Nuevas movilizaciones multitudinarias en Francia contra la violencia policial y la «Ley de seguridad global»
Imagen de la multitudinaria manifestación de París a su paso por la Plaza de la República
Múltiples
ciudades francesas albergaron nuevas y masivas protestas este sábado en contra
de la nueva ‘ley de seguridad global’, que limita la grabación y difusión de
imágenes de las fuerzas policiales.
29 Nov, 2020
En numerosas ciudades francesas se
han producido protestas este sábado contra de la nueva ‘ley de seguridad
global’, aprobada por la Asamblea Nacional la semana pasada y que limita
la grabación y difusión de imágenes de las fuerzas policiales. Varios casos
de violencia policial de connotaciones racistas ocurridos durante la última
semana han exacerbado el descontento social contra el Gobierno de Emmanuel
Macron. La multitudinaria y generalizada jornada de movilizaciones terminó con
incidentes en París y otras ciudades.
“Estoy en la calle por mi libertad” fue el grito multitudinario de decenas de miles de personas en las calles de las ciudades francesas en contra de la citada ley y de su artículo 24, que limita la filmación de las acciones de las fuerzas policiales, una impunidad que buena parte de la población francesa considera una vulneración de la libertad de prensa e información. Otras consignas coreadas masivamente fueron “¿Quién nos protegerá de la ferocidad del orden?”, «Bajen las armas, bajemos las cámaras”.
La movilización principal se dio en
París donde, según cifras del Ministerio del Interior francés, tomaron las
calles 46.000 personas, una cifra real considerablemente mayor si tenemos en
cuenta la fuente y de enormes proporciones considerando el contexto de pandemia
actual. Los manifestantes partieron la Plaza de la República recorriendo el
centro de París hasta la Plaza de la Bastilla. Durante la protesta se pudieron
ver numerosas banderas sindicales rojas, insignias nacionales tricolores y
carteles de elaboración personal en que se denunciaba la violencia policial,
por la libertad de prensa y exigiendo la dimisión del ministro del
Interior, Gérald Darmanin.
La multitud parisina fue de composición muy heterogénea, congregando desde periodistas y estudiantes de periodismo, hasta activistas de izquierda, colectivos de defensa de los derechos de los migrantes y ciudadanos de diversas tendencias políticas que expresaron su indignación por la creciente ola represiva y policial propiciada por el gobierno de Macron y su mayoría parlamentaria, especialmente desde las protestas de los ‘chalecos amarillos’ que se desató en 2018 contra las medidas económicas neoliberales del gobierno francés.
«Empezamos desmontando los
derechos de los trabajadores y ahora atacamos las libertades fundamentales y
los fundamentos de nuestra democracia, la libertad de expresión, de información«,
denunció durante la marcha en la capital del país, Sophie Misiraca, abogada en
derecho social.
En el cierre de la jornada, los
antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos, cañones de agua y realizaron
varias detenciones. Los choques violentos continuaron en los alrededores
de la Plaza de la Bastilla, donde fue incendiada la fachada del Banco Central
de Francia.
Otras concurridas manifestaciones tuvieron lugar durante la jornada en ciudades como Burdeos, Estrasburgo, Lille, Lyon, Marsella, Montpellier, Nantes y Rennes. También en algunas de estas ciudades la policía cargó contra los manifestantes.
La importancia de poder filmar a la
policía
El sábado anterior una manifestación
ya había convocó a varias decenas de miles de personas en todo el país, según
cifras oficiales. La oposición a la nueva vuelta de tuerca represiva a los
derechos democráticos ha seguido intensificándose como muestra la jornada de
movilización masiva y generalizada de este sábado, una ley denunciada tanto por
periodistas como defensores de las libertades sociales.
La brutal evacuación nocturna de un campamento de migrantes en París el pasado lunes y la difusión el jueves de un vídeo con imágenes de cuatro policías agrediendo a un productor musical negro aumentaron la indignación popular durante la última semana.
Los activistas contrarios a la nueva normativa señalan que pretende criminalizar a los ciudadanos que filmaron imágenes de violencia policial como las registradas durante el desalojo del campamento o contra el productor afro. Denuncian que el artículo 24 no solamente perjudica a los periodistas y subrayan la importancia de las imágenes como testimonio de la actuación policial en determinadas zonas donde se vive un racismo sistemático.
El Gobierno forzado a rectificar
El llamado a las movilizaciones fue
promovido por asociaciones de prensa, sindicatos, organizaciones defensoras de
derechos humanos que hicieron público un comunicado conjunto en el que
aseguraban, que en caso de aprobarse, Francia se sumaría a la lista de los
países que vulneran la libertad de prensa.
Tras hacerse viral el vídeo de la
reciente agresión al productor Michel Zecler, hasta el mismo Macron se vio
obligado a afirmar que se trataba de una «agresión inaceptable», que eran
«imágenes que nos avergüenzan» y que el gobierno debería tomar medidas «para
luchar de manera más efectiva contra todas las formas de discriminación».
Ante el descontento generalizado y la
movilización social se desató una nueva crisis política en Francia. El gobierno
se vio obligado a ceder anunciando una nueva redacción del texto legal por
parte de una «comisión independiente» para después, ante la reacción crítica de
los parlamentarios que habían aprobado la ley, asegurarles que tendrían
la última palabra sobre el tema. El principal blanco de todas las
críticas ha sido el ministro del Interior, Gérald Darmanin, principal impulsor
de la ley. Para ser aprobado definitivamente, el texto deberá ser aprobado por
el Senado, que tenía previsto discutirlo en enero.
*++