Las grandes superficies especulan con bienes de primera necesidad y
disparan los precios
Un día antes de
que se declarara el estado de alarma, las grandes superficies hicieron acopio
de toneladas de verduras para almacenarlas en cámara, disparando los precios en
las subastas de las plazas de abasto. Es el pequeño comerciante, sin capacidad
de almacenamiento, quien tiene que comprar y vender más caro.
kaosenlared
Publicado el Mar 30, 2020
Un vecino, economista de profesión, alertó a El Salto
de que había notado un importante aumento en los precios de una verdulería de
Bilbao tras decretarse el confinamiento. Un intermediario de la plaza de
abastos más grande del Estado, Mercamadrid, constata este vertiginoso
incremento, posiblemente desencadenado por las grandes superficies, y explica
qué consecuencias tiene para el consumidor.
En quince días, el precio del calabacín en Mercamadrid
ha aumentado un 273%, desde el día antes del anuncio del estado de alarma, el
12 de marzo, al viernes de esta semana, 27 de marzo, tomando como referencia
los precios de subasta de una gran empresa de Almería que se dedica a la venta
de verduras, precios que están en consonancia con otras empresas del sector.
La explicación más corta es que las subastas están más altas
porque hay menos género, lo que se deriva en precios más altos. Pero para
llegar hasta esta explicación, conviene observar qué pasó cuando se decretó el
estado de alarma. “En previsión de lo que iba a ocurrir, las grandes
superficies triplicaron y cuatriplicaron sus pedidos, agotando las existencias.
Compraron toneladas para almacenar. El calabacín y el pimiento son productos
perecederos que en cámara aguantan 40 días. Las grandes superficies tienen
capacidad para hacerlo, mientras que el pequeño comercio debe comprar al día”,
indica el intermediario, que prefiere guardar su anonimato. “Las grandes
superficies han actuado generando un monopolio y ahora es el comercio pequeño
el que vende producto fresco a precio de hoy, más caro, mientras que los
supermercados venden producto de hace dos semanas a precio barato, pre
covid-19”, asegura.
Los precios comparados son de los días 12, 14, 16, 18, 21 y
27 de marzo. El viernes 13 se anunció el estado de alarma, que entró en vigor
el sábado 14. Para evitar desviaciones, solo se han comparado los precios de
subasta de una gran empresa, cuya curva coincide con otras. El precio escogido
para las tablas es el precio mínimo de la subasta.
Agotar las existencias de algunas verduras tiene tres
consecuencias: la primera y más evidente es el aumento del precio, incluso en
verduras que hasta la fecha eran consideradas de segunda calidad o variedades
menos habituales en las tiendas (el precio de la berenjena larga ha aumentado
un 139%, el de la berenjena blanca lo ha hecho en un 50%, mientras que este
viernes ya no había berenjena rayada).
El segundo efecto es que en los días posteriores a la compra
masiva de género, las verduras ofertadas eran, además de más caras, más
pequeñas, ya que se cortaron en el campo cuando aún no había terminado su
proceso de crecimiento.
La tercera consecuencia, dos semanas después, es que la
empresa analizada ya no puede ofrecer en la plaza de abastos ciertas verduras,
porque tienen que esperar a que crezcan. Es el caso del pimiento lamuyo rojo,
la berenjena rayada y el pepino, del que ahora solo ofrece la variedad corta.
Verduleria en #Bilbo #EstadoDeAlarma #coronavirus #Corvid19 suben precios: puerros (+20%)
mandarinas (+10%) pimiento rojo (+20%) pimiento verde (+33%) calabacín (+94%) .#Lotsagarria #Capitalismo #Especulación. La #inflación como expresión de la #LuchadeClases #KlaseBorroka pic.twitter.com/7WAUYdUDeP
— lluís
(@lluisraeco) March 21, 2020
“Cuando esta crisis termine,
la gente volverá a comprar en los supermercados pensando que su tendero les ha
timado, pero es imposible competir con las grandes superficies”
Gestiones privadas y precios más bajos
“Cuando esta crisis termine, la gente volverá a comprar en
los supermercados pensando que su tendero les ha timado, pero es que es
imposible competir con las grandes superficies”, sostiene el intermediario, que
realiza compras para pequeños comercios, restaurantes y comedores escolares.
“Las gestiones entre empresas de venta de perecederos y grandes superficies son
privadas, y posiblemente a precios más bajos que los de subasta”, advierte.
El intermediario también tiene en cuenta las verduras que no
tienen buen almacenamiento en cámara, como los guisantes y las judías. Aún así,
la semana pasada no había a la venta guisantes, por lo que esta semana ha
bajado su precio (ahora son más pequeños), mientras que el precio de las judías
peronas ha llegado a incrementarse un 94% (3,15 euros el kilo, en el precio de
subasta mínimo), y sigue habiendo en existencias.
Desde Mercairuña, un mayorista que vende a comercio pequeño y
a grandes superficies y que, a su vez, es productor agrícola, sostiene que en
el confinamiento “se ha vendido mucha judía y calabacín, porque son verduras
fáciles de cocinar, mientras que otras de temporada pero más difíciles de
preparar, como la alcachofa, mantienen su precio”.
Lógica capitalista
Para el economista de Bilbao que enseguida detectó el aumento
de los precios, esta táctica “responde a la lógica capitalista por la cual el
poder empresarial para dictar precios provoca su incremento con el fin de
engordar beneficios con productos esenciales en momentos de excepción, a costa
de empobrecer a las trabajadoras que se ven obligadas a pagar lo que dicta el
mercado de los oligopolios”. Considera que “la inflación es claramente una
expresión de la lucha de clases y las trabajadoras organizadas debemos también
tratar de mantener un control sobre los precios que nos afectan”.
El Salto se ha puesto en contacto, mediante mail y llamada
telefónica, con la Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia, pero no
ha obtenido respuesta. Este organismo se encarga de la apertura de
investigaciones y, si fuera necesario, de procesos sancionadores.
Desde el organismo vasco de consumo, Kontsumobide, indican
que debido al estado de alarma en este momento se han suspendido las
inspecciones y se ha habilitado una línea online para recoger las quejas de la
ciudadanía, realizar una criba y pasarlas al Ministerio de Consumo.
Por su parte, el grupo Eroski, subraya que el sábado 14 puso
en marcha un plan para delimitar la compra de productos de primera necesidad en
sus supermercados, limitando la compra de productos de primera necesidad, como
legumbres, arroz y harina, a cuatro productos por persona. También
implementaron dar preferencia en la cola que se suele formar a la entrada de
muchos supermercados para respetar el aforo a las mujeres embarazadas y
personas dependientes, ancianos en su mayoría, para que puedan realizar la
compra a la primera hora de apertura.
Fuente: El Salto
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