El arte paleolítico de la
Cueva de Ardales tiene más de 50.000 años
TERCERAINFORMACION / 02.06.2022
Una cueva de arte rupestre
ubicada en el municipio andaluz de Ardales fue utilizada por una sucesión de
culturas antiguas para enterrar a sus muertos. Además fue usada como lienzo
para obras de arte, lo que implica que le otorgaban un alto valor simbólico.
Zona de excavación en la Cueva de Ardales con
evidencias del Paleolítico Medio. / Ramos-Muñoz et al., CC-BY 4.0
La cueva de Ardales, ubicada
en la población malagueña del mismo nombre, tiene una larga historia desde su
descubrimiento, mencionado por el político Pascual Madoz a mediados del siglo
XIX. Se ha utilizado durante décadas como cueva turística y pasaría a la
historiografía prehistórica internacional por la visita del naturalista y
arqueólogo Henri Breuil.
Acompañado del investigador español Miguel
Such, supo ver la importancia de la cavidad por el
conjunto de escenas paleolíticas de sus paredes y la sucesión de estilos representados,
que van de lo más sencillo a lo más complejo. Así lo reflejaría en su artículo
de la revista L’Anthropologie, publicado
en 1921.
El importante legado artístico de la cueva incluye más
de 1.000 pinturas y grabados, entre los que se representan cabras, bóvidos,
serpientes y caballos, situados en los estilos clásicos culturales de
Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense, así como numerosos signos. También hay
formas de manos y representaciones de mujeres. Además, en ella se descubrieron
artefactos y restos humanos.
José Ramos Muñoz,
investigador de la Universidad de Cádiz, en colaboración con Gerd-Christian Weniger de
la Universidad de Colonia (Alemania), han continuado con las excavaciones en el
lugar desde 2011. Gracias a estos trabajos y al buen estado de conservación de
la cavidad, han publicado en la revista PloS ONE un
estudio que presenta una serie estratificada de más de 50 fechas radiométricas
que confirman la antigüedad del arte paleolítico desde hace más de 58.000 años.
Los signos, manchas, líneas y puntos representados se
asociarían a poblaciones neandertales con cronologías de más de 64.000 años.
Asimismo, existen muchos motivos de arte del Paleolítico superior, y en los
niveles de Paleolítico medio se hallaron numerosos fragmentos de ocre.
“Ha sido fundamental el modelo de gestión municipal, coordinado por Pedro Cantalejo y el Ayuntamiento de Ardales, que ha cuidado la conservación y un acceso limitado de las visitas a la cueva. Esto ha mantenido el buen estado las pinturas y del interior de la cavidad”, enfatiza a SINC Ramos Muñoz, que colidera el trabajo.
No era una cueva para vivir
Aunque se trata de un lugar bien conocido, el uso que
se creía que le dieron los humanos prehistóricos no estaba bien definido. En
este estudio se aclara que era un lugar
funerario y para el arte, ya que las pruebas de actividades domésticas
son muy escasas, lo que indicaría que los humanos no vivían en la cueva.
“Existe tradicionalmente la idea de que las sociedades
prehistóricas vivían en cuevas. La realidad es que eran lugares de refugio y
defensa por las condiciones climáticas, su mejor temperatura interior y el
resguardo que ofrecían. En el caso de Cueva de Ardales, las sociedades
neandertales y las humanas anatómicamente modernas ocuparon el umbral y zona
próxima a la entrada. El campamento estaba situado en el exterior de la
cavidad, próximo a la entrada, denominado Cucarra. Al entrar en la cueva
para pintar o usarla como enterramiento le otorgaban al contenido un importante
valor simbólico”, aclara a SINC Cantalejo, que
también firma la investigación.
La datación radiométrica y el análisis de los restos y
artefactos de la cueva aportaron las pruebas de que los primeros ocupantes del
lugar fueron probablemente neandertales, hace más de 65.000 años. Los humanos
modernos llegaron más tarde, hace unos 35.000 años, y utilizaron la cueva de
forma esporádica hasta comienzos de la Edad del Cobre.
“Estas numerosas dataciones nos ayudan a confirmar que
las poblaciones neandertales, en fechas sincrónicas a las dataciones de las
pinturas, habitaron la entrada de la cueva y manipularon ‘ocre’ en relación con
la creación artística. Todo ello ratifica el avance cultural, social y
simbólico de las sociedades neandertales”, apunta Ramos Muñoz.
Los restos humanos también indican el uso de la cueva
como lugar de enterramiento durante el Holoceno. “La gran confirmación de
este estudio es que, al excavar la zona de la entrada en niveles de cronología
de 58.000, documentamos junto a tecnología típica de sociedades neandertales
fragmentos de ocre junto a zonas pintadas de los motivos antiguos”, enfatiza
Catalejo.
Según los científicos, este yacimiento proporciona una
increíble historia de la actividad humana en España y, junto con otros
yacimientos similares (existen más de 30 cuevas en la región con pinturas
similares), convierte a la península ibérica en una localidad clave para
investigar la historia de la cultura europea.
Las dos fases artísticas de las Cuevas de Ardales
El cambio de paradigma con las poblaciones neandertales
Los neandertales han contado con prejuicios y una
visión negativa desde los primeros hallazgos. Las ilustraciones que se dieron
de ellos en el siglo XIX y buena parte del XX popularizaron una visión
simiesca, atrasada y salvaje.
“La historia de sus descubrimientos en el siglo XIX
estuvo asociada a nociones como ‘bestialidad y brutalidad primitivas’. Fueron
utilizados para cuestionar las bases naturalistas y materialistas de la evolución humana”,
asegura Ramos Muñoz.
Desde hace más de dos décadas se ha analizado
especialmente su extinción, que se vinculó a la salida de África de
los humanos anatómicamente modernos. Aunque en general se ha avanzado mucho en
una mejor valoración de estos grupos humanos, siguen perdurando en obras
generales, y en trabajos realizados por especialistas, una serie de prejuicios
y paradigmas sobre su carácter primitivo y salvaje.
“Nuevos estudios están dando una valoración cultural e
intelectual mayor a las sociedades neandertales. Los trabajos de dataciones en
costras calcáreas sobre pinturas y las nuevas excavaciones en Cueva de Ardales
confirman sus desarrollos tecnológicos y su capacidad de crear pinturas
(signos, puntos, trazos en rojo) por medio del uso y manipulación de ocre.
Además, mostraría un arte primero de tipo abstracto y conceptual, lo que les
confiere como sociedad importantes valores intelectuales y conceptuales”,
concluye.
Referencia:
Ramos-Muñoz J, Cantalejo P, Blumenröther J, Bolin V,
Otto T, Rotgänger M, et al. “The nature and chronology of human occupation at
the Galerías Bajas, from Cueva de Ardales, Malaga, Spain”. PLoS ONE.
Fuente: SINC