miércoles, 28 de febrero de 2024

Una decena de países europeos rechaza las insinuaciones de Francia sobre el envío de tropas a Ucrania

 

Una decena de países europeos rechaza las insinuaciones de Francia sobre el envío de tropas a Ucrania

 

DIARIO OCTUBRE / febrero 27, 2024

 

El lunes, el presidente francés, Emmanuel Macron, no descartó la posibilidad de un envío de tropas occidentales a la zona del conflicto ucraniano.


Cumbre en apoyo a Ucrania en el Palacio del Elíseo en París (Francia), el 26 de febrero de 2024. | Gonzalo Fuentes / Pool / AP


Un día después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, sugiriera la posibilidad de que tropas occidentales pudieran ser enviadas a Ucrania, una serie de países miembros de la OTAN y de la Unión Europea han reaccionado este martes mostrando su rechazo a una injerencia directa militar en el conflicto con Rusia.

 

Tras la cumbre especial sobre Ucrania celebrada en París, el líder francés indicó en rueda de prensa que, si bien “hoy no hay consenso para enviar tropas sobre el terreno de manera oficial, asumida y avalada”, “en términos dinámicos, no hay que descartar nada“. Entre otras cosas, Macron anunció la creación de una coalición para suministrar a Kiev armas de largo alcance con las que se llevarían a cabo ataques “profundos” mediante misiles de medio y largo alcance, si bien no ofreció más detalles.

“No es una opción”

Reaccionando a la sugerencia de Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha descartado de plano esta posibilidad. “No habrá tropas terrestres, ni soldados en suelo ucraniano que sean enviados allí por los estados europeos o los países de la OTAN”, dijo Scholz el martes durante una visita a Friburgo.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, también rechazó la idea de Macron. “Sí, lo descarto“, respondió este martes a una pregunta, al término de una reunión con su homóloga, Klaudia Tanner, en Viena (Austria). “Poner las botas sobre el terreno no es una opción para la República Federal de Alemania”, afirmó Pistorius. Por su parte, Tanner calificó de “señal preocupante” la sugerencia del presidente francés.

En la misma línea se pronunció el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, que aseguró que su país no desplegará sus fuerzas en Ucrania, si bien reconoció que varios países miembros de la OTAN y de la UE “están considerando la posibilidad” de enviar tropas “de manera bilateral”.

La portavoz del Gobierno español, Pilar Alegría, declaró que su país no apoya la idea del despliegue de tropas europeas o de la OTAN en Ucrania. “No estamos de acuerdo y tenemos que concentrarnos, además, en lo urgente, que es acelerar la entrega de material”, subrayó.

Mientras, Antonio Tajani, ministro de Exteriores de Italiarecalcó que enviar tropas a Ucrania es una “idea de Macron”, con la que “hay que tener mucho cuidado“. “No estamos en guerra con Rusia, estamos defendiendo [a Ucrania], y a mi juicio personal no estoy a favor de enviar tropas italianas a luchar en Ucrania”, dijo, según ANSA.

Grecia tampoco desplegará sus fuerzas en territorio ucraniano, según el primer ministro del país heleno, Kyriákos Mitsotákis, citado por medios locales. El jefe del Gobierno heleno indicó que para Atenas y para la mayoría de sus aliados no es cuestión de enviar tropas europeas o de la OTAN a Kiev. “Creo que este debate también tergiversa la esencia de nuestros esfuerzos para apoyar a Ucrania en la práctica en este momento”, agregó.

Paralelamente, el primer ministro de República Checa, Petr Fiala, quiso dejar claro que su país “por supuesto que no va a enviar tropas a Ucrania”, informa Novinky.cz.

Por su parte, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, afirmó que el envío de tropas no era el tema central de las conversaciones del lunes, informa Reuters.

En cuanto a Suecia, su primer ministro, Ulf Kristersson, dijo que el país no contempla el envío de tropas a Ucrania porque “no es en absoluto relevante en este momento”, según declaró a SVT. El mandatario escandinavo señaló que “la tradición francesa no es la tradición sueca” y que “si un país quiere enviar tropas a otra parte del mundo, no afecta a la OTAN”.

A su vez, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, admitió que las opiniones sobre el despliegue de las fuerzas “varían” y que “no hay absolutamente ninguna solución de este tipo”, recogen medios locales. “Puedo decir esto: no había entusiasmo“, respondió a una pregunta sobre si cada vez hay más países que no descartan la posibilidad de enviar soldados a Ucrania.

“Polonia no tiene previsto enviar sus tropas en Ucrania, tenemos una posición común aquí”, aclaró este martes el primer ministro polaco, Donald Tusken, en una rueda conjunta con su homólogo checo.

Rotunda fue la reacción de Hungría, que se mostró en contra de cualquier injerencia militar en el conflicto ucraniano. “La posición de Hungría es clara y firme: no estamos dispuestos a enviar ni armas ni soldados a Ucrania. Hay que poner fin a la guerra, no agravarla ni ampliarla”, escribió en su cuenta de Facebook el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó.

En lo que respecta al Reino Unido, un portavoz del primer ministro, Rishi Sunak, comentó el martes que el país no tiene “ningún plan para un despliegue a gran escala en Ucrania”, si bien reconoció que hay “una pequeña cantidad de personal desplegado en el país apoyando a las Fuerzas Armadas de Ucrania”.

En medio de estos reportes, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, rechazó que la Alianza esté planeando desplegar sus fuerzas en Ucrania.

“Los aliados de la OTAN están prestando apoyo sin precedentes a Ucrania. Lo hemos hecho desde 2014 y lo hemos intensificado tras la invasión a gran escala. Pero no hay planes para tropas de combate de la OTAN en suelo ucraniano”, recalcó a AP.

No se podrá evitar un conflicto directo, advierte Moscú

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que, en caso de que fuerzas extranjeras sean enviadas a Ucrania, será “inevitable” un conflicto directo entre Rusia y la OTAN. Por ello, instó a evaluar a los países occidentales si ese desarrollo de los acontecimientos es de “su interés” y del de sus ciudadanos.

“En este caso ya deberíamos hablar, no de probabilidad, sino de inevitabilidad, así es como lo evaluamos”, respondió el vocero a una pregunta sobre cómo contempla el Kremlin los riesgos de escalada y la probabilidad de un conflicto directo entre la OTAN y Rusia si tropas occidentales son enviadas a Ucrania.

“Conocemos bien la posición de Macron sobre la necesidad de infligir una derrota estratégica a Rusia. Hemos prestado atención a que se ha debatido el tema del envío de militares a Ucrania. Y a que no existe un consenso unificado. Una serie de países mantiene una valoración del peligro potencial de tales acciones, de la implicación en el conflicto. Esto no conviene a los intereses de estos países, deben ser conscientes de ello”, dijo.

·         La posibilidad de un envío de fuerzas a Ucrania fue abordada en la entrevista que el presidente ruso, Vladímir Putin, concedió a primeros de febrero al periodista estadounidense Tucker Carlson. “Si alguien desea enviar tropas regulares, esto ciertamente pondrá a la humanidad al borde de un conflicto global muy grave. Es obvio”, aseveró el mandatario.

“Sería una locura”

Las declaraciones del presidente Macron también suscitaron críticas entre diputados opositores de la Asamblea Nacional. Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional, escribió en su cuenta de X que el envío de tropas a Ucrania es “una cuestión de paz o guerra” en Francia. “Emmanuel Macron juega a líder de guerra, pero es de la vida de nuestros hijos de lo que habla tan despreocupadamente“, dijo.

Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, de Francia Insumisa, advirtió que el envío de tropas convertiría al país en “beligerante”. “La guerra con Rusia sería una locura”, apuntó, señalando que la “escalada verbal belicosa de una potencia nuclear contra otra gran potencia nuclear es ya un acto irresponsable”. En este sentido, agregó que “ya es hora de negociar la paz en Ucrania con cláusulas de seguridad mutua”.

“Putin tiene que estar en la mesa de negociaciones”

Durante la reunión en París celebrada este lunes, en la que más de una veintena de países intentaron ajustar enfoques para mejorar la resistencia de Ucrania ante los avances rusos, el canciller austríaco, Karl Nehammer, subrayó la necesidad de mostrar “plena solidaridad” con Kiev y enviar una señal al presidente ruso, Vladímir Putin, que su operación militar en Ucrania “está llevando a la Federación Rusa y a él a un callejón sin salida“.

Al mismo tiempo, Nehammer planteó un acercamiento diplomático con Rusia. “Putin también tiene que estar en la mesa de negociaciones, porque de lo contrario no lograremos la paz”, dijo, añadiendo que no descartaría semejantes conversaciones con el presidente ruso “si son útiles, si ayudan”.

·         Desde el inicio del conflicto en febrero de 2022, Rusia ha mantenido su disposición a entablar conversaciones con Ucrania. Sin embargo, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, decretó un veto que impide cualquier negociación con los actuales dirigentes rusos.

Tampoco existe una posición consolidada en Europa en torno a la asistencia militar para el país eslavo. Si bien el ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur, propuso vaciar en la medida de lo posible las reservas de municiones de los países miembros de la UE para entregárselas a Ucrania, el canciller alemán, Olaf Scholz, volvió a rechazar el suministro de misiles Taurus al Ejército ucraniano ante el riesgo de que arrastre a su país a un enfrentamiento directo con Rusia.

FUENTE: actualidad.rt.com

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Ucrania, después de Avdiivka

 

El subdirector de Altrenotizie.org, Michele Paris, argumenta aquí que Ucrania tras la caída de Avdiivka ha perdido ya la guerra, y por tanto prolongarla solo puede acarrear más muerte y más desgracia. Claro que mientras sigan aflorando los millones…

 

Ucrania, después de Avdiivka

 

El Viejo Topo

28 febrero, 2024

 


UCRANIA, TRAS EL PUNTO DE INFLEXIÓN DE AVDIIVKA

Por Michele Paris


Entre los gobiernos occidentales y dentro del régimen de Zelensky, la noticia de la liberación de Avdiivka llegó como un huracán, a pesar de que el destino de la localidad en las inmediaciones de Donetsk ya parecía marcado desde hacía varias semanas. Los patrocinadores de Ucrania, reunidos en la Conferencia anual de Seguridad en Munich, intentaron limitar los daños al menos en términos de imagen, gracias también a la muerte simultánea del «disidente», así como del «activo», aún sin una causa oficial según la CIA, Alexéi Navalny. Sin embargo, la importancia de la pérdida de Avdiivka para Kiev amenaza con marcar un paso decisivo en la guerra por poderes de la OTAN, en la que las fuerzas rusas parecen decididas a intensificar la presión en todo el frente de guerra.

Zelensky una vez más tuvo que zamparse un trago amargo delante de sus amos occidentales. Según fuentes ucranianas, el ex comediante de televisión tenía la intención de prolongar la resistencia en Avdiivka para ofrecer algo a Occidente o, desde otro punto de vista, para no sufrir una nueva humillación –y convencer a sus interlocutores, durante la conferencia en Alemania, de que liberen los fondos y las armas necesarias para evitar el colapso.

El presidente ucraniano y el nuevo comandante de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrsky, se vieron obligados a dar la orden de retirar sus tropas el sábado, al menos 24 horas después de que los hombres de la Tercera Brigada, es decir, los neonazis de el batallón Azov incorporado al ejército, habían comenzado a huir en masa de Avdiivka para evitar el cerco completo. Zelensky se habría enfurecido por el resultado de la larguísima batalla, pero ante la realidad sobre el terreno sólo pudo recurrir nuevamente a la propaganda. El domingo en Múnich afirmó que la retirada se decidió para salvar las vidas de los militares ucranianos, cuando por el contrario su estrategia implicaba continuar la masacre de soldados para evitar el fracaso de su viaje a Europa.

Avdiivka es un centro logístico fundamental y el control de la ciudad, de hecho un suburbio de Donetsk, había permitido durante años a las fuerzas ucranianas bombardear, casi siempre objetivos civiles, en la capital de la «oblast» del mismo nombre que pasó a la Federación Rusa después del referéndum de 2022. Su liberación también completa el control ruso sobre los asentamientos urbanos más grandes en las afueras de Donetsk, después de que Moscú expulsara a las fuerzas ucranianas de Maryinka en el oeste y Veseloye en el norte durante el último mes y medio.

En una entrevista con la cadena Sputnik , el experto militar ruso Ivan Konovalov explicó que la posesión de Avdiivka allana el camino hacia “el arco de Druzhkovka, Kramatorsk y Slavyansk”, es decir, “de hecho, el último cinturón defensivo del ejército ucraniano”, como parte de las fortificaciones erigidas en los últimos años. Las tropas rusas ya se están acercando a esta zona, más allá de la cual «el territorio está menos fortificado».

La caída de Avdiivka es la consecuencia inevitable de la superioridad de la artillería rusa y forma parte de un escenario de pesadilla para Kiev, compuesto por enormes pérdidas, escasez de hombres para reemplazar a los muertos y heridos graves y una rápida disminución de los suministros de municiones y armas, y la resistencia creciente entre los gobiernos y parlamentos de los países de la OTAN a destinar más fondos y armas a una causa perdida y el colapso real del apoyo de las poblaciones occidentales a pesar de la propaganda de los medios oficiales.

Probablemente sea demasiado pronto para predecir la magnitud del eventual avance ruso tras la batalla de Avdiivka, pero ya están llegando señales de progreso en otras líneas del frente. Por ejemplo, fuentes rusas ya informaron el domingo de un avance de más de un kilómetro en la localidad de Rabotino , en este caso en la región de Zaporizya. Muchos analistas militares creen en última instancia que la resistencia ucraniana finalmente está empezando a ceder, y que el frente se mueve en todas partes en dirección oeste.

Las noticias que llegan de Avdiivka son muy malas para Kiev y los países de la OTAN, también porque contribuyen quizás como nunca antes en dos años de guerra al colapso del edificio de mentiras y propaganda sobre el que se sustenta la guerra en Ucrania y la actual campaña antirrusa. El ex asesor del Departamento de Estado estadounidense, James Carden, escribió el sábado un comentario para el sitio web de la revista The American Conservative en el que recuerda los anuncios eufóricos de los gobiernos y la prensa occidentales desde principios de 2023 hasta al menos el verano pasado, destinados a preparar opinión pública para lo que sería el triunfo seguro de Ucrania gracias a la superioridad y el apoyo militar de la OTAN.

En enero de 2023, por ejemplo, el Washington Post escribió sobre las “excelentes probabilidades” de que para finales de año se mantuviera la promesa de Zelensky de reconquistar todo el territorio ocupado por Rusia. El propio Biden todavía dictaminó en julio que Putin «ya había perdido la guerra». Una derrota para Moscú que el entonces comandante de las Fuerzas Armadas estadounidenses, general Mark Milley, definió como conseguida desde un punto de vista «estratégico, operativo y táctico».

Estas absurdas ilusiones se reflejan hoy en el pánico desatado por el avance ruso y por las peligrosas señales de colapso de las fuerzas armadas y de la sociedad ucraniana. La coincidencia de la toma de Avdiivka con la conferencia de Munich sirvió para registrar las reacciones de una muestra más que significativa de partidarios del régimen de Zelensky durante un único evento.

La respuesta más común a los acontecimientos ocurridos en las afueras de Donetsk es el relanzamiento del compromiso de liberar los 60 mil millones de dólares destinados a Kiev, solicitados por la administración Biden y bloqueados en el Congreso debido al obstruccionismo de la derecha republicana. Como repitiendo un tema trillado, la gran delegación de diputados y senadores estadounidenses que llegó a Alemania finalmente confirmó que no hay alternativas al envío de más armas y más dinero a Ucrania.

 

Muestra de esta actitud carente de lógica es una declaración del senador demócrata Mark Warner, que definió el paquete estancado en Washington como otro «punto de inflexión». Pero cuando los periodistas preguntaron cómo el nuevo tramo de ayuda podría ayudar a Ucrania a revertir el rumbo y derrotar a Rusia, el senador de Virginia no tuvo respuesta.

La verdad es que Occidente se encuentra en un laberinto sin salida en el que entró voluntariamente después de haber provocado el choque con Moscú e impedido la rápida resolución diplomática de la guerra. Revelando este dilema y, en conjunto, el desastre que la OTAN y Ucrania no hacen más que posponer, estuvo una declaración de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, durante una conferencia de prensa con Zelensky en Munich. Admitió que si el Congreso estadounidense no aprueba el paquete de ayuda de 60.000 millones de dólares, «no habrá un Plan B» para gestionar la crisis.

En otras palabras, nadie en Occidente, salvo algunas voces aisladas, quiere afrontar la realidad de una derrota inevitable y, por tanto, sigue rechazando cualquier hipótesis alternativa a la sangría económica y militar de sus propios países y a la ruina de Ucrania. Reconocer la humillación y abrir negociaciones diplomáticas con Moscú, según los términos rusos, tendría por otro lado efectos devastadores, tanto desde el punto de vista político como para la estabilidad de la OTAN. El problema, sin embargo, es que la realidad de la derrota está surgiendo inevitablemente y, cuando llegue el colapso final, no habrá resguardos para amortiguar la caída.

Lo que se intenta hacer, como siempre, es enturbiar las aguas o trasladar el debate a otros temas, como la muerte de Navalny, o planificar nuevas iniciativas terroristas contra civiles rusos, o incluso «banderas falsas» para facilitar la intervención directa de la OTAN en Ucrania. En el frente propagandístico, sin embargo, la amenaza rusa se magnificará aún más, atribuyendo a Moscú objetivos totalmente ilógicos y ya desmentidos por los hechos, para intentar recuperar cierto consenso entre las poblaciones occidentales y convencer a los políticos recalcitrantes que están bloqueando la ayuda al régimen de Zelensky.

En este sentido, uno de los comentarios más estúpidos de un miembro de una de las clases dominantes más estúpidas, superficiales y contraproducentes de la historia de Occidente fue el pronunciado en Múnich por el republicano número uno en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado de Estados Unidos, Jim Risch. La ilusión y la manipulación de la realidad se han fusionado con el resentimiento por la pérdida de Avdiivka, lo que llevó al senador del estado de Idaho a afirmar que no ve «cómo Moscú puede ganar esta guerra» –cuando ya la está ganando sobre el terreno–, diciendo que los rusos afirman que «la victoria es la ocupación de toda Ucrania», cuando este objetivo parece existir en la agotada propaganda de los Estados Unidos y sus vasallos de este lado del Océano Atlántico.

Fuente: altrenotizie.

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