martes, 24 de septiembre de 2024

NO HAY VUELTA ATRÁS. LA OTAN ACERCA A RUSIA ARMAS TERMONUCLEARES. “QUEDA...

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El debate del Antropoceno sigue abierto: un nuevo estudio fecha su inicio en 1952

 

El debate del Antropoceno sigue abierto: un nuevo estudio fecha su inicio en 1952

 

Por Juan F. Samaniego

Rebelion

 24/09/2024 

 


Fuentes: La marea climática [Imagen: obra creada por el artista parisino Tadashi Kawamata. Foto: Martijn Baudoin.]


Aunque en marzo se rechazó establecerlo como una unidad de tiempo geológico, la idea del Antropoceno se ha asentado en el imaginario colectivo y entre la comunidad científica como sinónimo del impacto humano en el planeta Tierra.

En marzo de este año la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS, por sus siglas en inglés) votó en contra de establecer el Antropoceno como una unidad de tiempo geológico. Las pruebas –argumentó este organismo– no eran lo suficientemente concluyentes, así que no había debate: la humanidad sigue viviendo en el Holoceno. Sin embargo, aunque la IUGS pudo haber dado carpetazo al asunto para los burócratas de la geología, el debate a nivel científico sigue más que abierto. Un nuevo estudio basado en registros geológicos de 137 lugares concluye que sí estamos en el Antropoceno y que la nueva época empezó exactamente en 1952.

El estudio, recién publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y liderado desde la universidad japonesa de Ehime, vuelve a exponer una larga lista de evidencias geológicas del aumento del impacto humano en los sistemas de la Tierra durante los últimos 70 años. No es el primero en hacerlo –ni probablemente será el último–, pero sus conclusiones tampoco son suficientes para reabrir el debate en la IUGS por ahora. De hecho, ninguno de los expertos que votaron en contra de definir el Antropoceno como época geológica niega el impacto del ser humano en el planeta, solo tienen ciertas reservas a la hora de establecerlo como un marco temporal a nivel geológico.

No hay dudas: los humanos estamos cambiando el planeta

Según los autores del estudio, definir el comienzo del Antropoceno (cuando la presión acumulada de las actividades humanas comenzó a producir cambios importantes en los sistemas de la Tierra) es difícil por la variabilidad espacial y temporal del impacto de los humanos en el medioambiente. Esta variabilidad complica (en este y en otros estudios) los esfuerzos para definir un límite estratigráfico para el Antropoceno. Esto es un punto clave en el debate, ya que para definir las fronteras geológicas de la historia del planeta debe percibirse un cambio claro en las capas de sedimentos del suelo, llamadas estratos.

Para intentar encontrar esta frontera, los científicos japoneses recopilaron cientos de registros del impacto antropogénico en 137 puntos del globo que cubrían el rango temporal de los últimos 7.700 años. Así, identificaron tres posibles límites para el inicio del Antropoceno: la revolución industrial (entre 1855 y 1890) dejó marcas claras como el incremento de las concentraciones de plomo; el periodo de 1909 a 1944, en el que se registran cambios en las composiciones de polen y de hollín; y el período 1948-1953, en el que aparecen aumentos de contaminantes orgánicos y microplásticos, así como de plutonio y carbono-14 moderno derivados de las explosiones nucleares.

De todos ellos, consideran que el último es el más claro, y por eso concluyen que el Antropoceno habría empezado alrededor de 1952. “El trabajo permite inferir la influencia humana en el medio natural en los últimos 8.000 años. Se trata de un trabajo arduo, detallado y muy completo, que aporta resultados sólidos y concluyentes”, señala Blanca Martínez, investigadora del departamento de Geología de la Universidad del País Vasco UPV/EHU, sin relación con el estudio, en declaraciones a Science Media Centre. “Sin embargo, los datos no son suficientes para plantear el año 1952 como comienzo de una nueva subdivisión de la escala de los tiempos geológicos”.

De acuerdo con la investigadora, el estudio aporta datos que evidencian que, desde la mitad del siglo XX, durante lo que se conoce como la Gran Aceleración, la alteración de los ciclos naturales por parte de la actividad humana alcanzó niveles muy significativos. Sin embargo, para Martínez no es posible inferir la persistencia futura, a escala geológica, de estas evidencias en el registro sedimentario. Este fue uno de los argumentos que se usaron para desestimar el Antropoceno como época geológica en la votación de la IUGS. “Lo que sí es una nueva llamada de atención de la importancia de disminuir el efecto humano en el planeta para poder predecir los cambios climáticos y bióticos futuros y adaptarnos a ellos de manera eficiente”, añade.

¿Ha llegado el Antropoceno para quedarse?

El estudio de los investigadores japoneses también concluye que el aumento global de impactos humanos desde 1952 es tan elevado que sugiere que el ser humano se ha convertido en una fuerza geológica y planetaria capaz de dejar su huella en la historia de la Tierra. El cambio climático, la transformación del ciclo del nitrógeno y del fósforo o los rápidos movimientos de especies invasoras entre continentes vendrían a confirmar esta hipótesis.

“Los autores concluyen que, aunque la humanidad comenzó a modificar la superficie terrestre de manera significativa y progresiva con el inicio de las sociedades agrícolas hace miles de años en el Neolítico, la colonización europea de América en el siglo XV o la revolución industrial en el siglo XVIII, el aumento sin precedentes de la huella humana a nivel global comenzó a partir de 1952”, señala Alejandro Cearreta, catedrático de Paleontología en la Universidad del País Vasco UPV/EHU, a través de Science Media Centre.

El investigador reconoce que la base científica del Antropoceno es sólida, tal como concluyó en su día el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (el grupo de la IUGS al que se le encargó la investigación previa a la votación). Además, al contrario de lo que sucede con la mayoría de épocas, periodos y eras geológicas, el Antropoceno es un término que ha calado con rapidez en el imaginario colectivo para agrupar todos los impactos humanos en el planeta, desde el cambio climático hasta la pérdida de biodiversidad. Y es que, más allá de las pruebas que queden registradas en las rocas y en los sedimentos, la huella humana en la Tierra es cada vez más evidente.

Fuente: https://climatica.coop/debate-antropoceno-sigue-abierto-inicio-1952/

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¿Por qué el terrorismo de Israel en El Líbano se volverá en contra de Occidente?

 


¿Por qué el terrorismo de Israel en El Líbano se volverá en contra de Occidente?


Publicado el 24 de septiembre de 2024 / Por Debates

KAOSENLARED


En un acto de terrorismo sin precedentes, el régimen sionista llevó a cabo detonaciones masivas de artefactos en todo el Líbano durante dos días esta semana.

Por: Musa Iqbal *

Estos imprudentes ataques terroristas causaron miles de heridos y la muerte de decenas, incluidos niños y trabajadores civiles, desatando la indignación global.

Dispositivos como buscapersonas, walkie-talkies y paneles solares detonaron simultáneamente en todo el país árabe, comenzando por los suburbios de Beirut, causando la muerte, mutilación y desmembramiento de ciudadanos libaneses.

Los portavoces del régimen en Tel Aviv se han esforzado por afirmar que los ataques estaban dirigidos a miembros del Movimiento de Resistencia Islámcia de El Líbano (Hezbolá).

Sin embargo, no se trató de una operación militar, sino de cobardes ataques terroristas diseñados para infundir miedo y ansiedad en la vida cotidiana del pueblo libanés.

En el momento de las explosiones, los ciudadanos libaneses estaban realizando actividades mundanas: conduciendo, trabajando en hospitales y comprando alimentos. La detaonación de estos dispositivos durante tareas rutinarias demuestra que el objetivo no era atacar a Hezbolá, sino fomentar el miedo, el pánico y el caos generalizados.

No está claro cómo los agentes del régimen israelí consiguieron acceder a estos dispositivos, importados de un país europeo por miles bajo la marca de una empresa taiwanesa.

Sin embargo, es evidente que los distribuidores y productores dentro de la cadena de suministro debieron colaborar con Tel Aviv, dado que los estándares de control de calidad garantizan que los productos sean seguros y a prueba de manipulaciones.

La implantación de explosivos en objetos de comunicación cotidianos utilizados por los ciudadanos libaneses sugiere que algo en el proceso de producción se vio comprometido.

Gold Apollo, la empresa taiwanesa responsable de producir los buscapersonas implicados, ha trasladado la culpa a la empresa húngara BAC CONSULTING KFT, alegando que fue responsable de la fabricación.

En un comunicado, Gold Apollo señaló que, según el acuerdo de cooperación entre ambas partes, autorizó a BAC a utilizar su marca registrada para la venta de productos en regiones designadas, aunque el diseño y la fabricación eran responsabilidad exclusiva de BAC.

En los últimos años, Taiwán ha fortalecido sus lazos con EE.UU., a pesar de adherirse a la Política de Una China, que reconoce a Taiwán como parte de la República Popular China.

En años recientes, personal militar y de inteligencia estadounidense ha estado activo en Taiwán, mientras que EE.UU. ha proporcionado millones de dólares en armamento avanzado al gobierno taiwanés.

Hungría, miembro de la Unión Europea, ha mostrado en gran medida hostilidad hacia la causa palestina y apoyo a la ocupación israelí, que ha resultado en la muerte de más de 41 300 personas en Gaza, en su mayoría niños y mujeres.

Cualquiera de estos dos países, o ambos, podrían haber colaborado con el régimen sionista una vez que se supo que los buscapersonas utilizados por los libaneses, incluido Hezbolá, provenían de estos proveedores.

BAC Consulting es propiedad de la ciudadana británica Cristiana Arcidiancono-Barsony, quien ha negado responsabilidad por los atentados en Líbano tras una protesta global masiva.

Dada la larga historia de colonialismo y colaboración del Reino Unido con las fuerzas sionistas, y la relación entre la tecnología sionista y magnates tecnológicos como Elon Musk y Mark Zuckerberg, hay argumentos sólidos para afirmar que no se puede confiar en la tecnología occidental.

De hecho, este complot terrorista tecnológico de la ocupación israelí ha intensificado las tensiones entre el Occidente imperialista y el Sur global en busca de independencia.

Ahora, con solo pulsar un botón, el régimen israelí (o cualquier entidad con acceso a esta tecnología) puede asesinar a cualquiera mediante tecnología comercializada.

Una de las herramientas clave del imperialismo es el control del mercado, abarcando lo que se vende, produce y licencia. Si la tecnología occidental puede causar destrucción indiscriminada, muchos comenzarán a cuestionar si es hora de alejarse de productos alineados con EE.UU.

El régimen israelí celebra estas “ganancias” terroristas a corto plazo como logros militares, pero a largo plazo han erosionado la confianza en la tecnología y los productos occidentales.

Si Occidente controla las cadenas de suministro y puede detonar dispositivos a voluntad, como se ha visto en El Líbano, ¿puede considerarse verdaderamente voluntaria la cooperación económica con Occidente? Y, tras las recientes acciones terroristas de Israel, ¿vale la pena siquiera comprar tecnología occidental?

Observemos cómo, cuando los países del Sur Global optan por adquirir productos de China, Rusia o Irán, los políticos y medios estadounidenses condenan rápidamente estas decisiones, denunciando la propagación de la supuesta “influencia china”.

La misma dinámica se observa en la tendencia actual hacia la desdolarización, que lleva a figuras como Donald Trump a amenazar con “aranceles del 100 por ciento” a países que se alejan del dólar en sus transacciones.

¿Qué implica todo esto? En esencia, el objetivo de EE.UU. es reafirmarse globalmente a través del dominio del mercado y del dólar como medio para controlar a las naciones en un nivel general. Controlar los mercados de una nación suele ser más eficaz que influir directamente en los políticos.

Sin embargo, el imperialismo estadounidense no puede tener las dos cosas a la vez.
El terrorismo tecnológico, ejemplificado por los detonadores israelíes en los buscapersonas, y la coerción económica, como las sanciones, están erosionando la confianza en Occidente.

Durante décadas, los capitalistas estadounidenses y sus representantes políticos han sostenido que comprar productos estadounidenses y comerciar con empresas estadounidenses es voluntario y beneficioso para las naciones participantes.

Ahora, a medida que la hegemonía estadounidense declina, EE.UU. lucha por mantener su influencia, mientras los países recurren a modelos alternativos o alianzas económicas como los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en busca de un desarrollo más equitativo.

Los gobiernos del Sur Global, especialmente aquellos adversarios del régimen israelí, probablemente estén indagando si han comprometido la tecnología en sus propios mercados.

Es bien sabido que la tecnología estadounidense se utiliza frecuentemente para la vigilancia: se cree que WhatsApp jugó un papel en el asesinato del líder del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), Ismail Haniya, al revelar su ubicación en Teherán.

Este desarrollo ocurre en un momento en que alianzas como los BRICS presionan por su propia moneda global, y los países miembros, en particular la India, China, Rusia e Irán, se han comprometido a fabricar localmente siempre que sea posible, dejando de lado el dólar.

Irán, por ejemplo, desarrolló sus propias vacunas contra la COVID-19 debido al largo historial de terrorismo médico de Occidente, que también afecta a los propios ciudadanos estadounidenses.

El Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, prohibió la importación de vacunas occidentales contra la COVID-19, argumentando falta de confianza, y su postura ha sido reafirmada.

Hace menos de un siglo, el gobierno estadounidense llevó a cabo los experimentos de Tuskegee, envenenando a estadounidenses negros con placebos o tratamientos experimentales. Johnson & Johnson, la empresa estadounidense que está detrás de una vacuna contra la COVID-19, también participó en los infames experimentos del Agente Naranja, en los que desfiguraba a prisioneros con residuos químicos.

China y Rusia también han desarrollado su propia tecnología para protegerse de la vigilancia estadounidense. Por ejemplo, los teléfonos Huawei, un producto chino, están prohibidos en EE.UU. debido al temor al “espionaje chino”.

En realidad, estos teléfonos fueron desarrollados como una salvaguarda contra los gigantes tecnológicos estadounidenses como Apple que intentan dominar los mercados chinos, lo que dejaría a China vulnerable a los ataques y la vigilancia estadounidenses.

Estamos presenciando el inicio de una prolongada reacción negativa contra la tecnología occidental. En un mercado global cada vez más competitivo, donde la influencia estadounidense se desvanece, la táctica de Israel de manipular dispositivos en las cadenas de suministro estadounidense terminará teniendo repercusiones negativas.

Los gobiernos, corporaciones y organizaciones buscarán tecnología que no pueda verse comprometida, especialmente frente a amenazas tan peligrosas como el régimen sionista, que colabora con la inteligencia estadounidense.

Este complot terrorista será recordado no solo por su repugnancia moral, sino también por sus consecuencias económicas, marcando otro toque de campana en el declive del imperialismo estadounidense.

A medida que la influencia estadounidense se desvanece y potencias como China, Rusia e Irán ofrecen alternativas más atractivas, el mundo, sin duda, gravitará hacia opciones que no incluyan a EE.UU.

* Musa Iqbal es un investigador y escritor radicado en Boston, enfocado en la política interior y exterior de Estados Unidos.

Publicado en HispanTV

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Hubo cuatro millones de temporeros españoles durante el franquismo: «somos fruto de las migraciones»

 

Hubo cuatro millones de temporeros españoles durante el franquismo: «somos fruto de las migraciones»

 

Por Alicia Avilés Pozo

Rebelio / España

23/09/2024 


Fuentes: El Diario [Foto: Temporeros de Sueca (Valencia) en La Camarga francesa, 1954 (Archivo Paco Batalla)]


Más de 100.000 personas se desplazaron cada año durante las décadas de la dictadura y hasta los años 90 para trabajar en Suiza y en Francia: una exposición y un libro recogen ahora cómo huían de la miseria y cómo con ello muchos se hicieron antifranquistas.

Desde hace muchos años, los migrantes vienen a España a trabajar y en la mayoría de los casos con carácter temporal y en muy malas condiciones. Pero durante las décadas de la dictadura franquista y más allá de la transición democrática, hasta los años 90 del siglo pasado, casi cuatro millones de españoles y españolas también fueron temporeros. Fueron migrantes de ida y vuelta. Huyeron de la miseria de su día a día para conseguir un sustento que no podían ganarse en sus pueblos o ciudades.

Unas 100.000 personas al año se desplazaron a Francia, a las labores de la vendimia y a las campañas del arroz y de la remolacha, y a Suiza, a la construcción y a la hostelereía. Lo hacían con contratos para ir y volver, y en estancias que no podían durar más de nueve meses. Otras tantas personas lo hicieron “ilegalmente”, por libre. En total, se movieron casi cuatro millones de personas. En esos países se encontraron con situaciones pésimas de vida y salarios muy bajos, pero muchos de ellos también adquirieron conciencia obrera y comenzaron a militar en el antifranquismo.

Este es parte del ejercicio de memoria histórica que recoge la exposición “Huir de la miseria. Los temporeros españoles en Europa”. Se trata de una muestra crítica y de denuncia social que nace en el seno de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Disponible en la sala Acua de Cuenca hasta el 29 de septiembre, su comisario y profesor de la UCLM, Sergio Molina, habla con elDiarioclm.es sobre el objetivo principal de la muestra: “Hay que hacer esa mirada al pasado sobre un problema presente para mostrar que rechazar las migraciones hoy en día es negarnos a nosotros mismos”.

La exposición, que viajará por toda España en los próximos meses, incluye fotografías y documentos acompañados por paneles explicativos que describen las malas condiciones del trabajo y de los viajes, las razones para recurrir a ellos y cómo eran los ciclos de estas migraciones. A la labor de los archivos se suma la colaboración de la ciudadanía, que no solo ha cedido documentación, sino también testimonios.

Foto: Trasbordo de vendimiadores españoles en la estación de CerbeÌre en la vendimia de 1976. Archivo Carta de España


Sergio Molina comenzó a investigar sobre esta cuestión al darse cuenta de que, dentro de la emigración española hacia Europa durante el franquismo, la temporera estaba “prácticamente olvidada”. Fue así como descubrió la envergadura de estos movimientos de población “de ida y vuelta”: casi 100.000 españoles y españolas al año y casi cuatro millones de personas desde el inicio de la dictadura hasta principios de los años 90.

La importancia de estos movimientos, de esta forma de ganarse el sustento, fue tal, que en zonas como La Safor, en la Comunitat Valenciana, hay barrios residenciales denominados como “de los franceses” porque pudieron construirse con el dinero que los temporeros ganaron en Francia en las labores del arroz.

La exposición se centra en tres ejes. El primero de ellos da a conocer los motivos por los que temporeros y temporeras decidían irse, casi siempre por la falta de recursos básicos para vivir. El segundo bloque aborda cuál era el ciclo de la migración, es decir, desde que se van hasta que vuelven. El investigador e historiador pone al espectador ante un dilema, que es el propio título de la muestra. “Huían de la miseria, sí, pero ¿de qué miseria? ¿La de la España de los años 50, 60 y 70 cuando decae la estructura de la agricultura familiar o también huían de lo que se encontraban en su destino cuando migraban?”

Sergio Molina pone como ejemplo un reportaje de la revista ‘Interviú’ de 1977 sobre la campaña de la vendimia en Francia. Exponía que debido a las condiciones laborales, muchos llamaban “campos de concentración” a las zonas donde se recogía la uva. Incluso denominaban como “nuevos trenes de Auschwitz” a los convoyes españoles que llevaban a los españoles hasta la frontera: “Muchos eran trenes de madera, sin agua ni luz, en viajes larguísimos. Murió gente en esos trenes”.

“La condiciones, como ahora para los que vienen a España, eran terribles. Vivían en barracas de madera, justo enfrente de los edificios modernos que estaban construyendo. Y en la agricultura, se alojaban en pajares con colchones y sin servicios básicos”.

El tercer eje se centra en la “adquisición de conciencia democrática” por parte de la ciudadanía que emigró para estos trabajos. “En la mayoría de los casos, se trataba del primer viaje que hacían vecinos de toda España fuera de sus pueblos. Esto sirvió para que se dieran cuenta de que podían ir a comprar el pan y hablar de política”, detalla el historiador.

Foto: Trabajadores de Cella en Francia s/f. Fotografía del proyecto “Memoria a través de la imagen”. Compilado por el Aula Cella Cultural. Disponible en http://xiloca.org/galeria/ (consultado 2/02/2024).


Al mismo tiempo, la investigación ahonda en cómo las formaciones políticas que militaban contra el franquismo en el exilio, principalmente en Europa, como el Partido Socialista o el Partido Comunista, vieron en estos desplazamientos una “ventana de oportunidades de llevarles sus ideas, porque además esos temporeros volvían a España”.

“Lo hacían a través de reuniones en Francia de cara a septiembre por la vendimia. Iban a las fincas donde sabían que había españoles y allí les informaban sobre la existencia de sindicatos y de posibles subidas salariales. Eso permitió que a partir de los años 70 en numerosos pueblos de España hubiera militantes antifranquistas, que a veces incluso traían propaganda del mundo obrero”.

La importancia de estos documentos y testimonios, agrega el profesor, es que si no se introducen en la historia de España, no se puede tener “una radiografía exacta de lo que era la España de esas décadas de la dictadura, ni tampoco del nacimiento de la cultura democrática”.

De la conciencia obrera al miedo

Un dato muy significativo, de hecho, es que la dictadura franquista, a raíz del renacimiento de la conciencia obrera en estos temporeros, puso sus ojos en ellos con un “intento de control muy exhaustivo”. Para emigrar legalmente debían disponer de un certificado de buena conducta y, además, cuando la emigración aumentó en la década de los años 60, el franquismo se dio cuenta de que podía ser un problema y funda sus “Casas de España” en varios países. El objetivo fue “mantener las tradiciones” y se hizo a través de la Iglesia Católica, con “un montón de curas por toda Europa para evitar que los temporeros contactaran con las redes antifranquistas”.

“Había mucho miedo y eso se ve en los informes sindicales y del Partido Comunista. Pero al final se demostró que el programa totalizador del franquismo fue un fracaso, porque puedes matar personas, pero no ideas. No le puedes poner puertas al campo”.

Es inevitable que esta exposición provoque también reflexiones vinculadas a la actualidad y a las migraciones. “Hay numerosos debates mirando solo al presente cuando el análisis debe ser más completo. Europa en general, pero España más en concreto, es una sociedad de migraciones. Si negamos la migración, nos estamos negando a nosotros mismos, porque somos fruto de ella”.

Foto: Pasaporte temporero de la remolacha, 1968. Archivo Familia Florentín Ibarra


Para el historiador Sergio Molina, la diferencia es que hoy sucede al revés: vienen temporeros y temporeras a España, pero su situación se encuentra “en el limbo”. “Porque, ¿quién defiende al migrante temporero? ¿El sindicato de su país, que en la mayoría de los casos ni siquiera existe, o los sindicatos de aquí, que solo lo van a hacer con los trabajadores que pagan su militancia?”

“Nadie migra porque quiere. Siempre está vinculado con la huida, por diferentes motivos. Lo que nos hace falta es tener la memoria más larga y ver que si nosotros somos lo que somos es en parte por toda esta emigración que fue crucial en el desarrollo del país. Teniendo eso en cuenta, eso debe ayudarnos a entender las razones por las que la población de otros países emigra y respetar los derechos humanos”, concluye Molina.

Según la investigación, el número de temporeros fue disminuyendo desde 1975 a 1982. Uno de los motivos fue la mecanización de la recogida de la uva. En 1979 existían 919 máquinas en toda Francia, mientras que en 1982 ese número ascendió hasta 3.800. La mejora progresiva de la economía española también provocó que cada año hubiese menos españoles interesados. Fueron sustituidos por temporeros de Marruecos, Túnez y Portugal. Al mismo tiempo, la crisis de los 70 provocó que muchos franceses en paro tuvieran que volver a realizar estas tareas en momentos puntuales.

Foto: Exposición. UCLM


Con motivo de esta exposición, el rector de la UCLM, Julián Garde, ha celebrado que estos hechos se den a conocer a través de la muestra, que también cuenta con un libro editado por la universidad y que puede adquirirse de forma gratuita en formato digital.

Desde la Fundación Pablo Iglesias, el responsable de Actividades Culturales, Óscar Martín, ha incidido en la importancia de seguir hablando de las migraciones, haciendo un llamamiento a nuestra historia reciente. Una premisa que ha reforzado el viceconsejero de Relaciones Institucionales del Gobierno regional, Javier Vicario: “Es importante saber de dónde venimos para conocer dónde estamos y hacia dónde queremos ir. La migración está en el ADN de nuestra cultura”.

La exposición puede visitarse en horario de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 20:00 de miércoles a domingo. El proyecto ha contado con financiación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática a través de una subvención para actividades relacionadas con la recuperación de la Memoria Democrática y las Víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura. Cuenta con la colaboración del proyecto de investigación “Los otros emigrantes. Trabajadores temporeros en Europa, 1945-2022” financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Fuente: https://www.eldiario.es/castilla-la-mancha/social/hubo-cuatro-millones-temporeros-espanoles-durante-franquismo-fruto-migraciones_1_11665470.html

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