¿Con qué sonaja de cuchufletas varias, pero muy bien presentadas, eso si, se podría justificar que los gobiernos del PSOE y del PP, los dos partidos gobernantes en España hasta hoy, juntos a lso dos principales (por numero de afiliados y cantidad de millones recibidos de dinero público, que han sido los dos sindicatos que más y mejor han vendido a los trabajadores haciéndoles perder derechos a los trabajadores, incluidos los derechos sindicales, que a fecha de 2020 las mujeres con el mismo trabajo que los hombres cobren menos?
Ahora ya no estamos para sonajas de cuchufletas ni para la el la, le, li, lo, lu bien cantado desde una tribuna de oradores para difrenciar al hombre y la mujer, que desde el punto de vista laboral son exactamente iguales, y además hay un nuevo gobierno que se declara progresista, por tanto, ya sin pitorreos:igual trabajo igual salario, y por supuesto, sin esperar al día de los 1.486 días que le quedan por delante al nuevo gobierno progresista, salvo que, no lotumben antes PP, Ciudadanos, otros colgajos y elcaballo de Santiago Abascal de VOX.
* * *
Pensiones
E30, Mujeres en lucha por sus pensiones públicas
Ana Tere Díaz
VIENTOSUR
17.01.2020
Es sabido que
el Movimiento de Pensionistas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa lleva dos
años en la calle reivindicando unas pensiones dignas en un sistema público de
pensiones. Es por ello un movimiento reconocido y admirado socialmente. Porque
lunes tras lunes, contra viento y marea, ahí está en las cuatro capitales y en
casi un centenar de pueblos. Y es una gran satisfacción tener ese
reconocimiento social, esa presencia incuestionable. Lunes, concentración de
pensionistas. Ya se sabe, se incluye en las previsiones, tal vez afecte al
tranvía, el tráfico tendrá modificaciones… lo normal de los lunes, la lucha
pensionista.
Sin embargo,
como muchas veces nos pasa a las mujeres, nos vemos obligadas a explicar que en
esas concentraciones, en esas pancartas, en esas movilizaciones fuimos «muchas
mujeres» quienes desde el principio, en el 2018, salimos a las plazas llamando
a la movilización ante unas pensiones públicas de miseria. Y lo seguimos
haciendo, lunes tras lunes, junto a miles de compañeros. Y lo haremos con
especial vigor el 30 de enero, día en que se convoca una huelga general por
parte de las organizaciones integrantes de la Carta Social de los Derechos
Sociales de Euskal Herria contra las políticas antisociales de recorte de
derechos, entre otros de las pensiones.
Y no solo lo
hacemos por solidaridaridad con las generaciones que vienen, que también. Lo hacemos
porque necesitamos visibilizar la existencia de un sistema que refuerza la
desigualdad y la dominación de género. Y estas son palabras mayores. No se está
hablando de cambiar tal o cual gobierno. Se habla de un sistema, perfectamente
preparado para asignar a la mitad de la población –a las mujeres– la
reproducción y el mantenimiento de la fuerza de trabajo de una forma
«altruista», sin dinero y sin derechos. Las mujeres: el pilar de la familia.
Las mujeres, las que trabajan por amor… Las mujeres también apoyaremos la
jornada de movilizaciones y de huelga general.
Las mujeres
pensionistas de hoy hemos cotizado menos que los hombres. Por una parte, porque
hemos cobrado sueldos más bajos, porque hemos trabajado en empleos
infravalorados, en muchos casos en una economía sumergida, porque hemos tenido
pocas posibilidades de promoción –el llamado «techo de cristal»–. Pero también
porque hemos tenido contratos temporales o a tiempo parcial, hemos reducido
nuestras jornadas para cuidados o nos hemos visto obligadas a pedir excedencias
para ayuda a dependientes… En definitiva, carreras laborales cortas e
insuficientes a efectos de cotización.
Además en el
caso del Estado español, esa gran injusticia para quienes han sostenido todo el
andamiaje de los cuidados, del trabajo reproductivo fue acrecentado por el
fascismo, tanto desde la enseñanza y los valores transmitidos, con el apoyo y
bendición de la Iglesia, como a través de la represión y de las leyes. Baste
recordar que, hasta 1979, a las mujeres con empleos cuando se iban a casar, las
empresas, por ley, les podían dar la «dote», para que se retiraran a su casa y
se hicieran cargo de los cuidados de la familia. Algún día tendremos que
revisar si a las mujeres más mayores no se les debería de considerar, de alguna
manera, como víctimas del franquismo.
Resultado de
todo ello es que hoy en día miles y miles de mujeres mayores se encuentren con
la llamada brecha de las pensiones. Los datos cantan: mientras la pensión media
de hombres es de 1.482 euros, la de las mujeres es de 880 euros. Miles y miles
de mujeres cobran pensiones no contributivas de 400 euros. De las pensiones
pobres que necesitan ser complementadas con la RGI, el 65% son de mujeres.
El día 30
también saldremos a la calle porque las pensiones de las mujeres, un 37,5% más
bajas que las de los hombres, son la consecuencia de este sistema patriarcal y
el resultado de la gran cantidad de desigualdades que experimentamos las
mujeres a lo largo de nuestra vida y de nuestro trabajo/empleo.
El 30 de enero
estaremos en la calle. Porque, desgraciadamente, esa situación la sufrimos
quienes hoy somos pensionistas, pero también la mayor parte de las mujeres que
hoy están en activo en el mundo laboral y se encuentran en esa situación de
discriminación. No nos olvidemos de la invisibilización de los trabajos de
cuidados realizados en particular por mujeres migradas, trabajos
invisibilizados que además se desprecian y se penalizan en la ley con un
sistema sin equiparación con el resto de trabajadores y trabajadoras, sin plenos
derechos de cotización y de prestaciones. También esa situación laboral da
motivo para una huelga general.
Y para más
desgracia el futuro de las pensiones públicas está en riesgo, en favor de las
pensiones privadas. Más problemas para disfrutar de una pensión, dada la
imposibilidad de ahorrar con los sueldos actuales. Mientras miles de
pensionistas mujeres se ven, ya con una cierta edad, con dificultades para
llegar a fin de mes, sin acceso a la vida social y a la cultura, las jóvenes,
con empleos precarios y retribuciones de miseria, no pueden emprender un
proyecto de vida, mientras el desempleo se hace crónico y la economía se
desanima. ¿Ahorrar para un plan de pensiones? ¡Imposible en la mayoría de los
casos!
Que no nos
vendan humo, el 30 de enero, salgamos a la calle… Es clave defender los 1.080
euros de pensión mínima, que afecta a viudas y mujeres que han cotizado poco o
no lo han hecho. Así como apoyar un salario mínimo de 1.200 euros. Debe existir
un interés común en defensa de unas pensiones públicas y dignas para hoy y para
el futuro.
Ningún gobierno
nos ha regalado nunca nada. siempre ha sido necesario un movimiento social que
ha empujado hacia las conquistas de derechos laborales y sociales.
¡Gobierne quien
gobierne, las pensiones se defienden!
Ana Tere Díaz.
ARABAKO PENTSIONISTAK Y ONEKA (EUSKAL HERRIKO EMAKUMEEN PENTSIONISTEN
PLATAFORMA)
17/1/2020
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