miércoles, 6 de junio de 2018

CUESTIONES MARXISTAS



La defensa oportunista de un marxismo mutilado

2/2






Diario Octubre
06.06.2018

El revisionismo jrushchovista en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética – PCUS en 1956, agregó otro capítulo a la falsificación oportunista del Marxismo en la cuestión del Estado. Con el pretexto de “cambios radicales” en la situación mundial, renunció a la teoría Marxista de la revolución violenta y reencauchó la vieja teoría revisionista de la “transición pacífica” del capitalismo al socialismo, para la cual “ya no era necesario” un Estado de dictadura del proletariado sino de un “Estado de todo el pueblo”, en abierta renuncia a la teoría Marxista del carácter de clase de todo Estado, pues mientras exista Estado, no podrá ser “de todo el pueblo” sino de la clase económicamente dominante, como en efecto ocurrió en Rusia donde bajo la cobertura del “Estado de todo el pueblo” se restauró el viejo Estado de dictadura de la burguesía —hoy dictadura de la burguesía imperialista rusa— como instrumento para restaurar el capitalismo y la explotación asalariada.
Tales falsificaciones de la teoría Marxista del Estado, han sido acogidas todas y en todo por los partidos revisionistas actuales en Colombia. Su defensa de Marx y del Marxismo en el Bicentenario es una mentira. En realidad, ellos no son herederos del Marxismo revolucionario, sino de la falsificación del Marxismo, del oportunismo, que es marxismo mutilado, inservible para la lucha emancipadora del proletariado.
Pero no todos los revisionistas han renegado abiertamente del Marxismo y su teoría del Estado. Existen otros revisionistas de nuevo tipo, representados en Colombia por el llamado Grupo Comunista Revolucionario – GCR, devoto seguidor del revisionismo avakianista acuñado por el PCR, EU, cuya renuncia es velada, alambicada, resbalosa. No conmemoraron el Bicentenario porque para ellos, Marx y el Marxismo pertenecen al pasado ¡ya no son vigentes! Ellos renunciaron al viejo comunismo —el de Marx— el de la revolución violenta y la dictadura del proletariado, y asumieron la defensa del “nuevo comunismo” —el de Avakian— el de “un movimiento para la revolución” sin la dirección del proletariado, el de una “dictadura del proletariado” protectora del derecho a disentir de la burguesía, el de “la emancipación de la humanidad” en un “salto al comunismo” sin necesidad del poder omnímodo del proletariado, sin el cual, para el Marxismo, la sociedad no puede transitar a la supresión de las diferencias de clase en general. En realidad, estos neo revisionistas, abandonan socarronamente la teoría Marxista del Estado, y deslizan el contrabando ideológico de un nuevo Estado de “dictadura del proletariado” apenas de nombre, donde como también le refutara Lenin al revisionista Kautsky, callan, ocultan, renuncian a la violencia revolucionaria del proletariado contra la burguesía para aniquilarla. El revisionismo avakianista del GCR es nueva palabrería para disfrazar las viejas teorías revisionistas de la “transición pacífica” y del “Estado de todo el pueblo” —léase de la burguesía. En la cuestión del Estado, bajo su piel de “nuevo comunismo” tiene viva la calaña y catadura del viejo revisionismo mamerto. Objetivamente se han convertido en lacayos de la burguesía imperialista.
Los revisionistas en general, creen que son marxistas por aceptar o parlotear de la lucha de clases, cuya existencia y desarrollo fueron reconocidos por la burguesía liberal. Lo que yo he aportado de nuevo —dice Marx— ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases… una verdad Marxista que la experiencia de la Gran Revolución Cultural Proletaria en China (1965-1976), elevó a la necesidad de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. ¡Qué lejos del Marxismo revolucionario están los viejos y nuevos revisionistas defensores de un marxismo mutilado liberal burgués!
He ahí, la diametral diferencia programática entre marxistas y oportunistas sobre la cardinal cuestión del Estado. El programa máximo de los partidos oportunistas renuncia a la vía armada para la toma del poder y adopta la vía electoral para tomar posesión del Estado burgués y remodelarlo con el barniz del “Estado Social de Derecho”; o dicho al estilo kautskysta, lograr un desplazamiento de la correlación de fuerzas dentro del poder del Estado…, ganar la mayoría en el parlamento… y utilizar el Estado burgués para los fines del proletariado, contraviniendo completamente las enseñanzas de Marx. Por su parte el programa máximo de los marxistas revolucionarios —hoy marxistas leninistas maoístas— asume la necesidad de derrotar con la violencia revolucionaria de las masas la vieja máquina de esclavización de los trabajadores, demolerla hasta en los cimientos y construir un nuevo tipo de Estado de dictadura del proletariado que expropie a los expropiadores y sea la forma política de la emancipación económica del trabajo.
He ahí, la diametral diferencia táctica entre marxistas y oportunistas frente al Estado burgués y su amputada democracia. La táctica de los partidos oportunistas silencia el antagonismo entre opresores y oprimidos, entre explotadores y explotados, para proclamar la “paz social” entre clases enemigas y así apartar al pueblo de la lucha revolucionaria, someterlo a respetar sumiso la institucionalidad burguesa —lo cual agradecen y exaltan los opresores— e ilusionarlo en la lucha electoral politiquera con la mentira de resolver sus problemas en los antros corruptos estatales del Congreso y el Gobierno que son precisamente los instrumentos políticos de los enemigos del pueblo[1]. Muy distinta y opuesta es la táctica de los marxistas revolucionarios, que denuncia al podrido y reaccionario Estado burgués, desenmascara la hipócrita y falsa democracia burguesa, muestra que la paz de los ricos es una paz sepulcral, eleva la conciencia política de los trabajadores sobre los antagonismos de clase llamándolos a unir sus diversas luchas directas contra los explotadores representados en el Estado, y anima al pueblo a confiar en sus propias fuerzas haciendo de sus inmediatos combates una escuela de preparación y organización revolucionarias para las batallas políticas venideras que inevitablemente derrocarán todo el poder político y económico de quienes han causado la terrible e insoportable situación del pueblo colombiano: la burguesía, los terratenientes y los imperialistas.
 *++