El leninismo
sobre los movimientos nacionales
DIARIO OCTUBRE
16.02.2019
«El principio de la nacionalidad es históricamente
inevitable en la sociedad burguesa, y, teniendo presente la existencia de
esta sociedad, el marxista reconoce plenamente la legitimidad histórica de los
movimientos nacionales. Pero, para que este reconocimiento no se transforme en
una apología del nacionalismo, es preciso que se limite rigurosa y
exclusivamente a los elementos progresivos de tales movimientos, con el fin de
que no contribuya a enturbiar la conciencia del proletariado con la ideología
burguesa.
Es progresivo el despertar de las masas después del letargo
feudal; es progresiva su lucha contra toda opresión nacional, su lucha por la
soberanía del pueblo, por la soberanía nacional. De aquí, la obligación
incondicional para todo marxista de defender la democracia más resueIta y más
consecuente en todos los aspectos de la cuestión nacional. Es ésta una tarea
fundamentalmente negativa. Pero más allá de este límite el proletariado no
puede apoyar el nacionalismo, pues más allá empieza la actividad «positiva» de
la burguesía en su afán de consolidar el nacionalismo.
La liquidación de toda opresión feudal, de toda opresión
de las naciones y de todo privilegio para una de las naciones o para uno de los
idiomas es una obligación indiscutible del proletariado como fuerza
democrática; en ello residen los intereses indiscutibles de la lucha de clase
del proletariado, velada y frenada por las querellas nacionales. Pero apoyar el
nacionalismo burgués más allá de estos límites, firmemente establecidos y
encuadrados en un determinado marco histórico significa traicionar al
proletariado y pasarse al Iado de la burguesía. Existe aquí un límite, a menudo
muy sutil, del que se olvidan por completo los socialnacionalistas ucranianos
y los del Bund.
Sí, indiscutiblemente debemos luchar contra toda opresión
nacional. No, indiscutiblemente no debemos luchar por cualquier desarrollo
nacional, por la «cultura nacional» en general. El desarrollo
económico de la sociedad capitalista nos muestra en todo el mundo ejemplos de
movimientos nacionales que no han llegado a desarrollarse plenamente, ejemplos
de grandes naciones formadas a partir de varias pequeñas o en detrimento de
algunas pequeñas naciones, ejemplos de asimilación de naciones. El principio
por que se rige el nacionalismo burgués es el desarrollo de la nacionalidad en
general; de aquí el carácter exclusivo del nacionalismo burgués, de aquí las
estériles querellas nacionales. El proletariado, en cambio, no sólo no asume la
defensa del desarrollo nacional de cada nación, sino que, por el contrario,
pone en guardia a las masas contra semejantes ilusiones, defiende la libertad
más completa del intercambio económico capitalista y celebra cualquier
asimilación de las naciones, excepto la que se realiza por la fuerza o se basa
en privilegios». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Notas criticas sobre
la cuestión nacional, 1913)
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario