Acuerdo
Aquisgrán (franco-alemán) preludio del fin de la OTAN
1/3
(Está en chino, pero no se me alboroten que yo sé chino manducón, el chino ese que se habla por la parte castiza de Bilbao y se lo traduzco ahora mismo. Literalmente salvo error ú omisión, dice: "Sin pelillos en la lengua ni nada que me atosigue ni entretenga o despite, tontuelos trabajadores, los de la foto que estamos debajo del letrero en chino manducón, para que no lo entendáis, somos vuestro auténticos enemigos. Ea, sed buenos chicos, y en vez de pedirles peras al olmo seguid confiando en que la democracia representativa es tetica monja para resolver vuestros problemas, que a nosotros nos interesa mogollón dabute y tal." Juro por San José el Cerrajero que dice eso, y si no que me lo demande o lo que sea, que a mi me da igual)
Enrique Muñoz Gamarra
DIARIO OCTUBRE
23.01.2019
Hay una lucha subterránea extremadamente fuerte entre
las superpotencias capitalistas. Ya sabemos que la confrontación más dura es
entre este país (Estados Unidos) y la dupla China-Rusia. Pero en este caso se
trata de la dura confrontación entre Estados Unidos y la Unión Europea. Para el
primero significa su supervivencia a expensas de Europa, una región que
prácticamente ha estado bajo su dominio desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial. Y para la segunda se trata de la liberación de aquellas viejas
ataduras. Las dos economías más importantes de esta región (Europa), Alemania y
Francia, se han constituido en los baluartes de estas ansias de libertad. Gran
Bretaña la otra potencia europea está sumida en una grave crisis desde el 23 de
junio de 2016 cuando se realizó el Referéndum sobre su retirada de la Unión
Europea, también conocido como brexit.
En lo concreto, los entretejes y los pulsos
entremezclados de complots y maquinaciones en los entramados de las oscuras
redes del poder mundial en una feroz pugna, son parte de la nueva
reconfiguración o nueva correlación de fuerzas que agita muy fuertemente el
sistema capitalista mundial desde sus raíces, sobre todo, después de la
implosión de la hegemonía mundial estadounidense. Tal vez, como hemos anunciado
en apuntes anteriores, esta constituya el pronto surgimiento de una nueva
superpotencia capitalista.
En realidad los hechos son sorprendentes que a muchos,
por no decir a todos, los ha pillado con sus prendas íntimas en el suelo. Un
escándalo mundial que satisface a los monopolios de la información,
involucrando incluso a algunas mentes lucidas que han caído en esto, al influjo
de sus incapacidades de observancia o abstracción de lo que ocurre en el
sistema capitalista en sus últimos zigzagueos. El asunto verdaderamente es
sorprendente.
Veamos esto:
I.- El declive de Estados Unidos lo ha
empujado a confrontarse incluso con sus socios (¿satélites?) más
cercanos:
En principio hasta finales de 2016 Estados Unidos era
incapaz de tomar una disyuntiva histórica entre retroceder o pasar a una
confrontación abierta con Rusia y China. Su única opción era el retroceso,
pues, sus bravuconadas eran completas alharacas provenidas de su acogotamiento
y estrangulación por la paridad estratégica. Era su soberbia provenida de su
falsa ilusión de creerse aún la máxima potencia mundial cuando ya no lo es.
Sin embargo aquello cambió con la retirada estratégica
diseñada por la propia burguesía financiera estadounidense, tras constatar la
bancarrota de su economía y el serio declive de su poderío que como sabemos fue
aceptada en el discurso de toma de mando de Donald Trump el 20 de enero de
2017.
En este marco de hechos ocurre el 8 de mayo de 2018 el
retiro de Estados Unidos del pacto nuclear que había firmado con Irán en 2015.
Tras este hecho, envalentonado como un gendarme internacional, firmó la orden
del retiro de todas las empresas y países que tenían contratos con este país
(Irán) y que en noviembre de 2018 los extendió al sector petrolero, así como a
las operaciones con puertos y empresas marítimas y las transacciones de
instituciones financieras con el Banco Central iraní, bajo cargo de severas
sanciones en caso de incumplimientos.
Veamos:
“Estados Unidos se retira del acuerdo nuclear con
Irán: El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado el abandono por
parte de EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán. El anuncio se produce luego de
que varios países intentaran persuadir al mandatario de no retirarse del
histórico tratado. Según el presidente de EE.UU., el acuerdo nuclear de 2015 es
un “trato horrible y unilateral” que “no ha traído la paz” y “nunca lo hará”.
Trump ha argumentado su decisión afirmando que, aun si Teherán cumple las
disposiciones del tratado, la República Islámica puede desarrollar armas
nucleares “en poco tiempo” (1).
Luego el 31 de mayo de 2018 Estados Unidos inició lo
que se llama la guerra comercial. Esta no fue dirigida primero contra Rusia y
China, sus mortíferos enemigos según el pentágono, sino contra sus propios
aliados como son en este caso Canadá, México y la Unión Europea (Alemania y
Francia). Estos países fueron conminados a pagar más impuestos si querían
seguir exportando a Estados Unidos. Y eran los países que vendían más de la
mitad de acero y aluminio a este país.
Veamos:
“El Departamento de Comercio estadounidense anunció
hoy la suspensión de la exención a la imposición de aranceles a la importación
de acero y aluminio de la Unión Europea (UE), Canadá y México, una decisión que
dispara las tensiones comerciales y provocará represalias de sus socios. “Hemos
decidido no ampliar la exención para UE, Canadá y México, por lo que estarán
sujetos a los aranceles del 25 % y 10 %” al acero y el aluminio”, indicó Wilbur
Ross, secretario de Comercio de EEUU, en una conferencia telefónica con los
periodistas horas antes de que se cumpliera el plazo para tomar una decisión al
respecto. Los aranceles entrarán en vigor mañana, 1 de junio. Ross subrayó que,
aunque “hubo avances en las conversaciones con la UE”, no fueron suficientes
“para mantener las exenciones temporales o lograr exenciones definitivas” (2).
Ese mismo día la Unión Europea le hizo saber a Estados
Unidos que aquello era un atentado contra los intereses europeos.
Veamos:
“La Unión Europea ha anunciado que iniciará este
viernes 1 de junio los procedimientos legales contra Estados Unidos ante la
Organización Mundial del Comercio (OMC) e iniciará los procedimientos para
aplicar aranceles a las importaciones de productos estadounidenses al bloque
comunitario. Estados Unidos no nos deja otra opción que proceder con un
procedimiento de disputa ante la OMC y con la imposición de aranceles
adicionales a una serie de importaciones procedentes de Estados Unidos.
Defenderemos los intereses de la UE cumpliendo totalmente con la legislación
comercial internacional”, ha lamentado en un comunicado el presidente de la
Comisión Europea, Jean-Claude Juncker” (3).
De hecho el asunto fue una monumental intervención en
los asuntos internos de estos países. Aquello deviene en claras provocaciones
contra la soberanía de estos países.
En el aspecto económico sobre todo en lo referido al
proyecto del gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2 que cruzará el mar Báltico la
presión sobre empresas alemanas ha sido muy fuerte. Una situación absolutamente
indignante para países que se decían ser soberanos.
II: La reacción de Alemania y Francia:
Y como tenía que ser, aun de los pesados grilletes que
existían, hubo reacciones. Alemania estaba muy clara. El 24 de julio de 2018 en
una entrevista con la televisión local ARD, el jefe de la diplomacia alemana,
Heiko Mass, se pronunció. Dijo: “No nos dejaremos amenazar ni cederemos
porque, si lo hacemos una vez, me temo que tendremos que lidiar con este
comportamiento muy a menudo en el futuro, y no aceptaremos eso”…“nadie puede
tener interés en los aranceles punitivos” porque, al final, “todos perderán”.
Heiko Mass también ha dicho que su país “espera que sea posible encontrar una
solución de consenso” entre los países europeos y la Casa Blanca al respecto”
(4).
Aún más duro fue el rechazo del presidente francés,
Emmanuel Macron, a los diálogos sobre un gran pacto comercial entre la Unión
Europea y Estados Unidos exigida por este último país después de imponer
semejantes aranceles. Aquello de hecho habría calado fuertemente en las fibras
más íntimas de las burguesías estadounidenses. Esto será observado más
nítidamente unos meses después, concretamente a partir del sábado 17 de
noviembre de 2018.
Veamos:
“El presidente de Francia no apoya nuevos diálogos
entre la Unión Europea y EE.UU. sobre un gran pacto comercial y llama a los
europeos a “unidad” frente a Trump. “Cualquier diálogo comercial puede basarse
solo en una relación equilibrada, y de ninguna manera en amenazas. En este caso
(diálogo con EE.UU.) tenemos dudas que tenemos que aclarar con nuestros socios
europeos. No apoyo el inicio de un gran diálogo comercial, puesto que el
contexto no lo permite”, ha señalado este jueves el mandatario francés,
Emmanuel Macron. En declaraciones ofrecidas durante una rueda de prensa
conjunta con su par español, Pedro Sánchez, desde Madrid, la capital de España,
Macron ha insistido en que en estos momentos no hay condiciones para iniciar
negociaciones con Washington, y ha rechazado, en concreto, la imposición de
aranceles por parte de EE.UU. a la importación de metal europeo. Para París, el
levantamiento de los aranceles sobre los metales europeos es “un requisito
previo para cualquier avance sustantivo” en el camino de normalizar las
relaciones comerciales entre el bloque comunitario y EE.UU., ha recalcado el
presidente francés” (5).
Esta caótica situación fue empeorada aún más con la
pretendida retirada estadounidense de algunos acuerdos internacionales sobre
todo en lo referido a las armas nucleares de corto y mediano alcance que en lo
inmediato afectarían seriamente la seguridad europea, ubicándolo nuevamente,
como en la Segunda Guerra Mundial, en el epicentro de las graves
confrontaciones mundiales, pues, Rusia había respondido severamente advirtiendo
que no se quedaría con los brazos cruzados ante esta grave provocación y
consecuentemente apuntaría de forma directa con su poderío nuclear contra todos
aquellos países ubicadas cerca de sus fronteras que decidieran alojar este tipo
de armamento en sus territorios.
En efecto el 2 de noviembre de 2018, el presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, declaró que su país abandonaba el Tratado Sobre
las Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) supuestamente en respuesta a
las violaciones del acuerdo por parte de Rusia, por lo que a partir de entonces
Estados Unidos incrementaría sus capacidades nucleares “hasta que otros países
como Rusia y China entren en razón”.
Veamos:
“Trump afirma que EEUU se retira de un pacto nuclear
con Rusia. El presidente de EEUU; Donald Trump, declaró el sábado que Estados
Unidos “terminará” con un tratado de armas nucleares con Rusia. Se trata del
tratado de fuerzas nucleares de rango intermedio (INF en sus sigles en inglés)
firmado en 1987 por Ronald Reagan y Mikhail Gorbachev, que Trump afirma dice
que Rusia ha estado violando con el desarrollo de un nuevo misil crucero. En
declaraciones a los periodistas después de un mitin de campaña el sábado en
Nevada, Trump dijo: “Rusia ha violado el acuerdo. Lo han estado violando
durante muchos años y no sé por qué el presidente Obama no se retiró. No vamos
a dejar que los rusos violen un acuerdo nuclear y desarrollen armas y que a
nosotros no se nos permita hacerlo. Nosotros somos los que hemos respetado el
acuerdo, pero desafortunadamente, Rusia no lo ha respetado, por lo que vamos a
rescindirlo, vamos a retirarnos” (6).
Se sabe que el Tratado sobre las Fuerzas Nucleares de
Alcance Intermedio (INF según sus siglas en inglés) fue firmado en Washington,
el 8 de diciembre de 1987, por los presidentes de Estados Unidos y de la ex
Unión Soviética, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbatchov, respectivamente, en el que
refrendaron desmantelar sus misiles estacionados, por parte de Estados Unidos,
en Europa: Inglaterra (misiles balísticos Pershing 2), Italia, Bélgica, la RFA
(República Federal de Alemania) y los Países Bajos. En tanto por la parte de la
ex Unión Soviética su compromiso giraba en torno al desmantelamiento de sus
misiles balísticos SS-20, desplegados en su territorio.
Entonces esto hizo aflorar en los países europeos la
necesidad del ejército propio. En efecto tras aquellos hechos, las agitaciones
en las principales burguesías europeas se han vuelto muy preocupantes, sobre
todo, en Alemania y Francia.
Veamos:
Primero, el 6 de noviembre de 2018 se tuvo noticias
provenidas desde las prensas internacionales de las declaraciones del
presidente francés Emmanuel Macron pronunciándose abiertamente por un ejército
europeo. Esto ocurrió en su discurso ante embajadores galos reunidos en el
Palacio del Elíseo, cuando dijo: “Europa ya no puede dejar su seguridad
únicamente en manos de EE.UU. Nos corresponde asumir nuestra responsabilidad y
garantizar la seguridad y, de esta forma, la soberanía europea”.
El apunte:
“Yo creo en un proyecto de una Europa soberana” que
pasa en particular por “un verdadero ejército europeo”, afirmó Emmanuel Macron
en una entrevista a la emisora Europe 1, durante su periplo de seis días por el
noreste de Francia en escenarios de la Primera Guerra Mundial de cuyo término
se conmemoran 100 años. Insistió en que “los europeos no estarán protegidos si
no se decide tener un verdadero ejército europeo” frente a una Rusia que “ha
demostrado que puede ser amenazante” o frente a “potencias autoritarias que
reemergen y se rearman en las fronteras de Europa”. Añadió que “hay que tener
una Europa que se defienda más por sí sola, sin depender únicamente de Estados
Unidos” (7).
Segundo, también la canciller alemana Angela Merkel
hizo declaraciones puntuales a este respecto. Aquello ocurrió el 13 de
noviembre de 2018 en Estrasburgo (Francia), sede oficial del parlamento
europeo.
Veamos:
“He propuesto un consejo de seguridad europea”, ha
afirmado Merkel, “una tropa de intervención rápida europea, y tenemos que
seguir trabajando en la visión de que tengamos un auténtico ejército europeo.
Como decía Juncker hace 4 años, un ejército europeo demostraría al mundo que
entre los países de Europa nunca puede haber una guerra. Y no es un ejército
contra la OTAN, es un buen complemento de la OTAN, nadie quiere echar por la
borda una alianza que se ha probado valiosa” (8).
Por supuesto la respuesta de la decadente burguesía
financiera estadounidense no se hizo esperar, sobre todo, en una coyuntura de
extrema belicosidad de falta de respeto incluso a sus propios aliados. Aquello
sobrevino el 13 de noviembre de 2018 desde los acostumbrados escritos vía
Twitter del presidente estadounidense, Donald Trump.
Veamos:
“Emmanuel Macron sugiere construir su propio ejército
para proteger Europa contra Estados Unidos, China y Rusia. Pero fue Alemania en
la Primera y Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo le fue a Francia entonces? Empezaron
a aprender alemán en París antes de que llegaran los estadounidenses. ¡Paga por
la OTAN!” (9). El escarnio contra este país (Francia) era a todas luces
monumental. Realmente lamentable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario