lunes, 28 de marzo de 2022

La OTAN ha subcontratado la propaganda de guerra a grandes empresas de relaciones públicas. [Los trabajadores, además de ser muchos: la inmensa mayoría de la población, por fuerza tenemos que ser gente importante por cuanto que, lo grandes capitales, una exigua minoría de la población mundial, tienen que dedicar cientos y miles de millones de dineros para comprar profesores, periodistas, sociólogos, historiadores, psicólogos, antropólogos, políticos, etc., para engañarnos y hacernos creer que nuestros intereses son los mismos intereses que el del gran capital, cuando aparte de no serlo son contrarios e irreconciliables. Y tampoco debe ser tan poderoso el gran capital cuando necesita tantas miles de personas armadas y miles de espías para mantenerlos en el poder. A continuación se reproduce un artículo en el que se expone como construye científicamente las mentiras la OTAN, brazo armado del denominado capital occidental, que no es sin mejor ni peor que cualquier otro capital, para que los trabajadores aceptemos y nos pongamos a favor de la OTAN en la matanza de Ucrania (entre trabajadores), cuyo resultado final, sea el que sea, asegurará que las condiciones de vida de los trabajadores continuarán empeorando. A continuación de este artículo, y como contrapunto al mismo, se reproduce un fragmento de otro artículo que viene a demostrar los embustes sobre los que la OTAN (los mismos que han creado la situación actual, incluidos la subida de carburantes y escasez de alimentos) pretende levantar el criminal edificio de la guerra de Ucrania.]

 

La OTAN ha subcontratado la propaganda de guerra a grandes empresas de relaciones públicas

 

DIARIO OCTUBRE / marzo 24, 2022


Cada día las grandes cadenas de comunicación del mundo entero reproducen las mismas consignas con las mismas palabras porque la OTAN ha subcontratado la campaña de intoxicación con las mismas empresas de relaciones públicas.

El punto de partida ha sido sencillo y estaba preparado de antemano. Reproduce el mito de David (Ucrania) contra Goliat (Rusia). El pequeño se enfrenta a los abusos del grande, una lucha en la que no cabe dudar la toma de partido.

Para reforzar el mito de la “resistencia ucraniana”, Kiev ha producido un flujo constante de propaganda destinada a generar el apoyo público y oficial de los países occidentales. Esta campaña incluye guías lingüísticas, mensajes clave y cientos de carteles de propaganda, algunos de los cuales contienen imágenes fascistas e incluso elogian a dirigentes neonazis.

Detrás del esfuerzo de relaciones públicas de Ucrania hay un ejército de estrategas políticos extranjeros, grupos de presión de Washington y una red de medios de comunicación vinculados a los servicios de inteligencia.

La estrategia de propaganda de Ucrania le valió los elogios de un comandante de la OTAN que declaró al Washington Post: “Son realmente buenos en stratcom: medios de comunicación, operaciones de información y también operaciones psicológicas” (1).

El Washington Post reconoce que, aunque no pueden verificar de forma independiente gran parte de la información que Kiev está difundiendo sobre la evolución del campo de batalla, incluidas las cifras de bajas en ambos bandos, se trata, no obstante, de una estratagema muy eficaz”.

La clave del esfuerzo propagandístico es una legión internacional de empresas de relaciones públicas que trabajan directamente con el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano para librar la guerra de la información, que comenzó con la censura a los medios alternativos, que además de “prorrusos” difunden información falsa, es decir, que son pura propaganda.

Las empresas subcontratadas

La campaña fue lanzada por un anónimo que fundó una empresa de relaciones públicas con sede en Ucrania. “Desde la primera hora de la guerra, decidimos unirnos al Ministerio de Asuntos Exteriores para ayudarles a difundir las fuentes oficiales para mostrar la verdad”, dijo el anónimo. “Esta es una guerra híbrida: una mezcla de una lucha sangrienta con una enorme campaña de desinformación y falsificación dirigida por Rusia”, añadió (2).

Luego más de 150 empresas de relaciones públicas se sumaron al bombardeo propagandístico. El esfuerzo internacional está dirigido por Nicky Regazzoni, cofundador de la empresa de relaciones públicas PR Network, y Francis Ingham, un destacado consultor de relaciones públicas con estrechos vínculos con el gobierno británico.

Anteriormente Ingraham trabajó para el Partido Conservador británico, forma parte del consejo de estrategia y evaluación del departamento de comunicaciones del gobierno de Londres, es director ejecutivo de la Organización Internacional de Consultoría de Comunicaciones y dirige la asociación de comunicadores de gobiernos locales de Reino Unido, LG Comms.

“Hemos tenido el privilegio de ayudar a coordinar los esfuerzos para apoyar al gobierno ucraniano en los últimos días”, dijo Ingham a PRovoke Media (3). “Las agencias han ofrecido equipos enteros para apoyar a Kiev en la guerra de comunicaciones. Nuestro apoyo al Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania es inquebrantable y continuará mientras sea necesario”.

Con una personalidad ucraniana no identificada que se une a dos de las principales figuras de las relaciones públicas en el bombardeo propagandístico del gobierno de Kiev, el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano ha distribuido un expediente que contiene documentos instruyendo a las empresas de relaciones públicas de los “mensajes clave”, el lenguaje aprobado y las construcciones propagandísticas desacreditadas.

El expediente está gestionado por Yaroslav Turbil, descrito en su perfil de LinkedIn como “jefe de Ukraine.ua, el ecosistema digital ucraniano para las comunicaciones mundiales. Comunicación estratégica y marca país”. Turbil ha trabajado en múltiples organizaciones de la sociedad civil estrechamente vinculadas al gobierno de Estados Unidos y ha hecho prácticas en Internews, una organización vinculada a los servicios de inteligencia de Estados Unidos que opera con el pretexto de promover la libertad de prensa.

El ‘No a la Guerra’ es una consigna de la OTAN

Entre las construcciones propagandísticas distribuidas en el dossier se encuentra un vídeo sobre el incidente de la Isla de la Serpiente, que se demostró rápidamente que era falso, en el que los guardias fronterizos ucranianos estacionados en una pequeña isla fueron supuestamente asesinados después de decirle a un buque de guerra ruso que se acercaba y que les había instado a rendirse que “se fueran a la mierda”.

El presidente Zelensky celebró una rueda de prensa en la que anunció que concedería a los hombres la medalla de Héroes de Ucrania, mientras los principales medios de comunicación se hacían eco de la noticia. Sin embargo, los soldados supuestamente muertos fueron encontrados pronto sanos y salvos, demostrando que su posición heroica era una farsa.

Aunque se ha demostrado que la historia es falsa, el archivo contiene un vídeo de propaganda que la promociona.

Otro archivo está gestionado por la diseñadora gráfica ucraniana Dasha Podoltseva y contiene cientos de gráficos de propaganda enviados por artistas de Europa y Estados Unidos. Algunas presentan mensajes genéricos de “no a la guerra”, mientras que otras decenas de imágenes celebran “el fantasma de Kiev”, un heroico piloto ucraniano que también resulta ser inexistente, y el falso incidente de la “Isla de la Serpiente”.

Lo mismo cabe decir de otras ficciones, como el bombardeo de la maternidad o del teatro de Mariupol, ampliamente divulgados como “crímenes de guerra rusos” y ataques a la población civil en la que no ha aparecido ni un solo cadáver.

Muchas imágenes utilizan un lenguaje xenófobo y racista, y algunas elogian explícitamente a destacados neonazis ucranianos, como el líder del C14, Yevhen Karas, el paramilitar fascista Sector Derecho y el neonazi Batallón Azov.

Otras piden “batidos de Bandera”, en referencia a los cócteles Molotov que llevan el nombre del asesino de la OUN Stephan Bandera, que colaboró con la Alemania nazi en el asesinato masivo de polacos y otras minorías nacionales y religiosas durante la Segunda Guerra Mundial.

Otra imagen muestra un libro titulado “Enciclopedia de enfermedades incurables”, que incluye a países como Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Siria y Eritrea.

(1) https://www.washingtonpost.com/national-security/2022/03/16/ukraine-zelensky-information-war/
(2) https://www.prweek.com/article/1748159/global-pr-community-rallies-help-ukraine-government-comms
(3) https://www.provokemedia.com/latest/article/global-pr-industry-pledges-communications-support-for-ukraine

FUENTE: mpr21.info

 

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Fragmentos del mencionado artículo: HAZ QUE EL NAZISMO VUELVA  A SER GRANDE


Sociología Crítica

Pepe Escobar (Asia Times)

25.o3.2022

(Publicado íntegramente en Sociología crítica  y en el Blog El Ojo Atípico, desde el que no se puede compartir nada directamente  Facebook desde hace más de dos años, seguramente por la libre y particular interpretación de la libertad de expresión bolsillera del señor de Facebook, a lo que sumados mis cojones vienen a sumar unos 33, más o menos)

“Un breve resumen neonazi

A estas alturas, solo los muertos cerebrales en la OTAN, y son muchos, no quieren saber de lo ocurrido con el Maidan en 2014. Sin embargo, pocos saben que fue el entonces ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, exgobernador de Jarkov, quien dio luz verde a armar a 12.000 paramilitares a partir de los hooligans neonazis de fútbol de la Secta 82 que apoyaban al Dínamo de Kiev. Así nació el batallón Azov, en mayo de 2014, dirigido por Andriy Biletsky, alias el Führer Blanco, y exlíder de la banda neonazi Patriotas de Ucrania. Junto con el agente de la OTAN Dmitro Yarosh, Biletsky fundó Pravy Sektor, financiado por el padrino de la mafia ucraniana y multimillonario judío Jor Kolomoysky (más tarde el benefactor de la meta-conversión de Zelensky de comediante mediocre a presidente mediocre).

Pravy Sektor resultó ser rabiosamente anti-UE (díselo a Ursula von der Layen) y políticamente obsesionado con unir Europa Central y los países bálticos en un Intermarium nuevo y de mal gusto. Recordemos que Pravy Sektor y otras bandas nazis fueron debidamente entrenados por instructores de la OTAN.

Biletsky y Yarosh son, por supuesto, admiradores del notorio colaborador nazi de la era de la Segunda Guerra Mundial, Stepan Bandera, para quien los ucranianos puros son protogermanos o escandinavos, y los eslavos son untermenschen .

Azov terminó absorbiendo a casi todos los grupos neonazis en Ucrania y fueron enviados a luchar contra Donbass, con sus acólitos ganando más dinero que los soldados regulares. Biletsky y otro líder neonazi, Oleh Petrenko, fueron elegidos miembros de la Rada. El Führer Blanco se mantuvo solo. Petrenko decidió apoyar al entonces presidente Poroshenko. Pronto, el batallón Azov se incorporó como Regimiento Azov a la Guardia Nacional de Ucrania.

Participaron en una campaña de reclutamiento de mercenarios extranjeros, con personas provenientes de Europa occidental, Escandinavia e incluso América del Sur.

Eso estaba estrictamente prohibido por los Acuerdos de Minsk garantizados por Francia y Alemania (y ahora extintos de facto). Azov organizó campos de entrenamiento para adolescentes y pronto alcanzó los 10.000 miembros. Erik «Blackwater» Prince, en 2020, llegó a un acuerdo con el ejército ucraniano que permitiría a su equipo renombrado, Academi, supervisar a Azov.

No fue otro que el siniestro distribuidor de galletas de Maidan, Vicky «Que se joda la UE» Nuland, quien sugirió a Zelensky (ambos, por cierto, judíos ucranianos) que nombrara al declarado nazi Yarosh como asesor del Comandante en Jefe. de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Gen. Valerii Zaluzhnyi. El objetivo: organizar una guerra relámpago en Donbass y Crimea, la misma guerra relámpago que la SVR, inteligencia extranjera rusa, concluyó que se lanzaría el 22 de febrero, impulsando así el lanzamiento de la Operación Z.

Todo lo anterior, de hecho solo un resumen rápido, muestra que en Ucrania no hay diferencia alguna entre los neonazis blancos y los morenos de al-Qaeda/ISIS/Daesh, por mucho que los neonazis sean tan “cristianos” como ellos. Los takfiri salafistas yihadistas son “musulmanes”.

Cuando Putin denunció a un “montón de neonazis” en el poder en Kiev, el Comediante respondió que era imposible porque era judío. Disparates. Zelensky y su patrón Kolomoysky, a todos los efectos prácticos, son sion-nazis.

Incluso cuando las ramas del gobierno de los Estados Unidos admitieron a los neonazis atrincherados en el aparato de Kiev, la máquina excepcionalista hizo que el bombardeo diario de Donbass durante 8 años simplemente desapareciera del mapa informativo. Estos miles de víctimas civiles nunca existieron.

Los principales medios de comunicación de EE. UU. incluso aventuraron algún artículo o informe sobre los neonazis de Azov y Aidar. Pero luego se grabó en piedra una narrativa neoorwelliana: no hay nazis en Ucrania. La filial de la CIA, NED, incluso comenzó a  eliminar registros sobre el entrenamiento de miembros de Aidar. Recientemente, una red de noticias de basura promovió debidamente un video de un comandante de Azov entrenado y armado por la OTAN, completo con iconografía nazi.”

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