viernes, 12 de septiembre de 2008

COSA DE NIÑOS

Esto en una prédica del desierto y para el desierto, así que no se me acojone nadie que no va a pasar nada con lo que sigue.
Si tuviéramos una pizca de dignidad personal, cosa en la que no vamos a entrar ni de pasada, podría pasar, como por ejemplo, que empezáramos a mandar a tomar por el culo a nuestros actuales dirigentes políticos, dirigentas políticas, representantes y representantas y demás banda de garbanceros. Pero ya digo, sosiéguense que escribo para nadie y además de dignidad personal ni mús.
En España, eso he escrito, España, hay cientos de miles de niños que se sientes solos, o sea, uno de cada cuatro (observe el lector que para nada entramos en los 9 millones de pobres que hay en el país de la selección española de fútbol)
Niños, sí, esos montoncitos de carne y hueso que dicen, quienes lo digan, que son la esperanza del futuro, sobre los que reinará quién reine, pero les reinarán.
Pues, esos niños, como sus padres tienen que trabajar, el uno para darle beneficio sobre beneficio a los bancos, la hipoteca es la hipoteca, y el otro para medio comer, en suma, beneficio sobre beneficio a los mismos bancos, pues resulta que, no tienen tiempo para sus hijos.
Como estos padres no tienen tiempo para sus hijos, pues resulta que les compran un móvil, es decir, tienen que proporcionar más beneficios a los mismos bancos, pero los niños se sientes solos, lo cual a los actuales dirigentes políticos y demás personal del garbanceo les importa tanto como un cojón de mico, porque lo que cuenta es el crecimiento económico y este va que se sale, viento en popa a toda vela no corta el porcentaje sino vuela.
Seguramente para que estos niños no se encabriten más allá de lo permitido por el sistema, o sea, para que no pongan en peligro los privilegios de la Edad Media actualizados de unos cuantos calicatres, actualmente hoy en vigor, les pondrán apoyo psicológico, o sea, un psicólogo, que también tendrán que pagar los padres, por lo que tendrán que trabajar un poquito más, porque claro, los bancos, que bancos son, tiene que tener beneficios, y para mantener al psicólogo hay que pagar impuestos, por lo que los padres del niño tendrán que trabajar un poquito más, no los va a pagar el banco, comprenda el lector, y así se llegará, casi, casi, al mundo feliz de Huxley, o lo que es lo mismo, a lo que vengo llamando desde hace unos años el nuevo fascismo, porque me parece a mi, pero no se me soliviante el lector, hace falta tener pocos cojones (no hablo de sesos, que estos los doy por nulos) ver que los hijos de uno no son felices y no hacer nada.
Para comer cerillas y cagarlas encendidas me parece a mi la cosa, pero ya digo, esto está escrito para nadie.
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