miércoles, 6 de junio de 2018

LA CADENA COPE, "LENGUA ARMADA" DE LA REACCIÓN POLÍTICA ESPAÑOLA Y ENVENENADORA DE LA OPINIÓN PUBLICA, QUE NO ESTÁ INSPIRADA POR EL ESPÍRITU SANTO, SINO POR LO TERRENAL ARZOBISPAL, CAGA TOTALMENTE SUS PREVISIONES EN MENOS DE UN MES. ¡COMO PARA DEJAR LOS ASUNTOS DE LA ETERNIDAD EN SUS MANOS!



La aprobación de las cuentas públicas otorga un balón de oxígeno al presidente del Gobierno, que podrá agotar la legislatura. El PSOE respira y espera que su apoyo al Ejecutivo en Cataluña le beneficie en las encuestas y Ciudadanos va tomando cuerpo.


Periodista. Presentador de La Linterna de COPE.


Con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, a falta del trámite del Senado, donde el Partido Popular (PP) mantiene la mayoría absoluta, coge aire el Gobierno Rajoy y suspira de alivio el PSOE. A pesar de votar en contra, los socialistas necesitan tiempo para que escampen las encuestas y, sobre todo, se visualice su apoyo al Estado en la larga y tenebrosa crisis alimentada por el independentismo catalán. Le ha pasado lo mismo al PNV que, de tanto aguantar, casi se despeña de la mano de Quim Torra y Carles Puigdemont. La élite nacionalista vasca tiene claros los beneficios que consigue su comunidad autónoma en los Presupuestos de 2018, pero la base más independentista siempre se sitúa en el cuanto peor, mejor. No es casualidad, sino lo contrario, que mientras apoyaban las cuentas del Estado en el Congreso abrieran una nueva vía con los epígonos de ETA para desmontarlo con un nuevo Estatuto contra la Constitución.

La aprobación de los Presupuestos Generales también le favorece a Ciudadanos mientras va tomando cuerpo, ya que es un partido de aluvión. Le vienen los militantes y los simpatizantes sin hacer llamamiento alguno a filas. Se cumple algo tan humano y español como aquello de salir corriendo en auxilio del vencedor. Debe atemperar Albert Rivera sus ímpetus, porque su natural defensa del constitucionalismo en Cataluña no puede ser estigmatizada por los adversarios, tiene tantos como enemigos, señalándolo como el rescatador del nacionalismo español. El PSOE es el que con más interés trata de crear una imagen de Rivera que lo aleje de la transversalidad que predica. Ciudadanos ha encontrado en los balcones y ventanas cientos de miles de banderas constitucionales que mostraban la existencia de un orgullo por la democracia del 78 que, en realidad, no es otra cosa que aquel patriotismo constitucional que mostró el presidente José María Aznar.

Rivera enseña la bandera sin el complejo al que la izquierda ha sometido a la derecha desde el comienzo de la Transición. Aunque el origen de la enseña está en los finales del siglo XVIII, es como si cualquiera de los hechos o símbolos secuestrados por una parte desde 1936 quedaran anulados para siempre. Parece que ese tiempo ha tocado a su fin y el espejo de Francia, en el que se mira Rivera, permite diferenciar entre patriotismo y nacionalismo. El primero es democrático y el segundo es la guerra, como repite una y otra vez el ex primer ministro francés Manuel Valls. Saben en el PSOE que hay una parte del electorado poniendo su esperanza en la regeneración que promete Rivera. Ya no es solo el PP el manantial al que se acercan los Ciudadanos. Aprovechando la detención de Eduardo Zaplana, fue el PSOE abiertamente y el PP, en segundo plano, el que deslizó –lo hizo Margarita Robles- la relación política del exministro con el partido de Rivera en la Comunidad Valenciana. Zaplana quería vengarse diez años después de quienes lo sacaron de la política tras el congreso de Valencia de 2008.


El bipartidismo ha focalizado a Rivera como el enemigo a batir. Ciudadanos tiene una estructura mucho menor que los dos grandes en municipios y comunidades autónomas. Todos necesitan tiempo. Sin duda, se trata del bien más preciado en política.

Su manejo y administración es un arte. Mariano Rajoy gana a todos de calle, pero también ha enseñado a los demás que tomar las decisiones en su justo momento no está al alcance de cualquiera. Alcanza los 176 con el 155 en vigor. Con los Presupuestos Generales aprobados, Rajoy y su partido, por un lado, y Pedro Sánchez y el suyo, por el otro, irán de la mano en la estrategia frente a la ultraderecha independentista catalana, con Ciudadanos al lado pero al margen. Pero poco más, porque el bipartidismo sabe que en el enfrentamiento con el nacionalismo catalán les va a ganar Rivera. Anuncia el Eurobarómetro que los europeos prefieren a las nuevas formaciones frente al clásico bipartidismo socialdemócrata y democristiano. Hay quien se niega incluso a tomar nota al respecto. Cuestión de tiempo.

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