martes, 30 de junio de 2015

PUBLICADO EN CRÓNICA DE ARAGON

Isabel II y el abejorro que llega sin ser visto

 
Según dice Carlos Berzosa en “Falta de visión del pensamiento económico ante el cambio de ciclo de la economía mundial”, la reina Isabel II de Inglaterra visitó la London School of Economics en noviembre de 2008 para preguntar al profesorado por qué nadie se dio cuenta de que el colapso crediticio estaba en camino.
Más lógico habría sido en mi opinión, haberle preguntado a ella por qué su fortuna crecía como la espuma sin que Su Graciosa Majestad haya dado nunca un palo al agua, y por qué la pobreza se extendía e intensificaba cada vez más entre sus amados súbditos (muchos de los cuales, sí que trabajaban).
Seguramente la idea de la reina acerca de la crisis sea de tipo abejorro que en buen día se encabrita sin que se sepa el porqué, se vuelve loco, le da por levantar monumental polvareda con el desmedido batimiento de sus alas, haciendo que los beneficios le cojan miedo y salgan huyendo, con lo que los capitales invertidos dejan de ser rentables, y ¡zaca!, la crisis.
Concebida así la crisis cobra real lógica la pregunta de la reina: ¿cómo es que no visteis llegar la crisis, mis amados cerebros de la economía, cuando un abejorro lo puede ver hasta un niño de párvulos?
Pero no hay pregunta estúpida si la respuesta que recibe no es la estupidez misma. Y así, para no echar tierra a la sapiencia de la reina y certificar solemnemente la memez de su pregunta, dos de los profesores consultados, en carta dirigida a Su Graciosa Majestad el glorioso día 22 de julio de 2009 le responden que la crisis “se atribuye a un fallo de la imaginación colectiva de muchas personas inteligentes, de este país y del extranjero, a la hora de entender los riesgos para el sistema en su conjunto”.
O sea, que esas personas inteligentes, si en vez de estar imaginando en plan ramplón lo ancha que es Castilla, se hubieran puesto a imaginar como Dios manda, por ejemplo, que los misiles enemigos de EEUU (que ahora mismo podrían estar apuntando a la base de Morón de la Frontera) en sus ratos libres se dedican a la poesía (menos la temporada de verano que se van al monte a tomar el fresco), que ya es imaginar…, se habría visto llegar al abejorro.
Otros diez economistas ingleses y australianos mostrando una pizquita de dignidad, pero tampoco mucha (porque en estas cuestiones no hay que extralimitarse), le escriben también a Su Graciosa Majestad el 10 de Agosto del mismo año criticando la carta anterior de sus dos colegas en la que aludiendo a la misma dicen que: “… su análisis general [a cualquier cosa llaman análisis, pero así es como ellos le llaman] es insuficiente pues no reconoce deficiencias en la formación o cultura de los propios economistas [¡Vaya por Dios! Los propios economistas declarándose ante la reina que son unos cerrojos precisamente en economía]. En los últimos años, la economía se ha convertido prácticamente en una rama de las matemáticas aplicadas y se ha separado de los acontecimientos e instituciones del mundo real. Los estudios de economía se han vuelto demasiado limitados en detrimento de cualquier visión sintética”.
Algo de cierto debe de haber acerca del despiste de los economistas, al menos en los economistas oficiales de bombo y platillo, cuando siendo los responsables del funcionamiento económico de la sociedad no han sido capaces de detectar la llegada del abejorro, y además están más secos que la mojama en ideas y teorías para sacarnos del barrizal en el que nos han metido.
De modo que, en parte, hemos de darles la razón a los economistas: llevan – pobretes nuestros– unos años con los pies en el aire y la cabeza en el bolsillo. Pero desde hace cuántos años llevan despistados los economistas ¿Desde 1929 que tampoco supieron abejorrizar la que se venía encima? ¿Desde 1970 que aterrizó otro abejorro sin ser detectado? ¿O desde 2008, en el que apareció el abejorro padre que ya no se va a poder espantar, entre otras cosas porque las políticas oficiales que se plantean para desabejorrizar la situación actual son las mismas que llevaron a engordar el abejorro que acaba de tomar el mando de la plaza?
Yo creo que es pertinente que sintamos algo de piedad por nuestros queridísimos economistas de postín, porque los años que llevan sin verlas venir son nada más y nada menos que 170.
No diré ya que nuestros economistas deberían conocerse al dedillo El Capital de Marx, porque reconozco que es de tan difícil lectura como el Don Quijote de la Mancha de Cervantes; pero sí losAnales franco-alemanes de 1843, donde aparece el pienso que engorda a los abejorros y la fumigación necesaria para erradicarlos.
O sea, que los economistas de postín ni siquiera saben leer, y si saben, no aciertan a comprender lo que leen. Y en esto no nos podemos andar con chiquitas, porque nos estamos jugando la existencia. Y que Dios Salve a la Reina, porque como no la salve Dios, no sé quien la podría salvar.
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DEUDA PÚBLICA. AL PLÁCIDO, SEGURO Y LUCRATIVO ROBO CON APOYO LEGAL, PROTEGIDO POR LA POLICÍA Y LA INTERVENCIÓN DEL EJÉRCITO CUANDO HAGA FALTA, ADEMÁS DEL CONSENTIMIENTO DE LOS ROBADOS, SE LLAMA AHORA NEGOCIO BANCARIO


LA DEUDA PÚBLICA EN FRANCIA Y EN EUROPA

Los bancos privados se hacen ricos a costa de los ciudadanos
La deuda pública en Francia y en Europa

Salim Lamrani 
Sociología Crítica
 Opera Mundi
30.06.2015
Todos los países europeos se enfrentan al problema de la deuda que afecta severamente a las finanzas públicas. Francia, la quinta potencia mundial, tampoco se libra de la crisis que hace la felicidad de los bancos privados.

Ninguna nación europea se salva del problema de la deuda pública, aunque la gravedad de la crisis difiere de un país a otro. A un lado se encuentran los “buenos alumnos” tales como Bulgaria, Rumania, República Checa, Polonia, Eslovaquia, acompañados de los países bálticos y escandinavos, con un endeudamiento inferior al 60% del PIB. Al otro lado están los cuatro “malos alumnos”, cuya deuda pública supera el 100% del PIB: Irlanda (108%), Portugal (108%), Italia (120%) y Grecia (180%). Entre estos dos extremos se hallan el resto de los países de la Unión Europea, tales como Francia (86%), cuya deuda oscila entre el 60% y el 100% del PIB. 1

Los gobiernos europeos de filosofía liberal, simbolizados por la Alemania de Ángela Merkel, son unánimes en cuanto a la importancia que conviene dedicar al “desendeudamiento” público, aplicando políticas de austeridad. Del mismo modo, Pierre Moscovici, a pesar de que es el ministro de Economía francés del gobierno socialista de François Hollande, ha fijado como objetivo prioritario “reducir los déficit”, y se ha comprometido a limitarlos a un 3% del PIB por año, entre otras cosas a través de la reducción de los gastos públicos. 2
No obstante, es de notoriedad pública que las políticas de austeridad que promueven la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional y que se aplican en el Viejo Continente, son económicamente ineficaces. Incluso tienen el efecto contrario, ya que lejos de estimular el crecimiento, la reducción de los gastos, la disminución de los salarios y de las pensiones de retiro –además de las consecuencias sociales y humanas catastróficas que ocasionan– conducen inevitablemente a una contracción del consumo. De hecho las empresas se ven obligadas a reducir la producción y los salarios e incluso a prescindir de sus empleados. Consecuencia lógica, los recursos tributarios del Estado disminuyen mientras que sus gastos –para atenuar los efectos del desempleo– estallan, creando así un interminable círculo vicioso, cuyo símbolo es la crisis griega. Así, varios países europeos se encuentran en recesión.
Cómo nació la deuda pública de Francia
En 1973, Francia no tenía problema de deuda y el presupuesto nacional se encontraba equilibrado. En efecto, el Tesoro Público podía financiarse directamente con el Banco de Francia para construir escuelas, infraestructuras viarias, portuarias y aéreas, hospitales y centros culturales, sin tener que pagar una tasa de interés exorbitante, y entonces apenas tenía déficit. No obstante, el 3 de enero de 1973, el gobierno del Presidente Georges Pompidou, él mismo antiguo director general del Banco Rothschild, influenciado por el mundo financiero, adoptó la Ley n°73/7 sobre el Banco de Francia, apodada la “Ley Rothschild” por el cabildeo del sector bancario a favor de su adopción. Elaborada por Olivier Wormser, gobernador del Banco de Francia, y Valéry Giscard d’Estaing, entonces ministro de Economía y Finanzas, la ley estipula en su artículo 25 que “el Tesoro Público no puede ser presentador de sus propios efectos a descuento del Banco de Francia”. 3
En otras palabras, el Estado francés ya no puede financiar el Tesoro Público contratando préstamos sin interés con el Banco de Francia, sino que tiene que abastecerse en los mercados financieros. Así, el Estado se encuentra obligado a contratar préstamos y pagar intereses a las instituciones financieras privadas, mientras que hasta 1973 podía crear moneda para equilibrar su presupuesto mediante el Banco Central. Los bancos comerciales disponen ahora del poder de creación monetaria mediante el crédito, mientras que antes era una prerrogativa exclusiva del Banco Central, es decir del Estado, y se enriquecen a costa de los contribuyentes, con un estatus de casi monopolio.
Así, los bancos privados pueden prestar, gracias a los sistemas de reservas fraccionarias, más de seis veces la suma que tienen en moneda central. En otras palabras, por cada euro de que disponen pueden prestar hasta 6 euros gracias a la creación monetaria mediante el crédito. Si no es suficiente, pueden contratar con el Banco Central todos los fondos que necesiten con una tasa a menudo del 0%, con el fin de prestarlo luego… a los Estados con una tasa del 3% al 18%, como es el caso de Grecia. Así, la creación monetaria mediante el crédito representa el 90% de la masa monetaria en circulación en la zona euro.
Maurice Allais, Premio Nobel de Economía francés, denunció esta situación y afirmó que la creación monetaria debía ser una prerrogativa del Estado y del Banco Central. Según él,
“ Toda creación monetaria debe ser del Estado y sólo del Estado: toda creación monetaria distinta de la moneda de base del Banco Central debe ser imposible, de modo que desaparezcan los ‘falsos derechos’ que resultan actualmente de la creación monetaria bancaria […]. Por esencia, la creación monetaria ex nihilo que practican los bancos se parece a –no vacilo en decirlo para que la gente entienda bien lo que está en juego– la fabricación de dinero por falsificadores, tan justamente sancionados por la ley. Concretamente, lleva a los mismos resultados. La única diferencia es que los que se benefician de ello son distintos”. 4
En la actualidad la deuda de Francia se eleva a más de 1,7 billones de euros. Ahora bien, entre 1980 y 2010, el contribuyente francés rembolsó más de 1,4 billones de euros a los bancos privados sólo a título de intereses de la deuda. Así, sin la ley de 1973, el Tratado de Maastricht y el Tratado de Lisboa, la deuda francesa sería apenas de 300.000 millones de euros. 5
Francia paga cada año 50.000 millones de euros de intereses, lo que pone dicho pago en el primer puesto del presupuesto, antes de la educación. Con semejante suma, el gobierno podría construir 500.000 viviendas de 100.000€ o crear 1,5 millones de empleos en la función pública (educación, salud, cultura, ocio) con un salario mensual neto de 1.500€. El contribuyente se ve despojado de más de 1.000 millones de euros cada semana en provecho de los bancos privados. Así, la categoría más rica de la población ha recibido del Estado el fabuloso privilegio de enriquecerse a costa del contribuyente sin ninguna contrapartida y sin el menor esfuerzo.
Por otra parte, este sistema permite al mundo financiero someter a la clase política a sus intereses y dictar la política económica mediante las agencias de calificación, ellas mismas financiadas por los bancos privados. En efecto, si un gobierno adopta una política contraria a los intereses del mercado financiero, esas agencias bajan la nota de los Estados, lo que tiene como efecto inmediato el alza de las tasas de interés.
Al mismo tiempo, cuando el Estado y el Banco Central Europeo reflotan los bancos privados en dificultad –es decir, que proceden a su nacionalización de facto sin beneficiarse de ninguna ventaja, como por ejemplo un poder de decisión en el Consejo de Administración-, lo hacen con tasas de intereses menos elevadas que las que esas mismas entidades financieras aplican al Estado.
El sistema de crédito que se ha establecido en Francia desde 1973 y que se ha ratificado en los tratados de Maastricht y de Lisboa sólo tiene un objetivo: enriquecer a los bancos privados a costa de los contribuyentes. Es una lástima que no se abra un debate sobre los orígenes de la deuda pública en Francia en los medios informativos ni en el Parlamento. No obstante, bastaría con devolver la exclusividad de la creación monetaria al Banco Central para resolver el problema de la deuda.
Salim Lamrani es Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba , París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: Salim.Lamrani@univ-mlv.fr
1 Eurostat, « La dette publique des Etats membres », diciembre de 2011.http://www.touteleurope.eu/fr/actions/economie/euro/presentation/comparatif-le-deficit-public-dans-la-zone-euro.html (sitio consultado el 12 de junio de 2012).
2 Le Point, « Moscovici : l’Europe, dossier prioritaire, la dette publique est un ‘ennemi’ », 17 de mayo de 2012.
3 Loi du 3 janvier 1973 sur la Banque de France.http://www.legifrance.gouv.fr/affichTexte.do?cidTexte=JORFTEXT000000334815&dateTexte=19931231 (sitio consultado el 13 de junio de2012)
4 Maurice Allais, La crise mondiale d’aujourd’hui, Editions Clément Juglar, 1999.
5 Une histoire de la dette, « Comprendre la dette publique », 7 de octubre de 2011.http://www.unehistoiredeladette.fr/2011/10/07/video-comprendre-la-dette-publique-en-quelques-minutes-et-drcac/ (sitio consultado el 13 de junio de2012). Sociétal , « L’arnaque de la dette publique », http://www.societal.org/docs/dette-publique.htm (sitio consultado el 13 de junio de 2012).

CORRUPCIÓN, POLÍTICA Y 24-M


5/5

5).- Corrupción y 24-m (19/05/2015)

En esta introducción para El Hurón del artículo sobre las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24-M, nos enfrentamos a uno de los análisis más complejos y difíciles de realizar sobre los resultados globales, y sobre los particulares de las negociaciones, pactos y repartos posteriores, que es, sin duda, el de la influencia política de la corrupción, el de calibrar con alguna aproximación cuánto voto han podido perder la dos grandes fuerzas políticas en el Estado español debido a la corrupción. Intentaremos analizar muy brevemente qué posibles influencias ha podido tener en dichos resultados la corrupción estructural que caracteriza al capitalismo español y a su Estado.

Una de las razones que explican esa dificultad, probablemente la fundamental, estriba en que la corrupción normalizada no es mal vista en el Estado, y menos en lo que se denomina «mundo empresarial», tal como hemos expuesto en artículos anteriores. Esto hace que sólo sea cuantificable y calificable en sus expresiones manifiestas, pero apenas en la anodina vida cotidiana.

Otra de las razones es que la llamada «ciencia social», la sociología, para entendernos, no está capacitada para estudiar las corrupciones por dos obstáculos cualitativos insuperables para esta llamada «ciencia social»: uno, que la raíz de la corrupción es la misma que la raíz de la economía mercantil desde sus orígenes históricos; y otra, que esta raíz se entrelaza rápidamente con otras motivaciones sociopolíticas formando una totalidad, cuyo estudio exige recurrir al método dialéctico, algo también imposible para el mecanicismo positivista y neokantiano de la sociología que, con su célebre «cuantofrenia» denunciada por Sorokin, absolutiza el individualismo metodológico burgués.

Resultado de ello es que la sociología ni quiere ni puede prestar atención a la unidad entre economía y política, unidad que tiene en las corrupciones uno de los engranajes de influencia recíproca más efectivos. Si la sociología intentase profundizar en las relaciones político-económicas tendría que hacer un doble esfuerzo: superar sus propias limitaciones pero también las de la contabilidad de la economía capitalista. La entera estructura conceptual de la economía política está diseñada para negar u ocultar lo más posible la explotación asalariada, el proceso de extracción de plusvalía mediante la explotación burguesa de la fuerza de trabajo. La ignorancia sociológica al respecto es involuntaria solo en parte, frecuentemente es consciente: estricta voluntad de no saber qué es y cómo funciona el modo de producción capitalista.

Ahora bien, la cuantificación sí sirve para descubrir algunos efectos externos que nacen de las internas contradicciones del capitalismo. Permite saber, por ejemplo, que la corrupción supone aproximadamente el 1% del PIB de la UE; que las mafias ganan alrededor de 5.500 millones-€ anuales con tráfico de personas de África a Europa y de Nuestra América a EE.UU., y que han obtenido no menos de 15.700 millones-€ en los últimos quince años con el tráfico humano entre África y la UE; que el narcotráfico y la prostitución suponen el 0,85% del PIB del Estado español; que en 2014 aproximadamente el 33% de la clase obrera del Estado trabajase en «negro», con el demoledor impacto que ello supone para la recaudación fiscal, ya de por sí muy debilitada por las «amnistías» fiscales, prebendas, ventajas y descuentos legales que el Estado burgués concede a las grandes fortunas, mientras que casi 1.300.000 pequeños ahorradores han sido estafados en menos de diez años mediante las «ofertas preferentes» de la banca.

Todo esto y más puede descubrir la contabilidad económica siempre que tenga medios adecuados y sobre todo voluntad política, lo que depende de las disputas entre las fracciones de la burguesía, las presiones del reformismo y la fuerza de masas de la izquierda, cuestión sobre la que nos extenderemos en otros escritos. A pequeña escala también es difícil luchar contra la corrupción en talleres, bares, restaurantes y comercios, aunque se incoen expedientes a algo más de un centenar de talleres de coches en la Comunidad de Madrid; o como en el caso de la Comunidad Autónoma Vasca se «descubra» que el 90% de los bares y restaurantes tienen contabilidad B: casi al instante han respondido asociaciones de pequeños empresarios poniendo en solfa o minimizando el asunto incluso con argumentos legales basados en las ambiguas lagunas de la jurisprudencia al respecto. De cualquier modo, una doble contabilidad bien manipulada deja un beneficio extra aún después de haber pagado la multa siempre que la ley vaya por detrás de la trampa.

La corrupción estructural en lo económico se materializa en lo sociopolítico mediante complejos y múltiples canales a través de los que se redistribuyen parte de los beneficios legales e ilegales, también «grises», que siempre nos remiten a alguna forma de ganancia directa y/o indirectamente material: dinero, regalos, sexo, poder, influencias, etc. Más aun, en las intrincadas redes relacionales cotidianas, siempre dependientes del reparto de estos y otros beneficios y lubricadas por este mismo reparto, laten los embriones de formas micro mafiosas de acción económica y sociopolítica: que no lleguen a dar el salto a pequeñas organizaciones que bordean la ilegalidad puede ser debido a muchas razones.

Lo fundamental es que estas corruptelas de baja intensidad de la que ya hemos hablado en alguna ocasión y a las que tendremos que volver en otros comentarios por su enorme importancia, son extremadamente difíciles de cuantificar y menos en los resultados electorales porque su masiva penetración cotidiana está asentada y asegurada por la quíntuple función del dinero como medida del valor; medio de circulación; medio de acumulación; medio de pago y como dinero mundial. La totalidad de la vida social está determinada por esta quíntuple función del dinero, determinación tanto más omnipotente cuanto que además está desmaterializada por el perverso y reaccionario efecto del fetichismo de la mercancía.

La normalidad cotidiana con la que se acepta y practica esta «pequeña» corrupción surge de la imbricación de los factores expuestos dentro de la vida más o menos precaria, pero siempre precaria, que sufre la población explotada que vive de salario directo, social, público, diferido, indirecto. La burguesía tiene otra forma de ver y practicar la corrupción. Solamente cuando la amarga experiencia acumulada durante varios años en los que, junto a los efectos empobrecedores de la crisis, las masas van viendo que la corrupción y la podredumbre generalizadas multiplican su malestar a la vez que enriquecen a la minoría en el poder, sólo entonces empiezan a notarse los directos efectos políticos que causa la podrida realidad corrupta, pero no siempre sucede así.

La sociología no está preparada para investigar --ni tampoco quiere hacerlo-- las concatenaciones entre los procesos socioeconómicos y psicopolíticos que, bajo la presión de las corrupciones múltiples, terminan influyendo en los resultados electorales. En los últimos años han emergido a la prensa tantas corrupciones soterradas durante tiempo que han sido uno de los detonantes del drástico agravamiento de la crisis internacional del nacionalismo español. Nos encontramos ante la clásica sinergia de contradicciones parciales que generan una compleja contradicción cualitativamente superior cuyo estudio exige el empleo del método dialéctico, verdadero «satán bolchevique» para el academicismo neokantiano de la sociología «neutral», subvencionada por empresas privadas y burocracias estatales. A pesar de la innegable actualidad e influencia sociopolítica y económica de la corrupción estructural, multiplicada en los últimos años, es extremadamente difícil encontrar investigaciones serias realizadas desde la sociología.

Nuestra búsqueda ha dado muy pocos resultados, exceptuando los cuatro textos que citamos, y el cursillo de verano sobre la corrupción política organizado en Donostia por la fiel UPV, utilizado por el PNV, en representación y defensa de la burguesía vasca, para emborronar el problema. Los cuatro textos son: F. Gordillo, J.M. Arana, L. Mestas y J. Salvador:  «Compatibilidad y confianza entre votante y candidato ¿Es posible un sistema de votación más justo?». Psicología Política, Valencia, Nº 45, 2012, pp. 27-41. R.F. González; L.F. García y Barragán y F. Laca Arocena: «Validación de una batería para identificar el papel de la ideología en las decisiones electorales» Psicología Política, Valencia, Nº 49, 2014, pp. 59-82. Sandro Giachi: «Dimensiones sociales del fraude fiscal: confianza y moral fiscal en la España contemporánea». Revista Española de Investigaciones Sociológicas, Madrid Nº 145, 2014, pp. 73-98. Y J. Mª García Blanco: « Burbujas especulativas y crisis financieras. Una aproximación neofuncionalista», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, Madrid Nº 150, 2015, pp. 71-88.

Dejando de lado otras críticas comunes a los cuatro artículos que nos remiten a lo arriba expuesto sobre las limitaciones de la «ciencia social», sí hay que decir que aunque sus temáticas tienen relaciones estrechas y hasta muy estrechas con la corrupción, y a pesar de que han sido escritos en unos años en los que la corrupción y las elecciones están en primera plana mediática por razones obvias, pese a ello las corrupciones no están presentes. Como si no existieran. Semejante vacío impide conocer una de las motivaciones ideológicas y psicopolíticas que están determinando el ciclo electoral en el que estamos inmersos.

Antes de seguir debemos advertir que una cuestión muy importante a tener siempre en cuenta es el tipo de elecciones que analicemos –municipales, forales y autonómicas, estatales y/o europeas-, diferencia que en determinados contextos y coyunturas, y sobre todo realidades de naciones oprimidas, pueden llegar a ser determinantes. Pero ahora, en este texto y por exigencias de espacio y tiempo ya que sólo podemos analizar tendencias muy generales, nos vemos en la necesidad de soslayar tales diferencias recordándolas cuando sea imprescindible.

Conviene recordar que durante los años de burbuja financiero-inmobiliaria y de aparente «progreso económico», aumentó el endeudamiento de las clases trabajadoras debido a las políticas de los gobiernos del PP desde 1996 potenciando un irracional y suicida consumismo que reforzaba la sensación de «libertad». En esta coyuntura, las noticias sobre la corrupción apenas generaban efectos político-electorales si los comparamos con los actuales: en 2000 el PP obtuvo el 44,5% del censo, casi seis puntos más que en 1996. Con semejante apoyo masivo la burguesía desplegó triunfante su cínica doble moral: rezar y corromper. Pero un rosario de escándalos, manipulaciones y desprecios --Prestige, Foto de las Azores, manipulación de los atentados islamistas en Madrid, etc.-- dieron la victoria en 2004 al PSOE con el 42,64%, mientras que el PP se desplomaba al 37,33%.

A finales de 2004 el llamado «milagro español» parecía tener visos de eterna realidad y el sistema político no prestó atención ninguna a las crisis internacionales que desde la mitad de los ’90, si no antes, anunciaban la proximidad de una debacle que ya para 2006 aparecía como inminente. Al calor de la ficción, el PSOE volvió a ganar en 2008 subiendo incluso al 43,87% quedándose el PP en el 39,94%. Los primeros datos de la Gran Crisis aparecieron en EEUU a finales de 2006 y estallando en 2008, momento en el que las ya endeudadas clase trabajadora, «clase media» y pequeña burguesía de los pueblos oprimidos por el Estado empezaron a cerciorarse de que sus deudas eran cada vez más pesadas, que se hundía la capacidad de compra, que ascendía el paro, que el gobierno no sabía qué hacer, y que la corrupción además de generalizada arruinaba a muchos y enriquecía a pocos.

Se había gestado la «tormenta perfecta»: durante 2010 se agudizaron estas y otras certidumbres agravadas por los primeros recortes sociales aplicados por el PSOE y sobre todo por el PP de Madrid con sus salvajes ataques a servicios públicos básicos como sanidad, educación, transporte…, precisamente en la ciudad más endeudada del Estado debido a la mezcla explosiva de corrupción, neoliberalismo e ineficacia del PP. En la primavera de 2011 surge la indignación y las mareas sociales como síntesis de una interacción entre espontaneidad y grupos, colectivos y asociaciones de base organizadas activas muchas de ellas desde las protestas contra la invasión de Irak en 2003; en ese verano se reforma el artículo 135 de la Constitución por presiones exteriores, y en noviembre el PSOE pierde el gobierno al hundirse en el infierno del 28,73% y el PP toca el cielo con el 44,62%. En la Comunitat Valenciá, emporio de podredumbre, el PP obtuvo la friolera del 48,61%. En el Principat Catalá las toleradas corruptelas de CiU no impidieron que ganase en 2010 con el 38,43%, varios puntos más que en 2006.

La aplastante victoria del PP en 2011 y en ascenso de CiU en 2010 significaba que la corrupción todavía no era un problema grave para una amplia masa de votantes. Dentro de las mareas sociales, de los indignados, del 15M, de otras luchas obreras y populares aumentaba rápidamente la conciencia crítica sobre el terrible efecto de las corrupciones y su conexión interna con la debacle socioeconómica y la incapacidad política, pero aún era una conciencia restringida a sectores intelectualmente formados y combativos. Iba a hacer falta la fusión en la malvivencia cotidiana de empobrecimiento masivo, represión creciente, reivindicaciones nacionales, corrupción ostentosa, crisis galopante y avance organizativo de las luchas populares, entre otras condiciones, para que la «tormenta perfecta» se transformase en «crisis perfecta» del bipartidismo.

Que algo sí empezaba a cambiar se pudo intuir en el retroceso de CiU del 38,43% de 2010 al 30,68% en diciembre de 2012: un retroceso incomprensible si no tenemos en cuenta la diferencia cualitativa que impone la opresión nacional española que agudizaba el ascenso soberanista e independentista, pero que, en cuanto sociedad con uno de los mayores niveles de corrupción del Estalo, sí podía expresar el creciente rechazo social de esas prácticas, como se comprueba con el retroceso de CiU al 21,49% en 2015, aun admitiendo que la derecha catalanista tiende a bajar en las municipales para recuperarse en las autonómicas y estatales.

Otros indicios sobre movimientos de fondo los encontramos en las elecciones europeas de 2014 y en las autonómicas andaluzas de comienzos de 2015. Comparando las europeas de 2009 con las de 2014, salvando también todas las distancias, vemos las espectaculares caídas del PP del 42,12% en 2009 al 26,06% y del PSOE del 38,78% al 23%, y la irrupción de Podemos con el 7,97%. En cuanto a las andaluzas se repite el desinfle del PP que en 2012 tuvo el 40,66% bajando al 26,72% en las adelantadas de 2015, mientras que el PSOE retrocedió del 39,52% al 35,43%, apareciendo podemos con 14,84%. Pensemos una cosa: si al 9,28% de C,s le sumamos lo del PP tenemos que la derechas más españolista obtuvo el 36% en Andalucía. Resulta significativo que en su conjunto el bipartidismo en Andalucía -PSOE y PP/C,s- baje por igual, poco más de cuatro puntos, teniendo en cuenta la enorme corrupción político-sindical.

En las municipales estatales de 2007 el PP tuvo el 36,1%, en 2011 el 37,53% y en 2015 el 27,05%. Por su parte la evolución del PSOE ha sido el 35,31%, 27,79% y 25,02%, respectivamente. Sumando los resultados entre los dos grandes partidos, vemos que en las municipales del 2007 llegaron al 71,41% del censo, bajando al 65,32% en 2011 y cayendo al 52,07% en 2015; es decir, el bipartito ha perdido el 19,34%. Como venimos diciendo, es muy difícil cuantificar con alguna exactitud la influencia de la corrupción en este retroceso. Sabemos que C,s, con su demagógica campaña de «limpieza», ha obtenido un muy magro 6,55% a pesar de los altibajos del apoyo mediático. Si sumamos PP y C,s vemos que el nacionalismo español más reaccionario ha obtenido el 33,60% comparado con el 37,53% de las municipales de 2011, sólo un 3,93% menos: poco castigo «limpiador» para tanta corrupción.

Es más arriesgado hacer estas mismas cuentas entre el PSOE y Podemos e IU y otras candidaturas surgidas recientemente, porque la mayoría no existían en las municipales de 2011. A todo esto hay que añadir un dato muy significativo: la participación ha sido del 63,27% en 2007, el 66,23% en 2011, y el 64,93% en 2015, o sea, que la abstención ha aumentado un 1,30% en medio de la «crisis perfecta», lo que ha ido sobre todo en detrimento de la derecha, pero no en forma de oposición frontal a su política y a su corrupciones, sino como llamada de atención dentro del mismo bloque reaccionario.


Resumiendo, todo indica que los efectos de la corrupción han hecho más daño al centrismo reformista de PSOE-Podemos, y a las fuerzas de izquierda que le han apoyado o se han presentado por su cuenta, que al bloque de centro derecha hegemonizado por el PP. Las encuestas de intención de voto para las próximas elecciones generales de noviembre de 2015 realizadas tras el 24-M sugieren, hasta ahora, una relativa tendencia a la recuperación del PP y del PSOE a costa de un estancamiento de C,s y Podemos, respectivamente. De confirmarse esta dinámica de recuperación se validaría la tesis de que no debemos sobrevalorar el efecto concienciador de las corrupciones en la lucha por democratizar la política estatal ya que, en realidad, está arraigado en lo más hondo del nacionalismo español, lo que resulta muy preocupante, muy preocupante, como iremos viendo.

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lunes, 29 de junio de 2015

FELIPE GONZÁLEZ, EL HOMBRE QUE DE O.T.A.N. SÍ PERO QUE DE SOCIALISTA NO



Felipe, el gran jugador de billar

Rebelión
La Vanguardia
29.06.2015


Cuando se murió José Avello, a mediados de febrero, me conjuré para dedicarle un artículo. Había escrito en el 2000 una novela larga y desencantada, que imagino ya estará fuera de los anaqueles. Era asturiano de Cangas del Narcea, pero ni hablé ni me carteé con él jamás. Aseguran que la gente de Cangas del Narcea es muy especial, baste decir que su fiesta por excelencia se denomina la Descarga: un ejercicio de pólvora que explota en breves minutos y que consume toneladas de explosivos, mientras la gente llora de emoción.

José Avello, apenas una necrológica en algún diario señalando su condición de profesor en Madrid y cuyo hecho más notorio en la vida había sido construir una novela, insólita, con los personajes y los ambientes del Oviedo de la transición en decadencia, que se dedicaban a liquidar las exiguas fortunas familiares, comer bien, por supuesto, e iniciar unas partidas de billar interminables, aderezadas con una tortilla de patata a la que no le faltaran unos boquerones para adornar. Lean a Rosa Montero, Javier Marías, y tutti quanti, pero es difícil que encuentren un libro como Jugadores de billar de José Avello. Su novela empieza donde termina el Leopoldo Alas Clarín, y su La Regenta. Con ese beso al sapo, que aún hoy llena de estupor a cualquier lector sensible.

¡Qué sarcasmo! Jamás hubiera podido hacer esta explícita dedicatoria a un individuo al que no conocí y que como asturiano de pro, fue parco en literatura. ¡Qué sarcasmo! De no ser por Felipe González jamás hubiera logrado meter a José Avello y sus Jugadores de billar en un artículo.

Aseguran que la palabra carambola, que es la base del billar, nació en Asia, como casi todo, y fue variando de karamanga” a carambola gracias a esos discretos cinceladores de la lengua que son los portugueses. Pero fíjense en el detalle, igual que el ajedrez es un juego de señores con talento, el billar siempre fue considerado algo más vulgar, para clases subalternas. Soy un detestable jugador de billar desde mi nada tierna adolescencia; de esos que un señor con bigote que controlaba los billares y los futbolines, que iban parejos, decía con la voz de trueno de antiguo guardia civil: “Chaval, cada rajadura en el tapete la pagarás cubriéndola con monedas de a duro”. Es decir, que no tengo evocación alguna al billar como veterano del taco, la banda y la cabaña, terminología veterana de uno de los juegos más hermosos y brillantes que he conocido en mi vida. Porque si el ajedrez es el cálculo y la estrategia, y la base matemática, en el billar está la física unida a la intuición de saber encontrar el punto del eje de una bola que la haga capaz de avanzar, golpear, retroceder, girar, dar en la banda y quedarse quieta como un hielo. Esa bola que la gente cree que es de marfil y que dejó de serlo hacia 1940. ¿Qué importa, si se trata de un instrumento en manos de un artista? ¿Acaso no fue el canario Millares quien descubrió la brutal fuerza estética de una arpillera?

Así sucedió, como si se tratara de una revelación para un hombre como yo absolutamente incompetente para la sensibilidad de un jugador de billar -debo añadir que me refiero “al de bandas” y no al “americano”, tan popularizado por el cine-. Y entonces pensé en él. Llevaba tiempo dándole vueltas. Felipe González había pasado de líder político de un partido muy significado a gurú de todas aquellas cosas que jamás se le habían ocurrido en otra época, pero que ahora las asumía con esa franqueza y tranquilidad de quien se ­acerca a la mesa de billar, y sabe que concita todas las miradas y las ansiedades, mientras agarra el taco, va a la esquina a recoger la tiza, ese azul que se difumina y que se concibe en todo gran jugador de ­billar como una especie de diálogo entre el destino y él, entre la seguridad en sí ­mismo y el riesgo a fallar aunque sea una vez. Sin prisa, para que quede bien impregnada la punta del taco y sea perceptible hasta el golpe virginal que romperá el encanto entre el talento y la responsabilidad. La última oportunidad de demostrar lo que somos. Un gran jugador de billar. Una fortuna.

Al saber que Felipe González se iba a Venezuela para apoyar a los opositores a ese hombre por mal nombre Maduro. Un espectáculo, el de un líder español, “el joven socialista Felipillo”, que se partía los calzones con Carlos Andrés Pérez (CAP, así conocido en sociedad, como si fuera una empresa; uno de los saqueadores más importantes que tuvo Venezuela, con larga tradición en ese ámbito como demostró el dictador Pérez Jiménez, al que logró sacar buenos millones hombre tan hábil en este campo como Camilo José Cela). La exhibición de un profesional del billar veterano con el taco y la carambola. La derecha venezolana, no digamos la hispana, se conmovía, contemplándole en ese papel de Mandela sevillano, apoyando a una oposición hacia la que él, si no fuera por sus recientes conexiones económicas, no tendría nada que hacer ni que decir.

González fue muy bueno manejando el taco y la bola. Tuve el privilegio de verle en directo prácticamente desde que empezaba su racha de éxitos, en aquel congreso de truhanes que jugaban a clandestinos en el 76… Allí estaba todos para apoyar a la gran promesa del billar a bandas: Willy Brandt, Mitterrand, Mario Soares, Olof Palme¿ Tengo un recuerdo muy vivo de Carlos Altamirano, del socialismo chileno, uno de los políticos más incompetentes que he conocido, con permiso de Joan Raventós. Altamirano era a la sazón un defensor de la lucha armada, lo que sonaba como una trompeta de Händel en un concierto de Boccherini.

Me he puesto a repasar la historia de Felipe González a partir de este insólito y muy premeditado viaje venezolano. Siento por el manguta de Madero un desprecio absoluto pero conozco algo, por historias del pasado, a los opositores que el gran jugador de billar va a defender, y la verdad es que no sé a qué carta quedarme. Nadie tiene derecho a encarcelar a la oposición, ni siquiera nuestro Fernández Díaz, que de seguir así nos acabará sancionando, expulsando y deteniendo a todos, a menos que su propio miedo le haga contenerse. Un ministro del Interior ­cobarde es una ventaja ciu­dadana.

¿Qué fue la jugada de la OTAN, antes y después de las elecciones, sino una carambola a varias bandas? ¿Y la selección de partenaires -el gran jugador nunca tuvo colaboradores, porque el taco no se presta nunca a nadie- Guerra, Boyer, Solchaga, Damborenea, Belloch y aquel modesto paleto, el juez Garzón, haciendo el ridículo, y liquidado en un sencillo golpe seco de taco? Creó unas mesas de ministros donde nadie tenía ni idea de lo que eran las carambolas. Convocó a los intelectuales más selectos del momento que estaban tan descoloridos como la tiza azulete. Les hizo hombres, reconozcámoslo, les hablaba de grandes temas y ellos, que se sienten humillados por la escena, estaban encandilados ante aquel prodigio sevillano que no le interesaba la ubicación del estrecho de Ormuz, cosa que repetía Suárez a cada visitante, pero que tenía ese sentido del jugador de muchas horas y de acercar las bolas a la cabaña para al final poder quedarse con el ganado. Felipe González fue el gran jugador del billar político de la segunda mitad del siglo XX hispano y acabará por convertirse en buda, legendario consultor, y hasta académico, que ya andan por ahí proponiéndole los que tanto le deben.

Los jugadores de ajedrez, los buenos, disfrutan de un alto concepto de sí mismos. Y es lógico, porque tienen un cerebro que discurre de otra manera que el nuestro y por eso los consideramos paranoicos, pero el gran jugador de billar es aparentemente muy modesto, ni siquiera se comporta como un croupier de gran casino. Ellos se dedican con cierto aire de desgana a medir las esquinas de la mesa, observar al biés al adversario, se vuelven ricos, algunos, y la bola feliz del billar que hace cabriolas sobre el tapete, lo achacan a la casualidad. No hay nada menos casual que el billar, ni siquiera la banca.


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EL REY QUESTÁ MUAPREPARAO, LA REINA Y RETOÑAS


Y en estas fue cuando a Manolo Escobar le robaron el carro un día que andaba haciendo no se qué. ¡Ví vá!

(Por encima de nuestras posibilidades)
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GRECIA: EL EUROGRUPO ES UN GRUPO INFORAMAL QUE SE REÚNE PARA ROBAR FORMALMENTE A LOS PUEBLOS

VAROUFAKIS EXPLICA LO OCURRIDO TRAS SU INTERVENCIÓN EN EL EUROGRUPO TRAS LO CUAL ES EXPULSADO
 Sociología Crítica
28.06.2015




Varoufakis acaba de publicar en su blog su intervención en el EuroGrupo tras la cual le pidieron que lo abandonara. No tiene desperdicio. Al pedirle que se fuera para discutir sin él, se plantó y dijo que cómo era posible si se debía actuar por unanimidad siempre y que ellos eran miembros como estado afectado. Cuenta así lo que pasó (traducción e urgencia):

«Después de mi intervención (véase más arriba), el presidente del Eurogrupo rechazó nuestra solicitud de prórroga con el apoyo del resto de los miembros, y anunció que el Eurogrupo emitiría un comunicado sobre la situación sin salida creada por Grecia y sugirió que los 18 ministros (es decir, los 19 ministros de Finanzas de la zona euro, menos el ministro griego) se reunirían más tarde para discutir las formas y medios de protegerse del temporal que se avecina.

En ese momento pedí asesoramiento jurídico a la secretaría sobre si una declaración del Eurogrupo podría ser emitida sin la unanimidad usualmente requerida y si el presidente del Eurogrupo puede convocar una reunión sin invitar al ministro de finanzas de un estado miembro de la zona euro. Recibí la siguiente respuesta extraordinaria: “El Eurogrupo es un grupo informal. Por lo tanto, no está obligado por reglamentos o normas escritas. Mientras que la unanimidad es usualmente respetada, no es obligatoria pues el presidente del Eurogrupo, no está obligado a respetar reglas concretas. “Dejo al lector su comentario sobre esta notable declaración.

»Por mi parte, [sigue Varoufakis]  añadí la siguiente conclusión así expresada:
»Colegas, negarse a prorrogar el contrato de préstamo por un par de semanas —y con el propósito de dar al pueblo griego la oportunidad de deliberar en paz y tranquilidad la propuesta de las instituciones,con la la alta probabilidad de que vayan a a aceptarlas (en contra de el consejo de nuestro gobierno)—, dañará permanentemente la credibilidad del Eurogrupo como parte del cuerpo que constituyen los Estados socios que comparten no sólo una moneda, sino también los valores de las decisiones democráticas.»

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CORRUPCIÓN, POLÍTICA Y 24-M


4/5

4).- Critica radical de la corrupción (04/05/2015)

Como se dice al inicio del artículo que viene abajo, ser radical es ir a la raíz de las cosas. Siguiendo con nuestro objetivo en El Hurón de relacionar la temática del artículo que se ofrece con la corrupción como necesidad estructural del capitalismo, hoy vamos a ser radicales en una de las fundamentales facetas de la corrupción.

En el capitalismo la lucha contra la corrupción no concluirá nunca hasta que no se llegue a su raíz, es decir, a la producción de plusvalor que ha de transformarse en plusvalía y en ganancia. Muchos son los frenos, obstáculos y muros que dificultan y hasta paralizan el circuito entero que se inicia en la producción, pasa por la circulación, se materializa en el beneficio y, tras necesarias operaciones, vuelve a empezar a una escala superior de producción ampliada.

Las crisis parciales, sectoriales, de ciclo corto que estallan en el capitalismo con más frecuencia de lo que creemos, son en realidad resultado de la interacción confluyente de todas las contradicciones particulares insertas en el interior de esas formas específicas del proceso de valoración del capital: crisis industriales, de servicios, financieras, etc. Pues bien, una de las formas más comunes de las empresas para adelantarse a esas crisis es la corrupción que sirve de aceite que lubrica el funcionamiento integrado de las diversas instancias que forman la esfera industrial, mercantil y comercial, de servicios… de los capitalismos concretos.

Estudios recientes muestran que en el capitalismo español nada menos que el 69% de los directivos reconocen que aceptan sobornos y corrupciones, habiendo aumentado cuatro puntos desde 2013. El capitalismo más corrupto es el portugués, con un 82% de empresarios que reconocen aceptar sobornos y corrupciones, siguiéndoles a la par los de Grecia y el Estado español, estando la media europea en un 35% y siendo el último Dinamarca con el 4%. La media de sobornos y corrupción en los BRICS es del 61%. El sibaritismo de la corrupción empresarial se aprecia sabiendo que el 34% de los sobornos son regalos personales, el 31% regalos para el ocio, y el 16% dinero en metálico.

De cualquier modo, hay que saber que los porcentajes son mayores en la realidad porque la gente, y más los burgueses por su cínica doble moral, tiende a mentir en las encuestas que estudian su comportamiento ético presentándose como mejores de lo que son, más demócratas y tolerantes, y menos reaccionarios e intolerantes. También exageran en las encuestas sobre sus prácticas sexuales, disminuyendo su miseria sexual, como también ocultan su pobreza económica.

Los sobornos, la mordida, los sobres, los regalos, los porcentajes, forman parte de la «cultura económica» española --y también política---, como se afirmaba en un especializado blog económico el pasado 15 de mayo, de manera que «la corrupción es el modus operandi de los negocios en España», una «cultura» que se ejerce con tal desvergüenza y descaro que la percepción social de las corrupciones que se tiene en el Estado español es superior a la que existe en Italia, Egipto, Turquía o Rusia, que deben ser dechados de virtudes calvinistas en los negocios.

Pero la corrupción en el Estado español está garantizada y reforzada por la altísima tasa de «economía sumergida» que si en 2008 representaba el 16,8% del PIB estatal ha subido al 24,6% en 2014 como respuesta a la crisis. Otras estadísticas sugieren que con la activación estival de la industria turística, ese porcentaje puede llegar al 30% en los meses veraniegos. Pero las grandes empresas no pueden dar lecciones de moralidad a la «economía sumergida» porque al amparo de la crisis las empresas del Ibex 35 han aumentado en un 44% su presencia en los paraísos fiscales.

La corrupción es consustancial a la «economía sumergida» como las mafias son inherentes a la «economía criminal» que mueve miles de millones-€. Sólo en La Línea de Cádiz, donde la tasa de desempleo llega al 40%, 30 mafias controlan el masivo trasiego de contrabando dando «empleo» a miles de familias que mueven un «negocio» valorado en centenares de millones-€, lo que supone un fraude de 325 millones-€ a la Hacienda española. Pero estas cifras son muy pequeñas si tenemos en cuenta la totalidad de la llamada «economía criminal» en el Estado español.

Ahora bien, sólo estamos tocando la superficie del problema, las ramas del árbol. Si queremos atacar radicalmente la corrupción tenemos que saber los límites de las propias leyes burguesas anticorrupción para no caer en el pozo reformista que cree que el llamado «sistema democrático», además de «neutral e imparcial» tiene instrumentos legales que acaban con la corrupción o la debilitan al máximo. Por ejemplo, la prensa ha aplaudido con las orejas al informar que la Reserva federal y el Departamento de Justicia de EEUU han multado con ¡nada menos! que 5.200 millones-€ a cinco grandísimos emporios financieros por sus trampas trileras: JP Morgan, Citigroup, Barclays, RBS y UBS; han manipulado durante cinco años los tipos de cambio de divisas.

Sin embargo esa multa es irrisoria por dos motivos: porque justo toca a algo más de 1000 millones-€ por banco, algo apenas ridículo para estas gigantescas corporaciones; y porque a buen seguro que los abogados y consejeros de estos y otros bancos habrán calculado con antelación qué ganancia neta obtienen con sus negocios ilegales una vez pagadas las multas recibidas. En efecto, se calcula que las ganancias ilegales obtenidas durante estos cinco años superan los 9.000 millones-€, o sea más de 4.000 millones-€ de ganancia neta después de haber «cumplido con la justicia».

No es nada nuevo en la historia del capitalismo: Se trata de la «contabilidad en B» que es tan vieja como los primeros tratados de contabilidad en el norte de la Italia renacentista. Lo cierto es que estas multas se han impuesto varios años después de que la alocada e incontrolable ingeniería financiera rompiera las débiles barreras de contención haciendo estallar la crisis actual que va generando otra vez burbujas especulativas muy parecidas a las de entonces. La diferencia es que ahora son determinados Estados los que protegen las cuentas reales de las grandes empresas: a finales de 2014 se supo que Luxemburgo daba un trato de favor a más de 300 grandes transnacionales para que pagasen menos impuestos.

A finales del siglo XIX se fundó el banco HSBC cuya principal función consistía en administrar y hacer rentables los ingentes beneficios que el colonialismo europeo extraía de las plantas de opio en Asia y sobre todo de la vencida China. HSBC fue expandiéndose por el mundo especialmente a partir de 1920, siempre relacionado con los «negocios oscuros», de modo que en 2007 sus beneficios ascendieron a 24.000 millones-$, siendo el 60% de ellos procedentes de las economías emergentes.

Una investigación demostró que en entre 2007 y 2008 el HSBC había «lavado» alrededor de 9.000 millones-$ procedentes del narcotráfico y otros «negocios» solamente en México y en las Islas Caimanes. Otras cifras sobre actuaciones similares del banco entre 2006 y 2008 hablan de 15.000 movidos entre México y Rusia, por citar sólo algunos datos. A finales de 2012 pagó una multita de 1.900 millones-$ por sus actuaciones ilegales.

Pero si de las ilegalidades de las grandes corporaciones financieras pasamos a las formas de «hacer negocio» que se mueven justo en los bordes de lo permitido, es decir, a los llamados lobbys vemos que Microsoft está a la cabeza de los 7.500 lobbys que funcionan en Bruselas y que Google es la firma que más dinero invierte en sus «consejos comerciales» en Washington. Se calcula que en la UE, y sobre todo en Bruselas, actúan unos 30.000 lobbystas mientras que el número de funcionarios es de 60.000 que en la Eurocámara aconsejan a los políticos de turno: un lobbysta para «aconsejar» a dos funcionarios, tarea fácil.

Por tanto, en el capitalismo --recuérdese lo que anteriormente escribimos sobre la corrupción en el socialismo-- la corrupción sólo irá desapareciendo en la medida en que lo hagan el capital financiero-industrial y la producción de mercancías. Volveremos sobre esta decisiva cuestión.


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domingo, 28 de junio de 2015

GRECIA



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GRECIA: UN GOBIERNO DIGNO (NO COMO EL DE MARIANO RAJOY) QUE LOS BANCOS Y GRANDES EMPRESAS QUIEREN PISOTEAR (COMO LO HARÁN EN ESPAÑA SI GANAN LAS ELECCIONES EL PP, PSOE O COLINDANTES DE GUAPINES



Tsipras convoca un referéndum en Grecia sobre las condiciones "inaceptables" de Bruselas



Agencias
Rebelión
27.06.2015

El primer ministro griego ha sugerido que hará campaña por el No

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha convocado para el domingo de la próxima semana un referéndum sobre la última oferta de acuerdo de los acreedores impulsada desde Bruselas. El primer ministro griego no ha confirmado cuál será su recomendación pero por su mensaje se deduce que hará campaña por el "no" al referirse a las condiciones "inaceptables" de la troika.

"La consulta se realizará el domingo 5 de julio" y la pregunta será "sí "no" a las últimas propuestas de los acreedores, dijo Tsipras pasada la medianoche en un mensaje televisado tras una reunión urgente del Consejo de Ministros.

El primer ministro aseguró que respetará cualquiera que sea la voluntad del pueblo y añadió que mañana enviará a las instituciones europeas una carta en la que solicitará un aplazamiento de "unos días" de la actual prórroga del rescate que vence el próximo martes, para que los ciudadanos puedan "decidir sin presión". El martes 30 de junio, Grecia debe hacer un pago de 1.500 millones de euros al FMI, y todo el mundo da por hecho que necesitaba una prolongación de la ayuda financiera de la UE para hacer frente a esos intereses.

"Quiero que en esta cuestión respondan con orgullo y responsabilidad", dijo Tsipras quien añadió que "Grecia necesita enviar un mensaje de democracia hacia Europa". Europa seguirá siendo una parte de Europa, pero "Europa sin democracia es una Europa sin identidad ni sentido", subrayó Tsipras, quien calificó de "ultimátum" el comportamiento de los socios. "Tenemos que responder a este ultimátum con la voluntad del pueblo", dijo.

El primer ministro aseguró que ya ha informado de esta decisión a la canciller alemana, Angela Merkel, al presidente francés, François Hollande, y al gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi.

Para mañana a las 12.00 hora local se ha convocado una reunión extraordinaria del Parlamento, que deberá votar la solicitud de referéndum, y para la misma jornada está prevista una reunión entre el viceprimer ministro, Yannis Dragasakis, el viceministro de Relaciones Internacionales Económicas, Euclidis Tsakalotos, y Draghi.

Varios representantes del Gobierno, entre ellos el ministro de Estado, Nikos Pappás -mano derecha de Tsipras-, así como el titular de Energía, Panayotis Lafazonis, se mostraron confiados en que el pueblo votará con "un rotundo 'no'".

Tsipras hizo este anuncio tras una reunión del gabinete ministerial convocada esta noche para informar sobre la oferta de prórroga del rescate de cinco meses propuesta por las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional).

La prórroga iba acompañada de un programa de medidas que entre otras cosas exigía, como señaló Tsipras, "más recortes en el sector público y aumentos del IVA en los alimentos y las islas". "Esto demuestra que algunos de los socios no tienen como objetivo un acuerdo sostenible".

El Gobierno había adelantado que rechazaba la prórroga por considerar que exige adoptar "nuevas medidas que provocarían una fuerte recesión" como condición para lograr una financiación "completamente insuficiente". "Si el Gobierno y el Parlamento aprobaran esta propuesta, los ciudadanos y los mercados entenderían que se acerca un periodo de cinco meses de recesión, lo que conduciría a otra negociación en condiciones de crisis", señaló el Ejecutivo.

La propuesta de las instituciones proponía a Grecia extender el segundo rescate a cambio de recibir unos 15.500 millones de euros que le permitiesen hacer frente a sus obligaciones financieras con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

En concreto, Grecia podría contar con unos 12.000 millones de euros, de los que 1.800 millones de euros provendrían del fondo de rescate de la eurozona, otros 1.800 millones de los beneficios de los bonos griegos y unos 8.700 millones de euros de la reserva de la eurozona para la recapitalización de la banca griega. Además, el FMI desembolsaría unos 3.500 millones de euros.

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