miércoles, 6 de junio de 2018

CUESTIONES MARXISTAS



La defensa oportunista de un marxismo mutilado
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Diario Octubre
06.06.2018


El Bicentenario del nacimiento de Marx, no solo ha servido al proletariado revolucionario para reafirmar la defensa de Marx y la vigencia del Marxismo, sino también para acicatear a las demás clases a sentar posición.
En Colombia, los intelectuales al servicio de la burguesía presentaron en sus artículos, un Marx equivocado y un Marxismo olvidado como cosa del pasado. Otros intelectuales y partidos demócratas representantes de los intereses de la pequeña burguesía, salieron en defensa de un Marx y un Marxismo conciliadores, humanistas, blandengues, aceptables e inofensivos para la burguesía.
Era de esperarse que tales, fueran las declaraciones de gentes anti-marxistas. Pero que otros intelectuales y falsos partidos comunistas, partidos revisionistas, partidos mamertos como son entre otros, el PCC, el PCC (ML), el PST y el MOIR, todos autodenominados marxistas, todos dizque representantes de los trabajadores, hubiesen salido en el Bicentenario a reivindicar a Marx y la vigencia del Marxismo, cuando todos en la práctica han mellado y renunciado a su filo revolucionario y se han erigido en herederos de los falsificadores del Marxismo.
Son miles las verdades del Marxismo, de las cuales algunas tienen la principalísima significación de ser mojones para distinguir entre el Marxismo verdadero y el falso, entre el Marxismo revolucionario y el oportunismo revisionista. De estas verdades fundamentales, la central es la cuestión del Estado, la necesidad histórica de un nuevo tipo de Estado de dictadura del proletariado y la continuación de la revolución proletaria bajo su dictadura de clase.
El Estado, según el Marxismo, no ha sido ni será eterno. Surgió cuando la sociedad se dividió en clases antagónicas, irreconciliables, como un poder llamado a amortiguar el choque entre esas clases, a refrenar el antagonismo entre opresores y oprimidos, mediante la represión de los medios y procedimientos de lucha que le permiten a las clases oprimidas derrocar a las clases opresoras. El Estado no será abolido, se extinguirá cuando, suprimidas las diferencias de clase, ya no sea necesario ese poder especial de unas clases para dominar a otras.
En el Manifiesto Comunista de 1848 se plantea el problema de con qué sustituir al Estado burgués, y se responde: con la organización del proletariado como clase dominante. Después, la práctica social de las luchas de clases en Europa, especialmente en Francia, durante las insurrecciones obreras entre 1848 y 1850, sirvió al desarrollo de la teoría Marxista del Estado, mostrando que todas las revoluciones perfeccionaban esta máquina, en vez de destruirla, y que siendo la dictadura de clase la esencia de todo Estado, era necesaria la dictadura del proletariado como el nuevo Estado de transición para la supresión de las diferencias de clase en general, y con ellas, para la extinción del Estado. Más tarde, en 1871, la experiencia de la Comuna de París sirvió al Marxismo para acrisolar nuevas verdades: la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines, no puede usar el instrumento político de su esclavización como instrumento político de su emancipación. La Comuna de París era ya un nuevo tipo de Estado, era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo.
Siendo la fuerza armada el pilar central de todo Estado, la experiencia de La Comuna reafirmó en los hechos otra verdad descubierta por el Marxismo: la única forma para sustituir el viejo Estado burgués por un nuevo Estado de dictadura del proletariado, es la fuerza armada del pueblo, la revolución violenta; o en palabras del Manifiesto, derrocando por la violencia todo el orden social existente.
Verdades del Marxismo sobre la cuestión del Estado; verdades odiadas y temidas por la burguesía; verdades “olvidadas” y tergiversadas por sus lugartenientes oportunistas tanto en el movimiento obrero como entre las masas del pueblo en general.
El revisionismo clásico de Bernstein surgido en el Partido Socialdemócrata Alemán a finales del siglo XIX, nació falseando la teoría Marxista del Estado en su papel amortiguador de los choques entre las clases antagónicas, con la teoría oportunista de la función estatal “conciliadora” del antagonismo, “hacedora de la paz social” entre las clases antagónicas. Así mismo, desde entonces los revisionistas, trastocaron la teoría Marxista de la extinción del Estado cuando cese la división de la sociedad de clases, con la idea oportunista de la “extinción del Estado burgués” que hace “innecesaria” la revolución violenta del proletariado.
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