lunes, 9 de marzo de 2020

Y DIGO YO, SI NO NOS INFORMAN DE LIBIA, ¿POR QUÉ NOS VAN A INFORMAR DE CÓMO NOS ROBAN LAS PENSIONES; QUÉ ES Y QUÉ SIGNIFICA, A QUIÉN BENEFICIA Y QUIÉNES NEGOCIAN UN TRATADO DE LIBRE COMERCIO O LA CHANCHULLESCA EN QUE SE GASTAN LOS DINEROS DE LOS FONDOS RESERVADOS QUE SON NUESTROS Y NO DEL ESTADO?, POR EJEMPLO, QUE TAMPOCO HAY POR QUÉ MENCIONAR EL CIENTO Y LA MADRE DEL RESTO DE CASOS DEL FOLLETÍN DE SLO CASOS DE CORRUPCIÓN



Aparecen intactos los hospitales de Idlib ‘bombadeados’ por la aviación rusa.

DIARIO OCTUBRE / 07.03.202


Desde el inicio de la ofensiva del ejército sirio contra los yihadistas en Idlib, la ONU ha difundido varios informes de sobre los hospitales destruidos como consecuencia de los bombardeos, señalando especialmente a la aviación rusa como responsable.



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Dichos informes han sido ampliamente divulgados por la prensa asquerosa de siempre, como El Salto Diario, con abundantes menciones al número de civiles muertos y a que Putin es “el emperador de Oriente Medio” (1).

El ejército ruso emprendió una investigación sobre las consecuencia de sus bombardeos. Los resultados de la misma han sido publicados parcialmente por la prensa turca y también por Komsomolskaya Pravda (2) y las fotografías tomadas demuestran que las instalaciones siguen intactas.

Naturalmente, las fotos corresponden a infraestructuras localizadas en las zonas liberadas, de manera que aún no se conocen los efectos de los bombardeos rusos sobre las que siguen bajo control yihadistas.

1. Hospital de la ciudad de Al-Salam: no se encontraron daños en el edificio.

2. Hospital Nacional de la ciudad de Maarrat Al-Nouman: se registran múltiples daños como resultado de los bombardeos de artillería, no de los bombardeos aéreos, como se indica en el informe de la ONU.

3. Edificio de ambulancias y clínica de Maarrat Al-Nouman: no hay daños en el edificio. Ahora las instalaciones sanitarias acogen a los soldados del ejército sirio que resultaron heridos en los combates.

4. Policlínica en Kfar Rumania: no se detectaron daños.

5. Centro médico en Deir East: hay daños causados por el bombardeo de artillería, no por ataques aéreos.

(1) https://www.elsaltodiario.com/siria/putin-emperador-en-oriente-medio
(2) https://www.donetsk.kp.ru/daily/27100.4/4173616/


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CORONAVIRUS



Crece la chinofobia alimentada por el miedo y la desinformación

Cuando las alarmas no sonaron

Rebelión
 07/03/2020 


 Fuentes: Le Monde Diplomatique 

Dada la hiperconectividad del siglo XXI, el brote de COVID-19, nacido en Wuhan, se expandió rápidamente a escala global. Además del drama sanitario, la pandemia ha provocado una parálisis económica general, el descontento popular hacia el gobierno chino y reacciones de chinofobia. Una crisis múltiple con consecuencias impredecibles.

El 29 de enero de 2019, cuatro investigadores de la Academia China de Ciencias lanzaron una advertencia. “Es muy probable que los futuros brotes de coronavirus similares al SARS o al MERS se originen en los murciélagos, y existe una mayor probabilidad de que esto ocurra en China”, publicaron los virólogos Yi Fan, Kai Zhao, Zheng-Li Shi y Peng Zhou en la revista Viruses. Las alarmas, sin embargo, no sonaron. 

Once meses después, una misteriosa neumonía afectaba a varios habitantes de Wuhan, una floreciente megaciudad de 11 millones de personas, en el este de China.

Uno de los primeros en detectarla fue Li Wenliang, un médico de 34 años del Hospital Central de Wuhan, quien el 30 de diciembre pasado intentó alertarles a sus colegas en un grupo de chat online sobre siete casos de un virus que se asemejaba al SARS, aquel que había provocado una epidemia global en 2003. 

Li sospechaba que los casos provenían del mercado de pescados y mariscos Huanan, en Wuhan, y los pacientes fueron puestos en cuarentena en su hospital.

Cuatro días más tarde, el joven médico recibió una visita de funcionarios de la Oficina de Seguridad Pública que lo amenazaron por propagar rumores y comentarios falsos que “podrían perturbar el orden social”, obligándolo a firmar una declaración diciendo que no causaría más problemas. 

Un mes después, Li Wenliang fallecía en una cama de la misma institución donde trabajaba. En un mensaje publicado en la red social Weibo, el hospital confirmó la noticia: “En la lucha contra la epidemia de la neumonía del nuevo coronavirus, el oftalmólogo de nuestro hospital Li Wenliang desafortunadamente resultó infectado. Li murió pese a todos los esfuerzos para reanimarlo. Lamentamos profundamente su fallecimiento”.

Inmediatamente, la muerte de Li Wenliang –hoy considerado un héroe– causó indignación. El Partido Comunista había subestimado la gravedad del virus e intentado mantenerlo en secreto. Recién el 20 de enero, tras semanas de encubrimiento, China declaró la emergencia a raíz del brote e impuso un bloqueo completo a Wuhan. 

Para entonces ya habían surgido casos en otras regiones del país asiático justo antes de las vacaciones del Año Nuevo Lunar. “El coronavirus se había propagado en la ciudad y sus alrededores durante más de un mes antes de que se tomaran medidas efectivas”, dice el epidemiólogo Yang Gonghuan, ex subdirector del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades. 

La amenaza invisible

Hasta mediados de febrero, la Comisión Nacional de Salud de China había reportado más de 75.000 casos de COVID-19 –nombre oficial de la enfermedad asignado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)– y al menos 2.000 muertes. Además, más de 800 casos habían sido confirmados en otros 25 países. Pero, debido a que muchos no se detectan (o reportan), el total real sería probablemente mucho más alto.

El responsable de la crisis actual es un organismo minúsculo, un virus identificado como 2019-nCoV. Provoca síntomas similares a los de la gripe, como fiebre y tos, dificultad respiratoria grave, dolores musculares y sensación generalizada de cansancio.

“Un rompecabezas con muchas piezas faltantes” lo llamó The British Medical Journal por lo poco que se conoce de él. Lo que se sabe es que pertenece a la familia de los coronavirus, que incluye al SARS (síndrome respiratorio agudo severo) y al MERS (síndrome respiratorio del Medio Oriente), responsables de dos de las epidemias más mortales en las últimas dos décadas. Es decir, el 2019-nCoV es una nueva versión de un viejo enemigo. Este virus respiratorio en particular parece propagarse de persona a persona con bastante rapidez a través de las gotitas respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar.

Entre los casos reportados a la Organización Mundial de la Salud, el 15% son graves, el 3% son críticos y el 82% son leves. La tasa de mortalidad general estimada es de alrededor del 2%, pero fuera de la provincia de Hubei –cuya capital es Wuhan– la cifra es de alrededor de 0,05% o menos, no muy lejos de la mortalidad observada con la gripe estacional.

A medida que aumentan los casos en China y en el resto del mundo, los enigmas se multiplican. “No sabemos si el virus puede propagarse antes de que aparezcan los síntomas –afirma Trevor Bedford, biólogo de la División de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del Fred Hutchinson Cancer Research Center, en Estados Unidos–. No sabemos qué proporción de personas infectadas probablemente mueran.”

Cada vez hay más pruebas de que el nuevo virus es menos letal que el que causó el SARS, pero posiblemente sea más contagioso. Y casi no afecta a los niños. 

El nuevo coronavirus es el último ejemplo de una enfermedad que saltó de animales a nuestra especie (véase “Regalos envenenados”, p. 24). El VIH pasó de los chimpancés a los humanos en la década de 1930. En cuanto al MERS, detectado en 2012 en Arabia Saudita, se cree que provino de camellos.

No todas las enfermedades zoonóticas causan enfermedades graves, pese a que el virus del Ébola, por ejemplo, mata a la mayoría de las personas que infecta.

Gracias a las vacunas se han erradicado enfermedades como la viruela y la poliomielitis, y las muertes por enfermedades transmisibles han disminuido en todo el mundo. Pero desde 1970, se han descubierto más de 1.500 nuevos patógenos. Alrededor del 70% de ellos son de origen animal.

Una razón por la que los virus zoonóticos pueden ser mortales es porque los seres humanos carecemos de inmunidad preexistente a ellos. “Es una batalla que nunca ganas –dice Peter Doherty, un investigador en Melbourne que ganó el Premio Nobel de Medicina en 1996 por descubrir cómo el sistema inmunitario reconoce las células infectadas por virus–. Los organismos mutan, aparte de cualquier otra cosa, por lo que requiere vigilancia constante e investigación constante.”

A diferencia de lo que ocurría hace cien años, las epidemias en el siglo XXI se extienden más rápido y más lejos que nunca. Los brotes que antes se limitaban a un país o incluso un continente ahora pueden volverse globales muy rápidamente.

A fines de 2002, el SARS surgió en la provincia meridional china de Guangdong, luego se extendió rápidamente a través de la frontera y mató a 774 personas desde Asia hasta Canadá. En 2009, un nuevo virus de la gripe, H1N1, avanzó en todo el mundo en dos meses y se estima que provocó entre 151.000 y 575.000 muertes. Ahora, 2019-nCoV viajó a cuatro continentes en aproximadamente cinco semanas.

“Hemos creado un mundo interconectado y dinámicamente cambiante que brinda innumerables oportunidades a los microbios”, dice Richard Hatchett, ex asesor de Estados Unidos en emergencias de salud pública y actual CEO de Coalition for Epidemic Preparedness Innovations.

Colaboración global

A los pocos días de la notificación del 2019-nCoV, los científicos en China rápidamente aislaron y secuenciaron el virus, e hicieron algo poco común en el actual escenario geopolítico: compartieron los datos con la comunidad de investigación internacional, acelerando los esfuerzos globales para desarrollar diagnósticos, vacunas y terapias.

“Esto es un gran avance en la salud pública global”, destaca Bedford, quien recientemente actualizó la información científica en la conferencia de la AAAS (Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias) en Seattle, donde presentó Nextstrain (nextstrain.org), un proyecto de código abierto para seguir en tiempo real la evolución de los patógenos. “Lamentablemente este intercambio rápido, abierto y transparente de información científica sobre este brote está siendo amenazado por rumores y desinformación sobre sus orígenes. No hay evidencias de manipulación genética alguna”, afirma.

El investigador se refiere a un polémico y discutido artículo que sugiere que el Instituto de Virología de Wuhan podría ser el origen del brote de COVID-19. “Estamos en medio de la era de la desinformación de las redes sociales y estos rumores y teorías de conspiración tienen consecuencias reales, incluidas las amenazas de violencia que se han producido a nuestros colegas en China”, señala el ecólogo de enfermedades Peter Daszak, uno de los 27 científicos de nueve países que rechazaron enérgicamente estos rumores en una declaración publicada por The Lancet.

La velocidad de detección de estos virus es crucial para abordar la amenaza y limitar o prevenir la propagación. En el caso del virus del Ébola y el SARS se tardó demasiado tiempo: para cuando se los identificó ya habían mutado, volviéndose más peligrosos.

Cuando los investigadores chinos publicaron la secuencia genética del nuevo coronavirus, comenzó una carrera mundial. Casi una docena de compañías farmacéuticas lanzaron programas para desarrollar medicamentos o vacunas contra el 2019-nCoV. El Reino Unido anunció que invertirá 20 millones de libras para la investigación. La Fundación Bill y Melinda Gates prometió hasta 100 millones de dólares para ayudar a contener el brote. El billonario Jack Ma, co-fundador del Grupo Alibaba Group, aportará 14 millones para los mismos esfuerzos.

En este caso, las vacunas son preferibles a las drogas, pues inmunizar a las personas contra las infecciones es la mejor manera de prevenir la propagación de la enfermedad y proteger a poblaciones enteras. Por esta razón, ya se están realizando pruebas para ver cómo funciona una existente vacuna experimental contra el SARS en casos de 2019-nCoV. Pero se estima que tomará como mínimo un año.

Por eso, también se están organizando ensayos con medicamentos antivirales. Uno de los candidatos es la droga Remdesivir, de la farmacéutica Gilead Sciences Inc., desarrollado para tratar el Ébola y las infecciones causadas por el virus Marburg. El primer paciente estadounidense de coronavirus, en el estado de Washington, recibió el medicamento después de que su condición empeoró. El día después de la infusión mejoró, según los resultados reportados en el New England Journal of Medicine.

En China se está ensayando también una combinación de dos medicamentos: Umifenovir, un medicamento antigripal usado exclusivamente en Rusia y China, y Darunavir, otro fármaco antirretroviral. Las autoridades afirmaron que los primeros resultados con estos dos medicamentos han sido favorables, pero no se dispone de mucha información al respecto.

Parálisis general y descontento

El pequeño virus está sacudiendo el proyecto expansivo del presidente chino Xi Jinping. La epidemia ya se siente tanto en la economía china como en la global. 

Los precios del petróleo han caído un 20% en el último mes debido a la menor demanda de China. Hyundai Motor suspendió las líneas de producción en sus fábricas de automóviles en Corea del Sur debido a la escasez de piezas fabricadas en China. Levi Strauss & Co. clausuró su gran local que había abierto semanas atrás en Wuhan, al igual que Apple cerró temporalmente todas sus oficinas y tiendas por precaución. Y las aerolíneas han reducido los vuelos dentro y fuera del país.

Las actividades de la vida diaria se han paralizado en gran parte de China: las universidades de todo el país permanecen cerradas y los temores sobre la propagación del virus también han alterado los planes para numerosas conferencias científicas y de tecnologías, como el Mobile World Congress de Barcelona.

Según el especialista en bioseguridad Michael Osterholm, de la Universidad de Minnesota, 153 medicamentos cruciales, desde píldoras para la presión arterial hasta tratamientos para derrames cerebrales, se fabrican principalmente en China, y se teme que el 2019-nCoV pueda afectar su producción y exportación. 

Wuhan, epicentro del brote de coronavirus, ha estado aislada del mundo desde el 23 de enero en una cuarentena masiva con permanentes controles de temperatura de sus habitantes y con hospitales saturados. Durante la noche se escuchan gritos como “Wuhan jiāyóu!” (que significa “vamos” o “mantente fuerte”) desde las ventanas de los departamentos. La gente ha acuñado el término “Yún chī fàn”, que significa “comida por nube” y refiere a la nueva costumbre de almorzar o cenar acompañados de familiares y amigos a través de videollamadas.

Allí, la sensación de estar atrapado en una zona de infección está alimentando el descontento con el gobierno y no se sabe en qué va a derivar. Durante el brote de Ébola de 2014 en África, los residentes del vecindario de West Point de Monrovia, la capital de Liberia, se amotinaron después de ser sometidos a una cuarentena sorpresa.

Además de los esfuerzos científicos de cooperación internacional, lo único positivo de la crisis es que China ha reducido temporalmente las emisiones de CO2 en un cuarto. 

Pandemias de odio

En 2018, en una charla en la Sociedad Médica de Massachusetts, Bill Gates señaló que el mayor peligro para la humanidad no era la inteligencia artificial o las armas nucleares sino una epidemia que podría matar a 30 millones de personas en seis meses. “El mundo necesita prepararse para las pandemias de la misma manera seria que se prepara para la guerra”, indicó el fundador de Microsoft, quien desde su fundación ha buscado combatir enfermedades como la malaria y la tuberculosis.

Lo cierto es que a medida que el virus se expande por el mundo, otro tipo de pandemia –potencialmente más temible y sombría– crece: la chinofobia, un sentimiento anti-chino alimentado por el miedo y la desinformación.

Históricamente, en todas las sociedades se ha señalado a los extranjeros como vectores del crimen, el terrorismo y las enfermedades. En este caso, los llamados a prohibir el movimiento de personas de ascendencia asiática son tendencia en las redes sociales.

Los nombres que reciben las enfermedades no ayudan. Al brote actual se lo conoció en un primer momento como la “gripe de Wuhan”. Se puede recordar también los azotes de la “gripe española” –que se estima que mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo– a pesar de que el virus que la provocó no se originó en España: los primeros casos se registraron en la base militar de Fort Riley de Estados Unidos el 4 de marzo de 1918. 

El virus del Ébola lleva el nombre de un río en la República Democrática del Congo. El virus del Zika es conocido por un bosque de Uganda, donde se lo descubrió por primera vez en 1974. Y los Hantavirus están vinculados al área del río Hantan en Corea del Sur.

Lo llamativo es que no se trata de un protocolo universal: el VIH, descubierto en Nueva York en 1980, no es “NYC-1” y la infección por SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) no es la “peste de Boston”, ciudad en la que se registraron los primeros casos.

“La historia demuestra que identificar una nueva enfermedad por su lugar de origen puede conducir a la estigmatización así como influir en las percepciones de riesgo –indica Mari Webel, historiadora de la salud pública de la Universidad de Pittsburgh–. Es importante para la solidaridad global con la población muy afectada de Wuhan acostumbrarse a decir COVID-19 e insistir en que otros hagan lo mismo.”

Federico Kukso. Periodista científico, miembro de la comisión directiva de la World Federation of Science Journalists. Autor de Odorama: Historia cultural del olor, Taurus, 2019.


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FEMINISMO: QUE DICE LA HISTORIA QUE LAS CLASES TRABAJADORAS NO CONSIGUIERON NUNCA NADA SALTANDO A LA PATA COJA NI ECHÁNDOLE VIVAS A LOS NENES Y NENAS BONITAS QUE NO TRABAJARON NUNCA, VERBO TRABAJAR: YO TRABAJO



Historia feminista: La gran huelga de mujeres de 1918

kaosenlared
Mar 8, 2020

 “Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia”.

José Saramago

La I Guerra Mundial había sumido a Europa en una situación desoladora tanto económica como socialmente. Se producen levantamientos populares continuos y una dura represión policial y militar. Esta situación pone en crisis los regímenes liberales preponderantes en esos momentos históricos.


10 efemérides de América del Sur del año 2019 (parte 2)
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Mercado de la Boquería custodiado por la guardia civil. 

La situación española era terrible a pesar de no haber participado en la I Guerra Mundial. Las fábricas estaban a todo rendimiento, lo que provocó un fuerte enriquecimiento del sector empresarial mientras que al mundo obrero lo mantenía en la más absoluta indigencia, con salarios de miseria y con situaciones cercanas a la esclavitud.
A ello debemos añadir la ineptitud de los políticos y un régimen borbónico que no entendía cuál era el papel del rey en una monarquía democrática.
Barcelona era la zona de mayor desarrolló del país donde la burguesía catalana no hacía más que enriquecerse, mientras que el movimiento obrero luchaba por lograr unas condiciones de vida dignas. En este sentido, destacaba el poderío del movimiento obrero anarquista y en menor medida, los socialistas.
Fue en el barrio chino de Barcelona donde se produjo un levantamiento popular exclusivamente de mujeres liderado por simples vecinas hartas de los abusos de los comerciantes
Ante la amenaza que suponía este movimiento obrero, amplios sectores del empresariado catalán no dudaba en contratar a pistoleros a sueldo para eliminar a los dirigentes anarquistas catalanes y estos contaban con la pasividad y aquiescencia de la policía. Estos a su vez respondían también con asesinatos.
Sin embargo, es en el barrio chino de Barcelona donde se produjo un hecho insólito, nada menos que un levantamiento popular exclusivamente de mujeres y que fue liderado de forma espontánea por simples vecinas hartas de los abusos de los comerciantes.
Durante los años que duró la I Guerra Mundial, los productos básicos de consumo, pan, carbón, aceite, bacalao, habían subido por encima de los sueldos de una población que ya se encontraba exhausta, mal alimentada y explotada en el trabajo, en consecuencia, estaban al límite de la supervivencia.
En el inicio de enero de 1918, pocos días antes de la revuelta de las mujeres, la Junta de Subsistencia había establecido un precio de venta tasado para el carbón, que los comerciantes no estaban dispuestos a venderlo a dicho precio, por lo que tan sólo se conseguía carbón a precios superiores al 30% del precio tasado por la Junta. Esto provocó un gran malestar social contra los comerciantes y el Gobierno.


Como vemos, fue el precio del carbón y el monopolio que ejercían algunos comerciantes sobre productos básicos de la alimentación de la población, lo que provoca el inicio de la revuelta de las mujeres. Los comerciantes hacían que se pagaran a precios demasiados elevados todos estos productos en relación a los jornales de los trabajadores.
Como podemos comprobar, eran muchos los comerciantes que no respetaban los precios tasados por el Gobierno y los subían indiscriminadamente para obtener pingues beneficios. De esta forma, llegó el duro invierno y no tenían carbón para poder calentarse y tampoco disponían de los alimentos suficientes por lo que se iba extendiendo el hambre.
El carbón se convirtió entonces en un producto de lujo. Las mujeres barcelonesas no esperaron a que los sindicatos obreros lucharan contra esta explotación por parte de los comerciantes. Fueron las mujeres trabajadoras, que tenían entre trece y treinta años quienes están en el origen de esta huelga.
El diario barcelonés de esta época “El Diluvio” relata de esta manera el inicio de dicha movilización:
“Eran las diez de la mañana, Amalia Alegre, una vecina de la calle el Olmo, cuelga en la calle un papel en donde convoca a todas las mujeres a dirigirse en manifestación al Gobierno Civil para protestar por la falta de subsistencias a precio tasado. Pronto se reúnen unas 500 mujeres que desde la calle del Olmo se dirigen por el Arco del Teatro hasta Cires y de ahí llegan a Conde del Asalto desde donde acceden a las Ramblas. Por el Paseo de Colón llegan al Gobierno Civil”.
De dicha manifestación surge una Comisión de cinco mujeres, que está encabezada por Amalia Alegre y que será recibida por el Gobernador Civil, Auñón. Dicha comisión solicita que se respeten por parte de los comerciantes los precios estipulados por la Junta de Subsistencia para los productos de consumo y que no se acaparen alimentos en los almacenes a la espera de la subida de precios.
El Gobernador Civil les promete que llegarán productos en cantidad a las tiendas y que estos serán vendidos a los precios tasados.
A pesar de esta promesa, por la tarde se produce otra manifestación y en esta ocasión las mujeres van acompañadas por sus hijos, acudiendo nuevamente frente al Gobierno Civil de Barcelona. Esa misma tarde se producen fuertes incidentes enfrente de diversas carbonerías que vendían el carbón por encima de los precios tasados.
Al día siguiente, a media tarde se vuelven a concentrar un grupo numeroso de mujeres en el Paralelo barcelonés y gritaban contra los acaparadores y la falta de subsistencias en las tiendas.
Los sindicatos obreros acuden por primera vez a dicha concentración para respaldar a las mujeres. Sin embargo, las mujeres rechazan su presencia y les dicen que esta protesta es únicamente de mujeres. Los sindicatos se retiran ante esta petición de las mujeres y se niegan a la presencia de los hombres.
La policía hace acto de presencia, pero ellas seguían gritando:
¡Tenemos hambre!
¡Queremos el abaratamiento de las subsistencias!
A su paso van cerrando todo y las mujeres se van uniendo a la marcha, se enfrentan con los comerciantes que se niegan a cerrar y en las Ramblas donde paran tranvías e invitan a las mujeres que iban en los mismos a sumarse a la manifestación.
Entran en algún local de diversión rompiendo los cristales y hacen salir a los ahí presentes y piden a los artistas que se unan a la protesta, lo que consiguen en la mayoría de los casos.
La zona donde vivían estas mujeres era una zona muy pobre y deprimida en contraste con el Paralelo donde abundan los cabarets y los cafés, era una zona cara de Barcelona. Los clientes que se encontraban en sus terrazas huyen despavoridos. Muchos de los artistas que había en esa zona de cabarets secundan la huelga de las mujeres y se niegan a actuar.



Desde el Paralelo se dirigen por la calle Conde del Asalto cerrando todos los locales abiertos. En el local Edert Concert lo destruyen todo, lo mismo sucede en el Alcázar Español.
 
Este potente movimiento de las mujeres debido al frío y al hambre que sufrían en Barcelona enseguida contó con el apoyo y la simpatía de amplios sectores de la clase trabajadora. Esto queda bien reflejado en el periódico “El Diluvio” en su edición del doce de enero y dice:
“Como prueba de solidaridad con las manifestantes y dar fuerza al acto, habían abandonado el trabajo las obreras de las fábricas… y las manifestaciones crecían al grito de ¿mujeres a la calle, a defenderse del hambre y a poner remedio al mal! ¡Por la humanidad, a la calle todas!”.
Se manifiestan por las Ramblas y llegan a los almacenes El Siglo donde una comisión de las manifestantes pide al dueño el cierre de los almacenes y que se les unan las dependientas, pero el propietario se niega y se produce rotura de cristales y de mobiliario del almacén. Ante esta situación, el propietario decide cerrar el almacén.
Los tranvías que circulan por la Rambla son detenidos y a las pasajeras se les invita a manifestarse con ellas. Es una huelga sin dirigentes y son las mujeres que tienen mayor arrojo y capacidad oratoria las que dirigen la manifestación. Como vemos, es un movimiento sin una dirección clara y sin una estrategia, pero sí sabían lo que deseaban.




Se producen reuniones con el alcalde de Barcelona y también con el Gobernador Civil, a quien le dijeron:
“Si no se solucionaban las demandas de los trabajadores, harán parar a los hombres, obligándoles a que se queden en casa, y las mujeres se echarán a las calles seguras de imponerse, ya que toda la razón las asiste”.
Por su parte, hasta los estudiantes acordaron en asambleas sumarse a las manifestaciones en solidaridad. Ante el acuerdo tomado en asamblea por los estudiantes de sumarse a las protestas, una comisión de mujeres se dirige a los periódicos para que estos informen que no aceptarán la incorporación de varones. Prefieren continuar ellas solas la revuelta.
El lunes, 14 de enero amaneció con miles de mujeres en las calles, pasando por todos los centros de trabajo, tiendas y fábricas a invitar a las mujeres a que abandonen el trabajo y se unieran a la manifestación.
Llegaron a hacer manifestaciones paralelas en diferentes puntos de la ciudad, entre 3.000 y 4.000 mujeres. Si seguimos la información que aparece en el diario El Diluvio, más de 14.000 habían hecho huelga en las fábricas, sumándose a las manifestaciones.
Los comerciantes barceloneses asustados ante la potencia de la manifestación cierran sus tiendas. Las mujeres están encolerizadas y disfrutan del éxito de su planteamiento, pero son conscientes de que necesitan seguir la lucha y ampliarla, por lo que al día siguiente plantean volver al Gobierno Civil al comprobar que lo prometido por el gobernador no se ha cumplido y los precios continúan igual.



Esa mañana ya habían cerrado varias fábricas del distrito V con mayoría de trabajadoras. Estas trabajadoras se reúnen y realizan una manifestación y lucen temas como:
¡Abajo las subsistencias!
¡Fuera los acaparadores!
¡Mujeres a la calle, a defenderse del hambre y a poner remedio al mal!
¡Por humanidad, a la calle todas!
Por la tarde vuelven a sucederse manifestaciones y se producen incidentes con la rotura de lunas y cierres de comercios. Aparecen las fuerzas de la guardia civil pero no intervienen, temiendo que su violencia genere una gran respuesta popular y se limita a vigilar y formar cordones de seguridad frente a los mercados.
Por la noche se repite la manifestación de mujeres que de nuevo obliga a cerrar las salas de espectáculos del Paralelo y Distrito V.
La guardia civil recorre las calles a caballo y se ha acuartelado a las tropas. Las fuerzas de seguridad custodian los mercados. Comisiones de mujeres recorren los barrios de Sans, Gracia y San Andrés pidiendo a las mujeres que trabajan que se les unan y a la vez rechazando el apoyo de los varones.
A los hombres se les dice que sigan trabajando pues ellas solas son capaces de lograr lo que se han propuesto. Una manifestación de unas 4.000 mujeres se dirige a la Plaza Real en donde se improvisa un mitin.



De pronto, en otras ciudades, como Málaga o Valencia, las mujeres imitan a las de Barcelona y convocan protestas. La rebelión femenina se extiende a Málaga, produciendo sangrientas consecuencias. Valencia sufre también la ira de las mujeres, que parecen enloquecidas, como accionadas por una extraña y poderosa fuerza con la finalidad de conseguir sus justas reivindicaciones.

La tarde de aquel lunes, catorce de enero, una manifestación de al menos 5.000 mujeres acude al Gobierno Civil donde tiene lugar una reunión de la Junta de Subsistencias que estudia la posibilidad de aumentar la llegada a Barcelona de artículos de primera necesidad.
El ímpetu de las mujeres consigue romper el cordón de los guardias de seguridad que se encuentran custodiando la entrada al edificio y en tropel suben las escaleras para hablar con el gobernador.



Viendo el cariz que toma el asunto, el gobernador manda desalojar la escalera repleta de mujeres y la presión entre las que temerosas de resultar heridas quieren bajar y el empuje que desde abajo aplica el resto de mujeres hace que se desprenda la baranda de hierro, cayendo un grupo de mujeres.
Dio como resultado 25 mujeres gravemente heridas cuando se desprendió la baranda de hierro de la escalera. Piernas fracturadas, conmociones cerebrales, varias de ellas heridas. Por suerte no muere ninguna.
Fuera del edificio las esperaban miles de mujeres. Mientras tanto en las calles de Barcelona, grupos de mujeres asaltan tahonas, paran carros de carbón y los vacían, entran en las carnicerías buscando alimentos.
Grupos de mujeres cierran tahonas y acuden a los centros de trabajo de las mujeres pidiendo solidaridad y que se unan a la huelga. Se producen los primeros robos y saqueos y los comerciantes empiezan a usar armas para defender sus negocios. La tensión social es máxima.
Las mujeres siguen negando el apoyo de los hombres, que no pueden ni tan siquiera entrar en los mítines que tienen lugar en varios locales del barrio, para así evitar que se infiltre la policía pues solo había hombres y ninguna mujer policía.
La situación es tan precaria que el Gobernador tiene que aceptar una limitación de los precios en los alimentos. Sin embargo, esta medida hace que se desconvoque la huelga y las protestas.


Posteriormente, las mujeres comprobarán que muchos comerciantes no acatan la medida, lo que provoca más incidentes y más robos. Por otro lado, hay un mitin en el cine Montaña en donde se rechaza el bando y se desautoriza a la comisión de mujeres que aprobó el bando del gobernador del día anterior, por entender que las medidas no son suficientes. El mitin finaliza llamando a continuar la huelga al día siguiente.
 
El miércoles, el paro en las fábricas es masivo. En las calles, los establecimientos de alimentación no abren. Hay múltiples asaltos a carbonerías, así como a tahonas y carnicerías. En algunos establecimientos, los dueños se defienden nuevamente a tiros del intento de asalto.
El miércoles 23 de enero, el Gobierno Central destituye al gobernador civil de Barcelona, sr. Auñon, y para que no haya un vacío de poder mientras se nombra al nuevo gobernador, se designa como gobernador interino a Prat, presidente de la Audiencia. Al día siguiente se celebra un mitin en la Font del Gat al que acuden 5.000 mujeres. Este mitin disuelto por la guardia civil, que se emplea con extrema dureza.
Al día siguiente el paro en las fábricas fue masivo, protagonizado tanto por mujeres como por hombres. Los centros de trabajo con mayoría de mujeres trabajadoras, como guarderías o perfumerías, cerraron todos. Los diarios barceloneses anuncian que “Puede decirse que el paro fue general”.


Tuvieron que cerrar los cines, los teatros y los mercados, frente al inminente asalto de las manifestantes, que en su paso bloqueaban tranvías y sustraían productos de las tiendas de alimentos y repartían el pan que sacaban de las tiendas. Mientras en las calles las manifestaciones no cesaban, con duros enfrentamientos con la guardia civil, cargas, corridas y detenciones.
 
El jueves, se celebra un mitin en El Globo Cautivo del Salón de San Juan. No se permite la entrada a los varones excepto periodistas acreditados. Se aprueban varias medidas como que las subsistencias tengan el mismo precio que antes de la guerra, la reducción del alquiler en un 20%, readmitir a los 6.000 trabajadores del transporte que habían sido despedidos por entender que una de las razones del aumento del precio de las subsistencias era el encarecimiento del transporte.
Acuden al gobierno civil y presentar los acuerdos del mitin, y recibidas por el gobernador les dice que algo harán para mejorar la situación. El viernes se calcula en 20.000 trabajadoras las que secundan el paro. Sagrera, San Martin, San Andrés. Pueblo Nuevo se suman al paro.
Empieza la tercera semana del conflicto sin visos de solución. Los comerciantes o no tienen género en las tiendas para no tener que venderlo al precio tasado o se niegan a venderlo por debajo de determinado precio. Para no colocar mercancía en sus tiendas han hecho desaparecer los carros que surtían a las tiendas desde los almacenes. Son detenidos varios comerciantes que se niegan a abrir la tienda o por no querer vender al precio tasado.
La casa de aceites Salat con una tienda importante en Rambla Canaletas es de las que no quiere vender el aceite al precio fijado y ante la irrupción de un grupo de mujeres que exige el precio convenido, las golpean y la fuerza pública detiene al encargado de la tienda.
Se suman las llamadas señoras al conflicto, la por entonces aún poco numerosa clase media. Todos las llaman señoras y así se identifican ellas. Hacen llegar una nota a la prensa expresando la necesidad de abaratar las subsistencias y los alquileres, sobre todo los alquileres, y convocando a su grupo al Salón de San Juan el siguiente jueves para dirigirse en manifestación al gobierno civil. En el resto de España hay disturbios por el mismo motivo en La Coruña, Alicante y Málaga.


Aumenta el número de fábricas en paro. En muchas de las fábricas con personal de ambos sexos, la falta de mujeres impide continuar la producción, por lo que han de parar a su vez los hombres. Se extiende el asalto a los comercios. Sobre todo a los de pesca salada, más refractarios a vender al precio tasado. Se asaltan los almacenes de aceites Salat en Wad Ras que se está distinguiendo por hacer caso omiso a las disposiciones del bando.
El viernes se declara el estado de guerra en la provincia ante el descontrol y la pérdida de poder por parte de las autoridades. Fuerzas del ejército se encargan de la custodia de mercados y establecimientos comerciales. Simultáneamente, el gobierno central emite un real decreto decretando la censura militar de prensa.
Se declara el Estado de Guerra y los soldados toman las calles y custodian los principales mercados. Los militares van pertrechados con armamento. Hay ametralladoras en cada esquina y la protesta finaliza con éxito pues los comerciantes acaban acatando las limitaciones de precios y, desde entonces, Barcelona comprueba la fuerza de la unidad de las mujeres proletarias.
El sábado se publica un bando del Gobierno Civil prohibiendo la exportación desde Barcelona de una serie de artículos de primera necesidad, dictando los precios para la venta al público de los alimentos y subsistencias más utilizadas por los trabajadores, y dando curso a una serie de decisiones para impedir que dichas subsistencias pudieran permanecer almacenadas a la espera de que subiese su precio.
Una comisión de mujeres, entre las que aparece Amalia Alegre, se reúne con el gobernador, aprueba el bando y toma la resolución de desconvocar la huelga.
El domingo los movimientos son varios; por un lado, comisiones de comerciantes, de abastecedores, de ultramarinos, acuden al gobierno civil en solicitud de que se anule el bando puesto que al precio al que se había fijado la venta de algunos productos, haría que vendiesen por debajo del precio de compra.


Amalia Alegre hablando en un mitin.

El sábado llega a Barcelona el nuevo gobernador civil González Rothwos.
A partir de la salida de las tropas a la calle, desaparecen las manifestaciones y los asaltos a los comercios. Se instalan ametralladoras en varios enclaves y se disuelve todo conato de concentración. La prensa pasa a las últimas páginas la información del conflicto y aún con sordina.
Finalmente, el sábado asumió el nuevo gobernador civil González Rothwos, quien anunció una serie de medidas para aumentar el abastecimiento de productos de primera necesidad, enumerando una lista de precios para esos productos e informando las sanciones frente a la no aceptación por los tenderos de los precios tasados. Patrullas del ejército supervisarían que los establecimientos se abran y que el precio al que venderían los productos respete las instrucciones dadas.
Las valientes mujeres vuelven a las fábricas y centros de trabajo. Pero la revuelta acaba después de fuertes semanas de huelgas tras una revuelta intensa, paralizando la ciudad entera, ocupando la sede del Gobierno, haciendo caer un gobernador civil. Y, sobre todo, imponiendo sus demandas para mejorar el abastecimiento y bajar precios.
En pocos días volverán las mujeres al trabajo y se pone fin a la revuelta femenina por el derecho a unos precios justos y a tener calor en el invierno.


Como hemos podido comprobar son durante dos semanas que la lucha de las mujeres barcelonesas y sin aceptar el apoyo de los hombres han conseguido paralizar la ciudad. Han conseguido que sea cesado el Gobernador Civil y impuesto un Bando donde se toman medida para mejorar el abastecimiento de alimentos y carbón y reducir sus precios. Se consigue una buena parte de lo que se pretendía.
Como dice Erica Jong: “Las mujeres constituyen el único grupo explotado en la historia que ha sido idealizado hasta la impotencia”.

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