domingo, 5 de junio de 2022

Una sola tierra. Una sola salud

 

El 5 de junio es el “Día Mundial de Medio Ambiente”: una buena ocasión para reforzar su celebración, reducir voluntariamente nuestro consumo irracional e insolidario y participar activamente en una Transición Ecológica Justa e Inclusiva.


Una sola tierra. Una sola salud

 

La Garbancita Ecológica / 5 junio, 2022 


El 5 de junio es el “Día Mundial de Medio Ambiente”. Esta cita fue acordada por la Asamblea General de NNUU en diciembre de 1972 en atención a que ese día se inició en Estocolmo la 1ª Conferencia sobre Medio Ambiente Humano. Hoy, 50 años después, y en el marco del “Decenio sobre la restauración de los ecosistemas proclamado por la ONU” (2021-2030), los daños de una industrialización depredadora y un consumismo irresponsable nos enfrentan a catástrofes climáticas, pérdida de la biodiversidad, contaminación de atmósfera, suelos y acuíferos, crisis alimentarias y pandemias como el COVID 19.

Bajo la consigna “Una Salud, un Planeta” nos proponemos: a) reforzar la celebración, protección y restauración de los agroecosistemas, b) reducir voluntariamente nuestro consumo irracional e insolidario y c) participar activamente en una Transición Ecológica Justa e Inclusiva, cada día más necesaria para construir Sistemas Alimentarios Agroecológicos que respeten la biodiversidad, los suelos vivos, la producción de cercanía y de temporada.

La Alimentación Industrial-Mercantil-Global es causante de la mayoría de las amenazas a la sostenibilidad de los ecosistemas y el bienestar humano. Por eso, el compromiso con la Salud Ambiental pasa, necesariamente, por el compromiso con: a) la Salud, la Seguridad y la Soberanía Alimentaria para todas las personas y todos los pueblos, b) el Consumo Responsable Agroecológico y c) los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Frente al Individualismo y la Competitividad, priorizamos el Diálogo y la Cooperación entre todos los eslabones de la cadena alimentaria. Entendemos la Agroecología como un proceso de cambio social, cultural y económico que involucra a la producción ecológica y al consumo responsable. En la Agroecología convergen conocimientos y prácticas campesinas, ciencia y técnica agronómica sostenible, ecofeminismo y construcción de sujetos sociales comprometidos con la salud de las personas y del planeta.

Nuestro país es muy vulnerable a las tensiones del cambio climático. Las aguas marítimas y terrestres están contaminadas por encima de los límites soportables. Los abusos de la agricultura y la ganadería industrial generan desastres ecológicos como El Mar Menor o Doñana. La única solución es sustituir la alimentación contaminante por una alimentación agroecológica. Pero, ¿estamos dispuestos a modificar nuestra dieta y pautas de consumo apostando por el consumo responsable agroecológico? Siendo España la quinta potencia mundial de producción ecológica y la primera europea, la mayor parte de la producción se exporta. Nuestra conciencia alimentaria y ecológica es superficial.

Una alimentación ecológica procede de suelos vivos que retienen el agua, frenan la erosión y conectan el metabolismo de los microorganismos, micorrizas y organismos del suelo para transformar los residuos de plantas y animales que caen a la tierra en nutrientes para sí mismos y para las plantas que acopian las vitaminas, minerales, antioxidantes de frutas y verduras que luego llegarán a nuestras mesas.

Los fertilizantes químicos y otros tratamientos de síntesis para enfrentar plagas y enfermedades de plantas y animales contaminan el suelo y dejan sin sus propias estrategias defensivas a plantas y animales. Los alimentos procedentes de suelos vivos, a su vez, alimentarán adecuadamente nuestra flora intestinal. Los nutrientes necesarios para preservar nuestra salud pasarán al torrente sanguíneo libres de tóxicos. Por el contrario, si nuestra dieta tiene exceso de azúcares y proteína animal favorecemos el crecimiento de otras bacterias que romperán el equilibrio de nuestra microbiota. Si los alimentos tienen químicos, debilitan y matan a microorganismos beneficiosos. Hay evidencias científicas sobre la interrelación entre una mala alimentación con restos de plaguicidas y disruptores endocrinos y el incremento de obesidad, cáncer y enfermedades autoinmunes y cardiovasculares.

Hace falta una Transición Ecológica Justa, igualitaria y sostenible. Es necesario un movimiento social que, situando en el centro la vida y la economía del bien común, promocione la salud alimentaria y ambiental, repare la huella ecológica y cierre la brecha metabólica entre el campo y la ciudad.

Muchas comunidades en todo el mundo están dando respuesta a la emergencia climática con prácticas alternativas al modelo industrializado de alimentación y con movilizaciones locales, regionales y globales que empujan hacia un cambio de rumbo en las políticas públicas para que los Derechos Humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dejen de subordinarse al crecimiento económico y al poder del dinero.

Contribuye al crecimiento del consumo agroecológico responsable. Incorpora entre tus hábitos la compra de alimentos ecológicos en proyectos acreditados por su relación responsable con lxs productorxs y la economía social. Trabaja por el auge de la cultura alimentaria agroecológica y la reducción de la contaminación agrotóxica, la crisis climática, la desnutrición asociada al hambre y la malnutrición asociada a la comida basura.

5 DE JUNIO DE 2022.  DÍA INTERNACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE (ESTOCOLMO + 50)

Manifiesto de La Garbancita Ecológica.

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