República Dominicana: El Coronavirus.
Por Manuel Sogas
La República Dominicana en el momento de redactar estas líneas cuenta con dos indeseados galardones.
Uno, que es, casi con toda seguridad, el primer Estado en que se ha
producido la primera victima mortal de un bebé de seis meses. Dos, que
es el primer Estado de Latinoamérica con el número más afectado por el
coronavirus. Dos acontecimientos que acaban de ser confirmados.
Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en la República Dominicana
En algunas provincias empieza a escasear el agua potable,
circunstancia que ha podido ser comprobada por este corresponsal que,
evidentemente, puede contribuir al agravamiento de la situación y a la
que ya ha contribuido la noticia no confirmada, por lo que de momento no
puede darse por buena, que se refería a la extensión del estado de
sitio por un plazo de tiempo indefinido, que no coincide con la postura
que mantiene la Junta Central Electoral de la celebración de elecciones a
la Presidencia y al Congreso para el próximo 17 de mayo, pero que
también podría tener visos de realidad si se tiene en cuenta la
solicitud del Presidente del Colegio de Médicos Dominicano a la
presidencia del gobierno para que el toque de queda que actualmente hoy
es de cinco de la tarde a seis de la mañana se modifique para que sea
absoluto.
Cierta o no esta noticia que no hemos podido confirmar ha tenido
efectos inmediatos, al romperse el confinamiento que se mantenía para
formar grandes colas en los establecimientos comerciales a fin de
proveerse de alimentos, al igual que otras grandes colas ante los bancos
para disponer de dinero en efectivo, hasta el punto que, al menos en
Mao, una de las poblaciones significativas de la República, las dos
entidades financieras del Banco de Reservas (estatal) no han podido
atender al gran número de personas que permanecían en su puertas a la
espera de poder sacar dinero. Los avispados comerciantes no ha tardado en aparecer para subir el precio de sus mercancías.
El foco inicial el coronavirus apareció en San Pedro de Macoris,
la cuarta población de país, con una población aproximada de 300 mil
personas, donde se reconocieron 718 infestados de los cuales murieron 28
personas que representaban el 42% del total de fallecidos. A los que
hay que añadir la muerte de un joven a manos de la policía por arma de
fuego al respetar el toque de queda, versión que no coincide del todo
con la que dieron algunos de los testigos.
Esta población fue una de las pocas que fueron aisladas
completamente cortando todos sus accesos por el ejército y la policía,
accediendo a ella únicamente los servicios sanitarios y de socorro
social; proveedores de alimentos y gas y los de medicamentos, así como
la prensa de los diferentes medios.
La capital, Santo Domingo, donde reside casi la mitad de la
población dominicana, con una alta densidad poblacional, donde existe
una gran pobreza y familias que vive en hacinamiento es donde se dan los
mayores porcentajes tanto de infestados como de muerte, dándose la
paradoja de que en Dajabón, una de las provincias más pobres del
Estado, que limita con Haití, no se conoce ningún caso de coronavirus.
Las informaciones oficiales más recientes (de hace escasos
momentos) señalan que el número de afectados se incrementa en toda la
República Dominicana, y las necesidades cifradas en camas necesarias
hasta mediados de abril es la de casi 4.000.
Los medios sanitarios materiales de los dispuestos para hacer
frente a la pandemia son los hospitales públicos, incluidos el del
Ejercito y de la Policía y las clínicas privadas, que por muchos y muy
buenos que fueran son a todas luces insuficientes. Como ayudas sociales
el gobierno ha dispuesto la donación de 5.000 pesos, unos 90 euros, para
los más necesitados que no son pocos, a las que se suman los donativos
voluntarios de algunas empresas; particulares de diversas profesiones;
las oraciones religiosas y, la propuesta concreta del candidato al
Senado Vinicio A. Castillo Seman, que ha propuesto al gobierno que
suspenda el pago 21.000 millones de pesos dominicanos a la empresa
Odebrecht, implicada en diversos casos de corrupción que se hallan en
los tribunales, para dedicarlos a la lucha contra el coronavirus.
No es menester acudir a ningún planteamiento rebuscado para
calificar la situación de grave y preocupante, y si se quiere con
algunos matices, no muy diferentes a las que se dan en este mismo
aspecto en Italia y España, a pesar de sus muchos teóricos medios
materiales (porque en la práctica no se han visto a juzgar por los
hechos), espejo en el que se miraban muchos latinoamericanos, pero si se
pretende valorar completamente el hecho del coronavirus es preciso
examinar el marco general económico, político e ideológico que tiene
como trasfondo mundial donde aparece el coronavirus, de cuyo marco ha
surgido como proceso, no metafísicamente, sin causa alguna, a pesar de
que su origen se sitúe en un lugar concreto, cosa que por otra parte
empieza a ser cuestionada por algunos autores, porque lo que no se puede
esperar es que el problema lo solucione quien lo crea y no por mala
voluntad, maldad, error o fallo, sino por la propia dinámica de
funcionamiento interno del sistema del que parte. Y, ello, por simple
lógica elemental.
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