La plantilla de Telepizza
queremos servir comida sana a las personas más vulnerables, y no que algunos
hagan negocio
KAOSENL
Publicado el Mar 27,
2020ARED
La decisión de la Comunidad de
Madrid de contratar a Telepizza para atender a los menores sin beca comedor es
un negocio perfecto para la empresa que no garantiza ni la seguridad, ni la
calidad de la dieta, ni atender otras necesidades alimentarias como la de los
mayores que viven solos.
Estos días en Madrid la
Consejera Isabel Díaz Ayuso cerraba todos los comedores escolares. Una medida
que golpeaba de manera especial a las 11.500 niñas y niños que tienen
beca-comedor. Días más tarde, con sorprendente descaro, los mandaban a recoger
la comida basura que vende Telepizza en sus locales, diciendo que son dietas
saludables. El PP, Telepizza, la patronal hostelera y el gobierno de
PSOE-Unidos Podemos, demuestran que se puede seguir haciendo negocio incluso en
las situaciones más terribles.
Los y las trabajadoras de
Telepizza denunciamos esta escandalosa medida. Creemos que la plantilla de
Telepizza puede ayudar de otro modo a resolver las necesidades alimenticias de
los niños y niñas o nuestros mayores. Una forma en la que no seamos los
sectores populares quienes paguemos nuevamente esta crisis. Medidas como estas
y las que se están anunciando solo nos llevan a la ruina económica con un nuevo
salvataje a las grandes empresas.
Telepizza no puede garantizar
las necesidades alimenticias de los más vulnerables
Es indignante que la Comunidad
de Madrid firme un contrato con la multinacional Telepizza mientras la
plantilla estamos denunciando que no quieren darnos ni guantes ni mascarillas,
poniendo en peligro a trabajadoras y familias.
No puede tampoco ofrecer una
dieta saludable como pretende justificar Ayuso, y como denuncian
las asociaciones de padres y madres de alumnos en Madrid. Hace poco el
periódico digital El Salto sacaba a la luz, que el “consultor
externo” en el que se apoyaba la Consejería para su argumentación era la
Fundación Española de la Nutrición (FEN). Esta entidad privada “es quien
aporta los criterios nutricionales que deben regir el servicio que prestan los
colegios y que cada tanto hace una evaluación”. ¿Y quien forma el
patronato, la comisión ejecutiva y el comité científico de esta Fundación tan
preocupada por la alimentación saludable? Pues nada menos que Nestle,
MacDonalds, Coca-cola, Quirón Salud, Campofrio, Pepsico, entre otras. Y su
vocal es el mismísimo Fernando Frauca Amorena, un alto cargo de Telepizza. Es
decir, es una empresa “escaparate” para blanquear la oferta alimentaria de
estas multinacionales.
Además, Telepizza es incapaz
de ofrecer un precio de venta acorde con el coste real, lo que quieren es
robarle y endeudar el erario público, que es el que pagará la factura de esta
“no solución”.Los y las trabajadoras sabemos perfectamente que Telepizza oculta
a la sociedad el coste real de los productos, que no corresponde con los
precios de venta. No solo obtienen unas ganancias altísimas gracias a los bajos
salarios, sino que también se dedica a hinchar los precios. La materia prima
que vende la fábrica de Telepizza a las tiendas propias (o a las franquicias)
para poder hacer las pizzas, en muchos casos, es tres veces más cara que el
precio de mercado. No solo los precios son manipulados con toda clase de
ingeniería empresarial, hay millones de euros que esconden en los paraísos
fiscales de Guernsey y las Islas Caimán, para no pagar impuestos que podrían ir
destinados a la sanidad publica.
Las grandes empresas de
catering despiden a miles para socializar sus pérdidas
Es también una mentira
descarada que solo Telepizza pueda producir y distribuir las comidas que se
necesitarían en la actual situación, como dijo Ayuso. La FAPA Francisco Giner
de los Ríos de Madrid denunció que se quisiera ahora contratar a Telepizza,
después de haber despedido a miles de trabajadoras de los comedores escolares.
La propia Federación Food Service, que reúne a las grandes empresas de
catering escolar, contradiciendo a Ayuso, aseguraba que podían encargarse, y
así de paso no quedar fuera del negocio.
Este oligopolio de empresas de
catering (formada por Serunión, Compass Group, Aramark y Ausolan, entre otras)
tiene un negocio asegurado en la educación pública. Abastecen el 58% de los
comedores escolares de todo el Estado y se reparten un erario público de 630
millones de euros de ganancias seguras. Solo 19% de los centros tienen gestión
pública y el 63,6% recurren a estos servicios externos.
Todas ellas, como tantas otras
empresas, están cargándole los costes de esta crisis al conjunto de la sociedad
a través de los ERTEs que han aplicado a miles de trabajadoras, mandándolas al
paro con una reducción del 30% del ya misero sueldo. Las grandes fortunas y
empresas, como siempre, no piensan soltar ni un misero euro. Y el verdadero
objetivo de Ayuso con las becas comedor es que la patronal hostelera mantenga
el máximo de sus beneficios, es decir pueda sacar tajada de la miseria humana.
Poniendo en evidencia lo
irracional de la medida, ya que a estas empresas el Estado les pagara dos
veces. Demostrando que es necesario que estas empresas sean intervenidas por el
Estado, prohibiendo los despidos y poniendo las plantillas al servicio de
las familias.
Ni cadenas de comida basura ni
multinacionales del catering tienen la solución, la tenemos sus trabajadores y
trabajadoras
La solución a la crisis actual
no podemos dejarla en manos de Telepizza o de estas multinacionales del
catering, sino que debería quedar en la de sus trabajadores y trabajadoras. Las
necesidades alimenticias que hay que atender son enormes. Como denuncia la FAPA
madrileña, no solo se trata de 11.500 niños y niñas sin beca comedor. Hay que
sumarle el cierre de centros de día que alimentaban a mayores con pensiones muy
bajas y otras muchas las personas que necesitan una asistencia alimentaria por
diversas dificultades, hay dos millones de personas mayores que viven solas y
850.000 tienen más de 80 años.
De la misma manera que los y
las trabajadoras de la sanidad, la limpieza, los supermercados y tantos otros
sectores, están al pié del cañón para atajar la grave crisis
socio-sanitaria y lo fundamental para el mantenimiento de la vida de millones
de familias, las y los trabajadoras de la hostelería, y en nuestro caso de
Telepizza, también podríamos contribuir bajo nuestra decisión y
autoorganización. Y no como quiere Díaz Ayuso, trabajando bajo la tutela de la
misma empresa que no tiene garantías sanitarias, ni produce comida con calidad
y que especula con los precios.
No se puede permitir que
Telepizza, Serunión, Aramark… se lucren de la miseria y el trabajo ajeno en una
situación como la actual. Es hora de exigir que todas las grandes
cadenas de la hostelería y catering sean intervenidas sin indemnización y
puestas bajo el control democrático de comités de trabajadoras. Que hagan
efectivas las medidas reales de prevención sanitaria. Que con ayuda de
dietistas profesionales independientes y las familias elaboren menús realmente
saludables y se puedan distribuir de manera segura. Y que además hagan público los
costes reales de la alimentación y control de las cuentas para evitar que
especulen y se evadan los impuestos que deberían ir para la sanidad publica.
Es necesario que toda la
infraestructura y toda la flota de motos de Telepizza se ponga al servicio de llevar
las comidas a los mayores que no pueden salir de sus casas y de las familias
que tengan que estar en confinamiento. Los repartidores y repartidoras no nos
negamos a trabajar. Estamos dispuestos a hacerlo si se adoptan medidas
elementales de prevención y si el riesgo que aún con ellas asumamos está
orientado a hacer un servicio a la comunidad, a nuestros hijos y nuestros
mayores y no a lucrar al multimillonario Pablo Juantegui.
Las trabajadoras no hemos
inventado nada. Ha sido el propio Gobierno el que ha tenido que reconocer que
en esta situación de “guerra” contra el COVID-19, se arrogaba el derecho a “intervenir
industrias o requisar temporalmente bienes”. Nosotras lo que decimos es que
no queremos que estas medidas se hagan a costa de la clase trabajadora y las
mayorías sociales, como en la anterior crisis. Es necesario tocar el corazón de
los beneficios e intereses de los grandes capitalistas para hacerle frente, y
no de nuestros menguados bolsillos. Y que nos tenga a nosotros, la clase
trabajadora, como parte central de la solución, como los aplaudidos sanitarios
están demostrando día tras día.
A 21 de Marzo de 2020
CGT Telepizza Zaragoza
CGT Telepizza Barcelona
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