonces la vieja Guerra Fría ha terminado? ¿Y qué lo sustituirá? Bueno, una nueva Guerra Fría de “geometría variable”. Evidentemente, el mensaje que emana de las cumbres de los BRICS y del G20 no lo ha “asumido”.

El mensaje que resonó como un claro repique de campanas en estas cumbres fue que el colectivo no occidental se ha unido en torno a la demanda urgente de una reforma radical del sistema global. Quieren un cambio en la arquitectura económica global; cuestionan sus estructuras (es decir, los sistemas de votación que se encuentran detrás de esas estructuras institucionales como la OMC, el Banco Mundial y el FMI) y, sobre todo, se oponen a la hegemonía del dólar como arma.

La demanda, dicho claramente, es un puesto en la Mesa Superior.

A esa demanda, la respuesta de Blinken es la de un desafío absoluto: Geometría variable: “Estamos formando una coalición adecuada a su propósito. Estamos transformando el G7 en el comité directivo de las democracias más avanzadas del mundo; combinando nuestro músculo político y económico… Estamos llevando las  relaciones bilaterales críticas, [especialmente] con la Unión Europea a un nuevo nivel. Estamos utilizando ese poder para dar forma a nuestro futuro tecnológico y económico…”.

Dicho claramente, la geometría variable de la nueva Guerra Fría contra China y Rusia equivale a una continua guerra financiera armada: “Hemos alineado a decenas de países para imponer un conjunto sin precedentes de sanciones, controles de exportaciones y otros costos económicos a Rusia. Coordinamos al G7, la Unión Europea y docenas de países más para apoyar la economía de Ucrania y reconstruir su red energética. Así es como se ve la geometría variable”.

Las nuevas herramientas de la Guerra Fría –como se definen en el discurso de Blinken– son, en primer lugar, la “narrativa” (nuestra visión es la visión del mundo); una economía armada; nueva capacidad de préstamo para el FMI controlado por Estados Unidos; y un “cinturón” protector que impida que los niveles dominantes de la tecnología occidental le den una salida a China.

Lo que está claro es que los grupos gobernantes en Washington están decididos a tener como principal objetivo contener a China. Lap elea ha empezado.

Sin embargo, este plan contiene dos paradojas principales: la primera es que la guerra financiera contra Rusia ha resultado en una Rusia económicamente más fuerte y en un aliado de Estados Unidos más débil y más pobre: Europa. De manera similar, como señaló un funcionario chino que destacó el avance representado por el Huawei Mate 60 Pro: “Las sanciones no son algo tan malo. Lo único que hacen es fortalecer el “movimiento de desoccidentalización”, como se le denomina informalmente en China. En otras palabras, en última instancia fortalecen a China y debilitan a Estados Unidos.

La segunda paradoja es que al enmarcar la «Nueva Guerra Fría» en términos tan explícitamente maniqueos de «con o contra nosotros» que excluyen cualquier «término medio», los indecisos de los BRICS, como la India, tendrán poco espacio para jugar «en ambos extremos». Finalmente, la geografía por sí sola impulsará a la India a integrarse sin reservas en la esfera Heartland.

Fuente: Al Mayadeen.

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