Más de 1.500 millones de
sobregasto, como regalo militarista navideño
KAOSENLARED
25 Dic, 2020
A falta de
cerrar el ejercicio de 2020, las liquidaciones de ejecución del presupuesto del
Estado que publica la Intervención General de la Administración del Estado
(IGAE) nos arroja luz sobre el «sobregasto» del Ministerio de Defensa y,
hasta donde la complejidad y opacidad de nuestras cuentas públicas lo permiten,
nos permite extrapolar estos datos al enorme gasto militar español.
La IGAE ha
publicado un resumen de la liquidación del gasto de los presupuestos generales
del Estado (PGE) hasta 31 de octubre de 2020. Conforme a este, Defensa (sin
contar con los organismos autónomos militares y otras trasferencias que
financian gasto militar pero que se encuentran en otros ministerios) ha
dispuesto y gastado 9.529,48 millones de euros, 792,09 millones más de los
presupuestados para todo el año 2020, lo que quiere decir que un euro de cada
doce gastados por Defensa ha sido gasto no presupuestado.
Ello sitúa al
Ministerio de Defensa como el cuarto ministerio que más ha «sobregastado»
hasta 31 de octubre (los de Asuntos exteriores y Transición Ecológica han
gastado menos de lo presupuestado hasta dicha fecha, lo cual a la vez nos
enseña las terribles prioridades de nuestro poder militarista), únicamente por
detrás de Trabajo (que ha soportado el peso principal de la crisis de este año
y se ha visto obligado a extraordinarias medidas para ello) Hacienda, que ha
tenido que asumir créditos extra para responder a la pandemia y Sanidad, que
igualmente se ha visto desbordada por la pandemia y cuyo mayor gasto se
justifica por esta.
Lo vemos en esta
primera gráfica que se acompaña:
Es curioso comprobar cómo la suma de «sobregasto» de interior y Defensa, los mecanismos de control y securitización de los que dispone el Estado dentro de su estructura e idea militarista de seguridad, suman nada menos que un sobregasto de 1.578,78 millones de euros, algo peculiar en una situación como la actual, donde la pregunta sobre «cañones o mantequilla» debiera inclinarse hacia la segunda, pero, como es habitual en nuestra política, se inclina groseramente hacia la primera.
Por otra parte, 1.578,78 millones de euros, el sobregasto de defensa +
interior, es más de lo que se presupuestó para todo el año el ministerio de
Presidencia e igualdad (614,32 millones de euros) o el de Cultura (1.269,83
millones de euros), y muy cerca de lo gastado en justicia (1881 millones) o
educación, por poner varios ejemplos esclarecedores.
La cifra que
este año arroja el sobregasto militar es inferior, en términos porcentuales y
absolutos, a la de otros ejercicios, lo cual tiene una doble explicación a mi
entender:
- La primera, que gran parte del gasto que antaño se
ocultaba para la compra de armas y un mayor porcentaje de la participación
española en operaciones exteriores del que antes se afloraba, aparecen
ahora en los presupuestos generales y no como ejecución de gasto no
presupuestado, en un intento de congraciarse con la retahíla de EE. UU de
acercar los gastos de defensa de los países OTAN al 2% PIB.
- Y la segunda -peor noticia a mi entender- que faltan de
contabilizar dos meses, noviembre y diciembre que, todo sea dicho, son
meses tradicionalmente utilizados para colarnos compromisos de gasto
militar (y para muestra un botón: por medio de RD 1053/2020 de 1 de diciembre
se han modificado, con vigencia desde el 1 de noviembre de 2020, las
retribuciones del personal en la reserva se han aumentado, lo que implica
un aumento de gasto no previsto a partir de noviembre de 2020).
Es llamativo
comprobar lo rematadamente mal que calculan en Defensa, donde año tras año,
presupuestan bastante «de menos» de lo que gastan. ¿será incompetencia o una
argucia para que parezca que gastan menos de lo que realmente gastan?
Si revisamos los cuadros de «desvío» entre 2011 a la fecha actual (pendiente de
cerrar porque aún queda por contabilizar noviembre y diciembre) no podemos sino
estremecernos ante el desparpajo de las cuentas militares que pagamos entre
todos.
Pero la caja de sorpresas no acaba aquí.
La liquidación
que ofrece IGAE a 31 de octubre de 2020 refleja también la ejecución
presupuestaria destinada a inversiones reales de los distintos ministerios.
Aquí, el gasto militar aparece como todo un campeón. Es el ministerio más
«inversor» de todos, nada menos que el 47,71 % del total de la inversión
real efectuada por los ministerios.
¿Y a dónde van a
parar tan cuantiosas inversiones, las más gruesas del Estado? Pues básicamente
a comprar armas y financiar los innecesarios y carísimos programas especiales
de armamentos que nos tienen endeudados en la actualidad en cifras astronómicas
de más de 40.000 millones de euros. Un gasto injusto e insostenible, pero,
sobre todo, inmoral, generador de deuda inmoral que unos cuantos han asumido en
nuestro nombre y para nuestra desgracia. Sólo nos falta una cuarta «i»,
por ejemplo, la de idiotas de remate, esta aplicable a la gente de a pie, que
soportamos sin rechistar tal tropelía.
También el
Ministerio de Defensa aparece como campeón en gasto en los llamados gastos
«plurianuales», nada menos que el 45,6 % del gasto por este tipo de
partidas.
Esto es
igualmente muy relevante, porque en el caso de educación, el segundo, su
posición es coyuntural y no ocurre todos los años, probablemente porque ha sido
este en el que han tenido que comprometer más partidas a pagar en varios años a
causa de la pandemia, y porque Defensa siempre acumula cifras muy elevadas
respecto al resto de partidas plurianuales de los otros ministerios.
¿indica algo?
Principalmente el pago de gastos de armas (de nuevo) y de logística que se
trocean y pagan en varias anualidades para que no canten tanto en las cuentas
públicas.
Lamentablemente.
Los datos que ofrece IGAE en sus avances mensuales no desagregan el gasto
militar que se cuela en otras partidas ocultas en otros ministerios u
organismos. Como sabemos, el gasto militar se encuentra disperso en los
organismos autónomos militares, en las clases pasivas, así como en otros
ministerios, de los que IGAE únicamente nos permite, en sus informes anuales
(que publica con dos años de retraso sobre el ejercicio vigente) conocer el
gasto militar que endosa industria por medio de los programas de I+D militar.
Deberemos
esperar dos añitos para sacar más conclusiones, porque, hasta la fecha, nadie
de entre los 350 preclaros y muy trabajadores diputados ha tenido la ocurrencia
de exigir una contabilización completa del gasto militar español, se encuentre
donde se encuentre, o una auditoría que incorpore también la repercusión de la
deuda y nos ofrezca claridad sobre una materia tan opaca.
Si les digo la
verdad tampoco creo que nadie de todos esos circunspectos e insultantes
diputados tenga la más mínima intención de poner el dedo en la llaga.
Menos los gobiernos, sean del signo que sean, que hasta la fecha ha hecho
siempre la misma política de defensa desde que se inventó el ministerio del
ramo.
Unos y otros
apelan al voto mayoritario y a la teología de la representación para hacer su
santa voluntad. Todos los votos valen iguales, nos dicen, y son más los que
votan leña al mono que los que no (lo cual tampoco está comprobado porque de
ciertas cosas no se pregunta) Ahora que se ha vuelto tan vigente la idea de la
igualdad, reyes incluidos, conviene decir que tras el voto igual la parte que
no nos dicen es que todos los votos, lo que valen es igual de poco, porque
luego los que mantienen los palos del sombrajo ya se encargan de marcar las
cartas y de cambiar las reglas de juego.
Hacer lobby ante
estas señorías acomodaticias es, por tantas razones, gastar pólvora en salvas
con el agravante de que muy probablemente utilizarán lo que les venga bien del
relato para fines nada parecidos a nuestros deseos, porque estos señores, sean
del partido nominal que sean, son todos socios del gran partido militarista
tácito español, un partido con amplia raigambre histórica y muy militante, como
se comprueba por los últimos apoyos al ruido de sables y rebuzno del momento.
Lo dicho, nos han dado ya el regalo de navidad, en forma de aplastante gasto
militar en detrimento de las necesidades sociales. Y lo que nos queda, porque,
como ya analizamos en un artículo anterior, el gasto militar de 2021 viene
calentito y preñado de infamia.
https://www.grupotortuga.com/Mas-de-1-500-millones-de
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