La
izquierda española -y la europea- sufren desde hace años una parálisis que les
impide centrar el discurso político y social alrededor de sus propuestas.
El Deseo, la Realidad y nuestra incapacidad para
construir hoy el relato hegemónico
El Viejo Topo
17 diciembre, 2021
Permíteme que
encabece esta reflexión personal con un guiño a Cernuda y otro
a Gramsci. Dos alusiones para explicitar la
tesis: en la Izquierda española –situación a mi juicio
extrapolable a la europea– sufrimos desde hace años
una parálisis que nos impide centrar el discurso político/social
alrededor de nuestras propuestas.
Hay una
distancia sideral entre nuestro deseo de transformar la sociedad para construir
una nueva y la realidad de nuestra práctica cotidiana en instituciones o
movimientos sociales. De ahí la referencia al poeta sevillano[1]
También
empacho a la hora de predicar la necesidad de lograr “hegemonía”[2] (añadiendo
como adjetivo “gramsciana”) y a renglón seguido cruzarnos de brazos y
esperar a ver si ocurre el milagro y llega por si sola.
Obviando que
nuestro comunista italiano de referencia otorgaba una gran
importancia a la ideología y la dirección política cultural cuando pensaba en
la categoría de “hegemonía” y que sin olvidar el papel
central de la Economía, consideraba que no serían solo las
contradicciones propias del Capitalismo las que conducirían a su derrumbe
sino que en la transformación de la sociedad tendrían un rol decisivo
las ideas y la cultura. Para lograr la meta propuesta es imprescindible ligar
la concepción teórica a la práctica.
No podemos
teorizar sobre el “ asalto a los cielos” y luego que nos dé pereza
jugar a la comba para saltar 15 cm. Como subraya el título del libro póstumo de
nuestro querido y añorado Julio[3] debemos
predicar con el ejemplo, vivir como hablamos. Única manera de protagonizar el
relato que pasa por luchar para conseguir no solo la “potestas”[4] sino que esta venga acompañada de la “auctoritas”[5],esa
credencial ética que acompaña a ciertas personas o
instituciones y logra que amplios grupos sociales acaten de manera
espontánea las ideas o planteamientos por ellas emitidos. Traducción
pedestre ( en su acepción de “llana, vulgar”): tener la credibilidad
suficiente para vender un coche usado sabiendo que las características dichas
son las reales, no se deja espacio al engaño y la persona que lo compra
tiene fe ciega de que no lo engañas…
Las fechas que
se acercan a velocidad de crucero, las Navidades, son por si mismas
una metáfora en negativo de lo hasta ahora expresado. La Iglesia, una
estructura de poder absoluto asentada en mitos fácilmente rebatibles desde la
Historia y el Conocimiento impregna en estas semanas ( o meses si empezamos a
contar desde el primer alumbrado y la estúpida pugna de Ayuntamientos a ver
quien consigue cegar más a su vecindario con el dinero público) a toda la
Sociedad su sistema de creencias sacando la cara amable con la leyenda del Dios
niño.
No les afecta
que la conmemoración sea burda copia de fiestas ya existentes en el mundo
clásico como las Saturnales[6] -en las que se encendían luces, intercambiaban
regalos y celebraban opíparos banquete- o apropiarse de fechas consolidadas
como el 25 de diciembre, día del Sol Invicto o
nacimiento de Mitra[7].
Siendo
honestos, hay que reconocer a los apologetas y padres de la
iglesia una hercúlea capacidad para “sostenella y no
enmendalla”[8].Esa
“virtud” los ha acompañado a lo largo de la Historia y
unida a la capacidad de vender las falsificaciones como material
original ( o que se dice “poner los dientes largos”a los vendedores
de bolsos de “marca” de los mercadillos ambulantes), la entereza
al mentir con aplomo y la diligencia en borrar huellas, explica – sin
necesidad de hacerse más pajas mentales- la “hegemonía” del sistema de
valores llamado Cristianismo. Aunque venga bañado de consumismo y no
haya dios – nunca mejor dicho – capaz de reconocer el mensaje de pobreza y
solidaridad en el que en teoría se sustenta.
La evidencia de
la falsificación da con largueza para que a coro gritásemos “el rey va
desnudo”. Por eso nos duele tanto la afonía, el silencio, la soledad y que nos
preguntemos: “¿ qué hacemos mal?”.
A lo que
podríamos responder parodiando a Carville[9]:
“Es la Enseñanza ¡estúpido!”. Resulta lamentable que algo tan evidente
pase delante de nuestras narices y que apenas le hagamos caso. Al igual que
tampoco le dimos importancia a los tejemanejes de Steve Bannon[10] en
su afán de crear una internacional negra donde paradójicamente las palabras
estrella son “ democracia “ o “libertad” con la previsible excepción
de España, donde los planteamientos franquista o fascistas, -como es
sabido- ni pagan peaje político ni requieren disimulo y se
puede hacer carrera sin renunciar a la herencia genocida de la guerra
civil.
La infiltración
de las ideas ultraconservadoras en cuerpos de seguridad y judicatura
no sería suficiente si no fueran acompañadas del sempiterno privilegio que
ha tenido la jerarquía eclesiástica a la hora de controlar las
mentalidades a través de la Enseñanza, privilegio que en la historia
contemporánea española arrancó con Bravo Murillo y el Concordato de 1851, se
mantuvo y aumentó en el Concordato franquista de 1953 y llega hasta nuestros
días con los acuerdos Iglesia/Estado de 1979 ampliada por el regalo de la LODE
de Maravall[11] que
abrió las compuertas para la actual inundación que amenaza con llevarse por
delante la Enseñanza Pública con el deterioro y cierre de
unidades mientras que se preserva y blinda desde
los gobiernos nacional y autonómicos la Enseñanza concertada a cargo de
los presupuestos generales, ¡Todo el poder a los soviets! Perdón, a los curas.
Y mientras que
el universo extremista avanza delante de nuestras narices desde la Izquierda
renunciamos a dar la batalla para jugar a una guerra de guerrillas sin
planificar. Como si estuviésemos en la escena de “ Toma el dinero y corre” de
Woody Allen y nos ufanásemos por golpear repetidamente nuestra nariz con la
rodilla del rival.
Nos
escandalizamos ante el avance de los neofascismos ( término manido pero que les
escuece cuando se les lanza) pero o desde la Izquierda ofrecemos una
alternativa de sociedad o entregamos la cuchara en el bulevar de los
sueños rotos. No podemos predicar una enmienda total al Sistema para, a la hora
de la verdad, dedicarnos a poner parches a las deficiencias más llamativas.
Para conseguir
credibilidad hay que definir un criterio claro tipo: ¿Dónde vamos?, ¿A qué tipo
de sociedad aspiramos?
Últimamente
trufados de pesimismo parecemos vírgenes necias que se han quedado sin aceite
para alumbrar[12].O
nos sumamos al descontento por venir o lo hará otros.Y esos serán los
movimientos europeos que rezuman bilis negra porque lo tienen fácil. Les
basta con señalar al culpable: el inmigrante, el pobre, el diferente…
Debemos tener
claro el alto precio de ser copartícipes cuando nos embarcamos en
aventuras institucionales y ponemos de libro de cabecera el “ Manual de lo
Posible” olvidando el refrán de que “tetas y sopas no caben en la boca”.
Es mucho más
importante marcar las líneas rojas de las propuestas irrenunciables,
nuestros pilares, pero para ello hay que dar el paso previo de renunciar al
cainismo que tanto nos llena, fijando nítidamente el combate ideológico que nos
permita distinguir quién es el enemigo y qué es simplemente un matiz de un
pensamiento común. Lo que llamábamos antaño «estar en la misma trinchera». En
ese caso dejemos los cuchillos enfundados.
Nadie nos va a
poner fácil conseguir hegemonía ideológica. Del cielo no va a caer y solo la
conseguiremos con esfuerzo y trabajo de calle y con una presencia social que
nos haga inmunes al trabajo de zapa que día sí y al otro también encabezan los
medios de difusión. Tarea ardua la de evitar la erosión y que difícilmente se
logra. En la Europa de las últimas décadas pocos movimientos políticos de la
Izquierda lo han conseguido. Puede que el antiguo PCI y en nuestro ámbito el
mundo de Bildu, antes Euskal Herritarrok, Batasuna…
Reconocer
nuestra actual debilidad no es un elemento negativo “ per se” si tenemos claro
que el primer paso es la resistencia para desde ella dar el segundo hacia el
crecimiento. Siempre sin caer el abatimiento del “ no nos comprenden”.
Para que cuando
intentemos poner en práctica nuestros objetivos políticos los llevemos
apuntados como la lista de la compra al supermercado. Que no se nos olvide el
alimento esencial y así evitar llenar el carrito de chuches.
Conseguir
hegemonía es poner en primer plano nuestra agenda para que el debate se centre
en la precariedad, explotación, desigualdades, injusticias…y para ello es
esencial la presencia en la calle.
Construir algo
más que castillos en el aire.
¡Io Saturnalia![13]
Notas
[1] Luis Cernuda: La Realidad y el Deseo (1924/62) Obra
completa.
[2] El término hegemonía puede provenir del griego eghesthai que
significa conducir, ser guía, ser jefe, o tal vez del verbo eghemonero que
significa guiar, preceder, conducir, y del cual deriva estar al frente,
comandar, gobernar.
[3] Julio Anguita: Vivo como hablo. Utopía Libros.
[4] En Derecho romano, poder socialmente reconocido imbuido por tanto de
capacidad legal para hacer cumplir su decisión.
[5] La auctoritas hace referencia a la personalidad de un individuo y a
su formación. Cuando alguien tiene una forma de ser carismática y lo que dice y
hace transmite unos valores, los demás le otorgan una cierta autoridad moral.
[6] Fiestas romanas que se celebraban el 17 de diciembre y que fueron
ampliándose hasta el 24, relacionadas con el solsticio de invierno y de las que
tenemos constancia documental desde el 497 a.C.
[7] El establecimiento del 25 de diciembre como día oficial del
nacimiento de Cristo fue establecido durante el pontificado del papa Julio I
(337-352) aunque otros investigadores lo sitúen bajo el mandato del papa
Liberio. En el imperio romano el culto en honor del Sol se consolida con el
emperador Aureliano( 274) y en el 308 Diocleciano en Carnuntum asimila Sol
Invicto a Mitra benefactor del Imperio.
[8] La expresión define la actitud de quien persiste empecinadamente en
errores garrafales, incluso a sabiendas,aunque mantener lo dicho o realizado
provoque más daño que el rectificar.
[9] James Carville, estratega de la campaña electoral
de Bill Clinton en 1992, señaló que este debía
enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los
ciudadanos y sus necesidades más inmediatas y popularizó el término; “La Economía,
estúpido”.
[10] Stephen («Steve») Kevin Bannon, estratega
político de Donald Trump en su llegada a la casa Blanca y durante sus primeros
7 meses se ha convertido en el “santo patrón” de los movimientos políticos de
la Derecha extrema y de la Extrema derecha entre los que se incluyen Vox y
otro atajo de “mantenedores de la esencia filofascista” como el Frente Nacional
francés, Fidesz húngaro, Alternativa para Alemania,Demócratas de Suecia,
Partido por la Libertad de Holanda,Liga Norte de Italia, Partido de la Libertad
de Suiza…
[11] Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE, 1985).
[12] Mateo 25: Entonces el Reino de los Cielos será como diez
vírgenes, que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al esposo. Cinco de
ellas eran necias y cinco prudentes; pero las necias, al tomar sus lámparas, no
llevaron consigo aceite; las prudentes, en cambio, junto con las
lámparas llevaron aceite en sus alcuzas. Como tardaba en venir el esposo, les
entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: «¡Ya está aquí
el esposo! ¡Salid a su encuentro!» Entonces se levantaron todas aquellas
vírgenes y aderezaron sus lámparas. Y las necias les dijeron a las prudentes:
«Dadnos aceite del vuestro porque nuestras lámparas se apagan». Pero las
prudentes les respondieron: «Mejor es que vayáis a quienes lo venden y
compréis, no sea que no alcance para vosotras y nosotras». Mientras fueron a
comprarlo vino el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él a las
bodas y se cerró la puerta. Luego llegaron las otras vírgenes diciendo:
«¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él les respondió: «En verdad os digo que no os
conozco». Por eso: velad, porque no sabéis el día ni la hora.
[13] ¡Io Saturnalia!, es decir ¡Felices Fiestas!
Texto publicado originalmente en el blog del Colectivo Prometeo.
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