jueves, 28 de noviembre de 2024

Estados Unidos vs. Yemen

 

Llegan pocas noticias, pero los hutíes siguen dificultando el paso de cargueros por el Mar Rojo, y seguirán combatiendo mientras prosiga el genocidio en Gaza. Estados Unidos no ha podido asegurar el paso tranquilo de los barcos relacionados con Israel.


Estados Unidos vs. Yemen


EL VIEJO TOPO

28 noviembre, 2024

 

El 14 de noviembre de 2023, cuando se cumplía un mes de inicio del ataque genocida de Israel contra los palestinos de Gaza, Abdul-Malik al-Houthi, uno de los líderes de Ansar Allah y del Gobierno de Yemen, pronunció un discurso que fue transmitido por la televisión Al-Masirah. “Nuestros ojos están abiertos para vigilar y buscar constantemente cualquier barco israelí”, dijo. “El enemigo confía en el camuflaje en sus movimientos en el Mar Rojo, especialmente en Bab al-Mandab, y [no] se atreve a izar banderas israelíes en sus barcos”. La Bab al-Mandab, la Puerta del Dolor, es la vía navegable de 14 millas náuticas de ancho entre Yibuti y Yemen. Lo interesante es que, según el tratado de Naciones Unidas, un país reclama 12 millas náuticas como límite territorial; esto significa que gran parte de las aguas están dentro de la jurisdicción de Yemen.

Cinco días después, comandos yemeníes sobrevolaron en helicóptero el Galaxy Leader, un carguero registrado en las Bahamas y operado por la naviera japonesa NYK, pero que es propiedad parcial de Abraham Ungar (uno de los hombres más ricos de Israel). El buque sigue retenido dentro de las aguas territoriales de Yemen, en el puerto de Saleef, con sus 25 tripulantes como rehenes en la gobernación de Al-Hudaydah. Este asalto al Galaxy Leader, y después a varios otros buques de propiedad israelí, detuvo el tráfico de mercancías al puerto de Eliat, situado al final del golfo de Aqaba. Apretado entre Egipto y Jordania, este puerto – que es el único acceso no mediterráneo al mar para Israel – ya no tiene el nivel de buques de carga que tenía antes de octubre de 2023 y el operador privado del puerto ha dicho que está casi en bancarrota. En el transcurso del último año, el puerto ha sido objeto de ataques con drones y misiles procedentes de BahréinIrak y Yemen.

 

Los ataques estadounidenses no están funcionando

El Gobierno de Yemen dijo que desistiría de cualquier ataque si Israel ponía fin a su guerra genocida contra los palestinos. Como el ataque israelí continúa, los ataques de Yemen también han continuado. Estos ataques yemeníes han provocado asaltos masivos contra la ya frágil infraestructura de Yemen, incluido un ataque israelí contra la ciudad portuaria de Hodeidah en julio y ataques puntuales con misiles por parte de los Estados Unidos. Cuando se le preguntó al presidente estadounidense Joe Biden si los ataques aéreos y con misiles de los Estados Unidos contra Yemen estaban funcionando, respondió tajantemente: “Cuando dices ‘funcionando’, ¿es si están deteniendo a los Hutíes? No. ¿Van a continuar? Sí”. En otras palabras, el Gobierno de Yemen –llamado erróneamente los Hutíes por la tradición zaydí del islam que sigue una cuarta parte de la población yemení– no va a cesar sus ataques contra Israel sólo porque los Estados Unidos y los israelíes hayan estado golpeando su país. La oposición yemení al genocidio israelí supera a la comunidad zaydí, al movimiento Ansar Allah y al Gobierno yemení. Incluso Tawakkol Karman, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2011 y es una crítica del Gobierno yemení, se ha manifestado en contra de Israel.

La admisión de Biden de que los ataques con misiles estadounidenses no detendrán los ataques de Yemen ha sido acertada. Yemen se enfrentó a un bombardeo asesino por parte de Arabia Saudí desde 2015 hasta 2023, en el que los saudíes destruyeron gran parte de la infraestructura de Yemen. Y sin embargo, los yemeníes han mantenido la capacidad de atacar objetivos israelíes. En octubre de 2024, el ejército estadounidense desplegó bombarderos B-2 Spirit para golpear lo que el Pentágono denominó “cinco objetivos subterráneos”. No quedó claro si estos depósitos de armas fueron destruidos, pero muestra la creciente desesperación de los Estados Unidos e Israel por detener los ataques yemeníes. Los nombres de las misiones estadounidenses (Operación Guardián de la Prosperidad y Operación Arquero Poseidón) suenan impresionantes. Están respaldadas por una lista de grupos de ataque de portaaviones para proteger a Israel y golpear Yemen, así como grupos que intentan disuadir el genocidio de Israel. Hay al menos 40.000 soldados estadounidenses en Oriente Próximo y en cualquier momento dado al menos un grupo de ataque de portaaviones y destructores. Según la Marina estadounidense, hay dos destructores en el mar Mediterráneo (USS Bulkeley y USS Arleigh Burke) y dos en el mar Rojo (USS Cole y USS Jason Dunham), con el Carrier Strike Group 8, anclado por el portaaviones USS Harry S. Truman, en ruta hacia el Mediterráneo mientras el USS Abraham Lincoln se dirige al océano Pacífico. Hay una cantidad considerable de potencia de fuego estadounidense en la zona alrededor de Israel.

 

Una solución política

Biden no ha sido la única persona en afirmar que los ataques estadounidenses contra Yemen han fracasado. El vicealmirante estadounidense George Wikoff, que dirige la Operación Guardián de la Prosperidad, se dirigió a una audiencia en Washington D.C. desde su cuartel general en Bahrein en agosto. Wikoff afirmó que los Estados Unidos no puede “encontrar un centro de gravedad centralizado” para los yemeníes, lo que significa que no puede aplicar “una política de disuasión clásica”. Si los Estados Unidos no pueden infundir miedo a los dirigentes del Gobierno yemení, entonces no podrán detener los ataques yemeníes contra la navegación o las infraestructuras israelíes. “Ciertamente hemos degradado su capacidad”, dijo Wikoff refiriéndose a los drones y misiles derribados por las armas estadounidenses. Wikoff no mencionó que cada uno de los misiles y drones yemeníes cuesta unos 2.000 dólares, mientras que los misiles estadounidenses utilizados para derribarlos cuestan 2 millones de dólares. Al final, puede que sean los yemeníes los que estén degradando al ejército estadounidense (el “Wall Street Journal” informó en octubre de que los Estados Unidos se está quedando sin misiles de defensa aérea, y el mismo periódico informó en junio de que los Estados Unidos había gastado 1.000 millones de dólares en su guerra contra Yemen desde octubre de 2023). Al igual que Biden, Wikoff reflexionó: “¿Los hemos detenido? No”. En un interesante aparte, Wikoff dijo: “La solución no va a llegar al final de un sistema de armamento”.

Por lo que respecta al Gobierno yemení, la única solución llegará cuando Israel cese su genocidio. Pero incluso un alto el fuego podría no ser suficiente. A principios de noviembre, la funcionaria de Naciones Unidas Louise Wateridge publicó un vídeo en X de la desolación en el norte de Gaza, y luego escribió: “Una sociedad entera es ahora un cementerio”. La capacidad del Gobierno yemení de cesar los envíos a Israel y de inmovilizar a los Estados Unidos frente a sus costas podría envalentonarle para seguir con esto si Israel continúa con sus políticas ilegales de genocidio, limpieza étnica y apartheid. Tanto Wikoff como Biden están de acuerdo en que la política estadounidense no ha funcionado, y Wikoff incluso dijo que la solución no va a pasar por la fuerza militar. Tendrá que ser política.

Fuente: Globetrotter

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