Pagaremos el enfrentamiento
innecesario con Rusia por la decadencia de Estados Unidos
Rebelion
| 11/03/2022 |
Fuentes: Rebelión
Sí, que lo paguen en primer lugar los ucranianos es natural, pues ellos son
los causantes (sin ánimo de inculpación moral, quede claro, salvo que la
tontería de los pueblos pueda calificarse de causa moral).
La insistencia
con la adhesión a la UE y a la OTAN es su desgracia, pues fronteriza con Rusia,
lo mejor es no incomodar al poderoso vecino con exigencias si no nos anda
molestando y, a mayor abundamiento, si uno de sus gaseoductos pasa a través de
nuestro territorio y nos produce ingresos por ello. Y por el lado del
romanticismo histórico recuérdese lo que dijo el que fuera ministro de Asuntos
Exteriores francés, Hubert Védrine «Ucrania ha sido rusa más tiempo que la
Bretaña lo ha sido francesa».
Lo pagaremos
los europeos todos, pues son varios los países que se han implicado contra
Rusia y la UE como conjunto también. Es posible que Francia haya intentado
salvar sus muebles con la visita de Macron. La falta de inteligencia, no
sabiendo evaluar adecuadamente las pérdidas y ganancias; el seguidismo de un
Estados Unidos que anda dando coletazos nerviosos al verse en posición
perdedora de hegemonía en el tablero mundial, cuya presión se traslada
directamente y a través de una OTAN que no hace demasiado estaba moribunda.
Todo ello lo pagaremos mientras EEUU y el Reino Unido (en mucha menor medida)
se han cobrado algo ya por adelantado con la venta de armamento a países
europeos que no han comprendido que sus aviones y tanques no pueden alcanzar el
número necesario para ser tenidos en cuenta.
De las
consecuencias económicas de las sanciones también seremos paganos, incluso
podemos ser tributos de los EEUU, que se resarcirá de gastos vendiéndonos gas
licuado a un precio de más del doble que nos cuesta el ruso que transita por
los gaseoductos. Pretender aislar económicamente a Rusia, teniendo a China de
socio enfrentado a EEUU, es dividir la economía planetaria, estando esta toda
ella interrelacionada, interconectada en una malla de tal espesura y
complejidad que es difícil que la acción punitiva contra Rusia no se concrete
en la desgracia de los europeos y no sólo por el gas. Si Rusia pierde la
inversión de Nord Stream II, también la pierden las empresas alemana, austriaca
y holandesa involucradas.
En realidad
Estados Unidos nos hace pagar el coste del que se quiere escabullir. Todo un
camino en retirada como potencia imperialista que traslada sus costes a los que
han sido sus protectorados, empezando por Arabia Saudita. Nos ha llegado el
turno con Ucrania, donde los laboratorios biológicos experimentales son mayor
preocupación para Estados Unidos, no fueran a caer en manos rusas, que sería
socio arruinado y ruinoso de una Unión europea con una Comisión Europea
beligerante, una burocracia que pretende hacer méritos para ganar grados de
libertad a los Estados en las decisiones, le llegó el turno a Japón y su
remilitarización, de coste justificado por la cercanía de China, pero que hasta
ahora se podía privar de pagar; también le llega a Alemania, que promete
aumentar hasta el 2% el gasto en defensa, cuando hasta ahora la preferíamos
desarmada, en recuerdo de la II Guerra Mundial.
Y hoy sabemos
que Australia, además del viraje que hubo de realizar en la adquisición de
submarinos ya comprometidos con Francia, para adquirir en su lugar los de
origen estadounidense o inglés (alianza de defensa Aukus), y que acaba de
decidir aumentar su ejército en un 30% de aquí al año 2040, añadiendo 18.500
soldados con un coste aproximado de unos 25.000 millones de euros (38.000
millones de dólares australianos), el mayor aumento en Australia en tiempo de
paz, según recoge el diario Le Monde-AFP (jueves, 10 de marzo
de 2022). ¿De qué le sirve alcanzar los 80.000 militares en 2040 frente al
poderío militar chino? Es una asunción de costes para descargar a EE.UU.
De España mejor
decir poco, pues el ridículo es proporcionado al que hacen el presidente
Sánchez y su ministra de Defensa. En lugar de preocuparse directamente por los
intereses españoles, como hace cada quisque al frente de su país, andan
regalando pistolitas y chalequitos mientras aumenta la amenaza en Ceuta y
Melilla y, lo que es peor, Canarias, la abandonada como ya lo fuera en siglos
pasados (léase a título de ejemplo la Historia de las fortificaciones
de la isla de La Palma, premio de investigación histórica Juan B. Lorenzo,
1990. Editado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma). Metidos en la
OTAN cuando España gritaba “¡OTAN, NO!”, poniendo el PSOE Y Felipe González en
persona toda la carne en el asador de la campaña en favor de la entrada de
España, nos vemos ahora en la necesidad de recordarle a la OTAN que El
sur también existe (véase el artículo de Francisco José Dacoba
Cerviño, General Director del Instituto Español de Estudios Estratégicos, Nuevo
concepto estratégico OTAN: El sur también existe, en Tribuna
Norteamericana/ nº 36, noviembre 2021).
En el repliegue
de los EE.UU. la asunción de costes no va de la mano con la libertad de decidir
lo que más nos conviene, sino que hemos de servir a sus intereses en el
enfrentamiento entre potencias. A fin de cuentas, a la UE le resultaba muy
fácil preservar sus intereses energéticos en feliz convivencia con Rusia y
bogar en favor de una Ucrania neutral, sin armamento que fuera una amenaza para
Rusia y comprometida en no adherirse nunca a la OTAN. Ni habría guerra, ni los
ucranianos sufrirían, ni los rusos padecerían el cerco de la guerra económica
de tinte imperial que impone los EE.UU. y obliga a sus “aliados”, y ahora
amenaza a China si no cumple sus órdenes y cumple las sanciones impuestas.
¿Sacrificar ahora, por los intereses estadounidenses, nuestro ya moroso nivel
de vida tras la crisis financiera (la de las hipotecas “subprimes” provocada
por los EE. UU. en 2008, luego, Gran Recesión mundial) y tras el
confinamiento por pandemia gestionada con mentiras?
Fernando G. Jaén Coll. Profesor titular del Departamento de Economía y
Empresa de la UVIC-UCC.
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario